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Señor Presidente: Usted es el padre de mis trillizos

—M... ¡Marissa! ¿Son mis hijos? —Los ojos de Rafael no se apartaban del rostro adorable de los niños. —No, Rafael. No lo son —dijo Marissa con una sonrisa fingida—. No son tuyos. ¿Recuerdas? —pestañeó de manera bastante dramática—. ¡Nunca nos casamos! Valerie Aaron, la hermana mayor de Marissa Aaron, dejó plantado a su novio ciego el día de su boda y se fugó. Para salvar las apariencias, la familia de Merissa le rogó que se casara con Raphael Sinclair. ¿La ironía? No se le permitió decirle a su esposo ciego que ella no era Valerie sino Merissa Aaron. El día de la exitosa cirugía ocular de Raphael, Marissa se enteró de que Valerie había vuelto para tomar su legítimo lugar como nuera de Sinclaire. Marissa intentó explicarle a su esposo que ella era la que estaba casada con él, pero él no le creyó. En vez de seguir convenciéndolo, la desconsolada Merissa decidió dejar la ciudad sin contarle su secreto. Raphael Sinclair era la definición clásica de una belleza impactante y era el único heredero del grupo de industrias Sinclair. ¿Qué haría él cuando se enterara que todo este tiempo la mujer que le ofreció su amor y su cuerpo no era Valerie sino su hermana menor Marissa Aaron? ¿Cómo reaccionaría al saber que era el padre de los bebés que Marissa llevaba en su vientre? ¿Iría tras Marissa para recuperarla? ¡Y la pregunta del millón! ¿Podrá Marissa alguna vez perdonarlo y volver a amarlo?

JessicaKaye911 · Urban
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192- Tía Sophie

El servicio de habitaciones estaba recogiendo los platos de la mesa después de la cena. Rafael llevó a todos los niños a su habitación para acostarlos y Marissa sentía como si su espalda se hubiera convertido en una tabla dura.

Ella cogió su teléfono cuando vio parpadear el nombre de Sophie en la pantalla —¡Hola! —apoyó sus pies en la mesa de café que tenía delante.

—Flint y yo estamos de vuelta. ¡Os echamos de menos a ti y a los niños! —La voz de Sophie era un poco alta, Marissa tuvo que alejar un poco el teléfono de su oreja.

—Rafael acaba de llevarlos a su habitación

—Oh —la decepción era evidente en la voz de Sophie—, los extrañaba mucho, especialmente a Abi.

—Espera. Veré si puedo sacar unos minutos para ti —asomó la cabeza dentro de la habitación donde los niños estaban allí parados con sus pijamas.

Rafael estaba ocupado cepillando el cabello de Ariel y diciéndole algo a Alex. Eso calentó el corazón de Marissa y se apoyó en el marco de la puerta.

Gesperrtes Kapitel

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