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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Capítulo 55 - ¿Quién es bueno?

El título del Dios del Agua es una designación que existe desde hace más de cuatrocientos años en el reino de Asura. Se le concede al mejor guerrero de la nación, el cual por protocolos y un sentido nacionalista, debe jurar lealtad como uno más de los caballeros del reino. Durante cada siglo, debería haber dos Dioses del Agua, pero con los conflictos, idas y venidas, Reida en su época se transformó en la décima Dios del Agua. En un sentido simple, el trabajo del Dios del Agua es proteger la nación de todos los peligros y estrenar a los futuros caballeros de Asura. Al mismo tiempo, los Dios del Agua siempre han sido considerados como nobles, mucho más allá de simples caballeros. En la época de la abuela de Reida se les consideraba a la par con un Vizconde. No obstante, con el paso de los años y la consolidación del poder de la nobleza, cada día se le da menos importancia al título y a la persona que lo ostenta. Hoy en día, bajo la influencia del primer príncipe del reino, la actual portadora del título del Dios del Agua (Lara), ha pasado de vivir en una mansión con veinte sirvientes, a vivir en una casa de dos pisos con cuatro habitaciones. Todavía no le han tocado la remuneración, pero Lara espera que en el transcurso de un año o dos, el primer ministro invente alguna excusa para "aligerar la carga del reino".

-o-

Habían pasado alrededor de una semana entre el cambio de la mansión a la casa de dos pisos. Era una mañana primaveral, con un sol alto, un cielo despejado y una brisa fresca. En el aire se podían oler varios aromas, como a madera quemada y alcantarillados. Kain en estos momentos estaba afuera de la casa mirando la fachada. Todo estaba pintado de un color beige, con un techo triangular revestido de tejas color burdeos. El patio delantero medía ocho metros de ancho por cuatro de largo, dando así la impresión de ser un lugar acogedor. Esto seguía siendo el sector noble, pero estaban en los límites. Solo una avenida los separaba de la región pobre. Por otro lado, entre la mansión que perteneció a los Dioses del Agua por más de diez generaciones y esta pequeña casa, había un mundo de diferencia. Kain soltó un suspiro y se acercó a la reja para llamar. Estuvo durante unos diez minutos gritando hasta que salió Isolte con su larga cabellera café oscuro y su sonrisa tierna. Ya tiene trece años y es toda una dama, no obstante, la joven se considera una guerrera primero y una dama después. En estos momentos tiene un rostro de resignación ya que no la dejan trabajar con el resto de los caballeros de Asura.

-¿Cómo estas pequeña?- pregunto Kain con una sonrisa

-Bien abuelito- respondió Isolte algo cabizbaja. Todavía sonreía pero tenía unos ojos melancólicos. Abrió la reja y se dejó abrazar por Kain. Se sintió un poco mejor y lo invito a pasar.

-¿Tu padre y tu madre?- le pregunto Kain después de soltar su abrazo. Estiro su mano y le acaricio el rostro con el pulgar. Su piel era como la porcelana, lisa y suave.

-Ellos fueron al castillo, dijeron que traerían visitas-

-Eso es bueno, esas visitas son para mí-

-¿Para el abuelo?¿Quién es?-

-Es una sorpresa, niña. Espera y veras-

-Tacaño-

Kain soltó una carcajada y acompaño a la joven que no medía más de un metro con cuarenta. Entraron a la casa y Kain miró con cierta molestia el lugar. Todo era tan estrecho y tan común, ni comparación con la mansión.

Isolte que iba a su lado, lo vio y se preocupó. Tenía muchas amigas nobles cuando vivía en la gran mansión, pero ahora que vivía en la "periferia" muchas le habían dejado de hablar. Se preocupo por Kain Jr y por ella. Ahora mismo, Isolte se consideraba pobre y no sabía si su abuelo ya no la quisiera como nuera. Kain Jr le dijo que no se preocupara, que era una buena oportunidad para sacarse las obligaciones molestas. Ella podía dejar de ser Dios del Agua porque no valía la pena tal esfuerzo. Sería mejor que lo acompañara a viajar por el mundo, ese era el plan, pero Isolte tenía algunas aprensiones. Se preocupaba por sus padres y que dirían. A su padre no le molesta que le guste Kain Jr, pero su mamá siempre le dice que podría poner sus ojos en alguien mejor. En alguien que siga la fe de Millis. No obstante, cuando el otro día expreso su opinión delante de Kain Jr. Este último le dijo que él creía en san Millis, que su madre, Catalina, también era seguidora de Millis y que ya se habían bautizado.

El pitido de la tetera sonó mientras Isolte cavilaba en sus recuerdos y apago el fogón. Saco la tetera y la acerco para servirle té a su abuelo. Kain estaba en la mesa de la cocina, era una pequeña mesa redonda para tres personas con igual número de sillas.

-Gracias- dijo Kain mientras Isolte le servía agua caliente. Hubiera preferido algo de café o vino, pero bueno, como eran las diez de la mañana, no quería ser un mal ejemplo.

Isolte asintió con una sonrisa y también se sirvió agua caliente. La mesa, aparte de las tazas, un par de platillos, cucharas y un mantel, no tenía nada más. Kain hizo una ademan y saco de su anillo unas galletas de vainilla con mermelada en su centro. Las favoritas de Isolte. Esta última por fin mostro una sonrisa llena de alegría y estiro su mano para sacar. Por su parte, Kain sonrió y le gusto hacerla feliz. No le convenía para nada esa sonrisa melancólica.

Mientras Isolte masticaba las galletas como un conejo, le pregunto a Kain -¿abuelito, es cierto que Kain (Jr) está bautizado en la iglesia de San Millis?-

-Así es- respondió Kain dándole un sorbo a su taza.

-Pensé que lo había dicho para molestar a mamá-

-¿Por qué?¿Cuéntame que paso?-

-Bueno, mamá dijo que sería bueno que él creyera en san Millis y fuera un hombre de bien…no como tu-

Kain soltó una carcajada y agacho la cabeza masajeándose la frente. Después de parar de reír, levanto su rostro e Isolte al ver que sonreía de verdad, se tranquilizó y continuo.

-Entonces Kain le dijo que él había sido bautizado en la iglesia de San Millis por el mismo papa-

Kain negó con su cabeza algo divertido y le respondió -eso es verdad, digamos que el papa me debía unos favores, así que hizo una misa especial para bautizar a todos mis muchachos. Todos en mi casa creen en san Millis. Así que era algo lógico que pasara-

-Pero el abuelo tiene muchas esposas-

-Eso es verdad y eso va en contra de las creencias de la iglesia- dijo Kain asintiendo, miró a Isolte y le pregunto en un tono serio -¿Te consideras a ti misma madura?-

-Un poco-

-Entonces hablemos como debe ser. Todos creemos en diferentes cosas, pero de ahí a que hagamos todo en lo que creemos, hay un gran trecho. Tu misma abuela Reida. Ella es seguidora de San Millis, en un principio ella no me quería por ser, como dice tu madre, un hombre malo- Isolte puso una sonrisa incomoda y Kain continuo -pero al final le guste y hoy en día tenemos a Ivania y se casó conmigo. Mis otras esposas también creen en San Millis, incluso Catalina creció en la facción radical de la iglesia, en donde desde pequeños les enseñan la palabra de San Millis. A lo que quiero llegar es que lo bueno y lo malo lo defines tu. No es una etiqueta que alguien más te pueda colocar. Porque si ser creyente de San Millis te concede el título de buena persona, entonces yo soy el más bueno de todos. Yo soy considerado un santo por decreto del papa y la iglesia-

-¡AAAAHHH!- exclamo Isolte poniéndose de pie y mirando a Kain con incredulidad

-Es verdad- dijo Kain con una sonrisa divertida al ver la sorpresa en el rostro de Isolte -pero si lo llevamos a otro posición. El rey, el primer ministro y muchos otros nobles van todos los domingos a la iglesia-

Isolte sintió que le dejaron caer un balde de agua fría. Las mismas personas que miraban a sus padres como meros soldados rasos eran, "gente buena".

Kain continuo -por eso, ten cuidado con lo que escuchas. Incluso pon en duda lo que digo. No lo creas al pie de la letra, porque hasta yo o tu mamá o tu papá se pueden equivocar. Las etiquetas de gente buena abundan en el mundo, pero quien realmente se las merece es muy poca-

Isolte un poco cabizbaja por estas revelaciones, pregunto -¿el abuelo no me va a separar de Kain (Jr) por ser pobre?-

Kain soltó una breve risita y se pasó la mano por la cara -eso es cosa suya. Si ustedes se quieren, está bien por mí. Lo único que les pido es que si no se quieren, no se amarren porque sí o por conveniencia. Ya existe mucha gente obligada a vivir de la forma que no quieren en este mundo. Lo único que les pido es que sean felices-

-Gracias abuelito-

-No tienes nada que agradecerme. Ahora, concéntrate en las galletas o me las comeré yo solo-

-Eres tan malo- dijo Isolte y se acercó para apartar cinco galletas de una.