Ambos se quedaron en silencio, la furia en la mirada de Jareth se diluyo en una profunda desilusión, Lilia lloraba y frotaba sus manos.
—Papá no quería lastimarte.
—…
—Lily me dijo… Creí que ella era buena, me dijo que quería que todos viviéramos en paz.
Jareth se limpió la única lágrima qué logro escapar.
—De todas las personas que podían herirme por la espalda, nunca pensé que tú serias una de ellas— decía Jareth poniendo una mirada seria.
Siendo exageradamente rápido el elfo golpeo el estómago del niño, antes de que pudiera recuperar el aliento lo arrojo al río.
—¡Auxilio!
Jareth se quedó en la orilla, viendo como a quien una vez considero su hijo hundirse en el agua, —Que esto te sirva de lección pequeño, si sobrevives, recuerda lo peligroso que puede ser jugar para dos bandos.
—¡Papá!, ¡PAPÁ!
El elfo se dio la vuelta, mientras más escuchaba a Lilia llamarlo menos fuerza tenía para no llorar, cuando finalmente dejo de oír el chapoteo en el agua soltó un rugido de dolor.
Dirigió sus pasos al castillo, el dolor poco a poco comenzó a ser más notable, solo su voluntad por acabar con Lily hacían que no cayera al suelo.
Los guardias y demás habitantes del palacio miraban horrorizados al herido elfo, pero ninguno se animaba a detenerlo.
Al llegar a la sala real abrió las puertas de golpe, se sorprendió un poco al ver a la reina siendo detenida por sus propios guardias y a Llew frente a ella.
—Jareth— dijo el león preocupado al ver a su amigo, bajo la mirada avergonzado, —Perdóname, muy tarde descubrí sus verdaderos planes.
—¿Dónde está Lilia?— pregunto la reina al no ver al niño hada.
El elfo no respondió, en su lugar arrojo a los pies de la reina las espadas destruidas y la daga de sus hermanos.
Lily se llevó las manos a su rostro, comprendiendo lo que había pasado, a cada momento su desesperación crecía—¿DÓNDE ESTÁ LILIA?
—Usaron a mi hijo en mi contra.
—Un monstruo como tú no merecía su cariño.
Jareth soltó una risa queda, observo que el arma de Lily, un arco con un carcaj estaban cerca de ella, si tenía suerte, su dolor terminaría esa noche.
—Por tu culpa, mate a la única persona que realmente he amado.
Las lágrimas comenzaron a caer de los ojos de Lily, tomando a los guardias por sorpresa logro escapar de su agarre y tomar su arco.
—¡Maldito!— grito lanzando su flecha directo a Jareth, flecha que el elfo no se molestó en esquivar.
Presente.
Todos estaban en silencio, aunque su mirada era firme, lágrimas escapaban de los ojos de Lilia. Dio una mirada rápida a Malleus, entendiendo lo que su tutor pedía líbero del hielo al exmonarca.
La poca fuerza que le quedaba hizo que Jareth cayera directo al piso, con cuidado Lilia tomo a su padre en sus brazos.
—No creas… que esto cambia algo…— le costaba trabajo hablar al elfo, —Y no quiero que nada cambie— respondía Lilia, —Solo quiero que mi padre pueda descansar en paz.
Este chasqueo la lengua, —¿Esperas que crea eso?, supongo tu vida fue mejor sin mí.
—No fue así…
Jareth desvío la mirada del ojirojo; sin embargo, este siguió hablando, —Después de tu muerte, la reina Maleficia recupero su trono y me adopto, pero nunca me consideró su hijo. Lily fue detenida y confeso, tu muerte reanudo la guerra entre faes y humanos.
El elfo ahora miraba escéptico a Lilia, —Fueron demasiados años de guerra, y por la traición de Lily, yo comencé a odiar a los humanos también.
—Pero… ¿Tu nombre?
—Por muchos años lo cargué como una penitencia, tener el nombre de la persona que mato a mi padre.
Jareth estaba atónito, al ver su actitud jovial y la audacia para retarlo le habían hecho suponer que había tenido una buena vida, le costaba creer que no había sido así.
—Estuve en demarcadas peleas, el odio y la muerte me siguieron por mucho tiempo, pero nunca hubo herida que me doliera más que haber confiado en alguien que termino con la persona que más había querido hasta ese momento— soltaba Lilia, dejando que las lágrimas corrieran.
—Papá me hiciste mucha falta — confesaba Lilia sin poder contener su llanto.
Ajeno a la conversación de los fae, Silver sentía su bolsillo vibrar, era una llamada de Riddle.
—Riddle, no es buen momento…
—Perdona, pero, Mc desapareció de Royal.
—¿Qué?
—En un momento regresaremos a la escuela, pasa el mensaje a Malleus por favor.
El líder de Heartslabyul colgó sin despedirse, le daba algo de pena interrumpir el momento de su padre, pero no podían permitir que Walter volviera a capturar al/ a la chico/a sin magia.
—Viejo— llamo Silver, nombre que sorprendió a Jareth.
—¿Viejo?
Lilia suspiró limpiándose las lágrimas, —Bien, si podemos permitirnos ser cursis por un momento— dijo extendiendo su mano y haciendo una seña para que el peli plata se acercara, —Jareth, te presento a tu nieto, Silver.
Los ojos del elfo se abrieron, el menor también estaba sorprendido, no esperaba que en un momento así Lilia se molestara en presentarlos.
Jareth miro al chico, era evidente que este no era hijo biológico de Lilia, aun así, podía ver el fuerte vínculo entre padre e hijo, vínculo que alguna vez compartió con quien lo sostenía en brazos.
—Espero que al menos tú sí sepas cocinar— bromeo el elfo, cosa que hizo a los otros dos soltar una corta risa.
De sus ropas Jareth saco su botella, con algo de esfuerzo la extendió al menor, —Una gota te concederá lo que quieras… mientras no sea algo más grande que un castor.
Silver tardo en reaccionar, con una mirada Lilia le indico que estaba bien, tomo el objeto con cuidado, —Gracias, ojichan.
El nombre hizo sentir ternura a Jareth, quien solo sonrió.
Sabía que el tiempo había llegado, así que dirigió sus últimas palabras a su hijo.
—Yo, nunca podré perdonar tu traición.
—Lo sé…
—Pero… me alegra ver que a pesar de todo el odio que te toco vivir, aún quedo amor para que pudieras dar.
Padre e hijo no pudieron evitar soltar algunas lágrimas, —No fui tan fuerte para salvar a nuestra familia— se disculpaba Lilia, —Pero ahora, lo soy para cuidar a esta— dijo viendo a cada uno de sus chicos.
Silver, Malleus y Sebek sonrieron al mayor, este le correspondió.
Ver de esta forma a su hijo, hizo que Jareth sonriera, y con esa sonrisa en su rostro, cerro finalmente sus ojos.
…
La batalla finalmente había concluido, pero esa noche aún estaba lejos de terminar, los alumnos y residentes de la isla de los sabios regresaban a sus residencias, la isla necesitaría de mucha ayuda para reconstruir todo lo que fue dañado.
No obstante, mientras la mayoría respiraba la tranquilidad de la victoria, otros sabían que el conflicto aún no había terminado.
Los líderes de dormitorio, sub líderes y los cercanos a estos junto a los profesores y el jefe de la policía discutían sobre la última pieza que faltaba: Walter.
—Insisto en no retirarme hasta que ese sujeto sea detenido— repetía el hombre ratón, —Con todo respeto, esto es un problema que inicio en Night Raven, así que nosotros somos quienes deben terminar con esto— decía Riddle en nombre de todos.
—En eso tienes parcialmente la razón— decía Crewel, —Night Raven College se encargará de terminar esto, pero todos ustedes se quedan aquí.
—¿¡Que!?— gritaban los alumnos.
—Jóvenes, ya han hecho mucho más de lo que deberían, y estamos orgullosos de ustedes— decía Mozus, —Pero la seguridad de los alumnos es nuestra prioridad, algo a lo que ya hemos faltado bastante esta noche.
—Pero…— trataba de refutar Malleus.
—No sabemos que otro truco sucio planea Walter, así que no podemos arriesgarnos— tranquilizaba Sam a los chicos.
—¡Confíen en nosotros!, después de todo, somos quienes les han enseñado todo lo que saben— con una sonrisa se jactaba Ashton.