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CAPITULO 9: UNA CHICA MISTERIOSA

Se han quedado dormidos, aún está oscuro, por el ruido de algunos pájaros, es de madrugada.

KEKI Y TOIRE están dentro de la enramada.

Escuchan unos ruidos de galope de caballos o bestias no muy lejos de ahí.

Cuando TOIRE despierta, mira a KEKI junto a el, ella está despierta, escuchando.

Un instante les basta para ir ubicando la dirección del ruido que, cada vez se escucha más cerca, también logran escuchar un ruido mucho más ligero, es el ruido de las ramas de los árboles que se encuentran en el piso al resquebrajarse.

Sin duda hay alguien a pie y lo más seguro es que la vengan persiguiendo.

TOIRE remueve las ramas de la entrada de su escondite, en voz baja le dice a KEKI que espere, solo se asomará para ver lo que ocurre.

TOIRE tomas sus armas, pide a KEKI que se mantenga oculta.

Sale un poco del escondite.

Mira a lo lejos, a una joven de cabello largo, rubia, con traje de escudero, quien corre desesperada tratando de escapar de aquellos dos hombres que la acechan, ellos vienen montados en dos extrañas mutaciones de bestias.

La acorralan jugando con ella.

Uno de ellos porta una espada, el otro un látigo.

Unas veces atacando, otras casi aplastándola con las bestias, haciendo que en algunas ocasiones caiga al suelo.

TOIRE se ha ido acercando, ocultándose entre los árboles.

La chica es hábil esquivando, sin embargo, se ve cansada y ya trae raspones en varias partes del cuerpo por todo lo que han hecho con ella en este acecho.

Los hombres se burlan de lo indefensa que se ve.

Ella está en el suelo, con una rodilla recargada y en la otra se apoya.

Está agitada.

También hablan de lo linda que ella se verá cuando la mancillen sin piedad.

Ríen mientras se van acercando con las bestias para embestirla.

La chica los mira con coraje, ella se levanta y comienza a correr hacia un árbol cercano, logra ubicar su calzado en una protuberancia del árbol, se trepa a una rama del mismo, cuando uno de ellos está pasando muy cerca del árbol dando un latigazo.

La chica lo esquiva y se arroja sobre la bestia, saca una daga muy pequeña de punta fina y se la encaja en el cuello, justo en eso aquél hombre jaló la rienda de su bestia y esta al instante reaccionó levantándose, de tal forma que su hocico alcanzará a la joven.

Ella apenas y logra escapar de las fauces de la bestia quien se ha enfurecido, como puede, se levanta y corre, aquél hombre gravemente herido y furioso, usa su látigo para golpearla, tirándola al suelo adolorida.

Aquél hombre, con mano temblorosa por el dolor, hace muecas de tensión, se quita la daga del cuello.

La sangre brota de su cuello.

El otro hombre se le ha acercado.

El segundo hombre ya no va a jugar con ella.

Le dice que igual sin vida podrá usar su cuerpo para gozarlo.

Luego se lo comerán las bestias.

Estaban tan ocupados con la chica que, no vieron cuando llegó TOIRE quien llega por un lado quien, salta sobre la bestia apoyado en el hombro de la misma, con su espada corta la cabeza del que traía el látigo.

La bestia se apresura a empezar a devorar el cuerpo del que fuera su amo.

El que porta la espada se pone alerta, el ataca a TOIRE con la bestia, al acercarse, también usará su espada.

TOIRE lo esquivaría sin problemas, solo que, la bestia le pega un coletazo tirándolo al suelo.

La joven reacciona, mira a TOIRE en el suelo algo aturdido, también ve al maligno montado sobre la bestia que se acerca hacia el.

Ella se levanta lo más rápido que puede, aprovechando que su atención no está sobre ella, la joven salta sobre la pata del animal, trepa con una maroma sobre el lomo de la bestia, llegándole por la espalda, ella usa su daga enterrándola por la espalda justo en el corazón y la jala hacia abajo utilizando su propio peso haciendo que este grite de dolor, ella rápidamente se da la vuelta y se dispone a saltar de la bestia, solo que el maligno es estira y la alcanza a agarra del cabello, quedando ella colgada en un costado de la bestia.

El terriblemente adolorido dirige su espada hacia la joven por un costado.

No se dio cuenta de que TOIRE se había subido a la bestia y jala a la chica hacia el lado opuesto a la espada, logrando que, si la hiera, pero, solo en la pierna.

En este momento, TOIRE suelta a la chica y con las dos manos, corta al maligno con su espada desde el cuello hasta la clavícula, la joven ha caído al suelo con la espada incrustada, lo cual hace que se le desgarren los músculos de la pierna, ella emboza un grito.

Mientras ella trata de enderezar la espada para poder sacarla.

Muy cerca, ve caer el cuerpo del maligno, con los ojos abiertos.

El primer monstruo se ha devorado el primer cadáver, el segundo, al perder a su jinete, se abalanza sobre la carne, entre las bestias se pelean el cadáver.

TOIRE ayuda a la joven a levantarse, se alejan con rapidez, ella está herida, al terminar de comer, puede ser que los ataquen.

Las bestias han devorado el cadáver con avidez y se abalanzan contra ellos.

TOIRE corre con la chica a cuestas hacia la enramada.

Al ver que no será suficiente, se detiene, deja a la chica en el suelo y se prepara con su espada para recibir los ataques de las bestias.

No se ha dado cuenta de que KEKI está detrás de el.

A pocos metros de distancia.

El aura de KEKI se siente en el ambiente, esto llama la atención de las bestias y de los dos jóvenes.

Al voltear TOIRE, la mira con preocupación.

Le dice que se aparte, ella aún no se ha recuperado, debe huir.

Del cuerpo de KEKI es expulsada una ráfaga de viento que se va fortaleciendo más.

TOIRE y la chica la miran asombrados. Las bestias se lanzan contra de ella ignorando a TOIRE y la joven, pasando por un lado de ellos.

KEKI se encuentra en completa calma.

KEKI levanta su mano y pone su palma en dirección a ellos, de la punta de sus dedos, deja salir una luz azul que, al llegar a ellos, los carboniza.

Los dos jóvenes están atónitos.

Mientras TOIRE respira aliviado, la joven se alegra mucho.

TOIRE ayuda a la chica a levantarse, mientras se dirigen hacia ella, la joven le dice que eso fue genial, a ella le gustaría poder aprender a hacer eso.

KEKI con seriedad, le comenta que, para lograrlo, hay que pagar un precio… ella… sin duda, no sabe lo que dice.

Se pone tensa la situación.

Ninguno menciona nada de camino hacia la enramada.

En cuanto entran a la enramada, pueden ver a KEKI en el fondo de la misma.

KEKI menciona que la chica debe ser atendida… TOIRE, con una mueca algo triste, se dice así mismo que, el también necesita ser atendido.

La joven, que escuchó a TOIRE, lo mira a los ojos.

El al saberse escuchado, ya no dice nada.

Ayuda a la joven a acomodarse en un lado de la enramada y tapa la entrada de nuevo.

FIN DE CAPITULO 9