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Capítulo 2 Teseracto

Tony Stark 2

Un mes pasó, y un nuevo grupo de abogados creó Extremis Corp,

llamando la atención del mundo entero cuando se registró a él como propietario

mayoritario. Aunque no era el CEO, sí era quien dirigía todas sus acciones y

había creado todas las reglas de la compañía...

—Señor, las cápsulas de seguridad están listas para la

administración del Extremis Súper —informó Jarvis, que ya tenía más de

cincuenta copias pululando por ambos laboratorios y ya no tenía necesidad de

hacer más.

—Esto es mala idea —dijo Maya dando un paso atrás.

Ellos estaban en el laboratorio biológico, y las cápsulas de

dos metros y medio de altura y un metro de ancho eran para evitar que el

sobrecalentamiento inicial dañara los componentes del laboratorio. Él y Maya

también llevaban trajes de materiales a base de carbón, que resistirían el

calor en mayor medida que cualquier traje de acero.

—Adelante —dijo Tony sin importarle, y como estaba seguro de

su propio trabajo, entró en la cápsula. Maya, que solo hacía un espectáculo, se

apresuró a entrar en la segunda cápsula.

...

El proceso de transformación era doloroso y duró una hora,

pero ellos estaban inconscientes y no sintieron nada, por lo que salieron de

las cápsulas, mirándose el uno al otro, impresionados por sus cambios. El

Extremis, en su versión completa, los había dejado viéndose como personas en

sus treinta recién cumplidos, con una piel suave como la de un bebé y una

reforma casi completa de sus cuerpos.

—Tu apariencia cambió de forma impresionante —alabó Tony,

mirando a la belleza a su lado.

—Ambos lo hicimos —dijo Maya con una sonrisa.

—¿Eso piensas? Yo no noto ninguna diferencia en mí —dijo

Tony. Maya puso los ojos en blanco porque él incluso había crecido algunos

centímetros.

...

Con el Extremis en sus manos, Tony se tomó el día para

contratar seguridad, yendo al refugio de veteranos señalado por Happy y

ofreciendo trabajo a todos.

Tony consiguió más de doscientos guardias de seguridad, pues

el contrato de trabajo que ofrecía, además de un sueldo doble, incluía una

póliza de salud platino que cubría cualquier accidente para sus empleados y

familiares, e incluso la vejez estaba en la lista. Por lo tanto, un abuelo de

cien años también se convirtió en uno de sus empleados, a la espera de su

tratamiento con el Extremis Súper, que comenzaría al día siguiente en su

mansión, pues Jarvis estaba preparando las cápsulas en ese momento.

Para asegurar la fe de sus empleados, Tony les dio un mes de

adelanto, y como él era Tony Stark, conocido por ser un millonario excéntrico,

pero no un villano loco, tampoco hubo muchas dudas sobre si cumpliría su

palabra.

—Señor Stark, el señor Nick Fury se ha comunicado y solicita

hablar con usted lo antes posible —dijo Jarvis cuando él volvió a su mansión al

mediodía. Tony asintió.

—Llámale y dile que si ya ha conseguido lo que le pedí, lo

veré en mi mansión. Puede traer a Coulson, Ojo de Halcón y la Viuda Negra con

él, pero a ningún otro agente ni nadie más de S.H.I.E.L.D. Si no ha terminado,

que siga trabajando. Estoy demasiado ocupado para charlar en este momento —dijo

Tony.

—Transmitiré su mensaje —dijo Jarvis.

Un par de horas después, Nick Fury se presentó en su casa,

acompañado de los tres agentes que él había mencionado. Tony les permitió

conservar sus armas, pero todo lo demás fue requisado en la entrada por sus

puertas de seguridad, que les obligaron a dejar todos los aparatos electrónicos

fuera antes de dejarles entrar.

Ahora, Nick Fury estaba sentado frente a él en su sala

principal, con sus tres agentes detrás, mirándole amenazador.

Tony lo ignoraba y revisaba el archivo que ellos habían

pasado a Jarvis antes de entrar, quien lo examinó y se lo pasó a su tableta

personal.

—Encerrado de por vida en una prisión secreta. Eso es bueno,

sería mejor si recuperaran sus acciones de la compañía para mí, pues se las

había dado como un gesto de confianza, pero este la traicionó —dijo Tony. Nick

entendió la advertencia.

—S.H.I.E.L.D. cuida de los suyos, su padre fue uno de

nuestros fundadores, supongo que eso ya debería saberlo —dijo Nick Fury. Tony

sonrió con desprecio y les pasó su portátil. Nick Fury revisó el archivo

abierto por él y lo miró junto a sus agentes.

—¡Esto es imposible! —sentenció Nick Fury. Él y sus agentes

lucían igual de alarmados.

—¿Se refiere a que al menos la mitad de S.H.I.E.L.D.,

incluyendo a su jefe máximo Alexander Pierce, son miembros de Hydra, o que

ustedes hayan sido tan ciegos para no verlo y tan tontos como para creer que no

habría consecuencias por reclutar a miembros de Hydra en sus filas? —preguntó

Tony. Nick Fury apretó los dientes.

—Esto no…

—Mis padres fueron asesinados por Hydra, por el llamado

Soldado de Invierno, también conocido como Bucky, un antiguo aliado del Capitán

América. Los ataques en Sokovia también fueron realizados por Hydra, pues

tienen una de sus principales bases y líderes en ese lugar.

»La persona que han encerrado es solo un cebo puesto para

ustedes porque Hydra, que está infiltrada entre ustedes, quiere las armas que

he prometido para su propio uso y les ha colocado migajas de pan y falsificado

toda una investigación, y ustedes no se han dado cuenta porque son sus

marionetas —concluyó Tony con frialdad—. Ahora, podemos colaborar para

deshacernos de Hydra, o puedo exponer toda la información que tengo y que

reuniré en el futuro para destruir tanto S.H.I.E.L.D. como a Hydra —agregó.

Nick Fury no se apresuró en responder. Se tomó su tiempo para

revisar la poca información que él le había pasado, de sus recuerdos de otro

mundo, aunque, investigando todas esas cosas, sin duda Hydra sería expuesta, en

especial al doctor Arnim Zola, que disponía de la información de todos los

agentes de Hydra.

—Si todo esto es verdad y nos enfrentamos a Hydra,

S.H.I.E.L.D. sería destruida con ella —dijo Nick Fury. Y eso era cierto, pues

la mitad de S.H.I.E.L.D. era Hydra, y al enfrentarlos, era evidente que sería

una guerra con muchas bajas, y al final también caerían. Tony asintió.

—Jarvis, adelante —dijo Tony y Jarvis, que portaba la Mark 2,

entró en la sala—. Esta es una armadura de combate con capacidad de vuelo, con

una velocidad máxima de Mach 2, repulsores de disparo rápido, ametralladoras de

precisión, misiles dirigidos y un blindaje capaz de resistir el disparo de un

tanque.

»En cuanto a su movilidad, es estándar a la de un soldado

cargado con su equipo. Por otro lado, este es el diseño compacto para tareas

civiles; el modelo de guerra es algo más vistoso. Su única debilidad hasta

ahora es su fuente de energía, pues necesito algo más de investigación en este

aspecto y materiales especiales, de los cuales no dispongo —concluyó Tony.

—¡Quieres el Teseracto! —gruñó Fury. Tony asintió sin

negarlo.

—Por supuesto, esto no es lo único que les ofrezco por

permitirme estudiarlo para crear mi fuente de energía duradera para estas

armaduras —dijo señalando la laptop—. Abran el archivo Extremis Súper, la

contraseña es Jarvis —dijo Tony.

Fury hizo lo que le dijo y levantó una ceja.

—Esto parece suficiente para nosotros —dijo Nick Fury. Tony

sonrió.

—Si no entregan ese cubo, pueden olvidarse de cualquier

colaboración —advirtió Tony, comprendiendo sus intenciones.

—¡Esto es chantaje! —se quejó Coulson.

—No, es una estafa, pero una estafa de ustedes hacia mí,

porque yo les entrego súper armas, pero ustedes solo se aprovechan y no dan

nada a cambio —dijo Tony, levantando una ceja para ver si alguno de ellos decía

algo en contra, pero ninguno resultó ser tan descarado, pues ya habían hecho

una chapuza con Obadiah, dejando escapar a sus cómplices, que era toda la base

de Hydra en Sokovia.

—Debes devolverlo —dijo Fury—. Informaré de toda tu

investigación —agregó. Tony frunció el ceño.

—Tendrán las armaduras con una fuente de energía recargable y

horas, sino días, de potencia, así como más súper soldados que agentes leales

en su organización corrupta. No pidan más que eso, y tendremos un trato

—replicó Tony—. Ah, y sin duda devolveré su cubo, no es algo que me interese

—dijo Tony con sinceridad, porque él quería la joya del infinito, no la carcasa

donde estaba oculta. De seguro, él tendría que romperla, pero ya tenía una idea

para crear una copia convincente.

—Si Hydra está infiltrada en S.H.I.E.L.D., ellos no querrán

que te entreguemos el Teseracto —dijo Fury.

—Lo harán cuando usted les entregue un archivo con las

capacidades de la armadura, y el Extremis en su versión normal de cura y tratamiento

para la juventud eterna a su jefe, y le diga que tome la decisión sobre

entregar el Teseracto para hacerle una batería —dijo Tony—. Al igual que antes,

ellos sin duda estarán dispuestos a arriesgar para conseguir poder —dijo Tony.

—Parece confiar mucho en sus planes, señor Stark, pero no

somos los únicos en hacer chapuzas —reprendió Fury—. Su plan de asesinato para

Killian fue de lo más tonto, una inspección a su avión y ya hubo suficientes

pruebas para encerrarlo —dijo Fury, revelando lo que él pensaba que era su

carta de triunfo sobre él. Tony sonrió.

—Killian era un terrorista que planeaba usar una versión

inestable de Extremis en humanos, provocando sus muertes y la de muchos

inocentes a su alrededor. La razón de que ensuciara mis manos con él es que

sabía que involucrarles a ustedes revelaría Extremis a Hydra. Y si estuvieron

hurgando en su asesinato, también debieron investigarle a él y sus preparativos

futuros. En todo caso, hice su trabajo y fue algo extremadamente desagradable,

por lo que agradecería que no lo mencionasen más —advirtió Tony.

—Killian pudo ser arrestado y encerrado —dijo Ojo de Halcón.

—Y así usaría la información sobre Extremis para negociar su

libertad con Hydra —replicó Tony—. Como dije antes, me he ensuciado las manos

por su causa —agregó.

Nick Fury lo miró por varios segundos y después se levantó

para marcharse, no sin antes pedir una copia del archivo de la armadura y el

Extremis.

Tres días después, el Teseracto estaba en su laboratorio.

Tony sonrió cuando lo sostuvo y no recibió ningún daño. Luego, pensó en moverse

al otro lado del laboratorio y desapareció, para aparecer en el lugar en el que

pensaba.

Maya, que estaba en su propio laboratorio, corrió para

mirarle con asombro mientras él se transportaba por ambos laboratorios.

—¿Qué es esa cosa? —preguntó Maya con asombro.

—Algo que vale la pena estudiar —dijo Tony, pues el

Teseractor podía darle más que poderes para moverse por el espacio tiempo.

También fue el responsable de los poderes de Carol Danver,

Capitana Marvel, convirtiendo su cuerpo, en una especie de reactor arc humano.

Por supuesto, ese proceso de cambio, era algo a lo que él no tendría acceso,

sin un estudio profundo del poder de la joya.

En cuanto a necesitarla para crear fuentes de energía, él ya

tenia el reactor arc mar 2, no necesitaba más potencia para las actuales

armaduras, su único interés por el Teseractor, era la gema del espacio, para la

cual planeaba crear un recipiente menos escandaloso, que este enorme trasto,

que había hecho Odín para ella.

—Pero eso tendrá que esperar, tenemos una presentación que

hacer —dijo Tony, dejado el Teseractor sobre un pedestal, al lado del cual, dos

droides Jarvis, con armaduras de Ironman montaron guardia.

Tony arregló su corbata y su traje, y miró a Maya, que

llevaba un vestido de gala. El le tendió el brazo, y ambos salieron del

laboratorio.

—Jefe, el perímetro esta Libre —dijo un hombre de unos

aparentes treinta con algo de pansa, pero con un porte recto y firme, que

llevaba traje y corbata. A su lado estaba otro hombre con cuerpo de estatua, y

unos aparentes 30, pero uno de ellos tenia noventa años y el otro sesenta. Era

Jack Bruner, el encargado del refugio para veteranos, y uno de sus

subordinados, un soldado que había perdido ambas piernas en la guerra de

Vietnam.

—Adelante entonces —dijo Tony, y abrió la puerta de la limosina

blindada, para subir.

Maya fue guiada del otro lado y Jack le abrió la puerta,

mientras Frank, vigilaba el estacionamiento, donde estaban otros tres guardias,

también veteranos de guerra, que ahora eran súper soldados Extremis, con una

muy buena paga, y un seguro de salud platinun para sus familiares, que incluía

acceso a Cualquier versión regular de Extremis.

—Jefe dice Alan que el lugar esta repleto hasta dos cuadras

de del hotel —informó Jack que se sentó en el puesto del pasajero en la parte

delantera, mientras Frank manejaba.

Tony asintió, pues ya había rumores de que su nueva compañía

presentaría un producto que conmocionaría al mundo entero, y con su fama, el

evento estaba lleno de personalidades científicas, y medios de comunicación

internacionales, además de personalidades políticas, porque ellos recibirían

grandes beneficios de esta corporación.

Después de media hora de calles despejadas, gracias a sus

contactos políticos, su limosina escoltada por otros cuatro autos, llenos de

guardias de seguridad que figuraban como personal de seguridad de Extremis

Corp., llegaron al hotel cinco estrellas donde se haría la presentación del

Extremis en todas sus variantes.

Al llegar, un montón de periodistas se acercaron a él, pero

Tony no era aficionado a los medios, y solo saludó de forma cordial, sin

detenerse a decir tonterías, como hacía el antiguo Tony.

En la recepción de la presentación, les recibió una guía, y

más de su nuevos guardias, que se encargaban de la seguridad del lugar. Unos

pocos de ellos, eran veteranos recientes, pero la mayoría, había sido viejos

fuera de forma, y tardarían al menos un año, en recuperar su forma física.

Tony y Maya fueron guiados a la sala de presentaciones del

hotel, que era un gran teatro con tres pisos de parcos privados y una amplia

plataforma de presentación, donde ya estaban todos los presentadores, y el CEO,

de la compañía, que era una hermosa mujer de cuerpo escultural, largos cabellos

negros, y ojos azules, llamada Alice, que en realidad, había sido una abogada

de sesenta años. Ella les recibió y juntos se sentaron en una mesa, detrás de

los presentadores de la compañía, un hombre y una mujer, que eran presentadores

profesionales.

Maya y Tony estaban sentados al fondo, bajo la gran pantalla,

donde se mostraría información, uno a cada lado de Alice.

La presentación empezó de inmediato, dejando claro que

Extremis Corp., era una empresa separada de Stark Industries, aunque también

era en su mayoría de su propiedad, y ambas empresas se relacionarían de forma

estrecha en la rama de salud.

La presentación de la empresa duró media hora, y luego se

hizo el silencio cuando ambos presentadores advirtieron a su audiencia que, por

más impresionante que fuera el producto mostrado, todas las preguntas solo

serían respondidas al final de la presentación.

Así comenzó una hora de presentación sobre el origen de

Extremis, su creadora y una breve descripción de cómo funcionaba y lo que era

capaz de hacer, para luego pasar a las diferentes versiones que estarían

disponibles para el público general.

Había cuatro: una para regenerar extremidades, otra para

regenerar órganos, otra para heridas como fracturas o cortes graves, y la

última, una versión para rejuvenecer a una persona por hasta diez años.

La gente estaba conmocionada, pero la presentación no había

terminado, y los presentadores ignoraron las preguntas para pasar al área de

riesgos y seguridad, dejando a la gente muda al ver que el nombre Extremis no

era ninguna casualidad, y este producto era una bomba literal que requería

medidas de seguridad extremas para su uso.

Cuando la presentación terminó, las preguntas llovieron por

todas partes. Los presentadores se encargaron de responder primero las de

carácter político, asegurando el respaldo del gobierno a este proyecto y

mencionando los beneficios que traería al país. Luego, fueron las preguntas

científicas en el área de biología y química, respondidas por la doctora Maya

Hansen, y por último, las quejas de seguridad respondidas por él.

—Señor Tony Stark, ya nos ha dicho que la cápsula está

diseñada para contener la temperatura y asegurar que la segunda dosis

estabilizadora sea inyectada a tiempo, sin accidentes, pero los accidentes

siempre sucederán, y siempre, a pesar de que se hagan revisiones previas, habrá

la posibilidad de que la cápsula de tratamiento se estropee durante el proceso

de administración de la dosis.

»Cuando esto pase, ¿qué evitará que la persona dentro de la

cápsula termine como las ratas que hemos visto antes en la presentación, como

no más que una pila de cenizas? —preguntó un reportero.

Tony no pasó por alto cómo él pasó de un supuesto accidente a

un accidente en toda regla que ya convertiría a alguien en cenizas. Como allí

todos eran profesionales, su mala intención era evidente, aunque no por eso su

pregunta no era importante, solo que era malintencionada.

Tony miró a su CEO, y esta le asintió sin ningún disimulo,

anotando el nombre del periodista para vetar a este de sus reuniones y hacer

los correctivos legales correspondientes con su agencia.

El periodista, que era un hombre en sus cuarenta, se tensó en

preparación para una discusión, pero Tony lo ignoró y miró al resto de la

gente.

—Es una forma para nada profesional de hacer una pregunta,

pero eso no desvirtúa a esta, pues es un asunto de gran importancia, y como

tal, ya ha sido previsto —sentenció Tony—. En el “supuesto caso” —enfatizó—. De

que ocurra una falla con la cápsula de tratamiento, pues los accidentes siempre

ocurrirán, se activará un segundo mecanismo de inyección independiente dentro

de la misma cápsula.

»También hay un tercer mecanismo, separado, lo que significa

que la misma cápsula tiene tres mecanismos de administración del tratamiento,

completamente independientes uno del otro. En el casi imposible caso de que

estos tres mecanismos independientes uno del otro fallen al mismo tiempo,

siempre habrá una dosis preparada por el personal médico disponible para su

inyección manual.

»En caso de que estos cuatro mecanismos fallen al mismo

tiempo, hay otros mecanismos que no pueden ser revelados por motivos de

seguridad—. En realidad, había cuatro más—. Por lo que en caso de que todo

falle, debería hacerse una investigación de asesinato o terrorismo —concluyó

Tony con tono neutro, y la gente parpadeó.

Al terminar las preguntas, se hizo un estimado del tiempo que

tomaría aprobar el tratamiento con Extremis, siendo el plazo mínimo de tres

años y el plazo máximo de cinco años.

—Señor Stark, ¿puedo hacer una pregunta más? —preguntó una

reportera de cuerpo escultural con una sonrisa insinuante. Tony no pensaba

perder su tiempo con mujeres en estos días, pero una rubia siempre tenía sus

encantos y él asintió, a pesar de que la reunión había terminado.

—Señor Stark, su apariencia ha cambiado, y algunas personas

han notado que es usted más alto y parece más joven. ¿Ha usado Extremis?

—preguntó la mujer, y todos guardaron silencio.

—Eso es interesante, pero debo decir que se equivocan,

siempre me he visto así de bien. Sin embargo, como todo científico que se

precie, si desarrollo una cura peligrosa, es mi privilegio probarla primero,

aunque no noté ninguna diferencia al usar Extremis, por lo que mi compañera se

sometió a una dosis para tener resultados convincentes —explicó Tony con

seriedad. Maya puso los ojos en blanco, y la multitud se rio.

Al terminar la presentación, Tony regresó directo a casa,

pues la estrella que desarrolló el Extremis era Maya; él solo se encargó de que

no explotaran las cosas. En cuanto a los asuntos legales o administrativos, su

CEO ya tenía instrucciones claras y una línea directa con él en caso de

enfrentar una situación difícil.

Por todo esto, Tony regresó a su mansión para trabajar con,

en su opinión, la segunda gema más versátil y útil de las gemas del infinito,

después de la gema de la realidad, claro está. Pero él no lo consideraba así

por la capacidad de moverse por el espacio a cualquier lugar del universo en

segundos, pues ese era un poder solo útil para vagos y flojos. Él era un vago y

un flojo en su antigua vida, y seguía siendo un vago y un flojo en esta, pero

en esta vida él también contaba con un súper cerebro capaz de pensar en un

mejor uso para la gema del espacio que no fuera moverse a sí mismo por todo el

universo; tampoco era mover planetas, soles o galaxias, lo que no quería decir

que fuera imposible, pero si él tratara de ejercer tal poder, sin duda moriría

debido a que su cuerpo no lo resistiría.

No, lo que Tony pensaba hacer y el uso más roto que se le

podía dar a la gema del espacio no era a nivel macro, sino irónicamente, a

nivel micro, utilizando una infinitesimal parte de su poder universal para

mover las partículas que componían la materia, y de forma literal, reorganizar

sus componentes para convertir el simple plástico en Vibranium o, si se quería

ser más apegado al lore, el plomo en oro.

Por supuesto, usar este poder no era tocar un pedazo de

plástico, pensar en que se convertía en Vibranium y asunto arreglado. Para usar

este poder, él debía desear mover las partículas y ejercer poder sobre ellas,

como haría si se propusiera mover cualquier otro objeto, pues no servía pensar

en mover las personas de África a Estados Unidos para que se hiciera realidad;

si pretendía hacer algo así, él debía ejercer el poder de la gema sobre cada

una de esas personas y luego fijar un destino.

De esta forma, debía hacerlo a nivel molecular para cambiar

la estructura de un átomo, y lo primero que se debía tomar en cuenta era que él

no podía ver los átomos. También estaba ese pequeño asunto de que trastear con

la materia podía desestabilizar sus átomos y desintegrar medio planeta, pero

eso no era importante. Las cosas importantes eran el proceso y las herramientas

que necesitaría.

El asunto de ver los átomos se solucionó en parte con la gema

del espacio, que de forma subconsciente le daba control sobre la materia en sus

manos, pues cuando él se transportaba con la gema, no necesitaba pensar en la

ropa que llevaba puesta ni en la posición en la que quería aparecer, ni si

chocaría con una pared… nada de detalles. Él solo debía saber a dónde iba la

materia, y la gema se encargaría del resto.

De la misma forma, si conocía un átomo, sus partes, su

estructura y número de estos, y las partículas que los componían en teoría,

podía lograr su objetivo.

Como la misma gema se encargaría del primer problema, surgía

otro problema, y era que de nuevo, él no podía saber a simple vista cuántos

átomos había en un trozo de materia al azar, pues aunque fuera una sustancia

muy pura, siempre habría impurezas y cosas al azar que un humano, sin importar

su inteligencia, jamás podría calcular…

Bueno, estaba la gema de la mente, y la gema de la realidad

podía trastear con cualquier cosa sin necesidad de planes complicados, pero él

no dispondría de ellas hasta dentro de algunos años, y siempre había la

posibilidad de que no cayeran en sus manos. Teniendo esto en cuenta, él

necesitaba ayuda externa, y no había mejor ayuda para esto que una súper

computadora y un súper escáner.

¿Podría construir algo así? Sus armaduras ni siquiera estaban

disponibles en los planetas más avanzados de este universo, y disponía de una

gema del infinito que, aunque no pudiera usarla para cambiar la estructura de

un átomo por el momento, sí podía usarla para construir a nivel microscópico;

siempre que pudiera verlo, podía moverlo y reorganizarlo, solo debía practicar.

También debía crear una nueva interfaz para la joya que

pudiera mantenerse siempre con él, así que tenía una enorme cantidad de trabajo

por delante. Por fortuna, él disponía de mano de obra calificada, con una

precisión robótica y la eficiencia de una computadora, y docenas de manos para

ayudar a crear lo que fuera.

Este trabajador multipropósito era Jarvis, que en sí mismo, y

mientras más terminales creaba, más parecido a un súper servidor se volvía.

 

NA: La primera joya está en las manos del MC, y con su

cerebro, esto pronto se va a salir de control, pues en este fic todo su

potencial será usado.