"Sigo sin entender el porqué de la existencia de este personaje" dijo Doryoku mientras leía un cómic saliendo de su escuela junto con Oboro.
"Es la ayudante del Joker, Harley Quinn, y supongo que ayuda a mostrar lo que sería la locura de este a través del cómic y mejorar su narrativa" dijo Oboro el cual ahora parecía un intelectual sobre ese ámbito.
Oboro era alguna clase de experto en comics y mangas, básicamente un fanático en toda regla y uno de los únicos temas en los que vencía a Doryoku con facilidad, además de las habilidades sociales y las artes marciales.
"No me refiero a eso, me refiero al porqué de su traje ajustado y ¿cómo demonios sigue viva sin poderes?" dijo Doryoku mientras seguía pasando las páginas del cómic.
"El Joker tampoco tiene poderes y sigue vivo" dijo Oboro contra argumentando con tono victorioso.
"Oboro, la mujer esquiva balas y sobrevive a cualquier cosa con solo un martillo, el hecho de que sea tu waifu no justifica que sea una Mary sue, además el Joker es un maldito genio y no anda por ahí corriendo entre balas" dijo Doryoku mirando a Oboro con los ojos en blanco y haciendo que este tenga un sudor nervioso por la parte de waifu.
"No se de qué hablas, ¡me voy tengo que volver a casa temprano hoy!" dijo Oboro un poco nervioso tomando el cómic y escapando rápidamente de la escena sin ningún tipo de pena.
Doryoku solo pudo suspirar con cansancio como siempre, para luego caminar a casa tranquilamente.
Está vez, Doryoku decidió tomar el camino largo hasta su hogar, después de todo no había nada interesante al llegar allá a esta hora.
Por alguna razón, Doryoku siempre disfrutó de las caminatas, tal vez porque lo ayudaban a olvidar sus problemas y pensamientos por un momento.
Algunos héroes patrullaban el área y siempre podías ver uno como mínimo en el camino, aunque Doryoku nunca pudo entender el porqué de las mallas ajustadas y coloridas.
Según lo que su madre le dijo, antes de su nacimiento, en el tiempo en el que su padre era un héroe, Japón era muy insegura y estudiar como héroe era básicamente un boleto al suicidio.
Pero después de la llegada de All Might, Japón ahora es bastante tranquilo, y lo máximo que puedes encontrar es un robo de algún idiota promedio.
A diferencia de antes, los héroes tenían una batalla constante de ver quién podía destacar más con su traje, no como antes que una capa era más que suficiente para los que querían destacar.
Doryoku cruzó la calle de repente sin razón aparente, pero luego de unos segundos se pudo ver que en la casa del frente había un gran perro, esperando por alguien al que ladrar.
La primera vez que Doryoku pasó por esa casa se llevó un susto demasiado grande que técnicamente lo mandó a la otra calle de un salto incluso.
Después de esto, pasó junto a un auto negro que siempre estaba ahí para seguir con su camino hasta que...
*Crash*
Doryoku se detuvo de repente al escuchar las ventanas del auto junto a él siendo quebradas y algo caer sobre este con fuerza.
Y al darse la vuelta, Doryoku pudo ver el cuerpo muerto de un hombre de cabello blanco, cubierto con sangre, cortado por varios lugares profundamente y con una expresión de horror en su rostro haciendo que abra sus ojos en shock y horrorizado.
Ante tal escena, Doryoku se quedó congelado lleno de sudor frío en su lugar y su mente no pudo procesar en ningún momento lo que estaba frente a él.
Incluso por un momento quiso vomitar, por lo que decidió alejarse de la escena caminando lentamente de espaldas hasta la otra calle.
El hombre que vivía al lado también escuchó el fuerte ruido y llamó a los héroes rápidamente e intentando ayudar al hombre con desesperación el cual estaba cubierto de su propia sangre.
Sus piernas temblaban y Doryoku solo pudo sentarse en el suelo con dificultad, recostarse en una pared e intentar digerir todo lo ocurrido mientras se tomaba su brazo derecho con temor y respiraba con dificultad.
La sangre de aquel hombre le recordó bastante su trauma, por lo que Doryoku solo podía quedarse ahí sentado hasta calmarse.
Después de unos minutos, los héroes llegaron junto a la policía a la escena y revisaron los alrededores rápidamente.
Y después de unos minutos más, por lo que Doryoku pudo escuchar, lograron capturar a la culpable, una mujer de cabello oscuro la cual no parecía estar molesta con ser arrestada y no mostraba ninguna expresión en su rostro.
Todo lo ocurrido no duró más de quince minutos, pero hizo que los quince años de vida de Doryoku fueran cuestionados al instante.
Una verdad que no estaba seguro de si quería saber, 'Los héroes, siempre llegan luego de los villanos y cuando todo está hecho'.
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Después de casi una hora, Doryoku volvió a su hogar cuando retomó la calma y en todo el resto del día solo pudo tener una mirada perdida y pensativa en su rostro.
Aún así, Doryoku preparó la cena y esperó por su madre como siempre.
Al llegar, su madre notó al instante la actitud de su hijo y luego de la cena decidió preguntar.
"Dory-chan, ¿te preocupa algo en particular?" preguntó la madre de Doryoku con preocupación por su hijo.
Doryoku miró a su madre y pareció llegar a una decisión luego de ver su expresión preocupada.
"No es nada Okā-chan, es solo que, creo que estuve huyendo de mí mismo por demasiado tiempo" dijo Doryoku con tono calmado mientras su madre lo miraba con confusión.
Luego de esto, Doryoku no pareció estar preocupado por el resto de la noche, por lo que su madre pareció relajarse bastante y decidió dejar el tema de lado por ahora.
Al ver las noticias de la noche, ambos pudieron ver la noticia de un hombre asesinado a unas calles de su hogar, especificando los detalles de su caso.
Al parecer la mujer de cabello oscuro era su novia, la cual tenía varios problemas mentales al parecer, los cuales causaron su separación y la posterior locura de la mujer.
También mostraron algunas imágenes del auto en donde cayó la víctima, dando a entender perfectamente que era la escena del crimen por toda la sangre.
El nombre de la víctima era Kiyoshi Katō, un hombre bastante amable según su vecino y con un poco común cabello blanco.
La mirada de Doryoku se oscureció bastante al ver eso de nuevo, hasta que su madre lo abrazó y acercó a ella.
"Ya entiendo, ya todo pasó Dory-chan, no tienes nada que temer" dijo la madre de Doryoku mientras lo abrazaba cálidamente y con cariño.
Ante esto, Doryoku solo pudo devolver el abrazo y llorar levemente para desahogarse, lo cual lo ayudó bastante luego de todas aquellas emociones.
Desde aquel día del despertar de su quirk, Doryoku tuvo varias pesadillas y su madre siempre lo abrazaba mientras este se refugiaba en sus abrazos.
Pero ese abrazo también hizo que la decisión de Doryoku fuera reforzada más que antes y que decidiera encarar sus antiguos miedos.
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Al día siguiente, la campana sonó marcando el final de las clases, y como siempre ambos amigos caminaron a través de los pasillos mientras hablaban.
"Doryoku, ¿cuánto obtuve en tu examen de práctica de inglés?" preguntó Oboro un poco preocupado luego de tener un examen hace pocos minutos.
"Sacaste un doble cero en la práctica, estoy impresionado" dijo Doryoku mientras miraba a Oboro con decepción y este se ponía más nervioso.
"Era broma" dijo Doryoku mientras hacía manos de jazz y sonreía burlonamente intentando hacer un chiste, sin éxito alguno
"Aprecio el intento amigo, pero con eso no se juega" dijo Oboro mientras soltaba un pequeño suspiro de alivio.
"Diablos, pensé que ya lo tenía" dijo Doryoku bastante decaído al no poder hacer un chiste aún.
"No te preocupes, mejoraste mucho desde que nos conocimos, ¡te falta poco para lograrlo!" dijo Oboro con una gran sonrisa apoyando el esfuerzo de Doryoku con palmadas en la espalda.
Y era cierto, al principio Doryoku ni siquiera entendía la mayoría de los chistes pero los incesantes intentos de Oboro para hacerlo reír dieron sus frutos.
Ambos salieron de la escuela y Doryoku se detuvo en la entrada extrañando a Oboro de sobremanera.
"Tu sigue Oboro, hoy tengo algo que hacer antes de volver a casa" dijo Doryoku con una leve sonrisa mientras se despedía.
"No sabía que tenías vida social amigo" dijo Oboro con los ojos en blanco y en shock haciendo que Doryoku tenga una vena en la frente.
"Solo vete ya, y no pienses en idioteces en el camino o un auto te aplastará" dijo Doryoku con molestia mientras iba por otro camino.
"¡Nos vemos mañana amigo!" dijo Oboro despidiéndose con una gran sonrisa como de costumbre.
Doryoku caminó a través de Hosu hasta llegar a un gran parque bastante poco conocido con un área despejada y sin nadie alrededor.
Luego de esto, Doryoku se quitó la chaqueta de su escuela quedando solo con una camiseta blanca de mangas cortas.
Y lo siguiente que hizo, fue mirar el brazalete negro en su brazo derecho que lo ha acompañado casi toda su vida.
El brazo derecho de Doryoku ya no era tan claro como antes, pero una de las cicatrices que nunca desapareció fue una en su hombro, en la que se puede ver la separación clara de este y el brazo derecho.
A diferencia de Oboro que siempre hacía ejercicio y practicaba para ser un héroe, Doryoku solo se ejercitaba para mantenerse sano, por lo que su cuerpo no era nada fuera de lo común.
Doryoku se llenó de valor y volteó el brazalete dejando a la vista el interruptor para activar su quirk.
Pero su trauma aún lo perseguía y la sola idea de que algo como lo que le pasó hace 11 años volviera a suceder lo aterraba bastante.
'Debes hacerlo, no temas, no pasará lo mismo de la última vez' pensó Doryoku mientras su cuerpo temblaba bastante con temor.
Incluso sabiendo que no podía lastimarse, incluso sabiendo que su quirk no podía dañarlo con el brazalete, Doryoku aún tenía mucho miedo de su propio quirk.
Doryoku respiró profundamente calmando sus nervios un poco y aclarando sus prioridades.
Habían dos grandes miedos actualmente en su cuerpo y mente, que algo le pasará por activar su quirk o...
'Si algo pasa, si Okā-chan está en peligro y yo no puedo hacer nada por ser un miedoso' pensó Doryoku con seriedad mientras recordaba la mirada horrorizada de aquel hombre.
'Los héroes siempre llegan tarde, no puedo simplemente ser una carga, tengo que esforzarme para poder protegerla' pensó Doryoku mientras recordaba también la sonrisa feliz de su madre siempre que volvía a casa.
'No temas, puedes hacerlo, eres más fuerte que esto' pensó Doryoku mientras la imagen de su brazo explotando pasaba por su mente haciendo que su cuerpo se llene de sudor frío.
Doryoku puso su dedo índice en el interruptor y apretó los dientes con fuerza mientras su cuerpo se llenaba de temor y empezaba a temblar de nuevo intentando detenerlo.
'¡No hagas que todo su esfuerzo sea desperdiciado en un llorón, puedes hacerlo!" pensó Doryoku con determinación y haciendo fuerza en el interruptor.
*Click*