—De acuerdo. —Jeanne aceptó de inmediato.
Era tan directa que era difícil creerlo.
Alejandro había estado un poco asustado por la franqueza de Jeanne en estos últimos días.
Siempre sentía que cuanto más era así, más probable era que sucediera algo malo.
—No juegues sucio —amenazó Jonathan—, no quiero que se repita lo que ocurrió hace siete años.
—No te preocupes, ya no soy tan estúpida.
—Alejandro, prepara algunos regalos mañana por la mañana y lleva a Jeanne y Jorge a disculparse. No puedes permitir que haya conflictos entre nuestras familias —instruyó Jonathan.
Jeanne tenía muy claro que la razón de que Jonathan hiciera esto era que estaba preocupado de que los Lockes se enfadaran tanto que rompieran el compromiso. Él debía haber pensado que si los Lockes lograban trabajar en el proyecto de MUK pero el matrimonio se destruía, sería una gran pérdida para los Lawrence.
Por lo tanto, Jonathan astutamente dejó clara su posición de antemano al dar a los Lockes una explicación.
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