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Capítulo 25

—¿Qué? ¡¿Cómo que no entregaste el libro de la biblioteca?! —gritó Ash.

—Lo siento... pensé que sería mejor quedármelo para aprender más. Es muy valioso para mí... —murmuró Nina, mirando al suelo.

—Vamos, hermano... no es para tanto —dijo Kai, dándole una palmada en la espalda a Ash.

—Pfff, está bien. Aunque nos iban a dar una recompensa, dejemos que Nina se lo quede... —dijo Ash, resignado.

—¿En serio? ¡Muchas gracias! —exclamó Nina, saltando de felicidad.

—Bueno, jefe, ¿qué es lo que haremos hoy? —preguntó Nadia, parada en la puerta del cuarto.

—Primero... salgan de nuestro cuarto, que trato de cambiarme... Segundo, tomémonos un descanso y tomemos unos días libres —respondió Ash.

—¡Viva! Hermanos, ¿podemos ir a comer algo sabroso? —dijo Kai, con los ojos brillantes y babeando.

—¡Hurra! Nina, ¡vayamos de compras! —dijo Nadia, agarrando las manos de Nina.

—¡Sí! —respondió Nina, emocionada.

—Ay, qué bonito... ¡salgan de aquí! —gritó Ash, corriéndolos del cuarto y cerrando la puerta con fuerza.

Ash y Kai, luego de cambiarse y tomar el día libre, se dirigieron a los mercados, a los puestos de comida, recordando el día en que su padre los trajo por primera vez al reino. Pasearon y vieron muchas cosas hermosas. Por otro lado, Nadia y Nina se fueron a tiendas de ropa. Se probaron variedad de ropa, y les gustó tanto un conjunto que se lo compraron para ponérselo en ese momento. Luego fueron a comer algo, pero lo pidieron para llevar, para dar un paseo por la plaza, donde se encontraron con Ash y Kai.

—Oh, por Dios... se ven muy hermosas... —murmuró Kai, encantado por cómo lucían Nadia y Nina.

—Cof, cof, tienes toda la razón, Kai. Se ven espectaculares —dijo Ash, cubriéndose la boca con el puño mientras tosía.

—¡Hola, Nadia! ¡Nina! ¡Por aquí! —gritó Kai, levantando la mano para que lo notaran.

—Mira, por allá están los chicos, vamos, Nina —dijo Nadia, corriendo hacia ellos.

—Se ven... muy hermosas ambas... —dijo Kai, con los ojos brillantes.

—Muchas gracias —dijeron Nadia y Nina, sonrojadas—. ¿Y tú qué piensas, Ash?

—Mmh... se ven muy atractivas con ese vestido... —dijo Ash, nervioso.

—Entonces, ¿damos un paseo? —preguntó Nina, avergonzada.

—Después de ustedes, madams —respondió Kai, inclinándose y estirando un brazo.

Ambos salieron a dar un paseo por todo el reino, retomando el paseo yendo a varios lugares, pasando por la academia Arcano Blade. Ash y Kai pasaron enojados y sin mirar el entorno de ese lugar. Salieron del reino y dieron una vuelta completa fuera de los muros, donde encontraron un lugar hermoso. Era una colina con una vista impresionante: muchos árboles, el atardecer y las aves volando siguiendo su rumbo. Dentro de la vista también se observaba un largo camino en forma de serpiente. Sin imaginarlo, vieron al héroe cerca, también contemplando el atardecer y sonriendo. Se acercaron a él.

—¡Ezraaa...! ¡Holaaaa! —gritó Kai, alzando el brazo y moviéndolo.

—¿Mmmh? Oh, qué sorpresa, si son Ash y Kai. ¿Cómo están, chicos? —respondió Ezra, sonriendo—. ¿Y ellas quiénes son? —preguntó.

—Ella es Nadia Tsuki —se presentó Nadia, dándole la mano.

—Y yo, Nina Kimura —se presentó Nina, estirando el brazo—. Y nosotros som...

—Son mis prometidas, así que les estaré echando el ojo —dijo Kai, mirándolo con ojos entrecerrados.

—¡Claro que NO! —gritó Nadia, dándole una cachetada que lo mandó a volar—. Nos unimos al grupo de ambos.

—Luego de ser expulsados, nos inscribimos en el gremio de aventureros para ganarnos la vida —mencionó Ash, sonriendo.

—Más que eso, jaja, se están volviendo muy conocidos por el reino. Y por cierto, Ash... Kai... quería darles la noticia personalmente si los encontraba en el gremio, pero ahora que estamos aquí, tenían razón —dijo Ezra, con seriedad—. Investigué todo luego de que los expulsaran y descubrí lo que tramó el príncipe Ardin. Amenazó a algunos y a otros les ofreció dinero a cambio de modificar el tablero a su antojo... —mencionó.

—Ese maldito bastardo... —dijo Ash, apretando los puños con enojo.

—Al confesar todo, fueron expulsados y otros trabajan para el reino. Ese fue su castigo. Y ustedes podrán volver a la academia, se les dará el estudio gratis por la confusión y por la mala actitud por parte del rey Kami —dijo Ezra, dándoles una bolsa de monedas—. Cuando quieran, pueden ingresar a la academia y serán bienvenidos y recibidos por el mismo rey.

—¿Y mis prometidas pueden entrar? —preguntó Kai, recibiendo otra cachetada por parte de Nina, quien le gritó que no eran sus prometidas.

—Jaja, lo lamento, pero eso no se podrá. Solo me especificaron a ustedes —dijo Ezra.

—Lo siento... pero estamos bien aquí —dijo Ash, mirando a Kai, Nadia y Nina con una sonrisa.

—Ya veo... le haré saber al rey —dijo Ezra.

—¿Y qué sucedió con el príncipe Ardin? ¿Se salió con la suya? —preguntó Kai, sobándose las mejillas.

—El rey, en frente de todos, los expulsó y mandó a los otros a trabajar muy duro, diciendo que era culpa del príncipe por sus fechorías y que hablarían entre ellos de lo sucedido. Por lo que tengo entendido, su castigo fue quedarse en el reino a recibir las propuestas que tienen los ciudadanos para el reino —dijo Ezra, mirando el atardecer.

—Disculpe interrumpir la conversación, pero ¿qué hace aquí, héroe Ezra? —preguntó Nadia.

—Jaja, me gusta venir aquí cuando puedo... en este lugar me siento calmado y fue donde conocí a mi esposa Liana —respondió Ezra, sentado, mirando el atardecer con una sonrisa llena de nostalgia.

—Perdón por preguntar cosas que no debo, pero hay muchos lugares donde necesitan su ayuda, héroe. ¿Por qué no está por allá? —dijo Nina.

—Cállate... —murmuró Nadia.

—Lo siento, Nina... pero mi deber es cuidar al reino, donde se encuentra mi amada. No me interesa lo que suceda fuera de estos muros a menos que sepa que la intención es atacar este lugar —respondió Ezra.

—Pero... ¿no eres el héroe de este reino? ¿No deberías cuidar todo, incluyendo lo que está fuera de estos muros? —preguntó Nina, sorprendida.

—Ese es el deber de un héroe, ¿verdad? Te confundiste de héroe, Nina... Mi destino nunca fue ser un héroe. Después de ser adoctrinado por mis padres, los odié. Solo eran castigos: servir a la realeza, ser alguien obediente, entrenar a más no poder... ¿Era feo, verdad? Ser la decepción, pero a pesar de eso, ellos eran mis padres. Fuimos emboscados... asesinaron a mis padres y a los que estaban ahí. Me dieron unos segundos para poder huir del lugar. No olvidaré esos rostros de esos demonios... —respondió Ezra, dejando a todos asombrados—. Al ver que la espada me había elegido, por obligación fui el héroe de este reino. Nunca quise ser su salvador, solo lo usaba como recurso para asesinar a las demás razas en busca de venganza. Si tenía que llegar a eliminar este reino, lo hacía, hasta que un día la conocí... —mencionó con seriedad.

—Lo siento... —dijo Nina.

—En este mismo lugar... sentada, viendo la hermosa vista del lugar, y al mirar solo me dijo: "Es hermoso, ¿verdad? Me gustaría ser una pequeña ave para volar y ver muchos lugares con vistas como estas". Me enamoré de inmediato. Jamás vi a alguien mirarme y contarme lo que sentía. Desde que tomé el rol y maté a miles de personas y demonios, solo me miraban como una máquina de asesinar. Era temido y odiado, nadie podía mirarme ni dirigirme la palabra —dijo Ezra, bajando su tono de voz—. Siempre que podía venir, lo hacía, y ella siempre estaba aquí hasta que un día me armé de valor y le hablé. Le pregunté su nombre, cómo estaba y qué le gustaba hacer. Poco a poco, más que seguir asesinando, me la pasaba con ella, escuchando sus historias, el bien y el mal de este mundo —mencionó.

—Qué hermosa historia... —dijo Kai, llorando.

—Jaja, nos prometimos algo luego de casarnos... estar juntos por siempre, y darle un mejor lugar y hacerle conocer todos los paisajes que tiene este mundo maravilloso... —dijo Ezra levantándose—Y lo voy a cumplir, así que nos vemos mas rato haha.

—No tenía idea, lo siento mucho, héroe Ezra... —dijo Nina.

—No te preocupes, cada persona elige su propio destino, sus propios sueños y metas. Para los héroes no es una excepción —dijo Ezra retirándose—. Si algún día necesitan hablar, puede que esté aquí, la mayor parte del tiempo estoy aquí solo o con mi esposa. Este lugar es hermoso y me trae muchos recuerdos... mi sitio favorito, jaja —mencionó con alegría.

—Quedé sorprendida... no esperaba la visión del héroe Ezra —mencionó Nadia.

—Su propio destino y sueños, eh... —murmuró Kai mirando el paisaje.

—Y tú... ¿por qué demonios dijiste que éramos tus prometidas frente al héroe Ezra? —dijo Nina, alistándose para golpear a Kai.

—Maldito... nos hiciste quedar como unas tontas... ¡nos las vas a pagar, Kai! —mencionó Nadia con enojo.

—¡Ayúdame, Ashhh...! —gritó Kai, corriendo de ambas para no ser golpeado.