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La Salvación Del Villano

De alguna manera Fleur logró entrar a un libro desde pequeña pero ¿A qué precio? Con cada libro en el que entraba ella fue perdiendo sus preciados recuerdos hasta olvidar su propio nombre. ㅤ Entonces un día en que poseía el cuerpo de una villana que fue sentenciada injustamente a muerte supo que no podía quedarse mas tiempo ahí y decidió escpar leyendo otro libro. ㅤ Desgraciadamente, luego de hacerlo, nada pudo salir bien. Ya que al parecer, esta vez había poseído el cuerpo de un extra que había cometido la estupidez de intentar matar al villano y justo cuando creyó que las cosas no podían salir peor, no importó cuantos libros leyera, su poder no funcionó. Se encontraba atrapada en un libro que finalizaba con la muerte inminente de todos. ㅤ En un mundo donde el poder y la posición de uno son importantes, tuvo que aferrarse fuertemente al villano para sobrevivir y crear un plan para ayudar al protagonista y evitar que el final del libro se cumpliera. Pero mientras llevaba a cabo su plan, el villano que solía mostrar hostilidad con ella había cambiado. ㅤ >

Era_r · Fantasía
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10 Chs

Un lobo incomprendido I

"Camina tranquila y con cuidado, no te apartes de la ruta, no vayas a caerte y dañar la comida para tu abuela."

La mujer elevó la voz para que Fleur quien iba bastante adelantada corriendo y admirando el paisaje pudiera oírla.

Nunca había estado en un bosque tan hermoso, de hecho, nunca había estado en ningún otro bosque.

Los árboles eran inmensos y no estaban completamente llenos de hojas, lo cual ayudaba a que mucha luz entrara en el bosque.

El piso estaba repleto de hojas naranjas, había troncos en el suelo, ¡Rocas que parecían escaleras! Y varios lugares con hongos en círculos.

Era tan fantástico que Fleur se sintió dentro de aquellas ilustraciones que había visto de hadas en un libro.

El aire que se percibía y respiraba ahí también era diferente, de alguna manera se sentía tan puro y ligero.

Si Fleur hubiese tenido que elegir una palabra para describirlo, aunque no tenía un amplio vocabulario, lo más correcto habría sido 'mágico' y aun así se habría quedado corto para lo que veía.

'Todo se siente tan real... pero solo se trata de un sueño'

Fleur estaba agradecida con su cerebro por no hacerla ver el espantoso bosque lúgubre que se imaginaba al leer el libro.

"¡Heey!"

Fue un grito que se escuchó muy lejano.

Fleur localizó a la mujer, que por la distancia que había entre ambas, casi parecía un punto en el espacio. Estaba tan conmovida por el lugar que no había caído en cuenta de lo lejos que había llegado.

Vislumbró dos palos, que Fleur supuso, se trataba de sus propios brazos que agitaba sobre su cabeza. Parecía querer llamar su atención con ello.

Tomó tiempo, pero Fleur se acercó hacia ella y cuando estuvo a una distancia un poco más cercana, la mujer le señaló hacia un lugar donde había un gran tronco en el suelo.

Fleur asintió y en vez de continuar acercándose a ella, se dirigió ahí.

"¿Qué te parece si nos detenemos por un tiempo? Puedes ir a explorar por aquí cerca mientras yo preparo las cosas para una pequeña merienda."

La mujer situó la canasta sobre el tronco y sacó un mantel de ella. Acomodó el mantel sobre el suelo y entonces comenzó a sacar todas las cosas.

"Mientras más tardes en irte, menos tiempo podrás distraerte por ahí. No tardaremos mucho tiempo aquí para que no caliente el día." Le advirtió la mujer.

'¿Para que no qué?'

Fleur se sintió confundida por sus palabras. No obstante, se dedicó a asentir entusiasmada y dio la vuelta para retirarse.

Su vestido se levantó un poco por el movimiento haciéndola sonreír. Le resultaba encantador.

"Y Caperucita." La mujer miró a Fleur preocupada. "No hables con extraños."

'¡Eso es!'

Esa es la frase que su madre le decía a Caperucita. No sirvió de nada porque igual terminó hablando con el lobo. Por supuesto, ella no cometería ese error.

"No hay problema."

Estaba llena de confianza. Si veía al lobo gritaría tan fuerte como si su vida dependiera de ello.

'Aunque probablemente dependa de ello'

Fleur deambuló por algún tiempo entre los árboles admirando las flores, había muchas tan bonitas que decidió tomar unas cuantas para la abuela de Caperucita.

"¿Este es un diente de león?"

Al verlo, se acercó encantada hacia la flor y la arrancó.

'Que pueda tener más sueños como este'

Luego de pedir su deseo sopló los pétalos. La mayor parte se elevó hacia el cielo, la otra mitad fue hacia abajo.

Gracias a ello su vista reparó en otro diente de león que se encontraba a su lado. Estaba de tan buen humor que decidió tomarlo para la mujer.

¡Crac!

Fue el sonido de una rama siendo quebrada.

"Eh... ¿Mamá?"

Fleur la llamó pensando que tal vez la mujer había llegado para avisarle que las cosas ya estaban listas y que era hora de ir a comer, pero no obtuvo respuesta.

Ansiosa, Fleur echó un vistazo lento a su alrededor en busca de una persona.

Su mente se detuvo en algo que parecía moverse a la derecha de ella, justo sobre su hombro.

Cuando su vista lo enfocó pudo ver a una araña un poco más pequeña que la palma de su mano y sus patas no dejaban de moverse sobre ella.

"AHHHH. ¡SEÑORA! DIGO...M-MAMÁÁÁ."

Fleur advirtió que la araña había abandonado su hombro y que ahora parecía estar recorriendo su espalda.

Aterrada se quitó rápidamente la capa, la tiró al suelo y comenzó a pisarla y saltar sobre ella tantas veces y tan rápido como su cuerpo se lo permitió.

Cuando no aguantó más, Fleur se apartó de la capa y la miró atemorizada. Esperaba ver si había alguna señal de vida por parte de la araña. Si ese fuera el caso pensaba en correr lo más lejos posible de ahí. Pero no sucedió.

La araña no salió de la capa y esta misma no se movió en ningún momento.

Fleur vaciló por unos instantes sobre si debía o no alzar la capa, pero finalmente se decidió por no hacerlo.

Asustada, caminó de regreso a donde la mujer se encontraba.

Tardó un poco que llegar. Algo sin importancia teniendo en cuenta que cuando lo hizo no había nadie.

Fleur frunció el ceño ante este hecho.

Lo primero en lo que reparó fue en una corona de flores que había sobre el tronco, tenía flores blancas, amarillas y algunas violetas.

Los ojos de Fleur centellearon al verla, no sabía que se podía hacer tal cosa con las flores.

'Tal vez si se la pido me la dé'

Fleur que aún estaba algo conmocionada por su anterior incidente, tomó entre sus manos la corona y se dio la vuelta hacia donde se encontraba el mantel. Sobre él estaba la canasta, la comida, platos y cubiertos.

'Debió planear que nos detuviéramos'

De lo contrario no había necesidad de llevarlos si iban a la casa de la abuela.

'¿Cómo no podría perdonarte si haces algo tan bonito como eso?'

Se sintió feliz por ello. La mala experiencia de hace unos momentos estaba siendo borrada de su mente.

Nunca había salido de picnic con sus padres, de hecho, tal vez nunca podrían hacerlo.

Su madre tenía tres trabajos, de lunes a viernes, en la mañana, trabajaba como asistente para, como ella decía, una persona muy importante. En las tardes era profesora de francés en una secundaria y los sábados impartía cursos del mismo idioma, pero en otra escuela.

Su padre, por el contrario, trabajaba en una imprenta desde la mañana hasta las 4 o 5 de la tarde. Y aún con esto, nunca ganaban lo suficiente, estaban llenos de deudas.

Por consiguiente, el poco tiempo que tenían, lo aprovechaban para descansar en casa, especialmente su madre.

Es por ello que el sueño que estaba teniendo ahora era tan preciado para ella.

En él estaba conociendo y realizando tantas cosas que nunca podría hacer en la vida real y lo mejor de todo, es que ella era el personaje principal.

"¿Hola...?" Llamó con apenas un hilo de voz.

Le angustiaba pensar que la madre de Caperucita la había dejado completamente sola en aquel bosque y que de repente el género de su sueño cambiara a uno de terror, haciendo que de un momento a otro saliera un asesino serial a por ella o fantasmas.

Fleur se sentó sobre el mantel y a pesar del hambre que sentía esperó sin tocar la comida.

Tomó el diente de león que llevaba para la madre de Caperucita y sopló los pétalos.

'Deseo no tener que esperar demasiado'

Al contrario de su deseo, no pudo saber el tiempo que pasó ahí sentada, pero a ella le pareció estar ahí al menos una hora.

Ya había dejado de tener hambre.

No porque hubiese comido, sino más bien por el terror y los nervios de estar sola en aquel bosque que le provocaba ganas de vomitar.

'Ya no vendrá'

Afligida, Fleur regresó las cosas a la canasta.

Una vez dejando las cosas en la canasta, Fleur dejó esta misma sobre el tronco.

Pronto despertaría, y debido a lo realista del sueño, no quería tener que cargar algo tan pesado todo el camino a la casa de la abuela de Caperucita.

Así que simplemente se colocó la corona de flores y retomó el camino a la casa de la abuela.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬[۩۞۩]▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

El lobo se encontraba dando un pequeño paseo por el bosque cuando vio lo que parecía ser una niña a lo lejos.

'Esa debe ser Caperucita'

Había escuchado sobre ella por varios animales de su círculo de lectura.

Era una chica agradable y bastante alegre que portaba siempre una capa roja.

<< "Cuando me caí de mi nido y me rompí un ala, había tantos niños jugando cerca que creí que me lastimarían, entonces Caperucita intervino, me llevó consigo y me mantuvo a su lado hasta que me curé."

Había dicho el ruiseñor en ese entonces.

"¡A mí también me salvó!" 

Era la araña quien hablaba.

"Me había metido por error a un lugar lleno de humanos que ¡Todos trataron de matarme! Hasta que llegó Caperucita y los detuvo, ella fue quien me escoltó con tanta gentileza al jardín. No sé qué hubiera hecho sin ella ¡Le debo un gran favor!">> 

Así como ellos, varios animales se expresaban muy bien de Caperucita y, en consecuencia, el lobo tenía una buena imagen de ella.

Entusiasmado por finalmente conocerla, decidió acercarse para presentase. De haber sabido lo que ocurriría después, habría preferido nunca haberlo hecho.

Estando cerca pudo ver a Caperucita arrancar cruelmente una pequeña flor que se encontraba ahí.

Tal vez ella era ignorante de ello, pero las plantas, como cualquier ser vivo, sufren.

Le pareció atroz que ni siquiera les hubiera pedido permiso para hacerlo o al menos ofrecerle una disculpa.

Estuvo a punto de marcharse de ahí disgustado cuando se encontró a su buena amiga araña. Estaba bajando con su hilo cerca de un árbol.

"¿Qué estás haciendo por aquí?" Preguntó el lobo, tratando de sonar casual y ocultando la existencia de Caperucita tras él.

"Fui a preguntarle a los cerditos sobre el libro del que hablaremos la siguiente semana ¿Y qué hay de ti?"

Había notado algo extraño en el comportamiento del lobo.

"Paseo rutinario, ya sabes. De hecho, me alegra encontrarte. Justo ahora pensaba que sería una buena idea tomar algo de té ¿Qué te parecería ir a mi casa y acompañarme?"

La araña no sabía qué era lo que le ocurría. Sin embargo, aceptó gustosa.

"Entonces nos vemos dentro de..."

"En realidad, estaba pensando en que, ya que estamos aquí, me acompañas a terminar mi paseo ahora y de paso ir a mi casa por el té."

La araña estaba algo sorprendida por su insistencia.

"Oh, está bien... supongo que no tengo problema con eso."

El lobo suspiró aliviado.

Estaban a punto de marcharse cuando la araña vio algunos pétalos de león en el cielo. Fue casi un reflejo el echar un vistazo hacia atrás.

"Mira, Lobo ¡Es Caperucita!"

El lobo se giró rápidamente y gruñó.

"¿Por qué no me dijiste que estaba aquí? Tengo que acercarme y agradecerle por haberme salvado la última vez." Farfulló la araña, luego trató de subir por el mismo hilo que bajó, pero el lobo se lo impidió.

El lobo cortó el hilo con una mano y colocó la otra para que la araña cayera ahí.

"No puedes ir a verla. No quiero que te acerques."

"Pero ¿Qué dices lobo? ¡Si es Caperucita!"

"No lo sé, hay algo que está mal en ella, no me agrada."

La araña miró a su angustiado amigo. Él era un animal muy amable, tranquilo y honesto, no tendría por qué inventar algo así.

"Bien, ¿Qué te parece si para mi seguridad y tu tranquilidad solo voy a echar un vistazo? Trataré de ver si no necesita ayuda en algo."

El lobo aún estaba inquieto, pero dado a lo razonable de su trato no pudo negarse.

No entablaría palabra alguna con ella y tan rápido como fuera, regresaría.

Ante la positiva del lobo, la araña se dirigió a toda velocidad entre los árboles hacia Caperucita.

Estuvo elevada gracias a su hilo por unos minutos sobre la cabeza de Caperucita, pero no encontraba nada en lo que ayudar.

'Espera, acaso esos son...'

"¡Unos hoyos!"

Había hoyos en el hombro derecho de la capa de Caperucita. Todos sabían que su capa era muy importante para ella así que se propuso la tarea de coserlos.

El lobo supervisó desde lo lejos los movimientos de Caperucita y de su amiga araña.

'¿Qué está haciendo?'

El lobo alcanzó a ver cómo la araña bajaba al hombro de Caperucita.

Cuando ella se dio cuenta de eso, fue un gran desastre, comenzó a gritar y a hacer movimientos bruscos y extraños.

La ansiedad del lobo incrementó al ver que la araña no parecía tener intenciones de regresar rápido y entonces, lo inevitable sucedió.

Caperucita se había quitado la capa con su amigo dentro y la pisoteó hasta asegurarse de haberlo matado.

'Esa no es la Caperucita de la que tanto he oído hablar, ¡Es una falsa! Un...un...'

"Monstruo."

El lobo estaba tan afligido y enfurecido que lo siguiente que hizo fue algo que no salió bien en lo absoluto.

El lobo corrió en cuatro patas en busca de su tutor responsable.

La logró ver de espaldas detrás de un gran tronco.

"¿Es usted la madre de Caperucita?" La voz del lobo era fría y podía notarse la furia en sus palabras.

"¿Ella hizo algo malo?"

La madre de Caperucita giró su cuerpo para ver quién era el responsable de aquella voz.

"¡Oh, dios mío!" Exclamó llevándose las manos a su pecho, su cara pareció llenarse de terror.

El lobo no acostumbraba a hablar con la gente de alrededor por lo que era normal que no conocieran su rostro.

También sabía que no era especialmente apuesto, pero reaccionar de esa manera... ¡Qué maleducada!

El lobo trató de tranquilizarse al recordar por lo que se había acercado ahí en primer lugar.

"Permítame decirle, señora, que su hija..."

La vista del lobo fue sin querer hacia las manos de la madre Caperucita.

'¡Pero es que esto es el colmo!'

Estaba arrancando flores ¡De a montones! Era casi tan ruin como su hija.

Tenía que recurrir a otra persona que también pudiera reprender a Caperucita.

'¿Pero a quién?'

¡La abuela! 

El lobo había escuchado de ella, debía confiar en que las reprendería, pero necesitaba tiempo para poder hablar con ella primero.

"...su hija es tan encantadora, justo como dijo su abuela."

El lobo sonrió.

"¿Mi madre...?"

Estaba poco convencida de que su madre tuviera algo que ver con el lobo. Era difícil imaginarlo.

"¡Sí! Ella es una abuela tan gentil, pero hace mucho que no voy a verla y justo hoy planeaba visitarla, pero me olvidé su dirección. ¿Usted es igual de amable que su abuela verdad? ¿Podría decirme dónde queda su casa?"

La madre de Caperucita lo miró con recelo, pero algo extraño sucedió.

Por alguna razón desconocida, su cuerpo se relajó solo y las palabras salieron fácilmente de su boca de manera sosa.

"Como a medio kilómetro más adentro en el bosque. Su casa está bajo tres grandes robles, al lado de unos avellanos."

"¿Medio kilómetro cierto? ¡Me ha salvado! Muchas gracias. En agradecimiento le contaré algo."

El lobo se acercó a ella como si fuese a contarle un secreto que no quisiera que alguien más supiera.

"Hay bellas flores por allá."

El lobo señaló un camino contrario a donde ellas se dirigían.

"Son tan hermosas que seguro se verán mucho mejor a comparación de las que acaba de recolectar para esa corona."

El rostro del lobo expresó un claro disgusto por la acción de tuvo al arrancarlas, algo que ella terminó interpretando como "Qué feas." refiriéndose a las flores.

La madre de Caperucita pareció afligida. Debido a un pinchazo en su conciencia, el lobo trató de excusarse.

"No le tome importancia. Es que va tan apurada en el camino como si fuera una estudiante llegando tarde a la escuela. Cuando uno va así, es normal perderse todo este bosque que está lleno de maravillas."

"¿Sí...?"

"¡Claro! Así que debería de apresurarse."

Ella pareció procesarlo unos minutos, luego asintió, se levantó y partió con la mirada perdida a donde el lobo indicó.