—La puja alcanzó un crescendo con una voz afirmativa que gritaba: «1 millón y 400 mil monedas de oro reales...» La habitación cayó en un silencio atónito, la oferta resonando a través de las cámaras. Muchos de los invitados intercambiaron miradas asombradas, pues tal suma estaba fuera de su alcance. Era una considerable fortuna, especialmente para aquellos en el primer piso, que carecían del apoyo de facciones poderosas.
—Sakura, percibiendo la vacilación en la sala, dejó que sus ojos vagaran lánguidamente sobre la multitud, sus labios curvándose en una sonrisa tentadora. Su voz, goteando con dulce tentación, llamó: «¿Hay alguien más, mis queridos invitados, lo suficientemente valiente para desafiar esta magnífica oferta?» Hizo una pausa, dejando que sus palabras se quedaran flotando en el aire, sus ojos brillando con un destello seductor. «Esta Hierba Sombraluna, una rareza que baila bajo la caricia de la luna, espera a su digno maestro. ¿Quién la reclamará?»
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