—No creo que necesites seguir sentada en mi regazo, ¿verdad? Él ya se fue... —murmuró roncamente Huo Shen mientras miraba a la mujer que todavía estaba en su regazo sin planes de bajarse.
—¿Y si vuelve? ¿Ya no soportas a esta mujer apestosa? —se quejó haciendo pucheros antes de quitarse el sombrero velo y lanzarlo sobre la mesa. Huo Shen también se quitó su máscara y la colocó en la mesa al lado del velo. Aquella mujer fría y aguda había desaparecido, ahora era la traviesa Wei Wei, realmente podía cambiar su personalidad muy rápido.
—¿Estás tratando de aprovecharte de la situación? Él no va a volver ahora... No dije nada sobre el olor, ¿y quién huele así temprano en la mañana sin haber hecho nada? —soltó un suspiro fuerte levantándose con ella en brazos.
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