Al regresar a la Nave Maldita y no enterarse de que nada terrible había sucedido en la escuela mientras Quinn estuvo fuera, no tenía prisa por regresar todavía. Tenía tiempo para pensar en lo que Vincent había hablado.
Una de las cosas más críticas en las que Quinn debía preocuparse era en volverse más fuerte para los futuros enemigos que se avecinaban. Una de las formas más fáciles de hacerlo era mejorar algo que le estaba faltando severamente, como sus habilidades de combate.
Él nunca se preocupó mucho por esto antes, pero sí intentó practicar un poco cuando no tenía habilidades.
—Recuerdo esos días —Quinn comenzó a recordar—. Pensaba que ver algunas películas de artes marciales y copiarlas me haría un maestro experto, y luego me lanzaban un rayo verde de energía. Sí, no hay habilidades de golpe de karate que puedan detener eso.—pensó Quinn.
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