Al final, ella bajó la cabeza, como si mostrara su disposición a ceder.
El No Muerto retiró su espada. Finalmente algunas palabras salieron de sus labios. —Decisión sabia.
Después de hablar, desapareció, volviendo una vez más a la sombra como si nunca hubiera aparecido en primer lugar.
Sin ninguna interrupción, Gabriel pronto llegó a su destino, deteniéndose justo ante un edificio majestuoso que lucía incluso mejor que el Palacio Real del Imperio Lumen. Era la Iglesia de la Luz que había sido abandonada ya que no quedaba ningún miembro en este mundo. Sin embargo, el lugar seguía intacto.
Gabriel dio su primer paso dentro de la Iglesia de la Luz, empujando las puertas para abrirlas. Aunque las puertas estaban selladas, no pudieron ofrecer ni la más mínima resistencia contra su fuerza.
Al entrar en la iglesia de la luz, el silencio del lugar le habló volúmenes. La decoración era impresionante y las velas aún iluminaban el lugar, aunque había estado cerrado durante bastante tiempo.
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