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Vendida al destino

Amelia no siempre fue Amelia. En una vida pasada, fue un joven que se dejó llevar por la apatía y la indiferencia, grabando en silencio una atrocidad sin intervenir. Por ello, una organización secreta decidió aplicar un castigo tan severo como simbólico: transformar a los culpables en lo que más despreciaban. Convertido en mujer a través de un oscuro ritual, Amelia se ve atrapada en un cuerpo que nunca pidió y en una mente asediada por nuevos impulsos y emociones inducidos por un antiguo y perverso poder. Vendida a Jason, un CEO tan poderoso como enigmático, Amelia se enfrenta a una contradicción emocional desgarradora. Las nuevas sensaciones y deseos implantados por el ritual la empujan a enamorarse de su dueño, pero su memoria guarda los ecos de quien fue, y la constante lucha interna amenaza con consumirla. En medio de su tormento personal, descubre que Jason, al igual que la líder de la organización, Inmaculada, son discípulos de un maestro anciano y despiadado, un hechicero capaz de alterar el destino de quienes caen bajo su control. Mientras intenta reconstruir su vida y demostrar que no es solo una cara bonita, Amelia se ve envuelta en un complejo juego de poder entre los intereses de Inmaculada y Jason, los conflictos familiares y las demandas del maestro. Las conspiraciones se intensifican cuando el mentor descubre en ella un potencial mágico inexplorado, exigiendo su entrega a cualquier precio. Para ganar tiempo, Jason e Inmaculada recurren a métodos drásticos, convirtiendo a los agresores de Amelia en mujeres bajo el mismo ritual oscuro, con la esperanza de desviar la atención del maestro. En un mundo donde la magia, la manipulación y la lucha por el poder son moneda corriente, Amelia deberá encontrar su verdadera fuerza para sobrevivir y decidir quién quiere ser en un entorno que constantemente la redefine.

Shandor_Moon · Ciudad
Sin suficientes valoraciones
96 Chs

064. Entre vestidos y flashazos

La tarde del sábado comenzó con una actividad incesante en la mansión de Jason, mientras la luz del sol se deslizaba lentamente hacia el horizonte, llenando las habitaciones con un resplandor cálido y dorado. Las tres jóvenes, Amelia, Mei, y Li Wei, apenas habían terminado de comer cuando vieron un par de elegantes furgonetas negras detenerse en la entrada principal. El logotipo discreto pero reconocible de una de las peluquerías más prestigiosas de Hesperia adornaba el lateral de los vehículos, dejando claro que se trataba de un equipo de profesionales de primer nivel. Mientras en la primera furgoneta venía el personal, la segunda estaba cargada con todo el equipo necesario: desde maletines de maquillaje hasta enormes sillones de peluquería y espejos de pie.

Jason, siempre atento a los detalles y decidido a asegurarse de que todo fuera perfecto para la gala benéfica de esa noche, había organizado cada aspecto con su acostumbrada precisión. No había dejado nada al azar, sabiendo que tanto su hermana Mei como su prometida Amelia debían lucir impecables, como dignas representantes de la élite a la que pertenecían. Y por supuesto, no permitiría que Li Wei, a quien consideraba parte de su círculo cercano, se quedara fuera de esta experiencia de lujo.

El equipo de maquilladoras y peluqueras entró en la mansión con la seguridad y la elegancia propias de quienes están acostumbrados a trabajar con la alta sociedad. Cada miembro del equipo llevaba consigo maletines y estuches llenos de herramientas y productos que prometían transformar a las jóvenes en verdaderas reinas de la noche.

Amelia, que aún se estaba acostumbrando a este nivel de atención y lujo, observó con una mezcla de fascinación y nerviosismo cómo el equipo desplegaba sus instrumentos de trabajo en una de las amplias salas de la mansión, que había sido preparada específicamente para esta ocasión. La estancia, decorada con elegancia, se transformó en un improvisado salón de belleza de alta gama, con espejos iluminados, sillones de cuero y un sinfín de productos de belleza de las mejores marcas.

—Esto es increíble… —murmuró Li Wei, incapaz de contener su asombro mientras una de las maquilladoras la guiaba hasta un sillón. Aunque pertenecía a una familia adinerada, nunca había imaginado que sería tratada con tal lujo y dedicación. Estaba más que familiarizada con el mundo de la moda y el glamour, pero esta experiencia era completamente nueva para ella.

—Jason realmente no escatima en nada —comentó Mei con una sonrisa de satisfacción, acomodándose en otro de los sillones, dispuesta a disfrutar al máximo de ese momento.

Amelia, por su parte, intentó relajarse mientras una peluquera comenzaba a trabajar en su cabello, pero no pudo evitar sentir un ligero nudo en el estómago. Sabía que esa noche sería crucial, no solo por la importancia de la gala benéfica, sino porque representaba su debut oficial como la nueva propietaria del "Luminis Luxuria Group". Por la mañana, multitud de medios hablaban de este nuevo gigante de la industria de la alta costura, acompañando la noticia con fotos suyas como la nueva dueña del grupo. Todos los ojos estarían puestos en ella, y cualquier error podría tener repercusiones no solo en su reputación, sino en la de las marcas que ahora estaban bajo su control.

—Es un poco abrumador, ¿verdad? —dijo, dirigiéndose a Mei a través del espejo, intentando esconder su nerviosismo con una sonrisa.

Mei, que estaba acostumbrada a este tipo de preparativos, le devolvió la sonrisa con calma. —Lo es, pero recuerda que esta noche es solo el comienzo. Tienes todo lo que necesitas para brillar, Amelia. Confía en ti misma.

Las palabras de Mei lograron calmar a Amelia, quien asintió mientras la peluquera continuaba trabajando en su cabello. En el fondo, sabía que Mei tenía razón. Se había preparado arduamente para llegar hasta este momento, y ahora era la ocasión de demostrar lo que realmente valía. No importaba cómo había adquirido la propiedad de estas empresas; había estudiado en Harvard y contaba con el apoyo de expertos en negocios para guiarla. Su preparación y determinación serían sus armas más poderosas en este nuevo desafío.

El ambiente en la sala estaba lleno de vida, con el suave zumbido de los secadores de pelo, el clic de las herramientas de maquillaje y el murmullo constante de conversaciones en voz baja. La transformación de las tres jóvenes se iba materializando poco a poco. Cada una de ellas, a su manera, se convertía en una imagen de elegancia y sofisticación que pronto cautivaría todas las miradas.

Jason, observando desde un rincón, sentía una profunda satisfacción al ver cómo todo se desarrollaba según lo planeado. Era consciente de la importancia de esa noche, no solo para Amelia, sino para todos ellos. Era el debut de Amelia y Mei en la alta sociedad de Hesperia, y Jason haría todo lo posible para asegurarse de que todo saliera a la perfección.

A medida que el equipo de estilistas continuaba con su trabajo, la emoción en la mansión aumentaba. La hora de la gala se acercaba rápidamente, y la anticipación de lo que prometía ser una noche inolvidable crecía en el aire. Jason, mientras disfrutaba de un café, observaba con una sonrisa la emoción en los rostros de las tres mujeres. Sabía que sería un hombre envidiado cuando entrara al evento benéfico acompañado de tres grandes bellezas.

Sus ojos se detuvieron en Li Wei, una belleza extraordinaria. Su mente comenzó a considerar las posibles implicaciones de entrar al evento acompañado por Li Wei y Amelia. Dado que ya se había hecho pública su relación con Amelia, ¿podría alguna de las dos ser etiquetada como amante o concubina? Este pensamiento le preocupaba; si surgían rumores de ese tipo, la reputación de Amelia podría verse comprometida, y los medios no tardarían en cuestionarla nuevamente.

Con un suspiro profundo, Jason se acercó a las tres jóvenes. —¿Os importaría ir en un coche distinto a Amelia y a mí?

El comentario dejó un breve silencio en el aire. Ninguna de ellas había pensado en la posibilidad de viajar todos juntos en el mismo coche, y la pregunta de Jason les pareció repentina. Fue Amelia quien decidió romper el silencio.

—¿Cuál es el problema? —preguntó, sin mover la cabeza, desviando solo sus ojos hacia Jason.

Jason le devolvió la mirada con una sonrisa. ¿Cómo podía ser tan ingenua? Estaba a punto de explicarse cuando Li Wei se adelantó.

—El problema soy yo —dijo Li Wei, con voz tranquila pero firme—. Si te ven llegar conmigo, podrían cuestionar tu posición, Amelia. Los medios de prensa rosa podrían incluso acusar a Jason de bígamo.

Amelia sonrió al mirarse en el espejo. Cuando era un hombre, habría deseado estar en la cama con dos mujeres como ella y Li Wei. Solo entonces se dio cuenta de la extraordinaria belleza de ambas. Dos mujeres hermosas viviendo en la misma casa con Jason... Por supuesto, ese tipo de rumores habrían parecido creíbles, y hasta habría sentido una gran envidia por no estar en la piel de Jason.

—Lo entiendo —respondió Amelia, aceptando la realidad de la situación—. Maldita prensa amarilla, siempre inventando rumores. Li Wei es solo nuestra amiga, pero comprendo la posibilidad de que surjan malentendidos.

Jason asintió, aliviado por su comprensión, y luego miró su reloj. —Me alegra que lo entiendan. Una vez dentro, no habrá problema si estáis las tres juntas. Voy a subir a arreglarme también.

—Si lo desea, podemos arreglar su cabello antes de irnos —sugirió la líder del equipo de peluqueras con una sonrisa.

Jason sonrió ante la oferta. —Pues no es mala idea.

Mientras Jason terminaba de arreglarse el cabello, observaba en el espejo cómo el reflejo de Amelia se movía por la habitación, ajustándose los últimos detalles de su vestido. La perfección del vestido, diseñado a medida para ella, no hacía más que resaltar la belleza natural que siempre había poseído, pero que ahora, envuelta en el lujo de las marcas más exclusivas, parecía alcanzar nuevas alturas.

Jason, tan seguro de sí mismo como era habitual, se encontró reflexionando sobre la importancia de esa noche. No solo para Amelia, sino también para él y para todo lo que estaban construyendo juntos. La gala no era solo un evento social; era una presentación ante el mundo, un despliegue de poder y estilo que debía ser impecable.

Ya tenía ganada su posición como gran empresario y había acudido a innumerables galas de este estilo, sin embargo, para Amelia era su primera aparición pública en un evento de esta índole. Sería juzgada sin piedad, y muchos periodistas estarían atentos a sus movimientos, deseando poder obtener algún chisme jugoso.

Si eso no fuera suficiente, estarían las típicas mujeres dispuestas a destronarla como su pareja para ocupar ellas su lugar. Lenguas afiladas dispuestas a sacarla de sus casillas y resaltar sus defectos. Esperaban un estallido por parte de Amelia para hundirla aún más a los ojos del público.

Amelia, sintiendo la mirada de Jason a través del espejo, se giró para mirarlo. A pesar de sus nervios, sonrió suavemente al verlo tan concentrado. Sabía que él estaba haciendo todo lo posible para que esa noche fuera un éxito. Ella también se preparaba mentalmente, recordando las lecciones aprendidas en sus años en Harvard y en las experiencias que había acumulado a lo largo de su vida. Ahora era el momento de demostrar su valía.

En la habitación de al lado, Mei y Li Wei se asistían mutuamente para ponerse sus joyas y perfeccionar los detalles finales de sus atuendos. El aire se llenaba de una combinación de expectativa y nerviosismo, pero también de una amistad que se había fortalecido desde su llegada hacía una semana.

—No puedo creer que estemos a punto de asistir a una gala de este nivel —dijo Li Wei, admirando su reflejo en el espejo mientras colocaba los últimos pendientes de "Etherea by Luminis".

—Será una noche para recordar, sin duda —respondió Mei, con un tono de nerviosa excitación en su voz—. Pero también es una gran responsabilidad. Debemos representar bien a Amelia y a nosotras mismas. Además, quizás podríamos conocer a un joven galán con quien quedarnos en este hermoso país.

—¿Así que no tienes ganas de volver a nuestro país? —inquirió Li Wei, entreteniéndose con un hermoso anillo que combinaba con sus pendientes y collar.

—Mi padre pretende utilizarme como una mera pieza de ajedrez, buscando casarme con alguien de las familias destacadas de Suryavanti —dijo Mei con tristeza en su rostro. Anhelaba regresar a Suryavanti, donde residían la mayoría de su familia y amigos, pero no a costa de un matrimonio desprovisto de amor.

Li Wei la miró con cariño. Después de tantos años juntas, era la primera vez que veía mostrar miedo a su amiga. Aunque no pertenecía a una de las cinco primeras familias, la familia Xiting no era una familia cualquiera. En riqueza, podría estar por encima de alguna de esas cinco, pero el no ser una familia antigua le quitaba ese glamour de las cinco grandes.

—Olvídate de eso. Vamos a divertirnos y a beber un poco. No deprimas a Amelia, que bastante tiene con la responsabilidad de ser presentada en sociedad —la animó Li Wei, arrancándole una sonrisa a Mei.

Ambas compartieron una mirada de complicidad, conscientes de que estaban a punto de entrar en un mundo donde cada detalle sería examinado, y donde un solo paso en falso podría tener consecuencias para el prestigio de ellas, Amelia y Jason. Sin embargo, también había un sentimiento de emoción. No era la primera vez que asistían a un evento de este calibre para ninguna de las dos. Por mucho que fuera otro país, se divertirían y lucirían igual de radiantes como solían hacerlo en Suryavanti.

La decisión de dividirse en dos coches no fue fácil de aceptar para ninguna de las mujeres, pero comprendieron la lógica detrás de ella. Mientras Amelia y Jason se acomodaban en un elegante coche negro, Mei y Li Wei subieron al otro vehículo, intercambiando miradas que reflejaban una mezcla de curiosidad y expectativa.

Durante el trayecto, el coche de Jason y Amelia recorrió las calles iluminadas de la ciudad. La noche estaba en su apogeo, y las luces de los edificios y las tiendas reflejaban un mundo de lujo y exclusividad. Amelia miraba por la ventana, observando cómo la ciudad se transformaba en un escenario preparado para su debut en la alta sociedad. Sentía un nudo en el estómago, pero el calor de la mano de Jason, que sostenía la suya con firmeza, le proporcionaba la seguridad que necesitaba.

En el coche de Mei y Li Wei, el ambiente era más relajado, aunque no menos cargado de expectativas. Mei se permitió un suspiro, dejando que la emoción de la noche la invadiera, mientras Li Wei ajustaba los pliegues de su vestido, preparándose mentalmente para lo que estaba por venir.

Al llegar al lugar de la gala, el coche de Jason y Amelia fue el primero en detenerse, atrayendo de inmediato la atención de todos los presentes. Jason salió con su natural confianza, irradiando una presencia que captó el interés de los fotógrafos y curiosos que se agolpaban para presenciar las llegadas. Los flashes comenzaron a dispararse, llenando la noche con destellos de luz mientras los murmullos de la multitud crecían en intensidad.

Con un gesto elegante, Jason se giró para ayudar a Amelia a salir del coche. Su mirada, protectora y orgullosa, se posó en ella mientras la joven emergía, envuelta en el magnífico vestido de "Velvet Couture". En cuanto puso un pie en la alfombra roja, los murmullos se transformaron en un coro de comentarios admirativos. Amelia, con una sonrisa que combinaba seguridad y modestia, se aferró con suavidad al brazo de Jason, conscientes ambos de que cada paso que daban era seguido con atención por todos los presentes.

Los periodistas, ansiosos por obtener alguna declaración, comenzaron a llamarlos desde detrás de las barreras.

—¡Señorita Antúnez, por favor, un minuto! ¡Señor Jason, una declaración!

Jason se volvió hacia uno de los periodistas con una sonrisa, guiando suavemente a Amelia para que también se girara. Aunque Amelia sentía los nervios crecer, su sonrisa no flaqueó y se aferró un poco más fuerte al brazo de Jason, encontrando en él el apoyo que necesitaba.

—Señorita Antúnez, está usted deslumbrante. Su vestido es magnífico. ¿Es acaso de alguna de las marcas de su recién fundado grupo empresarial? ¿Quizás de "Velvet Couture"? ¿Podremos ver tiendas de "Velvet Couture" en Hesperia? —disparó emocionado un joven periodista, aprovechando la oportunidad de tenerlos tan cerca.

Amelia, manteniendo la compostura, respondió con elegancia:

—Me alegra que haya reconocido la marca de mi vestido. En efecto, tanto el vestido como las joyas pertenecen a "Luminis Luxuria Group". El vestido es de la última colección de "Velvet Couture", y mis pendientes, pasador de pelo, gargantilla, pulsera y anillo son de "Etherea by Luminis". Jason lleva un traje de "Noir Elan". Respecto a la apertura de tiendas de "Luminis Luxuria Group" en Hesperia, es algo que no descartamos. Bravura y la capital son opciones viables, pero aún es temprano para tomar una decisión definitiva. Cabe destacar que "Velvet Couture" y "Noir Elan" son marcas exclusivas, no dirigidas al gran público.

Unos minutos después, mientras Jason y Amelia seguían atendiendo a la prensa, el coche de Mei y Li Wei llegó al lugar. Ambas mujeres descendieron con elegancia, sus vestidos captando la luz de los flashes de las cámaras, lo que realzaba aún más su belleza. Mei, habituada a los eventos sociales de alta sociedad, manejó la atención con naturalidad y gracia. Li Wei, aunque menos acostumbrada a ser el centro de todas las miradas, se mantuvo firme y compuesta, demostrando una confianza serena.

Mei y Li Wei se acercaron para saludar brevemente a Jason y Amelia, pero al ver que la prensa seguía centrada en la joven pareja, decidieron no interrumpir más y permitieron que continuaran atendiendo a los medios de comunicación. Con una sonrisa discreta, se dispusieron a avanzar hacia la entrada del evento.

—¿Nos podría decir quiénes son esas dos jóvenes que acaban de saludarles? —preguntó una periodista del programa de internet "Corazón Ardiente", su tono reflejaba la curiosidad de todos los presentes.

Jason, sin perder la calma, sonrió antes de responder con su acostumbrada elegancia:

—Oh, claro. Ellas son mi hermana Mei Xiting y su amiga Li Wei Tan.

Aunque Jason no había esperado que Mei y Li Wei se unieran a ellos en la alfombra roja, la prensa estaba visiblemente emocionada por la presencia de una pareja de empresarios tan atractivos y carismáticos. Tras una pausa cortés, Jason decidió que era el momento de continuar hacia el evento.

—Si nos disculpan, desearíamos seguir hacia el acto benéfico. Ha sido un placer hablar con ustedes —añadió Jason, con una inclinación de cabeza que indicaba el fin de la conversación.

Con esas palabras, Jason y Amelia comenzaron a avanzar por la alfombra roja, seguidos por Mei y Li Wei, dejando a la prensa atrás mientras se adentraban en lo que prometía ser una noche inolvidable.