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Naruto: Golpe de realidad.

¿Qué pasaría si Naruto hubiese tenido un golpe de realidad antes de ser adoctrinado y, en consecuencia, perdiese su ingenuidad? AU, mundo más realista con personajes más coherentes, sin alienígenas, power-ups sin fundamentos ni evangelizaciones indiscriminadas. NarutoxTayuya/Ino/Sakura.

Blass · Cómic
Sin suficientes valoraciones
26 Chs

Tunda

El tiempo pasaba rápidamente y la rutina continuaba sin pausa. Naruto no sabía cuánto tiempo había transcurrido; sin necesidad de comer, beber o descansar, cada segundo lo dedicaba a mejorar, y eso se notaba. Cada vez más ágil, más preciso y más enfocado, el futuro ninja se transformaba bajo la exigente tutela de Tsugumi.

"¡Excelente, Naruto, has mejorado mucho!" exclamó Tsugumi con una sonrisa de aprobación. "Pero recuerda, necesitas fortalecer tu cuerpo para poder aplicar estas técnicas correctamente; de lo contrario, solo te lastimarás."

Naruto asintió con seriedad, comprendiendo la importancia del entrenamiento físico para complementar sus habilidades.

"Perfecto," dijo Tsugumi . "Ahora te enseñaré unos katas para que practiques." Su tono se volvió más serio mientras continuaba, "Luego, los pondrás a prueba enfrentándote a un adversario. Si no tienes a nadie, puedes usar un clon. También servirá para identificar y corregir tus fallos."

Naruto, con una expresión de frustración en su rostro, compartió su dificultad con Tsugumi. "No puedo hacer clones", admitió con pesar, "siempre me salen mal o medio muertos". La peliroja lo miraba con sorpresa y comprensión, intrigada por el desafío que representaba para el joven. "Inténtalo", le instó, "quiero ver cómo lo haces".

El rubio ejecutó los sellos requeridos para llevar a cabo el jutsu, aunque desde el principio tuvo la premonición de que algo no iba a salir bien. El clon que emergió estaba ligeramente desalineado y apenas coherente, con una expresión aturdida y boba. Apenas tuvo tiempo de existir antes de desvanecerse en una explosión de humo.

"¡Rayos! ¡Maldita sea!" exclamó Naruto, apretando los puños con fuerza. Frunció el ceño y dejó ver una expresión de frustración mientras observaba cómo su clon se desvanecía en el humo. "Siempre igual. No entiendo qué estoy haciendo mal."

"No te preocupes, yo sé cuál es el problema", dijo Tsugumi después de que Naruto demostrara la técnica. Identificó rápidamente la falla y decidió abordarla de frente, enseñándole al chico técnicas para controlar su chakra. "Muy bien", "practica estos ejercicios todos los días y podrás crear un clon en el futuro. Estoy segura de que el problema radica en que tienes demasiado chakra y te cuesta controlarlo".

Tsugumi retomó la conversación con un gesto animado, aplaudiendo con entusiasmo mientras esbozaba una amplia sonrisa. "¡Problema arreglado, continuemos!"

La peliroja se posicionó frente a Naruto con una postura firme y segura, irradiando una mezcla de autoridad y calma. Sus ojos rojos brillaban con seriedad mientras comenzaba a explicar los katas.

"Primero, observa atentamente," dijo Tsugumi con voz serena.

Con movimientos precisos y elegantes, comenzó a ejecutar los katas, mostrando cada movimiento con una claridad impecable. Sus brazos y piernas se movían con gracia y poder, demostrando una maestría innegable en las técnicas.

"Necesitas prestar atención a cada detalle," continuó mientras completaba la secuencia. "La posición de tus pies, la alineación de tus brazos, la sincronización de tus movimientos. Todo es importante para dominar esto".

Una vez que completó la demostración, se detuvo y se volvió hacia Naruto, quien observaba con atención cada movimiento.

"Ahora es tu turno," dijo Tsugumi, alentando a Naruto a poner en práctica lo que acababa de aprender. "Comienza lentamente y concéntrate en la forma. La velocidad vendrá con la práctica, pero la precisión es fundamental."

Tras la familiarización de Naruto con los katas, la imponente belleza finalmente habló 

"Has hecho un trabajo excelente, Naruto. Me enorgulleces", dijo la pelirroja con una sonrisa, mientras colocaba una mano sobre el hombro del alegre joven. "La última lección que tengo para enseñarte es una técnica de sellos que he creado. Consiste en almacenar chakra en el sello y luego liberarlo sincronizado con el chakra que estés usando para impulsarte. También puedes emplearlo de manera ofensiva", explicó. "No es la gran cosa, siempre preferí el taijutsu, pero sirve", añadió mientras se preparaba para demostrar la técnica.

La pelirroja se concentró, sus manos hábiles trazaron los sellos con una precisión impresionante. Una vez completados, una chispa de energía se materializó en el sello, centelleando con promesa. Con un rápido movimiento, liberó el chakra almacenado, y en un destello de luz, su figura se desplazó hacia adelante con una velocidad vertiginosa. "Así es como funciona", dijo con satisfacción, deteniéndose frente a Naruto. "Puedes colocarlo en las suelas de tus zapatos, en un kunai, o en cualquier otro objeto que se te ocurra." Su mirada brillaba con anticipación, esperando ver cómo Naruto asimilaría esta nueva técnica.

Con los ojos llenos de emoción, Naruto se lanzó hacia adelante sin reservas, impulsado por un deseo ardiente de aplicar la técnica. Su movimiento era como el de un relámpago, pero la velocidad lo traicionó, y pronto se encontró tropezando y dando vueltas en el suelo, arrastrándose unos cuantos metros con un frenesí descontrolado. Después de recuperar el control, se puso de pie y sacudió su ropa, con una sonrisa palpable en su rostro.

"¡Genial!", exclamó con estrellas en los ojos, mientras corría hacia su maestra. "¡Nadie va a poder atraparme! ¡Fuuuu! ¡Qué emoción!", añadió entre risas.

"Me alegra que te haya gustado, lindo", dijo mientras acariciaba la cabeza del niño. Pero ahora, el momento de despedirse había llegado. Una sombra de tristeza se posó inevitablemente sobre él. Había conocido a personas maravillosas que lo apreciaban tal como era y anhelaba tenerlas siempre en su vida. Sin embargo, sabía que eso no sería posible.

Tsugumi notó su pesar y, con una mirada comprensiva, lo consoló: "Es parte de la vida, Naruto. Hay cosas que no podemos cambiar. Todos vivimos nuestra propia historia y esto solo fue una pequeña parte de ella, maravillosa pero breve. Siempre te recordaré, y espero que tú también lo hagas y nos mantengas vivos en tu corazón", dijo mientras tocaba su pecho con su dedo. "Siempre estaremos ahí. Puede sonar cursi, lo sé, pero realmente lo creo".

Ante la inminente desaparición de su maestra, Naruto se apresuró a abrazarla una última vez, mientras ella se desvanecía en sus brazos. Reconoció en ella la primera persona que le había brindado un gesto tan cálido como un abrazo.

"Siempre te recordaré, lo prometo, creelo", murmuró Naruto con voz entrecortada, sintiendo el nudo en su garganta.

Tsugumi le dio un beso en la frente y le susurró con suavidad: "Adiós, Naruto", justo antes de desaparecer por completo.

El muchacho quedó momentáneamente paralizado, intentando procesar la abrupta despedida.

"¿Qué tenemos aquí? No hay tiempo para lamentos", espetó un hombre mayor, con una melena larga y un peculiar bigote. Mientras le propinaba una patada en la espalda a naruto revolcandolo por el suelo "Ya habrá tiempo para llorar luego. Estoy de muy mal humor. Nunca bajes la guardia".

Mientras Naruto luchaba por levantarse, sintió la punta de la espada de su nuevo maestro tocandolo en varias partes del cuerpo como una advertencia silenciosa de su vulnerabilidad. "Muerto, muerto, muerto, levántate de una vez. ¿Cuánto vas a tardar?", espetó el hombre con impaciencia. "¿Quieres que te mate otra vez? ¡Muerto, muerto...", continuaba, su voz cargada de furia.

"Claro, otro viejo loco", pensó Naruto, sin darse cuenta de que lo había pensado en voz alta.

"¿Qué dijiste?" gruñó el hombre, con el rostro rojo por la ira, pero sin cambio de expresión alguno. "Me llamo Ashina, mocoso mal educado. Parece que yo voy a ser el que tenga que educarte", rugió mientras agarraba a Naruto y comenzaba a golpear su trasero con fuerza, resonando con un dolor agudo y punzante. El joven se retorcía, tratando de escapar del castigo, pero Ashina lo sujetaba firmemente. "¡Ay ah basta, aaaaaa...!", se quejaba Naruto con cada golpe, sintiendo cómo el dolor se extendía por toda su retaguardia.."A ver si así aprendes a respetar a tus mayores", gruñó, con cada golpe reafirmando su autoridad y enseñándole una lección al joven rebelde.

Momentos despues de la disciplina el viejo lo miro friamente y le dijo" parate derecho" parece mas enano de lo que ya eres. Esta vez el joven Uzumaki conocia las consecuencias a la insubordinación asi que tomo la decision mas inteligente cerro la boca e hizo lo que le pidieron. 

"Bien, mi mama siempre decia que una buena tunda endereza a cualquiera, anque en ese momento no sabia apreciarlo por que yo era el que las recibia", dijo seriamente sin un atizbo de verguenza. 

Naruto no pudo evitar sentir una mezcla de respeto y asombro ante lo dura que tenia la cara el viejo.

"¡Hagamos esto rápido!", exclamó. "Yo fui el último líder del clan y morí protegiéndolo. Para mí, eso fue ayer, así que estoy irritado. Número uno no confíes en nadie. Número dos sé disciplinado. Número tres sígueme", dijo fuertemente mientras se dirigía hacia la oscuridad. ... , "Te voy a mostrar al Kyubi".

Con paso seguro, se adentraron en la penumbra, listos para enfrentarse a la imponente presencia del Kyubi y rememorar todo lo necesario para controlarlo.

"¡Aquí está!", exclamó Ashina. Naruto analizaba el entorno, pero solo veía una gran jaula vacía. "¿Dónde?" preguntó, confundido.

"Acércate", ordenó Ashina. Naruto obedeció y, de pie junto al anciano, aún no veía nada. Justo cuando se estaba volviendo hacia él con una mirada perpleja, escuchó: "Mira abajo".

Así lo hizo, y lo que vio lo dejó estupefacto. Decir que estaba sorprendido era insuficiente; realmente no tenía palabras para describir su asombro. Esperaba encontrar a la gran bestia que había atacado la aldea, por la cual el Cuarto Hokage había sacrificado su vida para sellarla. Sin embargo, lo que encontró no se asemejaba ni remotamente al relato que había escuchado.

"¿Qué diablos? ¿Este gato es el demonio que atacó la aldea?" se cuestionó, incrédulo.

"No soy un gato, mocoso. Soy el gran Zorro de las Nueve Colas. Vas a pagar caro por faltarme el respeto", gruñó el Kyubi, en un arrebato de ira, corriendo hacia Naruto, quien estaba aún más perplejo por la reacción del Kyubi.

En el momento exacto en que el zorro se disponía a atacar al niño, Ashina intervino con una patada precisa que lo lanzó por los aires hasta donde alcanzaba la vista. Manteniendo una expresión imperturbable, Ashina comentó con calma: "Ya volverá solo. Aprovechemos mientras tanto para retocar el sello".

Después de presenciar esto, Naruto realmente admiraba la capacidad del anciano para mantener su expresión imperturbable.

"La razón por la que el zorro está así es porque Uzushio usó su chakra para mantenerte vivo y casi lo desintegra. Va a tardar unos años en recuperarse, así que vamos a asegurarnos de que el sello quede bien puesto, y de paso te explicaré cómo funciona", dijo con calma.

"Para manejar al Kyubi y comprender cómo funciona su sello, necesitas entender la naturaleza del chakra del zorro y cómo interactúa con el tuyo", explicó con seriedad. "El sello actúa como una barrera que contiene su poder, pero también debes mantener tu propio control emocional para evitar que se desate".

"Cuando alcances suficiente habilidad, serás capaz de dominar el poder del Kyubi incluso si él se resiste", añadió, manteniendo una mirada seria en Naruto.

"Cuando necesites crear sellos para contener a otros, debes tener en cuenta la naturaleza del ser que deseas sellar y diseñar el sello en consecuencia. Requiere habilidad y un profundo conocimiento de las técnicas de sellado para que sean efectivas y seguras", continuó.

"¡Piensa rápido!", ordenó Ashina tras propinarle a Naruto una sonora bofetada en la nuca, que lo hizo girar sobre sí mismo antes de caer al suelo.

"¡Aaauuu, Ashina Sensei! ¿Cómo esperas que piense rápido si me lo dices después de golpearme?" se quejó Naruto mientras intentaba levantarse.

Ashina arqueó una ceja y advirtió: "Algunos idiotas explican lo que van a hacer antes de hacerlo, pero tú, Naruto, actúas primero y hablas después. ¿Entendido?" Luego continuó con firmeza, "Piensa tres veces antes de hacer nada y hazlo rápido, nadie se va a quedar esperándote."

Naruto asintió repetidamente, mientras se frotaba la nuca.

"Luego, te enseñaré el kenjutsu del clan, una habilidad fundamental. Aprenderás a manejar nuestra arma tradicional con destreza", prometió. "Y finalmente, te mostraré cómo utilizar las cadenas de sellado, una técnica única de nuestro linaje con el potencial de contener incluso a los seres más poderosos".

Con estas palabras, el anciano comenzó a impartirle a Naruto el conocimiento necesario para dominar estas habilidades; nuevamente, el tiempo pasó volando.

"Eso es todo", dijo el anciano, apenas hablando de nada más que lo estrictamente necesario. Sin dudas, era el maestro más estricto de todos los que había tenido.

Mientras se desvanecía, el anciano lo levantó del suelo agarrándolo de su campera. El viejo lo miró directamente a los ojos con la mirada más seria que Naruto había visto nunca y le dijo: "Nunca bajes la guardia. Adiós".

"¿Adiós?" dijo Naruto, algo confundido por la situación, quedando finalmente solo, o eso creía. Vio una luz iluminarse cerca de donde residía el zorro. Preocupado, corrió hacia allí para ver si algo andaba mal. Para su sorpresa, vio una silueta manifestarse frente a él 

"Bueno, esto es AU todo lo que está cambiado probablemente fue a propósito, a menos que haya una inconsistencia; entonces avísenme porque me dan cáncer. Próximamente voy a subir los capítulos auxiliares y eso, más o menos cuando llegue al capítulo 10 donde voy a empezar a subir un poco más lento, consume mucho tiempo esto. Si ven otro tipo de errores avísenme. Gracias. Estoy intentando que la historia sea medianamente seria, así que no va a haber cosas raras como un Sasuke mujer y similares."

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