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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 581

Kain se reunió con el daimio y su esposa en una habitación del palacio imperial. Era una sala de estar, pero como palacio del daimio de la nación de la Tierra, era enorme como una casa. Largos pilares de madera roja, puertas de corredera con cuadritos de papel. El suelo con cerámica oscura con machas rojas.

Los guardias y sirvientes estaban repartidos por la habitación. Todos habían sido esclavos durante toda su vida. Así que su actitud era seria y reservada.

El daimio de la nación de la Tierra parecía estar orgulloso de eso. Era un hombre de ojos rasgados y un vientre abultado. Vestía túnicas de color esmeralda con bordes dorados. Por otro lado, no le quitaba los ojos de encima a los senos de Rei-chan.

Por su parte, Rei-chan llevaba un kimono color celeste con detalles primaverales y un obi negro. El cabello castaño ordenado en un moño, de apariencia amigable y cordial. Parecía acostumbrada a que los tipos como el daimio le miraran los senos de forma tan descarada. Por supuesto, si ella estuviera en el mundo civilizado le daría una lección, pero como era el daimio de un país, tuvo que ser tolerante.

Kain observaba al daimio, tosió para llamar su atención. El daimio capto la indirecta, miró a Kain y también tosió como para disimular su poco disimulado agrado por los senos de una mujer que no era su esposa.

—Daimio-sama, como le iba diciendo, hacer tratos con el clan Kato no es bueno para usted ni para nadie— dijo Kain

—Eso no es asunto suyo, Kain-kun— dijo el daimio tranquilamente —nosotros hemos estudiado esta materia, no nos hemos decidido por nada, pero considerando nuestra mutua cooperación, lo mantendremos informado—

Kain puso una expresión de preocupación y le dijo —daimio-sama, esto es peligroso para usted y su gente, no debería hacerlo. Yo estoy preocupado por su seguridad, esa gente no es de fiar—

—Kain-kun, lo voy a decir una vez más, este no es tu asunto. Yo y mi gente decidiremos que hacer con ese proyecto— dijo el daimio de forma tajante.

Por dentro Kain estaba sonriendo, pero por fuera mostraba preocupación —es que no debes, no sabes el terrible problema que vas a traer al mundo— dijo

—¡Suficiente!— grito el daimio alzando la voz y poniéndose rojo —te tengo cierto respeto, pero no abuses de mi confianza. No eres nadie para decirme que hacer y que no—

Estaba hecho, este hombre iría en la otra dirección y se mataría a sí mismo y a todos sus súbditos.

Kain puso una expresión triste y sumisa —lo entiendo, señor. Lamento haberlo importunado— dijo

—Además, te solicite las unidades de apoyo, pero hasta la hora no me has traído nada. Te dije que te pagaríamos ¿Cuál es el problema? ¿Cómo puedes ser tan incompetente?— preguntó el daimio como si estuviera indignado.

Su esposa, una mujer alta de cabello negro, corto y liso, miraba al daimio con cierto desprecio en la mirada, pero se mantuvo callada y tranquila como le enseñaron a hacer toda su vida. Ella miró a Kain y mostró una casi imperceptible sonrisa que algunos sirvientes notaron, pero también callaron, ya que también habían sido educados para permanecer callados y tranquilos. A menos que daimio-sama preguntara, ellos nunca abrirían su boca para expresar una idea. De lo contrario, eso sería su fin.

—Daimio-sama, es tecnología avanzada. No es como si yo fuera a una tienda y comprara un televisor. Esto requiere tiempo de preparación— dijo Kain como si estuviera al límite de su capacidad

—Solo excusas Kain-kun. Cuando me pidas dinero para construir la futura ciudad de Los Sabios, también me voy a retrasar y te daré una excusa del mismo tipo. Ahora vete, estoy cansado de ti—

Kain observó al daimio, un hombre testarudo y autoindulgente. Tenía una apariencia limpia, pero su actitud reflejaba el tipo de persona que era. Un hombre que siempre lo había tenido todo.

Kain se levantó y Rei-chan también lo hizo. Ellos hicieron una profunda reverencia, se dieron la vuelta y caminaron a la salida.

Sin embargo, el daimio quedo mirando a Rei-chan y dijo —espera, me gustaría hablar de ciertos temas con tu esposa— Kain se dio la vuelta y lo quedó mirando. El daimio continuo —ella es la que maneja los negocios ¿No?—

—Claro, pero ella no está trabajando en estos momentos— respondió Kain y miró a Rei-chan. Ella asintió suavemente.

—Eso no es problema, es solo una conversación superficial—

—No— respondió Kain en un tono firme y seco.

Esa respuesta provoco que el daimio se pusiera rojo, pero después recordó que quería esas maravillosas cosas que construían de todo y sonrió —lo entiendo— dijo —será para otra ocasión—

Kain asintió, hizo una reverencia, Rei-chan lo acompaño y juntos se dieron la vuelta para salir del salón.

Kain salió al pasillo y cerraron la puerta, pero pudo escuchar como las cosas se quebraban y varios sirvientes pedían perdón. Seguramente el daimio estaba teniendo una rabieta. Sin embargo, Kain no dijo nada y solo miró el pasillo por delante. Había guardias apostados a los lados con armaduras rojas. Eran más ornamentales que funcionales. Ellos se mantenían erguidos y mirando hacia adelante, pero ninguno hacia contacto visual.

Kain camino con Rei-chan, esta última lo sujeto del brazo. Ella temblaba de la furia, del disgusto. Kain le dio un par de palmaditas en la mano. Rei-chan lo miró y Kain sonrió y le guiño un ojo en un gesto cómplice.

Kain camino con Rei-chan, hicieron todo el camino a la salida mientras un grupo de sirvientes y guardias los vigilaba. Ellos fueron abriendo las puertas hasta que llegaron al vestíbulo.

En ese momento, el día estaba semi despejado, el viento fresco gracias al gran lago que rodeaba el palacio. En cierto sentido, la ciudad de Los Sabios era un paraíso terrenal. Tenía una rica vegetación, tierra fértil, agua dulce en grandes cantidades. Rodeada de montañas y más importante, rodeada de los pilares de piedra natural que eliminaban cualquier influencia que pudiera tener el chakra, sus derivados o los animales que fueran afectados por su poder. Esto último incluía a los shinobis.

Al llegar al vestíbulo del palacio, ellos vieron a un largo grupo de personas acarreando cajas de madera. Los lideraba un hombre alto vestido con un kimono gris y un haori verde. No era shinobi, Kain lo conocía bastante bien. Era el patriarca del clan Kato y dueño de la producción de armas de fuego de la nación de la Tierra. Tenía el cabello largo, el rostro redondo y un claro sobre peso reflejado en una gran papada y una enorme barriga.

El patriarca miró a Kain, lo reconoció y sonrió de forma burlesca. Los hombres que llevaban las cajas lo seguían con la cabeza gacha sin saber lo que les iba a pasar.

Kain se mantuvo neutral, pero por dentro sonreía pensando en su pequeño experimento. Sin embargo, escucho unos pasos y después que alguien lo llamaba.

—Kain-sama— dijo Sachiko, la esposa del daimio.

Kain se detuvo, miró hacia atrás y vio a Sachiko. Ella por fin sonreía, tenía un ligero rubor en las mejillas por haber caminado a paso rápido por los pasillos. Se veía hermosa en un kimono purpura y un obi blanco en su cintura con detalles florales.

—Su majestad— dijo Kain manteniendo las apariencias y haciendo una reverencia.

Por su parte, Rei-chan se ladeo como si le diera el hombro a Sachiko y se acercara a Kain, como poniendo una barrera entre los dos. Ella no era tonta, no era la primera vez que veía a una mujer sonreír de esa manera para su marido. Esta mujer, la esposa del daimio, estaba profundamente enamorada de Kain. Una locura, y más locura demostrarlo en público y frente a los sirvientes. Solo por eso le podían cortar la cabeza y peor aún, darle problemas a Kain. Sin embargo, Rei-chan se calmó e hizo una reverencia manteniendo las apariencias.

—Kain-sama— dijo Sachiko, su sonrisa disminuyo por que Kain la llamó su majestad, pero siguió sonriendo y continuo —hola, disculpe que lo moleste, pero quisiera presentarle algunas personas de mi familia. Ellos son muy hábiles con los números y, bueno, también le quisiera presentar algunos negocios ¿Tiene tiempo?—

—Claro, su majestad— dijo Kain, era el momento perfecto, pensó —dígame ¿Dónde nos podemos reunir?—

—Por aquí— dijo Sachiko y señalo con la mano a un costado del palacio, a un pasillo que rodeaba el palacio y tenía vistas al lago que rodeaba el palacio. Sachiko se fijó en Rei-chan y no le gusto para nada lo tensa que estaba ¿Acaso ella no sabía? —querida, espero que te sientas bien ¿Necesitas visitar el medico?—

Lo cual era una pregunta tonta considerando las habilidades de Kain. Sin embargo, Rei-chan lo supo interpretar, ella estaba a la defensiva con Sachiko. Puede que sea un poco por la actitud que tuvo el daimio con ellos.

—No, muchas gracias su majestad, solo estoy un poco cansada— respondió Rei-chan

—Me lo imagino, le pido las disculpas por lo que paso anteriormente. Ahora, si me acompañan— dijo Sachiko y los guio por el pasillo. Un poco más allá venían un grupo de guardias y sirvientes. Eso había disminuido a la mitad la cantidad de personas que había en la habitación del daimio. Todos los que venían eran sirvientes de bajo nivel, solo se había quedado la gente importante.

Ellos alcanzaron a Sachiko y le explicaron que venían por órdenes del daimio. Mucho mejor para ella. Sachiko sonrió y les dijo —en ese caso, pueden ayudarme a atender a mis invitados. Sígannos y no molesten a Kain-sama. Eso será lo único que no les perdonare—

Los sirvientes y guardias hicieron una profunda reverencia. Sachiko camino por delante y Kain y Rei-chan la siguieron.

Ellos avanzaron por el pasillo lateral cerrado y dio paso al pasillo abierto con vistas al lago.

Rei-chan se sintió nerviosa, todo era muy silencioso y había una intención lúgubre en el ambiente. Ella se abrazó al brazo de Kain, ellos caminaron durante diez minutos hasta que se detuvieron frente a una puerta de corredera roja con cuadritos de papel. Los sirvientes se adelantaron para abrir la puerta, pero Sachiko levantó la mano y ellos se detuvieron. Sachiko abrió la puerta, se hizo a un lado y señalo con la mano como si ella se estuviera poniendo al servicio de Kain y Rei-chan.

Kain y Rei-chan avanzaron a la sala de reuniones, más parecida a la que ocuparían los shinobis. Nada de muebles y muy pocos adornos. Solo un pergamino en la pared con la palabra "Tierra". Había un cojín frente a la pared, uno a lado y dos frente a los otros cojines.

Sachiko los siguió y señalo —por aquí, Kain-sama, Rei-sama— dijo

Kain y Rei-chan se sentaron en los cojines más cercanos. Sachiko camino al cojín frente a la pared y se sentó como tomando el puesto de anfitrión. Ella le dio algunas órdenes a los sirvientes, ellos se movieron y solo quedaron unos pocos.

—Kain-sama ¿Cómo se siente al visitar mi casa?— preguntó Sachiko con un tono cordial, pero su voz sonaba desenfadada como si no hubiera intención en esta conversación.

Kain entendió que ella solo estaba haciendo tiempo.

Alguien llamo a la puerta, Sachiko dio su permiso y la puerta lateral con cuadritos de papel se abrió. Una hermosa joven de cabello oscuro apareció. Llevaba un kimono rojo con detalles florales y un obi purpura. Por los rasgos y la forma de su físico, todos supusieron que era hermana de Sachiko.

Sachiko sonreía feliz, ella estiro su brazo derecho y le tendió la mano —por aquí, Rin— dijo

La muchacha avanzó, le dio una ligera mirada a Kain, pero volvió a mirar a Sachiko y continúo avanzando. Esta última bajo su mano y señalo el cojín un poco por delante de ella, a su derecha.