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¿La luz de mí corazón?

Se dice que cada sueño tiene un significado para cada persona, otros tienen la idea de que son visiones de tus vidas pasadas o futuras. ¿será cierto? La incógnita que una joven llamada Amanda se planteará al comenzar a tener sueños que continúan con una historia que no tendrá sentido para ella tanto como su vida, pero al conocer a un joven de cabellos dorados sus pensamientos cambiarán llevándola a enfrentar un mundo en el cual deberá sufrir un cambio por los 4 seres que ayudaron a crear la vida. Entre lágrimas y sangre deberán afrontar al mal que acecha y trata de desviarlos del camino del bien para hacer caer al mundo, pero gracias al poder de los míticos seres elementales que renacieron nuevamente para detener el mal aún que cambiando sus vidas. Elementales contra Jinetes del Apocalipsis. ¿quién ganará la batalla?

Soul_diamond · Fantaisie
Pas assez d’évaluations
40 Chs

Capítulo 32: ~Descubrimiento~

Los dos elementales corrían por el pasillo que era iluminado por la flama creada por Ethan. No sabían exactamente por dónde ir ya que había varias puertas que rodeaban su camino pero aún así siguieron avanzando hasta que se encontraron con el final de su ruta.

Si la oscuridad fue su primer obstáculo y con eso tenían suficiente, una maldita pared era el colmo para la elemental de aire.

— ¡¿Pero qué?!.— expresó su molestia gritando a la vez que señalaba la pared que estaba frente a ellos.— debe ser una maldita broma.— bufó.

— Tranquila, puede que nos hayamos equivocado de camino pero... podemos volver al inicio para encontrar el sendero correcto para llegar hasta la deidad oscura.— habló Ethan tratando de tranquilizar y motivar a su compañera.

— Ethan, no tenemos tiempo. ¡¡Si la alarma suena... ambos nos iremos de aquí y lo peor puede ocurrir solo con Gaia y Kohei!!.— suspiró.— recuerda que tenemos una vida diferente fuera de este mundo, tal vez puede que no queramos volver pero debemos hacerlo... por más doloroso que sea, tenemos que continuar.

— Lo sé...— murmuró con tristeza.— solo quería mantener la esperanza a flote, no tenías que recordarme que en la realidad me espera ese mundo lleno de prejuicios y expectativas que cumplir.

— Ojalá que después de esto todo se arregle para ti.— dijo Amanda quien solo colocó su mano sobre la pared que se encontraba frente a ellos.

— Escuché que tú también tenías problemas, así que... espero que también los resuelvas. Los míos se resolverían si me voy de casa.— agregó.

— Estamos igual, pero huir... puede que no sea la mejor opción, aunque puede que un tiempo alejados de los problemas puede ayudarnos a que podamos ordenar nuestros pensamientos para poder sanar y así enfrentarlos a la cara.

Al terminar de hablar solo miró al techo del lugar para percatarse de que había una pintura que se iluminaba tenuemente con la luz creada por Ethan, no lograba visualizar lo que realmente representaba pero aún así siguió analizando la mientras el rubio solo la miraba con tristeza.

— Alguien como tú merece ser feliz, aún no entiendo por que te sucedió eso... entendible de mi que solo soy la vergüenza para mis padres, ¿pero tú?...— se sentía realmente mal por la chica así que se acercó a ella para tratar de tocar su hombro para reconfortarla.

— Ethan, mis padres tienen un problema que ni el tiempo puede ayudarme a buscar una respuesta... solo me queda aceptar, pero tú... puede que si necesites tiempo para alejarte de lo mal que te han hecho tu familia.— soltó sin más aún con su mirada sobre el techo.

— Pero...— se detuvo, sabía que era algo delicado de hablar pero aún así su duda duró por unos segundos para luego continuar.— ¿tú salud está empeorando no?

Los orbes de Amanda se abrieron como platos y una pregunta atravesó su mente y esa era: ¡¿Cómo lo sabe?!. Por unos momentos estuvo a punto de perder el control de sus sentimientos, pero gracias a que su compañero se acercó más a ella, logró visualizar mejor la pintura que se encontraba analizando, haciendo que dejara de lado el tema para prestar completamente su atención sobre esta.

Quería cambiar de tema para hablar sobre lo que había descubierto ya que era más importante para ella que su salud, pero al sentir la mirada de su compañero trató de explicarle lo que sucedía con ella, pero no sin antes aclarar su duda sobre cómo él sabía algo respecto a su salud.

— Oh, eso... ¿Cómo lo sabes?.— le preguntó directamente.

— Tus amigas me lo dijeron cuando saliste corriendo después de lo que Marie dijo.— le respondió, pero al recordar lo que había sucedido anteriormente, quiso disculparse.— Una disculpa si te molestó lo que dijo mi guardiana, no debí de haber dejado que te tratase de esa forma.— agregó.

— No te preocupes, tal vez me molestó lo que había dicho respecto a lo que según para ellos somos pero... no somos más que seres creados con un fin de cuidar y pelear, somos un rango muy bajo.

— Eso si lo se, no se por que se empeñan tanto en tratar de agrandar nuestro papel en la vida.— mencionó Ethan con un poco de vergüenza.— Ahora... dejemos de lado ese tema y hablemos de ti.

— ¿Ah?, oh... si... bueno solo son problemas de...

Cuándo la pintura tomó sentido para ella, solo detuvo sus palabras para tomar a su acompañante de los hombros para señalar hacia arriba para que prestara atención.

— Ethan, mira...— le habló.

Él rubio al ver hacia donde ella apuntaba, rápidamente dirigió su mirada para ver lo que le quería mostrar. Al momento de mirar con detenimiento aquella obra plasmada en el techo, logró ver plasmado las cuatro bestias que habían sido encerradas en las almas de los elementos y bajo cada una se encontraban sus gemas.

Ante lo revelado, ambos solo comenzaron a sudar frío. No querían creer ni aceptar, pero aún así debían discutir el tema que en esos momentos era de suma importancia tanto para la supervivencia del mundo y sus habitantes tanto en el terrenal como el espiritual.

— Debemos buscar otra manera.— habló el elemental de fuego lleno de preocupación.

— Se que es difícil pero debemos pensar en lo que es mejor para todos, tal vez sea algo que nos lleve a un punto crítico pero es....

La interrumpió.— Hay otra manera, Muerte puede estar detrás de esa puerta. Si el logró pasar... nosotros también.

— Pero William es un jinete, obviamente puede pasar.— suspiró.— pero ahora él no se encuentra cerca para ayudarnos.

— Si lo llamamos... puede que venga.— dijo Ethan quien ante esa pequeña posibilidad sintió una pisca esperanza.

— Ethan, no hay otra opción... además, puede que si traemos a Gaia o a Kohei podemos terminar muy mal o solo uno saldría con vida de este lugar.— de tan solo pensar en esa posibilidad mordió su labio de la preocupación y con un pequeño dolor en el pecho ella habló al tener su decisión respecto a la situación.— Así que... quiero que tomes mi cristal del viento y te alejes, y cuando yo pierda mi humanidad... toma la rienda de la bestia elemental de mi alma para que puedas pasar y luchar.

Realmente no parecía muy convencido con la idea propuesta por Amanda pero algo debía hacer para evitar a toda costa que ella fuese quien se sacrificara. Ethan quería ser el que perdiera todo y no ella, sinceramente su corazón le pedía a gritos desesperados protegerla a cualquier costa porque el mismo la había lastimado una vez y no podía dejar que volviese a suceder frente a él.

— Amanda, es mejor que yo lo haga. Prefiero que tú no dejes ver lo que hay en tu interior para que no sufras más, así que permíteme ser yo quien lo haga.— le pidió.

— Ethan... todos tenemos un monstruo, incluso nosotros que fuimos creados por el mismísimo señor de la luz y bondad. Nuestros defectos y el monstruo que yace en nuestro interior son parte de nosotros y debemos aprender a vivir con ellos y controlarlos, convertirlos en nuestras fortalezas para salir adelante.— suspiró.— Si la bondad y la razón no les tocó el corazón a esos imprudentes y llenos de ira, tal vez el monstruo que se encuentra dormido y atrapado en nuestras almas los haga cambiar por las malas.— mencionó Amanda a la vez que desataba su cristal de su cuello.

— Pero sabes que será un peso por el cual deberás cargar toda tu vida presente, ¿por qué quieres hacerlo?.— le preguntó el elemental de fuego que solo se acercó a la de viento para tomarla de los hombros.

— Porque hay vidas en juego y el monstruo será lo de menos si podemos salvarlos a todos, prefiero vivir una vida llena de miedo por saber que cosa está guardada en el interior de mi alma... que vivir en la culpabilidad por no haber hecho nada.— le respondió al tener su amatista en manos.

— Es mejor que sea yo quien viva con ese temor, prefiero verte feliz.— al decir eso cubrió con ambas manos las de Amanda para evitar que esta le entregase la amatista.

— No. Creo que es y será más fácil de infundir miedo en el señor de la oscuridad con lo que hay dentro de mi.— habló Amanda llena de determinación y sin intención de retractarse.

— ¡Amanda, yo no quiero!. Piensa al menos en lo que siento, en lo que sentiré al verte así... piensa en qué yo siento algo por ti y que voy a sufrir por que tengo miedo en que no regreses a ser la misma de la que me enamoré. Tengo miedo en que si todo sale bien... tú no puedas tener un futuro brillante por haber hecho semejante sacrificio.— declaró el elemental de fuego que se encontraba al borde del llanto.

Con los ojos llorosos la miró para tratar de que ella tuviese una pisca de compasión y que dejase esa idea de lado, pero lo que recibió fue una mirada llena de enojo. La elemental de aire estaba cansada de que pusiera sobre la mesa los sentimientos, cuando en esos momentos no debían dejarse dominar por estos ya que no les permitirían desenvolverse en la pelea que decidiría el futuro de la humanidad y de Eternity dreams. Por eso, Amanda solo se liberó del agarre de Ethan para luego lanzarle su amatista y sin previo aviso le dio una patada en el estómago para hacerlo caer mientras alrededor de ella comenzaban a rodearla ráfagas de aire.

— Quiero que no sueltes mi cristal para que puedas tener el control.— le pidió mientras su cuerpo comenzaba a desaparecer.