"Espero que tengan algo nuevo hoy," pensé mientras me acercaba a la tienda de cómics. El frío de la noche envolvía las calles, y las luces de los escaparates reflejaban en los charcos que salpicaban la acera.
Soy un adolescente, y diría que soy más guapo que el promedio, pero no tanto como para destacarme en una multitud. Tengo el cabello castaño, ojos oscuros y una expresión que siempre parece entre curiosa y pensativa.
Pensaba en el nuevo número de *X-Men* que había estado buscando o en ese cómic de *Daredevil* que aún no tenía. Ya había leído la mayoría de los cómics de Spider-Man, ya que desde niño quedé fascinado con el héroe que, siendo fuerte, ayudaba a los débiles, a los que no tienen nada, y los protegía, aun a costa de su vida privada. Ese sacrificio siempre me había impresionado.
Mi mente estaba sumergida en las películas de Spider-Man de Tom Holland cuando un grito rompió la tranquilidad de la noche.
"¡Ayuda!"
Giré la cabeza rápidamente y vi a un grupo de personas huyendo de la tienda hacia la que iba. Un hombre salió tras ellos, agitando un cuchillo de manera violenta. Sus ojos estaban desorbitados, como si estuviera enloquecido. Era un tipo alto y corpulento, con la ropa desaliñada y sucia, como si hubiera estado vagando por las calles durante días.
"¡Muéranse! ¡Jajajaja!" gritaba el tipo, con una risa loca y maniática que resonaba en los muros de los edificios cercanos.
Mi primer impulso fue correr. "Esto no puede estar pasando," pensé, sintiendo el miedo apoderarse de mí. Pero al mirar hacia un lado, vi a una chica paralizada por el terror, justo en la trayectoria del maníaco. Era joven, probablemente de secundaria, con un abrigo grueso y un gorro que apenas le dejaba ver los ojos llenos de pánico. Estaba atrapada, sin saber a dónde ir, como un cervatillo deslumbrado por los faros de un auto.
"¡Corre, vete de ahí!" grité con todas mis fuerzas, pero ella no se movió. "Mierda..."
Sin pensarlo mucho, me lancé hacia el hombre. No podía permitir que lastimara a nadie más. Mientras corría, no podía evitar pensar en lo que haría Spider-Man en esta situación. "Peter Parker nunca huiría," me repetí, usando esa idea para encontrar valor en medio del caos.
"¡Déjala en paz!" grité, lanzándome sobre él. Logré derribarlo al suelo, y caímos, juntos, rodando por la acera. El frío de la noche se sentía a través de mi ropa, y el pavimento duro me raspó las manos. Me esforzaba por inmovilizarlo, sintiendo cómo la adrenalina me mantenía alerta. A mi alrededor, la gente empezó a acercarse, algunos con teléfonos en la mano, otros intentando ayudar. Pero el tipo seguía forcejeando con una fuerza inhumana.
En medio del caos, sentí un dolor agudo en el estómago. Me había apuñalado, pero logré quitarle el cuchillo antes de que pudiera atacar de nuevo. "Mierda..." El dolor era intenso, un ardor profundo que se extendía desde la herida y hacía que me tambaleara. Traté de mantenerme consciente, pero mi visión se nublaba mientras la gente me ayudaba a detener al tipo. Escuchaba las sirenas de la policía y las voces preocupadas de los transeúntes, pero todo se sentía distante, como si estuviera en un sueño.
"¡Alguien llame a una ambulancia!" pedí, sintiendo cómo el dolor se hacía cada vez más insoportable. La adrenalina ya no era suficiente para mantener el dolor a raya. Mis piernas se volvieron débiles y caí al suelo, incapaz de mantenerme de pie. El frío del pavimento era lo único que podía sentir con claridad.
El cielo nocturno, adornado con las luces y el brillo de las estrellas, se volvió mi único enfoque. Las estrellas titilaban como pequeñas agujas de luz, y por un momento, todo se volvió tranquilo. Escuchaba las voces a mi alrededor, pero todo parecía lejano, amortiguado. Pensé en Peter Parker, en cómo siempre había seguido adelante a pesar de las heridas y los desafíos. "¿Esto es lo que siente Spider-Man cuando se lastima?" La idea me dio un consuelo amargo. Sabía que no era Peter Parker, y que probablemente no sobreviviría a una herida tan profunda, pero al menos había hecho lo correcto.
En eso, vi a la chica que había intentado salvar. Se acercó con lágrimas en los ojos, su rostro estaba pálido y su cuerpo temblaba.
"¡Gracias, gracias por lo que hiciste! Me salvaste," dijo, su voz temblando de emoción y miedo.
"De nada... eso... es lo q-que tenía... que hacer," murmuré, tratando de sonreír. Mis palabras salían débiles, pero quería que supiera que lo había hecho por propia voluntad.
Mientras la ambulancia llegaba, me sentía agotado pero aliviado de haber podido ayudar, aunque el costo había sido alto. En la oscuridad, con las luces de la ambulancia parpadeando a lo lejos, pensé en cómo, a veces, la valentía se mide en momentos como este, cuando te enfrentas al peligro sin ser un héroe de cómic, sino simplemente un chico tratando de hacer lo correcto.
Entonces, todo se volvió negro. Traté de abrir los párpados, pero seguía oscuro. Luego, vi una luz; era tan brillante que tuve que cerrar los ojos.
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"¿Dónde estoy?" fue lo que pensé al mirar mi entorno.
Al abrir los ojos, me encontré en un callejón antiguo, con paredes de ladrillo húmedo que desprendían un olor a moho y agua estancada. La luz del sol, suave y cálida, se filtraba entre los edificios altos, iluminando pequeños detalles: los musgos que crecían entre los ladrillos, las grietas en el suelo, y un vertedero de basura cerca, con bolsas abiertas y restos esparcidos. Había un toque europeo en el ambiente, como si el lugar perteneciera a otra época.
Me toqué el estómago por donde me habían apuñalado, tratando de encontrar la herida, pero no había nada. Solo piel intacta y sin rastro del dolor que había sentido antes.
Fue entonces cuando miré mis manos y noté que parecían diferentes, se sentían más fuertes, llenas de energía. "¿Qué...?" Además, tenía un dispositivo avanzado en la muñeca que se veía idéntico a los lanzadores de telarañas de Peter del UCM. Me pregunté si me estaba volviendo loco o si los medicamentos que me habrían dado en el hospital me estaban haciendo alucinar.
Entonces, sentí un dolor de cabeza intenso, y de repente, recordé la vida de Peter Parker. Un adolescente que perdió a sus padres, a su tío Ben, y al Sr. Stark. Todo lo recordaba como si lo hubiera vivido yo mismo, no alguien más. Y sentía todo su dolor. Recordé el sufrimiento en el funeral del tío Ben y del Sr. Stark, como si hubiera sido ayer.
Sí, había reencarnado en Peter Parker, mi héroe favorito. Tengo 16 años, y por lo que sé, han pasado ocho meses desde la batalla final contra Thanos. Recuerdo convertirme en polvo, y no es nada agradable. Estoy en Europa, en el viaje de *Spider-Man: Lejos de Casa*.
Recuerdo que apareció lo que la gente llama Hydro-Man, y también Mysterio, un loco que usa tecnología de hologramas, pero que sigue siendo un hombre normal.
Estoy yendo al hotel después de la aparición de Hydro-Man y Mysterio, la cual creó un desastre en el lugar. Me quité los lanzadores de telarañas y los guardé en mi mochila. Caminé hacia el hotel siguiendo mis nuevos recuerdos, que aún se estaban terminando de integrar con los míos.
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"Tienen que ser extraterrestres, te lo apuesto," dice Ned mientras Betty está a su lado. "Aquí dice que un marinero llamado Morris Bench... fue expuesto a un generador submarino y adquirió poderes hídricos," añade Flash, dando vueltas y leyendo las noticias en su teléfono.
"Sí, claro, y tú crees todo lo que lees en Internet," responde MJ con su característico sarcasmo, mientras se sienta en las escaleras del hotel.
"Spider-Man puede vencerlo," dice Flash con admiración. "¿Qué crees que sea?" pregunta el Sr. Harrington al Sr. Dell mientras observan las noticias sobre lo que pasó hoy. "Bueno, como hombre de ciencia..."
"Son brujas," interrumpe el Sr. Dell, con una expresión de completa seriedad.
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"¡No!, nos queremos quedar," le digo a May por teléfono.
"Qué bueno que metí tu traje, ¿no?" dice May, sabiamente, sabiendo que lo dejaría por querer vacaciones normales. "Si, y gracias por eso" respondo.
"¿Quién era ese tipo que estaba contigo? ¿Era el Sr. Strange?" pregunta curiosa. "Doctor Strange, May, es Doctor Strange. Y no, no sé quién era. Era un tipo nuevo, pero se ve sospechoso", le explico, pero soy interrumpido por un ruido de fondo. "¡Oye, Happy! Ese es mi almuerzo. No te comas eso", escucho decir a May.
"¿Happy está ahí?", pregunto, sorprendido.
"Sí, es Happy. Está aquí. Se ofreció como voluntario para ayudarme y está en la oficina", me dice. Se siente un poco raro que Happy salga con la tía May, pero eso es asunto de ellos. "Y te quiere saludar", añade, mientras me pasa a Happy.
"Hola, Peter", dice Happy con su tono característico.
"Hola, Happy", le respondo, tratando de no sonar incómodo.
"Perdón, estoy trabajando. Tengo que entregar unos volantes", dice rápidamente. "¿Qué estás haciendo en...?", intento preguntar, pero me interrumpe.
"Me alegra que te estés divirtiendo. Estoy cuidando bien a tu tía", dice con un tono protector antes de pasar de nuevo el teléfono a May.
"¿Bueno, y cómo va tu plan?", pregunta May, con un tono maternal que siempre me hace sentir seguro.
Recuerdo el plan para declararme a MJ y reviso el collar que compré para ella. "Bien", le digo, intentando sonar seguro.
"No pienses demasiado. Sigue tu intuición y te irá bien", aconseja May, siempre sabia.
"Lo sé. Tal vez mi sentido arácnido me diga cuándo es el momento adecuado para declararme. No te preocupes, lo tengo controlado. Te quiero. Adiós", me despido con cariño y me giro para ver las noticias en la televisión del hotel, que muestra a Misterio luchando contra Hydro-Man. Con los demás observando la pelea, me acerco a las escaleras junto a MJ.
"¿Quién es ese tipo?", pregunta Betty, intrigada por el hombre con casco de pecera que está lanzando magia verde al Hombre de Agua gigante.
"Es como Iron Man y Thor en uno solo", responde Brad, a quien miro como si estuviera loco.
"Es bueno, pero no es Spider-Man", comenta Flash con una sonrisa autosuficiente.
"Estás obsesionado con Spider-Man", le dice MJ, con un tono que mezcla burla y curiosidad, como si ella no estuviera igualmente interesada.
"¿Qué? Es lo máximo, ¿sí? Protege el vecindario y, ya sabes, es inspirador. Me inspira a ser un hombre mejor", dice Flash mientras pasa y se detiene a mi lado.
"¿Qué pasa, sarnoso? Pensé que te habías ahogado", comenta, lanzándome una mirada de superioridad.
Lo miro por un momento, tratando de no reírme en su cara, y me giro para ver lo que están haciendo los chicos, quienes siguen pegados a las noticias. "Parece que lo llaman 'Misterio'", dice Brad, intentando descifrar cómo llaman al tipo que lucha contra Hydro-Man.
"'L'uomo del mistero' significa 'el hombre del misterio' en italiano", explica MJ, con ese tono enciclopédico que siempre la hace parecer la más inteligente de la clase. "Ellos tampoco saben quién es en realidad".
"Misterio", dice Ned, asintiendo junto a Betty. "Un buen nombre", coinciden los dos al mismo tiempo, mirándose a los ojos como si estuvieran viendo a su media naranja.
"Mi amor", dicen ambos al unísono, sonriendo con complicidad.
"¿Cuánto pudiste ver?", le pregunto a MJ, que está a mi lado, tratando de sonar casual.
"No mucho. Iba corriendo", responde con una pizca de sarcasmo al final.
"Sí, yo también estuve corriendo, pero logré ver al tipo con pecera en la cabeza", le digo, intentando mantener la normalidad en mi voz. "Así que mañana, París. Vamos a la Torre Eiffel. Va a ser increíble", le comento, tratando de cambiar de tema.
"Leí que fue construida como una antena de control mental... para crear un ejército de locos. Por eso es mi destino favorito en todo el viaje", dice MJ, girando la cabeza para mirarme con esa expresión que solo ella tiene.
Después de eso, todos se retiran a sus dormitorios. A mí me toca compartir habitación con Ned. "¿Qué vas a hacer con el monstruo de agua?", me pregunta Ned mientras entramos en la habitación.
Uso mi sentido arácnido para escanear el área en busca de personas cercanas o dentro de la habitación. Solo detecto a una, ya dentro, que supongo que es Nick Fury.
"Nada, después de todo es solo una farsa. Solo drones y tecnología holográfica", le respondo mientras veo cómo le disparan un dardo tranquilizante en el cuello a Ned, y el pobre cae en la cama, profundamente dormido.
Me giro para ver al invitado inesperado. Está ahí, de pie, con su característico parche en el ojo. Aunque sé que en realidad es Talos, se parece demasiado al Fury que recuerdo haber visto en el funeral del Sr. Stark.
"Eres una persona muy difícil de contactar, Spider-Man", dice Fury, sentado en un mueble de la habitación con un arma en la mano, su tono amenazador y la forma en que hace sus apariciones demuestran que tiene una amplia experiencia en este tipo de situaciones.