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La bofetada

En eso toca Lucio la puerta, entrando sin esperar la respuesta; observa la escena, mientras rápidamente se separan Pedro e Ishtar, despidiéndose.

Lucio –Perdón, –sorprendido y molesto. – ¿interrumpo? No creí que…

Pedro – ¡No!, para nada; no es lo que parece

Ish con frialdad le cuestiona – ¿Qué se te ofrece Lucio?

Lucio –te estoy buscando, para hablar de un cliente; creí que estaban trabajando, pero me encontré con Andrés en la copiadora.

Ishtar en una orden le dice –vamos a mi oficina –sale de la oficina seguida de Lucio. –

Lucio –No pensé que tuvieras… –Dice con molestia y cizaña. – esos gustos

Ish –Tú no sabes nada de mí, Lucio. –Le responde con el tono más seco y frio. –

Lucio –Tal vez, pero lo que se ve…

Ish –No has visto nada, más que un abrazo de apoyo, entre viejos amigos y buenos colegas –cortándolo en seco; entran a la oficina de Ishtar. –

Lucio – ¿apoyo?

Ish –tendrías que conocerme y saber mi vida; pero es algo que no te incumbe.

Lucio –Yo también te podría apoyar

Ishtar responde con una fingida y exagerada carcajada – jajaja lo dudo; de ¿qué cliente quieres saber?

Lucio –Josué me ha dicho que tienes exceso de trabajo y que te apoyare con el Ingeniero Vega y su constructora.

Ish, sorprendida– ¿tú?

Lucio –sí, ¿no sabías?

Ish, se sienta en su silla, con gesto inconforme le responde –sí, no sabía que serías tu

Lucio – ¡ah! Entonces ¿Quién?

Ish – ¿Qué necesitas?

Lucio –Información, conocer la compañía, saber en qué te ayudaré

Ishtar, se levanta a buscar el expediente en una de las gavetas del archivero que tiene en su oficina –Bien, estamos en espera de una demanda o denuncia en contra de la constructora y el Ingeniero Vega –saca el expediente de la constructora, lo revisa y se lo entrega. – Ahí está toda la información; el Sr Vega es el Director y dueño, pero trataras con su mano derecha –traga saliva. – el Ingeniero Jarrett; ahí están los datos.

Lucio – ¿tú que harás? –pregunta, revisando el expediente. –

Ishtar, se acomoda de nuevo en su silla –Seguiré en contacto con Vega por lo que necesite. Tú mantendrás contacto con Jarrett, deberá informarte lo que suceda y lo que necesiten.

Lucio –Creí que hablaría directamente con el Ingeniero Vega

Ish –No; por eso tiene una mano derecha para delegar responsabilidades

Lucio –No es una constructora que requiera mucha atención; no veo en que necesitas mi ayuda

Ish – ya te lo dijo Josué, ¿no? –hace una pausa. – pregúntale a él, sí no te agrada o satisface; puedo dárselo a alguien mas

Lucio, molesto– Está bien. ¿Cuándo vamos?

Ish –Te aviso

Lucio –Bien –se levanta. – ¿crees que podamos trabajar sin inconvenientes?

Ish –No estarías aquí sí no lo creyese

Lucio –Josué me pregunto…

Ishtar con tono molesto y desesperado, le sentencia –Josué no sabe nada; pero sí no te mantienes al margen de mi vida personal, sí no dejas de ser cizañoso y agresivo con mi vida personal, esto no funcionara y no solo se enterará Josué, sino que estarás fuera de aquí con todo y el contrato que firmaste

Lucio mantiene el tono sereno, pero en si mirada hay temor –No puedes, no lo harías

Ishtar con el mismo tono amenazante –Yo hice el contrato, puedo deshacerlo; y sí lo haría, si te metes con lo que me importa, ¡sí!

Lucio, en tono suave y suplicante le dice –Algún día podremos hablar de lo sucedido

Ishtar baja la voz, con un tono de arrepentimiento –No tiene caso ya. Yo vivo con Sandro y tú tienes prometida. Dejemos las cosas en el pasado y olvidemos, intentemos ser… buenos colegas y compañeros de trabajo.

Lucio, con tono seductor le replica –Puedo ser buen colega y compañero; pero no puedo olvidar tus besos y esas noches de pas…

Ish molesta, con gesto de espanto lo interrumpe. – ¡Cállate! No seas un barbaján. –Levantándose de su silla, en casi un grito le exige – vuelves a hablar o evocar aquello y no responderé de mis acciones. Sí no lo dije cuando te contraté porque no estábamos solos, te lo digo ahora… dejas el pasado en donde esta y lo reprimes de tu boca y lengua viperina o te vas de mi firma –le responde en un grito. –

Lucio –Josué me trajo, me necesitan y para correrme tendrías que darle explicaciones y eso significa contarle –levanta la voz. –

Ish –No me importa contarle, él me apoyara. Y sí no quieres cooperar y apoyar no te puedo obligar

Lucio – ¿Estas muy segura de que te apoyara? –Ish lo mira fijamente sin externar ninguna emoción ni sentimiento. – ¿qué? ¿También ya te acostaste con él? – ¡zaz!; Ish le asesta un golpe en la cara con puño cerrado. –

Ishtar le sentencia con el dedo –Vuelve a decir una idiotez más y te largas de ISHMAR

Ante los últimos gritos, entra alerta Josué a la oficina de Ishtar sin llamar a la puerta; presenciando el golpe y la sentencia de Ishtar.

Josué la detiene con un grito – ¡Ishtar! ¿Qué pasa aquí?

Ish, alterada e irritada, sin controlar su tono de voz– ¡tu amigo imbécil! –Señalándolo– Que no sabe amarrarse la lengua, ni conectar su cerebro a ella; además no tiene ni un gramo de educación y decencia. –Josué que estaba sorprendido con el espectáculo que había presenciado; observa fijamente con mirada desafiante y semblante molesto a Lucio que está furioso y adolorido; entra a la oficina y cierra la puerta. –

Josué – ¿Lucio?

Lucio – ¡ella! Esta loca, se alteró de la nada

Josué –Me van a explicar en este preciso momento que ha ocurrido aquí –Ishtar se asoma al pasillo, mirando amenazante a los que estaban a la expectativa, para que vuelvan al trabajo y cierra la puerta tras ella; intentando calmarse. –

Ishtar intentando calmarse le echa todo, cuidando sus palabras –Lucio no acepta, que tenga yo pareja; que Pedro sea un buen y viejo amigo, que me apoya; ni que tú, como mi amigo y socio, me apoyes en las decisiones que tome. Y no cree ni acepta todo eso, sin que su sucia mente, piense que hubo algo más para ganarme la confianza, respeto, amistad y aprecio de todos los que me rodean.

Josué que no dejaba de observar a Lucio, con el ceño fruncido le pregunta – ¿es cierto eso? ¿Por qué dudas? ¿Qué te pasa?

Lucio, alterado y desesperado le dice, señalando a Ishtar –No puedo creer, que todos seden así de fácil, ante ella, ni que se porte como sí nada

Josué – ¿de qué hablas?