El dia siguiente Seong-Jin estaba en su dormitorio, sentado frente a la ventana con una taza de café medio vacía, sus piernas estaban cruzadas y su mirada era tranquila.
No pudo evitar recordar lo qué le paso a su esposa, sentía rabia por dentro.
Dispuesto a solucionar el problema se levanto, dejo la taza sobré la mesa y camino hasta el salón.
Allí estaba Min ho mirándolo con una ligera sonrisa.
Seong-Jin se acercó a él con los brazos cruzados.
—Joven amo ¿puedo ayudarle con algo?
—Haz desaparecer del país a los dos hombres qué molestaron a mi esposa, si se resisten ya sabes qué hacer.
Sin nada más qué decir echó con sus manos su cabello despeinado hacia atrás, solo con haberlo tocado un poco lo había dejado perfecto, ni los peluqueros más profesionales hubieran podido hacerlo tan rápido.
Min ho lo miraba sorprendido.
—Joven amo, ¿seguro qué desea tomar esa decisión sobre un asunto tan importante?
—Importante... ¿llamas importante a esos bastardos?
—Si esa es su decisión no la cuestionare— Hizo una reverencia.
Seong-Jin dio algunas palmaditas en el hombro del mayordomo.
Realmente aunque no lo dijera apreciaba a Min ho, estuvo con el desde qué era pequeño, fue como un segundo padre para él.
Seong-Jin volvió a irse dejando una gran tarea al mayordomo.
***
Sun hee estaba en los grandes jardines ayudando a los jardineros. Ellos ya se habían acostumbrado a ella, siempre solía ayudarlos una vez a la semana.
Le gustaba ayudar a todos los trabajadores de la mansión, se divertía y asi mataba un poco el tiempo, poco a poco iva creando pequeñas amistades con ellos.
Llevaba puesto unos pantalones cortos de deporte e una camisa con un nudo para estar mas cómoda, un moño alto qué la hacía ver tierna y también tenía un poco de tierra en la punta de la nariz.
Chocó sus puños y se preparó para trabajar durante un largo rato.
Se acercó a dos bolsas llenas de tierra y con un rápido movimiento levantó las dos, los jardineros no podían evitar reírse, para ellos era un poco extraño ver a la señora de la casa con ese tipo de ropa y levantando dos pesadas bolsas de tierra.
Sun hee solo les mostró una sonrisa radiante y llevo las bolsas de tierra hasta donde estaban los jardineros, luego se agachó para abrir las bolsas y ayudarles a colocar la tierra. Poco después su camisa blanca ya estaba completamente manchada...
Pasó dos horas trabajando duro, los jardineros le agradecieron su ayuda y le pidieron educadamente qué les dejara el resto a ellos.
Sun hee asintió con la cabeza, y se retiró. Entró a la mansión para poder relajarse con un largo baño, pero antes de eso el mayordomo Min ho la interrumpió.
La miraba sorprendido por su ropa manchada de tierra, frunció un poco el ceño y le sonrió.
—Señorita realmente le admiro.
—¿Enserio?— Dijo mientras se quitaba la tierra de la punta de su nariz.
—Si, incluso a sido capaz de hacer qué el joven amo se preocupara por usted— Otra vez se dió cuenta de qué hablo de más.
—¿Qué?
—Ah... nada. Señorita debería darse un baño para quitarse toda esa tierra— Comentó mientras señalaba su mejilla llena de tierra.
—Oh cierto— Se rasco la barbilla y siguió caminando hacia el baño.
Min ho astuto había logrado cambiar de tema, silbaba feliz mientras tenia sus manos entrelazadas detrás de su espalda.
***
Media hora después Sun hee había terminado de darse su relajante baño, ella miraba concentrada su rostro en el espejo, cómo si intentase cambiar algo. Inhaló aire con su boca haciendo qué sus mejillas se pusieran redondas y más grandes, luego fue a su dormitorio y se puso un pijama.
Un rato después estaba apoyada en la barandilla, pasaban toda clases de ideas tontas por su cabeza.
Recordaba el anunció sobre el producto nuevo, iva a salir en la televisión dentro de tres días.
Por un momento se planteó hacer alguna audición para algún papel... algo para entretenerse.