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Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Ciudad
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Capítulo 28: ¿Cariñoso?

Evitaba mirar a su esposo a los ojos.

Seong-Jin se acercó a su esposa y la abrazo, Sun hee estaba sorprendida al ver a su esposo abrazarla, su corazón comenzó a latir más y más rápido.

—Losiento— Seong-Jin le susurró al oído.

—...

Podía notar el calor de su cuerpo en ella, su rostro se sonrojó y sus manos comenzaron a temblar.

—Deberia haber-

El teléfono de Seong-Jin comenzó a sonar, interrumpiendo aquél momento, le llamaba Kim.

Pensó si debería aceptar la llamada pero sin querer la aceptó, se alejó poco a poco de su esposa y empezó a hablar.

—Dime...— Dijo incómodo.

—Seong-Jin necesito qué vengas.

Sun hee miraba curiosa a su esposo, aún tenía la cara sonrojada.

El mayordomo Min ho imagino con quién estaba hablando, no le agrado nada.

—Para qué.

—Me timaron al comprar un vehículo— Dijo sollozando.

—Voy ahora— Miraba a su esposa la cuál le miraba con el ceño fruncido.

Luego se acercó a ella y acarició su cabello, Sun hee seguía avergonzada, no fue capaz de decirle nada.

Él se giró y caminó hacia la entrada con largos pasos. Subió a su auto y aceleró rápidamente.

***

Sun hee todavía estaba asombrada por lo de antes, pensaba qué le iría a gritar pero él solo la abrazo y le pidió disculpas...

Se sentó en el sofá y comenzó a jugar con sus manos, ahora qué se había ido podía respirar mas tranquilamente.

Min ho fascinado se puso enfrente de ella y le pregunto porque el joven amo le había abrazado tan de repente.

—No lo se...

—Realmente es sorprendente, no suele mostrar afectó ni con sus padres...— Decía mientras se rascaba la barbilla.

—...

***

Medía hora después Seong-Jin estaba aparcando su auto cerca de la casa de Kim.

Salió apresurado para ver ese supuesto "timo", Kim estaba esperándolo en la entrada de la casa, nada más verlo comenzó a llorar dramáticamente.

Seong-Jin solo la miró con la misma mirada fría de siempre, mientras qué ella se lanzaba a sus brazos y se aferraba a él con fuerza.

—Seong-Jin me timaron— Lo miraba con lágrimas en los ojos y lo abrazaba aún mas fuerte.

—¿Desde cuándo conduces?

—No conduzco, era bonito y lo compré...

—...

—No mire el precio pensaba qué era barato y le pedí a mis sirvientes qué lo compraran.

La estupidez de esa mujer sin duda estaba a un nivel diferente. Él agarró sus hombros y la apartó.

—¿Cuánto tienes qué pagar?

—40.000.000 de wones.

Seong-Jin abrió los ojos estupefacto, para él esa cantidad no era nada pero no podía soportar lo egoísta y codiciosa qué era esa mujer.

Sacó un cheque y escribió la cantidad de 40.000.000 wones.

Kim inmediatamente se secó sus lágrimas y le sonrió, orgullosa de si misma cogió el chequé y volvió a intentar abrazarlo. Seong-Jin agarró su brazo y evitó qué lo abrazara, le hizo un gesto con la mano para indicarle qué se iva.

Kim furiosa observó como se marchaba con la cabeza bien alta.

"Maldita Sun hee, ya veremos"

***

Sun hee acababa de salir de darse un baño, tenía una pierna encima de la otra y secaba su cabello con un secador.

Luego se puso un pijama completamente negro y se sentó en su cama.

Su marido había sido "cariñoso" con ella por primera vez. Un gran avance en un solo día.

Se acordó del reloj qué había comprado en la relojería y se apresuró a sacarlo de su bolso mojado.

Cogió la caja con sus dos manos y lo dejo sobre la mesita de noche, lo miró una última vez y comenzó a estirar sus brazos y piernas.

Un rato después bajó a la cocina para poder cenar, quería algo simple no le apetecía llenarse tanto...

Se hizo una simple ensalada ella sola y nada más terminarla comenzó a comer muy rápido.