Cap 16 Lluvia

Sobre las manos de Delilah había una discreta invitación escrita con la artística letra de Andrea invitándola a cenar durante la tarde de aquel día, debido a la lluvia, el trayecto fue largo y bastante lento; las calles se ahogaban en la oscuridad y la agresividad del clima y el creciente tráfico manipuló el tiempo. 

La chica lucía consternada ante la tempestad, el conductor podía leer la decepción en su rostro a través de uno de los espejos del auto. Transcurrirían unos minutos más antes de que comenzará a quedarse dormida si las cosas continuaban siendo así. 

—Puedo salir de esta calle y tomar otra dirección. Es un camino escabroso mucho más largo, pero puede aventajarnos. 

Los ojos de Delilah fueron deslumbrados por los relámpagos del alto cielo, la luz agresiva se percibía como un presagio de lo imposible que sería salir de ese estancamiento y ni siquiera se detuvo a pensar en la proposición del conductor. 

—Por favor usa ese camino. 

El conductor afirmó y se desvío en cuanto encontró la oportunidad, aun así, la expresión sombría de Delilah no se desvaneció. No era su retraso a la cita lo que controlaba la sensación de vacío en su interior, la lluvia simplemente estaba potenciando lo afligido que se sentía su corazón. 

Apenas el auto se desvió, miró por la ventana ligeramente empañada. El cielo rugió estruendosamente apartándola de sus pensamientos y agitando su respiración. Sus ojos reflejaron una silueta delgada, un hada del agua que bailaba entre las calles oscuras de un conjunto de edificios abandonados: una mujer a la que creyó reconocer. 

Delilah negó instintivamente la posibilidad que atravesó sus pensamientos y miró una vez más cuando la figura ya había desapareció entre las calles desoladas. 

En ese momento, el auto se detuvo repentinamente: fue rodeado por una escolta de hombres uniformados, ella tenía poco tiempo visitando la casa Bathory, pero no se necesitaba de mucha experiencia para reconocer la insignia diamante bordada en los uniformes azul oscuro de los miembros del grupo de seguridad. 

—El camino está bloqueado, bajen del auto. 

Con la violenta lluvia las puertas del vehículo fueron abiertas, después de eso un hombre pidió la mano de Delilah para ayudarla a bajar; una enorme sombrilla la cubrió en cuanto tocó el suelo con sus pies y fue escoltada hacia uno de los edificios oscuros para resguardarla mientras se llevaba a cabo una inspección. Los hombres uniformados creían que era necesario hacer una revisión en el interior del auto, pero fueron corteses a pesar de lo desventajosa de la situación. 

—Estoy llevando a la señorita Delilah a la mansión principal. Tiene una invitación del joven amo Andrea. 

—Tengo ordenes de Wilhem de vigilar la zona, la visita del amo debería suceder si ningún problema. 

La sorpresa se exteriorizó en el conductor, Wilhem por sí solo era una prioridad, pero hablar del amo complicaba demasiado las cosas, se arrepintió profundamente de las consecuencias de su desafortunada decisión en tomar ese atajo. Si bien toda esa extensión le pertenecía a Bathory, nunca imaginó que podría entrometerse en el camino del amo. 

Delilah miró a su alrededor suponiendo que la espera sería bastante larga y rindiéndose a la idea, suspiró intranquila. Dio algunas vueltas en su sitio, solo se detuvo cuando creyó haber escuchado un ruido entre los pasillos. Había un par de edificios abandonados a media demolición, todo el ambiente era oscuro, no podía suponer que era lo que estaba haciendo el grupo de seguridad, miraba a su alrededor indiscretamente, escuchar un ruido tampoco le resultó extraño, pero se acercó a la esquina para mirar un poco. 

Inevitablemente sus ojos encontraron a la forma femenina que antes había cruzado las calles y esta vez, no podría negar que reconocía aquel fino y precioso rostro. 

Contuvo la respiración durante un rato, sus ojos que siempre parecían inexpresivos brillaron en sorpresa abriéndose ligeramente más de lo normal. 

"¿Marquesa Lathasha?" 

Aunque experimentó cierta calma al reconocer a la magnífica mujer, pronto se dio cuenta de que su presencia en ese lugar debía ser un secreto. 

Entre la oscuridad de los pasillos solitarios prácticamente en ruinas, la belleza pelirroja puso su delgado dedo índice sobre sus labios, esperando que la joven guardara silencio y luego, simplemente se perdió entre los edificios. 

Aquel misterioso comportamiento no tendría explicación inmediata, y Delilah no pudo tomarse un poco más de tiempo en planteárselo porque fue sorprendida por Neil, apareciendo detrás de ella y tomando el control de su cuerpo para apartarla de ese lugar. 

Ella no había podido reaccionar y se dejó abrazar por los cálidos brazos del heredero de la casa Bathory 

—Intenta no lucir tan sorprendida. 

Pedirle ser eficiente en tan solo un segundo fue demasiado inconsciente, la cercanía despiadada de Neil dejó su cabeza en blanco. 

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