La sensación de tener un dedo reemplazado por el miembro de Román se sentía diferente. Tomó una respiración profunda, tratando de calmarse mientras se ajustaba a la sensación de algo nuevo que nunca había sentido antes.
Julie sintió los dedos de Román acariciar suavemente los lados de su cintura mientras la sostenía.
—¿Te duele mucho? —preguntó Román con una voz llena de preocupación, y Julie, que se concentraba en su respiración, negó con la cabeza.
Únicamente dolió durante el empujón inicial, pero a medida que los segundos pasaban, el dolor comenzó a disminuir. Al ver a Román sentado entre sus piernas, con sus ojos que habían oscurecido como si algo sexualmente crudo hubiese aflorado en ellos, y él estaba tratando de contenerse para no abalanzarse sobre ella.
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