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Prólogo: sueños

El sollozo de una niña se escucha a la distancia, resonando entre los árboles, llanto entre cortado, ahogado, triste.

Un olor acre se emitía desde la espesura del bosque y se extendía por toda la región, se distinguía a varios kilómetros de distancia, incluso desde Trigovia, y, esa resonancia, producto del impacto del acero de las espadas, vibraba con fuerza por todo lo ancho y largo del bosque. Un viento helado sacudió el aire, e instantáneamente todo se calmó, las espadas dejaron de impactar, el acero dejo de emitir aquella resonancia metálica, y un miedo irracional calo los corazones de cada guerrero, desde el más inexperto soldado, hasta el más experimentado general. El viento amaino y un silencio innatural invadió todo el lugar. Desde la oscura y espesa bruma que se forma en el bosque Ryu a ese lumon, una figura se alzó triunfante sobre los humanos, inmerso en carcajadas incontrolables de euforia, una extasiada sonrisa se dibujó de entre la oscuridad, todos los presentes se volvieron muy despacio hacia ella, una sensación de peligro se extendió en el aire, —esto está mal— dijeron desde el frente —esto está muy mal— volvieron a repetir con claro miedo en la voz —¡no, no, no, no!, esto no está bien— hablaron nuevamente con desesperación —¡no, no, no, no! ¡¡No!! esto está muy mal, hay que retirarnos— grito entre sollozos, todos se volvieron hacia la chica que temblaba en el suelo con lágrimas en los ojos y repitiendo las mismas palabras —todas las tropas retírense, ahora, es una orden— grito el líder —ahora rápido— exclamo con más desesperación, la mayoría comenzaron a correr lo más rápido que podían, mientras que sus enemigos, solo observaban como huían, como ratas escapando del peligro.

La oscuridad comenzó lentamente a abrir los ojos para acompañar a su mísera sonrisa, todos sintieron el miedo que emitía aquel ser, el líder quedo paralizado, dio la vuelta mirando hacia los ojos de la oscuridad. La oscuridad abrió los ojos mirando de forma eufórica a todo rastro de ser viviente, una ráfaga de aire caliente y frio fueron expulsados del ser, todos los presentes fueron arrastrados por la intensidad del viento, y los que lo soportaron tuvieron que retroceder para poder protegerse, el aire caliente se intensifico y arrastro a los que habían soportado la primera ráfaga de viento, Samaru comenzó a brillar y una espesa explosión de humo negro se desprendió del resplandor de Samaru, formando una espiral a su alrededor, una resplandor más contenido empezó a brotar de su cuerpo, un repentino estallido se extendió en el bosque como un estruendoso rugido, la luz se hizo más intensa y se liberó de golpe tornándose en flameantes espectros rojizos y anaranjados que arrasaban todo a su paso con un calor infernal que reducía todo a cenizas, expandiéndose continuamente, acompañada de una fuerza invisible que arrastraba a todo ser y cosa que se encontrara en su camino, un segundo estruendo se escuchó.

Samaru camino en línea recta sosteniendo su macabra sonrisa en el rostro, mirando con placer todo el caos que habían ocasionado, todo reducido a cenizas. Más adelante se encontró con el líder de la triple alianza, Ryu había soportado la explosión y no solo la había soportado si no que había logrado proteger a sus camaradas y tropas que estaban con él. Todos los presentes dejaron escapar se intensa angustia y miedo a través de sus rostros cubiertos de sangre y lodo, cuando vieron a Samaru acercándose hacia ellos con esa sonrisa macabra y esos ojos eufóricos, ese ser amorfo que se transformaba a cada instante, que formaba en su cuerpo protuberancias que crecían y encogían como si respiraran creando un cuerpo irregular con brazos y piernas de tamaños indefinidos, esa cosa que tenía las venas marcadas en su piel como si esta solo fuera una delgada tela, esa cosa de venas negras y sangre azul, esa cosa de aspecto grotesco era imposible de vencer. Toda esperanza se había perdido, y no quedaba más que sumirse ante el poder de los demonios. Las tropas de la triple alianza abandonaran toda intención de luchar, al fin de cuentas eso era en vano, al fin de cuentas, Samaru había logrado obtener lo único que era capaz de otorgar un poder lo suficiente para doblegar a un mega-continente como lo era Theodora, todo el esfuerzo y sacrificio que la triple alianza había puesto en evitar que Samaru se hiciera en posesión de la perla, habían sido en vano, vidas desperdiciadas para nada.

Toda la esperanza había sido destruida, con la perla en poder de Samaru nada impedía que se hicieran con el poder en Theodora, y ni siquiera el imperio sería capaz de hacer algo contra los demonios. El mundo estaba perdido, toda esperanza de que aquel monstro sea destruido había desaparecido de los corazones de los soldados, y, con ella también las intenciones de lucha. Uno a uno, fueron tirando sus armas, resignados a morir, excepto por ellos. Guerreros formidables que no se inclinaban ante nada ni nadie, valientes guerreros que no se resignaron a la muerte, guerreros que no se atrevieron a retroceder, ellos eran los Bellicidae, los asesinos de la guerra, valientes guerreros, miembro principal y razón de ser de la triple alianza, principales líderes en la exterminación de los demonios, y los únicos que aun mantenían firmemente sus espada apuntando a Samaru, guerreros heridos, ensangrentados y cubiertos de lodo, blandían con firmeza sus espadas y mantenían en sus ojos esa determinación que inspiraba a sus seguidores a luchar. Sin importar la clara desventaja, ellos, lucharían, lucharían hasta la muerte, lucharían hasta que sus cuerpos se consumieran por su cansancio, lucharían hasta ser devorados por los demonios.

Samaru sonrió mientras tomaba del suelo una espada, guardo silencio, miro la espada y esta respondió a su llamado fusionándose con él, apunto a los bellicidae con la espada mientras mantenía esa sonrisa burlona en el rostro, atacó —es bueno verte Ryu— dijo Samaru cara a cara de Ryu, se había acercado en un instante y blandiendo su espada la balanceo agitando el aire, Ryu retrocedió un poco y trato de bloquear la espada de Samaru con su espada, esa fuerza absurda logro cortar la espada de Ryu como mantequilla, Samaru invirtió la dirección de su espada y la redirigió hacia Ryu, pero antes de que lograra impactar la espada contra Ryu una bola de fuego fue enviada hasta Samaru desde uno de sus costados como si fuera un proyectil, Samaru giro bruscamente sobre su eje cambiando la dirección de su espada y cortando la el hechizo de fuego por la mitad que se desvaneció en el aire, dejando que la fuerza rotatoria de su acción actuara sobre él, Samaru logro dar una vuelta y volver a dirigir su espada hacia Ryu, Ryu salto rápidamente retrocediendo varios metros. Cuatro chicos corrieron rápidamente en dirección a Samaru, atacaron al mismo tiempo, pero antes de que lograran siquiera tocar a Samaru este golpeo el suelo liberando una gran onda que mando a volar varios metros de distancia a los cuatro chicos a la vez, levantando así una gran cantidad de escombros y polvo, si ninguna demora Samaru se acercó a una chica rubia que portaba una capa blanca con el símbolo de la triple alianza, Esmeralda rápidamente creo una barrera evitando el golpe de Samaru, la barrera regreso el golpe de Samaru mandándolo a volar varios metros, Samaru dio vuelta en el suelo y se levantó rápidamente mientras aun retrocedía, se paró en seco y una lluvia de interminables flechas fueron disparadas hacia Samaru, dos chicos corrieron hacia él y empezaron a rodearlo corriendo rápidamente a su alrededor mientras lanzaban hechizos de proyectil muy rápidamente, los cuatro chicos anteriores se levantaron rápidamente y corrieron en dirección a Samaru haciendo toda cantidad de hechizos, saltaron sobre los dos chicos y se abalanzaron al mismo tiempo intentando estocarlo, pero antes de que pudieran siquiera tocarlo Samaru los desarmo y mando a volar lejos liberando una ráfaga de viento caliente, tomo su espada y corto por la mitad un hechizo de fuego lanzada por Esmeralda, los chicos se dieron una mirada rápida entre ellos sin saber qué hacer, Samaru seguía sin un rasguño, dibujo en su rostro una risa burlona. Una flecha fue lanzada hacia el mientras se jactaba de su fuerza abrumadora, la flecha casi impacta en Samaru pero este la intento detenerla con las manos pero la poderosa fuerza de la flecha hizo que Samaru retrocediera varios metros, instantáneamente Ryu tomo una espada del suelo y corrió en dirección de Samaru, se posiciono a un costado de Samaru mientras retrocedía, dirigió la espada hacia Samaru y freno en seco, la espada se rompió, miro enfadadamente a Ryu y presiono la flecha haciéndola añicos, deteniéndose bruscamente, se abalanzo rápidamente hacia Ryu y lo golpeo en el estómago mandándolo a volar varios metros de altura, Ryu, mientras se elevaba hacia el cielo se impulsó de regreso mandando sus manos hacia atrás y creando un hechizo explosivo que lo impulso a alta velocidad hacia el suelo, se redirigió hacia Samaru y antes de impactar contra él, Ryu imbuyo de magia su puño y reforzó todo su brazo, Ryu cayo diagonalmente y golpeo a Samaru en el pecho, lo hundió en la tierra y una luz muy intensa fue liberada acompañada de espectros rojizo y un estruendo ensordecedor, un cráter se formó en el lugar, Ryu retrocedió saltando hacia atrás, una esfera de fuego fue lanzada hacia Samaru acompañada de una lluvia interminable de flechas imbuidas en magia y hechizos de proyectil, Samaru se paró de entre todo eso y cuando estuvo en pie los cuatro chicos intentaron estocarlo, pero sus espadas se rompieron, volvió a liberar una corriente de aire esta vez helado, y tanto los cuatro chicos como las flechas y hechizos fueron repelidos en un instante, sano todas sus heridas y miro a Ryu, —¿eso es todo?— pregunto con decepción, —supongo que… ahora es mi turno, ¿no?— agrego burlonamente, Samaru se movió a una gran velocidad y ataco a todos los Bellicidae de manera simultánea que aprecio que los había atacado al mismo tiempo.

Todos los presentes se quedaron anonadados por todo lo sucedido en tan solo unos instantes, una batalla en segundos —¿Cómo son capaces de moverse así de rápido?— pregunto uno de los soldados mientras mantenía una sonrisa aterrada en el rostro, temblando —¿Cómo pueden existir unos monstruos como ellos en el imperio?— susurro asustado, pero tan pronto como miro nuevamente a aquel ser su expresión se tornó sádica y comenzó a reír desesperadamente y romper en llanto, se resignó, si unos monstruos como Bellicidae no podían vencerlo, nadie lo haría.

Samaru los miro y comenzó a reír a carcajadas, y comenzó a caminar entre los cuerpos de los Bellicidae que yacían en el suelo con el pecho perforado, casi muertos, —patéticos— dijo —esto aú… aun no a acabado— susurro Ryu levantándose, —mírate, apenas puedes ponerte en pie, ¿Qué piensas hacer?—.

—Es…, esto no, a, acabado…— dijo con dificultad, cambio su mirada —aun no acabo contigo— dijo determinado, mirando con seriedad. Ryu se encendió en llamas, el fuego que lo envolvió era tan feroz que los soldados y demonios cercanos tuvieron que retroceder apresuradamente para evitar ser consumidos por las llamas.

—¿Qué pretendes hacer?, si continuas incineraras a tus propios compañeros— advirtió —no…no lo hare— respondió Ryu. Su seguridad desconcertó a Samaru, quien se dio cuenta de que los amigos de Ryu estaban protegidos por una barrera mágica creada por Esmeralda, quien aún conservaba algunas fuerzas para proteger a sus amigos —Ryu— susurro esmeralda —por favor… dale una paliza por nosotros— dijo escupiendo sangre —¡¡por supuesto!!— respondió Ryu, adoptando una postura de ataque y comenzó a irradiar más calor, haciendo que todo su alrededor se consumiera hasta las cenizas en cuestión de segundos.

La piel de Samaru empezó a quemarse y regenerarse en un ciclo interminable. Ryu se lanzó hacia él con furia, le acertó una patada que lo saco a volar varios metros, Ryu lo alcanzo y le dio otra patada que lo mando hacia la inmensa penumbra del cielo, Ryu salto posicionándose sobre Samaru y envió sus mano hacia atrás creando explosiones con sus manos impulsándose hacia Samaru a una gran velocidad, pateo a Samaru creando una enorme explosión que mando a este disparado hacia el suelo a una gran velocidad, mientras caía Ryu empezó a hablar en una lengua extraña, una gigantesca esfera de fuego se formó en el cielo, iluminando la noche como si fuera el sol mismo. Samaru observó con curiosidad mientras Ryu hablaba en esa lengua extraña —¿Qué sucede?— cuestiono —¿Qué le ocurrió a tus hechizos sin cantico?— pregunto burlonamente, Ryu frunció el ceño y lanzó la enorme esfera de fuego hacia Samaru, desatando una explosión masiva que iluminó el cielo nocturno hasta las montañas distantes.

Ryu cayó junto a Samaru y fue arrojado varios metros por un golpe que parecía provenir del propio Samaru. El villano se levantó imperturbable, con la mitad de su cuerpo convertida en cenizas antes de regenerarse instantáneamente. —Realmente eres digno de admirar— declaró Samaru mirando a Ryu envuelto en vapor —deberías haber hecho eso desde el principio— añadió —con una fuerza tan abrumadora como esa y la ayuda de tus amigos tal vez habrían podido vencerme—Al ver el estado de Ryu, su expresión cambió —entiendo— susurro.

Samaru camino entre los cuerpos moribundos de los jóvenes miro a Esmeralda, se acercó a ella y le dio una patada que la dejo inconsciente, la barrera sobre los chicos se rompió. Camino un poco más hasta estar a espaldas de los chicos —que aburrido— reprocho —¿Qué les sucede? ¡¡Chicos!! ¿Dónde quedo toda esa fuerza tan abrumadora que me habéis mostrado antes? ¿Por qué de pronto se convirtieron en unos debiluchos?— pregunto con burla en sus palabras —oh… espera… quizás fui yo—susurro —¡¡¡fui yo quien se hizo demasiado fuerte!!!— grito a carcajadas, —ahora no hay nadie capaz de detenerme— dijo de forma eufórica —¿Qué debería hacer primero?...— pensó —¿Y si destruyo esa ciudad estúpida?— dijo —sí, definitivamente eso hare, la hare añicos, la reduciré a cenizas y no dejare a ninguna alimaña con vida, toda Trigovia caerá, y el mundo sabrá, quien es su dios— dijo exaltado, —no… no lo permitiré— dijo Ryu, arrastrándose hasta Samaru, tomo su pie tratando de detener a Samaru. Lo miro con desdén, y rompió sus brazos, Ryu grito de dolor y todo el bosque logro oír sus gritos. Samaru comenzó a caminar pero fue detenido por Ryu quien se aferró a él con fuerza, mordiéndolo —siempre has sido el más terco y testarudo de tu pequeño grupo de héroes, eres el más poderosos y también el más molesto— dijo, mientras levantaba su pie izquierdo dejándolo caer sobre la cabeza de Ryu, hundiéndola en el suelo, Samaru levanto su pie y volvió a aplastar la cabeza de Ryu y luego lo hizo otra vez y otra vez mientras reía complacido —¿Qué pasa?... ¿Ya no tienes trucos que mostrar?— dijo entre carcajadas, —yo tengo que detenerte— respondió Ryu escupiendo sangre —sabes que no puedes vencerme, ¿Por qué insistes?, es una pérdida de tiempo— dijo, Ryu solo lo miro sonriente —tenía que… ganar todo el tiempo que pudiera— Samaru se sorprendió, intento reaccionar pero ya era muy tarde. Samaru se quedó congelado, cuando unas manos delicadas como pétalos de rosas, rodearon su cuerpo con una ternura casi etérea, posándose con suavidad en su pecho. La chica de tez pálida como la luna y cabello oscuro como la noche, parecía emanar una presencia enigmática. Sus ojos, profundos y vacíos como el del abismo, reflejaban un misterio insondable. Sus labios entreabiertos pronunciaron palabras que resonaron en el silencio haciendo eco en el mundo. Con una voz que era apenas un susurro dijo —siempre has sido impulsivo, querido hermano— el cuerpo de Samaru volvió a la normalidad. La chica de oscuros ojos quito sus manos del pecho de Samaru dejando al descubierto un símbolo incomprensible; unas cadenas de oscuridad se extendieron por el cuerpo de Samaru, la oscuridad lo envolvió, y una perla rojiza salió de su pecho, corrompida. La chica abrió la palma de su mano con el brazo extendido y tomo la perla, mordió el pulgar de su mano izquierda y una gota de sangre, roja y ardiente se desprendió lentamente de la herida, en medio de un silencio sepulcral cayo con un susurro apenas perceptible sobre el manto blanco inmaculado de la nieve. El contraste entre el carmesí intenso y la pureza gélida creo un impacto visual desgarrador. La gota se fundió con la blancura, tiñendo el paisaje de un simbolismo siniestro que helaba el alma. La chica coloco el pulgar en sangrentado sobre la perla y en ella se dibujó un símbolo semejante al de Samaru. Los ojos de Ryu se encontraron con los suyos en un silencio abrumador sin revelar ninguna emoción. Ella lo miro y unas gotas cristalinas de pureza se asomaron entre sus lagrimales, —adiós queridos amigos, gracias por todo, adiós querido Ryu, nos volveremos a encontrar— susurro dejando que el viento se llevara sus lágrimas. Extendió sus brazos tocando la inmensa oscuridad que rodeaba a Samaru, un resplandor muy contenido salió de ellos iluminando la madrugada, dejando de aquellos individuos solo una perla de un negro tan intenso que era capaz de distinguirse entre la inmensa oscuridad; un brillo oscuro.

La alarma sonó, rompiendo el silencio de la habitación. Agato despertó de golpe, con el corazón latiendo con fuerza. Se sentó en el borde de su cama, sintiendo una extraña sensación de inquietud que se apoderaba de ella. Sus ojos desorbitados se posaron sobre una canica negra, apenas mayor que cinco milímetros, que reposaba sobre su mesita de noche. La habitación parecía más oscura de lo normal, como si la presencia de la canica absorbiera la luz a su alrededor.

Agato observo la diminuta esfera detenidamente, con una expresión entre curiosidad y miedo en su rostro. Sus palabras resonaron en la habitación con un eco inquietante; —Podría ser… —. 

 

 

 

 

 

 

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