—Hijo mío, tendré que decepcionar tus expectativas.
—¿Qué? —Todos no parecían sorprendidos por las palabras del Rey. Era como si supieran lo que el Rey estaba pensando.
—¿Pero por qué padre? Esta es nuestra oportunidad de oro de expandir nuestro territorio y avanzar hacia el noroeste. El Reino de Istarin pronto enfrentará al Reino de Nepoca en una gran guerra. Incluso si logran ganar la guerra, el Reino de Istarin estará en su punto más débil. ¿No deberíamos aprovechar esta oportunidad para atacar?
—Arthur, creo que como uno de los candidatos a convertirse en el próximo Rey, deberías descubrir mis razones para no involucrarme en esta guerra. Estoy envejeciendo, Arthur. Este Reino necesita un nuevo Rey. Solo porque seas mi primogénito eso no significa que te entregaré el trono —Arthur asintió con la cabeza con una sonrisa educada, pero por dentro estaba apretando los dientes de ira y frustración en secreto.
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