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¿La luz de mí corazón?

Se dice que cada sueño tiene un significado para cada persona, otros tienen la idea de que son visiones de tus vidas pasadas o futuras. ¿será cierto? La incógnita que una joven llamada Amanda se planteará al comenzar a tener sueños que continúan con una historia que no tendrá sentido para ella tanto como su vida, pero al conocer a un joven de cabellos dorados sus pensamientos cambiarán llevándola a enfrentar un mundo en el cual deberá sufrir un cambio por los 4 seres que ayudaron a crear la vida. Entre lágrimas y sangre deberán afrontar al mal que acecha y trata de desviarlos del camino del bien para hacer caer al mundo, pero gracias al poder de los míticos seres elementales que renacieron nuevamente para detener el mal aún que cambiando sus vidas. Elementales contra Jinetes del Apocalipsis. ¿quién ganará la batalla?

Soul_diamond · Fantasy
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40 Chs

Capítulo 33: ~El sacrificio ~

De tremendo golpe que había recibido por parte de Amanda, se sofocó y cayó de rodillas al suelo. Su vista era algo borrosa pero aún así trató de ponerse de pie para evitar que su compañera se transformara, pero al escucharla hablar se detuvo ya que no podía hacer nada por ella por el hecho de que esta comenzó a desvanecerse.

— ¡¡¡Nooooo!!!. ¡¡Amanda!!.— gritó Ethan al ver cómo su compañera desaparecía entre aquel remolino que comenzaba a formarse alrededor de ella.

— Confía en ti mismo...

La chica quería seguir hablando pero desapareció completamente entre la ráfaga de viento que se intensificó y rompió el muro que les bloqueaba el paso junto al techo del pasillo y el elemental de fuego ante la fuerza fue succionado hacia los cielos, dónde aún sin soltar la amatista perteneciente a Amanda fue golpeado con un pedazo de escombro en la cabeza, dejándolo inconsciente.

Pasadas algunas horas despertó en un lugar conocido a la perfección por el mismo, ver aquella gran casa le provocaba náuseas y dolor en su pecho. Sinceramente, no lo lograba creer, estaba de regreso en el lugar que había dejado por irse al mundo que tanto amaba para ver a su amada compañera.

Ethan con un fuerte dolor en la espalda se levantó del piso, ya que al parecer se había movido mucho mientras dormía, tanto que cayó de su cama al suelo. Estaba tan desilusionado de su realidad que volvió a subir a su cama para tratar de caer nuevamente en los brazos de morfeo, pero para su mala suerte alguien entró de golpe a su habitación y encendió la luz, logrando que este diese un salto del susto. Quiso gritar, pero al ver de quien se trataba calló y solo la miró en silencio, esperando su venenosa crítica.

— Ethan Meyer de la Rosa.— le llamó su madre desde el marco de la puerta con una clara expresión de molestia.— ¡¿Podrías ser menos ruidoso y molesto por una maldita vez?!.— de solo escucharla sabía que vendrían más palabras hirientes, así que sin decir nada bajó su mirada para seguir escuchando.— Veo que aún sigues siendo ese niño inútil que no sirve para nada más que desepcionar a todos, tan grande y aún miedoso. Que patético, ya veo por que no tienes novia.

El rubio no quería responder ni mirar a su madre que siempre trataba de transmitirle aires de superioridad ante él, así que solo se dio la vuelta y volvió a acostarse para cubrirse con su manta que usaría como escudo para evadir a la mujer. Tal acción cometida por Ethan le irritó, tanto que le arrebató la manta para luego tomarlo de la muñeca y estirarlo hacia ella, provocando miedo en el elemental.

— Mira, de todas las estupideces que has cometido... esta es la peor que pudiste hacer frente a mi. ¡Primero me despertaste y luego osas interrumpir mi sueño para molestarme!.— le gritó y acto seguido le dio una bofetada por la cual el elemental no hizo nada más que aguantar dejar escapar al menos un quejido para no darle el gusto de verlo sufrir.

— No respondas y se irá.— pensó.

— ¿No quieres hablar?... jajaja, ¿ahora te portas como el niño bueno que debes ser?.— le preguntó mientras con su mano libre lo tomaba del mentón.— espero no sea una farsa y te dejes moldear a nuestro gusto, tal vez así dejes de ser tan patético.— la mirada llena de tristeza por parte del elemental de fuego le provocó malestar a la mayor, quien sin pensarlo le proporcionó otra bofetada a Ethan.

Su madre parecía complacida por la expresión de dolor por parte de Ethan, así que con una leve sonrisa lo liberó para después comenzar a caminar hacia la puerta. Al tomar la manija, dirigió su mirada nuevamente al chico para solo dedicarle unas últimas palabras.

— Espero que no hagas ningún ruido o si no... lo lamentarás.— le amenazó mientras apagaba la luz.

La puerta la cerró de golpe, dejando al elemental en completa oscuridad. Sus lágrimas comenzaron a salir y empapar sus mejillas, estaba asustado por la reacción violenta de su madre ya que solo se limitaba a hacerle criticas que lo derrumbaban internamente.

Quería escapar de ese lugar y vivir eternamente en "Eternity Dreams" para ser feliz para siempre pero... ahora que también ese lugar estaba siendo consumido por la oscuridad, ya no le quedaban más opciones a donde irse.

Con su vista borrosa y corazón destrozado, bajó de su cama para levantar su manta y volver a cubrirse con ella, pero al volver su vista a su lugar de descanso se detuvo unos momentos para tallar sus ojos.

— Esto... no... jaja.— incrédulo comenzó a reír mientras mantenía su mirada fija a la almohada.— esto no es cierto. jajaja, estoy en este maldito infierno... ¡¿cómo es posible que esto esté aquí conmigo?!

Olvidando la amenaza de su madre, aun con lágrimas en los ojos comenzó a reír a carcajadas al ver el brillo del cristal que se encontraba frente a él. No lograba entender lo que sucedía, así que para asegurarse de que no fuese una ilusión se acercó a su cama para tomar entre sus manos aquella preciosa gema.

— A... a... Amy...— murmuró al tener la piedra entre sus manos.— ¿esto es una señal de que estás a mi lado?.— se preguntó a si mismo a la vez que caía de rodillas al piso.

El tacto frío de aquel objeto le hizo comenzar a llorar de la emoción de tan solo pensar que era real lo que había vivido con su amiga. Tanta fue su emoción que no midió el ruido que hacía al llorar y en pocos minutos la puerta de su habitación se abrió de golpe para dejar ver a sus padres, quienes parecían realmente molestos. Ethan al verlos frente a él, se levantó del suelo y retrocedió del miedo que le causaba verlos a ambos.

— Ah... ah... yo...—tartamudeo.

—Ridículo, a altas horas de la noche te pones a llorar.— dijo su padre.

— Es una gran vergüenza, te dije que sería mejor tener otro hijo para suplantar a este que es... una desgracia.— mencionó su madre sin importarle la presencia de Ethan.

— No quería más problemas, por eso no acepté. Pero ahora me arrepiento.— suspiró.

— ¿Qué haremos con él?.— preguntó su madre a la vez que lo señalaba.

Su padre se quedó en silencio pensando en varias opciones, pero por otro lado a Ethan lo invadió el sentimiento de dolor al escucharlos hablar así de él. Tal vez estaba acostumbrado a escuchar ciertos comentarios hirientes, pero aún así le dolía escucharlos.

Verlos callados frente a él le hacían temer, pero aún así no reprimió sus lágrimas que dejó escapar sin hacer ruido alguno.

— Amy...— pensó en ella ambientadas llevaba la amatista hacia su pecho.—Amy... ¿Qué hago?...— susurró.

Al escuchar que el joven murmuró algo, dirigió su mirada hacia él y con seriedad habló.— ¿Qué dijiste?.— le preguntó su madre.

— N.. nada.— respondió con la vista en el suelo.

— Jaja, ¿nada?. Escuché que dijiste... ¿Amy?.— sonrío.— No te servirá de nada pensar en esa niña que sabe quien sea. Nadie te puede ayudar, estás solo.

Las palabras dichas por su madre se clavaron como una estaca en su pecho. El dolor estaba apoderándose de su cuerpo y alma, pero volvió a la realidad al sentir el frío que le transmitía la amatista. Tener a ese cristal en sus manos le hizo caer en cuenta de que no debía dejarse llevar por las palabras hirientes, además de que pensar en Amanda le hizo tomar una pequeña pizca de valor para responder a sus padres aunque tal vez sería una mala idea de la cual podría arrepentirse, pero aún así quería arriesgarse.

— N-no estoy solo.— habló mientras se comenzaba a levantar.

— Estás solo, y de eso no te tienes que olvidar. Nadie te quiere, todos te utilizan, eres una simple pierda que todos rodean y que no sirve de nada.— le dijo su madre quien comenzó a caminar hacia él.

— N... no es cierto...— respondió Ethan.— mentirosa.— dijo eso para comenzar a retroceder.

Su madre no parecía muy contenta de escucharlo, pero estaba más que claro que no se quedaría callada.

— Estás solo, nadie te toma en serio, y a nadie le importas. Eres solo la desgracia que pasa por la vida de las personas, eres...

El veneno que estaba escupiendo dejó de salir, ya que una fuerte ráfaga de aire rompió los vidrios de toda la casa.

Los padres de Ethan por un momento creyeron que era un tornado, pero al ver el cielo despejado descartaron la idea. Todo era confuso para los presentes, incluso el temor les invadió al escuchar pisadas en en primer piso y luego en las escaleras, dando por entendido que alguien estaba yendo hacia ellos.

La... la.. la... tara ra.. ra.. raaa~.

Se comenzó a escuchar la voz de una mujer que estaba tarareando una canción seguida del sonido de golpes en la pared. No sabían que hacer, más que solo ver hacia la puerta que estaba abierta.

Pasados unos minutos, una figura femenina apareció frente a ellos. La joven llevaba puesto un vestido color lila de tirantes que llegaba hasta las rodillas con unos zapatos bajos de colo blanco, su cabello castaño estaba suelto y sobre este llevaba una corona de flores blancas con otras del mismo color de su vestido.

— Amy...

La chica al escucharlo se adentró a la habitación y sin importarle la presencia de los padres del elemental de fuego, los hizo a un lado para pasar y llegar hasta Ethan. Al estar frente a él, sin decir nada lo tomó de la mano y con la libre le limpió las lágrimas.

— Amy... estas aquí... ¿Cómo llegaste?.— le preguntó algo sorprendido sorprendido verla ahí.

— Me estabas llamando con desesperación, por eso aparecí aquí para ayudarte.— respondió.

— Eso es imposible..

— Claro que lo es, es estúpido e imposible.— habló la madre de Ethan.— nadie vendría por este.— lo apuntó.

— Señora, con el debido respeto... callese.— dijo Amanda que solo dejó de limpiar las lágrimas de Ethan para girar a ver a los padres del antes mencionado.— Solo vine a este lugar para ayudar a Ethan, está sufriendo mucho por su culpa y eso...— quería mantenerse serena en esos momentos pero verlos le molestaba tanto que no pudo evitar fruncir el ceño.— eso no lo hacen los padres. Ustedes están muy equivocados, Ethan es maravilloso y ustedes lo hacen menos por ser alguien dulce... lo bueno que él es más humano que ustedes dos juntos.

— Mira maldita entrometida... nosotros..

La interrumpió.— Seré entrometida pero al menos se que su hijo es alguien fuerte y valioso como persona. Y si ustedes creen que esta solo... ¡están equivocados!.— al gritar, una fuerte ráfaga de viento fue liberada de sus manos, haciendo caer a los adultos.— Tiene amigos, una guardiana, a sus compañeros elementales... y a mi, nunca estará solo.

— Amy..— susurró.

— Si ustedes siguen con esa mentalidad... no habrá duda que son unos tontos. Realmente no merecen que Ethan sea su hijo y tampoco merecen su atención... tanto que los escucha y trata de hacer lo que ustedes quieren para que al final termine humillado y lastimado por sus críticas.

— Amy... no sigas.— le pidió Ethan quien la tomó de los hombros para tratar de tranquilizarla.

— Ethan..

Por unos momentos lo miró a los ojos para percatarse de que este la estaba mirando con cierta dulzura que la convenció de dejar de lado a los padres de este para enfocarse en lo que ella buscaba hacer desde el principio. Con un suspiro demostró que iba a dar por terminado su sermón para luego tomar la mano de Ethan y comenzar su salida de ahí, pero la voz de la madre del chico los detuvo.

— No sabes con quienes te estas metiendo.— la amenazó.

Al escucharla dirigió su mirada hacia ella para responder:.— Y usted tampoco, pero para que ya no molesten más... yo soy la elemental de aire y Ethan es el elemental de fuego. Tengan más respeto si no quieren que yo los vaya a castigar por lastimar psicológicamente a mi compañero y esposo elemental.— le amenazó mientras le dedicaba una mirada sombría que le heló la sangre a ambos adultos.

— Amy... tranquila, es mejor que salgamos de aquí antes de que cometas una locura.— apretó un poco su agarre para evitar que fuera demasiado lejos con la amenaza.

— Te escucharé por ahora, pero a la próxima... no me voy a contener.— dijo a la vez que estiraba a Ethan para sacarlo de ahí.

— Bien, me basta con que dejes esto así... por ahora.— le respondió con un leve sonrisa.