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Re zero pesadilla o sueño (oc)

En un universo pararelo ,la bruja de los celos se lleva a un joven inocente a un mundo de fantasia demasiado peligroso ,podra mantenerse soportar los peligros que subaru enfrento seguira calmado o perdera la cordura y caera en la desesperacion. hola es mi primer fanfic espero que les guste si les gusto comenten y si quieren pueden seguirme. advertencia este fic puede contener muchos spoilers de la novela ligera ex, tapenshu, y bastantes cambios en la historia,otro prota ,acontencimientos cambiados,mayor importancia en otros personajes que casi no profundizan en el canon, mas bucles,nuevas muertes o cambiadas etc, que lo disfruten

Silverking0902 · Anime und Comics
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Cap 15: Vestigio de locura parte 2

Al caminar por el sendero a la mansión

En su mayoría miraba familiares a los paisajes, pero solo era un parecido. ¿Qué tan lejos tendría que ir para llegar a la mansión de Roswaal? De alguna manera u otra, correr por el camino lo llevaría allí.

Con el peligro claro y resonante, y con su destino justo frente a sus ojos,

El escenario seguía inalterado, y parecía extenderse tanto que no podía imaginar cuánto iba a continuar el camino, además los gruesos árboles de ambos lados parecieran bloquear todo escape. Estaba sin aliento, pero aún tenía resistencia sobrante.

Kino: demasiado silencioso no me gusta...

Cuando vio alrededor, no había cambios en su entorno de ningún tipo. En comparación con el susurro de las hojas con el pasar del viento, su propia respiración era bastante ruidosa.

Pero era todo lo que escuchaba. Y Kino, que había pasado casi dos meses en esas tierras, sentía algo incorrecto en ello. El silencio opresivo, sin el ruido de los insectos siquiera, era anormal.

... Y luego, algo apareció repentinamente, introduciéndose de manera astuta en la percepción de Kino.

¡¿Qu... qué?!

Retrocedió un paso, su garganta se apretó por la impresión. Sin sonido alguno, una persona había aparecido frente a él. Además, la figura tenía el cuerpo completo envuelto en ropas negras, con algo como una capucha encima, por lo que incluso el rostro de este completo extraño estaba oculto.

Además, eso no fue todo lo que le causó impresión.

Kino: tiene que ser una broma no ¡...

Una tras otra, figuras negras emergieron alrededor de Kino, como si estuvieran respondiendo a su confusión y al movimiento de su mirada. En un parpadeo, se numeraban más de diez, que rodeaban a Kino

Particularmente anormal era la calma insana que continuaba incluso después de la aparición del grupo de sombras. Siguieron viendo a Kino en silencio; él ni siquiera escuchaba alguna de sus respiraciones.

No había manera de que fueran amistosos. Dicho eso, tampoco habían mostrado hostilidad. Las figuras inquietantes lo dejaron con la lengua trabada,

incapaz de mover un músculo siquiera. ¿Cómo se miraban los unos a los otros de esa manera?

Bajo esa presión, Kino sentía el tiempo a su alrededor moverse increíblemente lento. Luego, ese turbulento silencio se desquebrajó tan fácil como tuvo su inicio.

...

Todas a la vez, las figuras se voltearon hacia Kino e inclinaron sus cabezas a manera de reverencia.

... ¿Ah?

El cerebro de Kino fue incapaz de procesar la escena desarrollándose ante él.

El grupo incomprensible que había emergido estaba pagando respeto a Kino por razones desconocidas, y dejándolo en confusión, comenzaron a salir del escenario.

La escena falta de palabras ante los ojos de Kino lo dejó más estupefacto que nada. En vez de hacerle algo al chico congelado, las figuras partieron a zancadas silenciosas.

Probablemente fue el silencio de sus pisadas el que les había permitido filtrarse por el punto ciego de la mente de Kino. Pero, aunque eso lo comprendía, no sabía absolutamente nada más acerca de ellos.

Kino dejó de lado todo intento de tratar de comprender a las figuras, suprimiendo la inquietante preocupación en su interior a la vez que seguía corriendo. Se enfocó en regresar a la mansión, como si al hacer eso se librara de todo el miedo y la incomodidad.

No entendía quiénes eran las figuras ni detrás de qué estaban, por lo que dejó de intentar comprenderlas. Fue esa la razón por la que nunca se dio cuenta.

La razón por la que nunca notó el hecho de que las figuras desconocidas, al salir de su línea de visión, se movían en dirección a Otto.

Ansiedad. La ansiedad dominaba su cuerpo por completo, al punto de que quería ceder de verdad a ella.

Sus pies se movían al frente. Su corazón estaba fijo en el futuro. El destino de su mente estaba frente a él, y aun así sentía algo de terror por si aquellas figuras desconocidas lo acosaran a sus espaldas.

Sus oídos zumbaban fuerte. Náuseas azotaban su cabeza.

¡Solo un poco más... y... estaré de vuelta...! Sus piernas se consumían en agonía.

El escenario que rodeaba el camino había comenzado a cambiar respecto al que había visto mientras se desplazaba. Las brechas entre los árboles se hacían más amplias, y los rastros típicos de actividad humana aparecieron en medio. Cuando llegó a su vista el estrato de una colina familiar, una voz agitada de felicidad dejó la boca de Kino.

Pudo ver humo blanco levantándose sobre los árboles de la orilla, y este venía del otro lado.

... Fiu...

Hasta ese punto, solo los rostros de la gente de la mansión habían alegrado sus recuerdos, pero ahora imaginó a los aldeanos que tanto había extrañado. Ello incluía a los valerosos niños y a los adultos tan sorprendentemente desprotegidos. Estas eran las buenas personas que habían dado la bienvenida

Corrió. Esprintó hacia la cima de la colina. Cuando se acercara a la cresta de la pendiente, finalmente podría ver la fuente del humo blanco. Kino escaló hacia la cumbre, usando su manga para limpiar el sudor que escurría de su ceño, y miró con alegría hacia la villa.

... Y fue entonces cuando la pesadilla finalmente lo atrapó.

llegó a la entrada de la aldea, su mirada se desplazó alrededor para encontrar al primer ciudadano que pudiera. Fue entonces cuando frunció el ceño, sintiendo que algo estaba mal.

En el momento en que sus piernas se detuvieron, el estrés acumulado en su corazón y extremidades se cernió sobre él. Luchó por tomar aliento una y otra vez, tosiendo saliva, y haciendo gran esfuerzo para permitir a su cuerpo recuperarse mientras sus ojos examinaban el área.

A primera vista, pensó que nada raro había pasado en la aldea.

El aire esa mañana era muy fresco, suficiente para despertar de su siesta a una persona.

Era uno de esos días claros y soleados, y aun así no podía sentir a nadie en absoluto en la villa.

Pero las esperanzas de Kino fueron en vano. No encontró ni una cara.

Para la hora en que casi llegaba a lo que fuera que se estuviese quemando, todos ya se habían ido.

Lo que alguna vez fue fuego, todavía ardía levemente, causando el humo, pero no pudo sentir la presencia de nadie.

Parecía como un pueblo fantasma

Fue entonces cuando Kino fue acechado, no por vagas ansiedades, sino por unas muy tangibles.

Por razones ajenas a la fatiga, su respiración y pulso cardíaco aceleraron. Con su cuerpo reaccionando con tal pánico, Kino golpeó sobre la puerta de una casa cercana. No hubo respuesta.

Cuando se metió de golpe, era una carcasa vacía. Nadie estaba en casa.

Pudiera ser que toda la familia haya salido para hacer tareas de cultivo

Corrió hacia la siguiente casa, buscando personas. No había ninguna. Esa también, se encontraba desocupada.

Un escalofrío amorfo cayó sobre él. Kino, notando que tenía un gran parecido a lo que sintió cuando se encontró con las figuras en el bosque, casi perdió la cordura mientras continuaba buscando con desesperación presencia humana.

¡...!

Gritó suficiente para desgarrar su voz, tocando desesperado en una casa tras otra, sin importarle que sus uñas se estuviesen partiendo.

El resultado no fue otra cosa más que silencio. Kino, totalmente solo en el mundo, colapsó en el suelo, sintiéndose impotente.

No importaba cuánto se encontrará con ellas, no podía lograr acostumbrarse a esas situaciones incomprensibles. Naturalmente, se podría decir lo mismo para los desarrollos sin sentido que vivía.

Kino: AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH¡¡¡¡

se levantó, se sacudió el trasero, e intentó no resbalarse en el suelo lodoso mientras caminaba. Aunque no había rastro de que cayera lluvia, había lodo por todos lados. Había perdido el agarre y tropezado varias veces mientras estuvo corriendo por el lugar. Por lo que Kino sacó la vuelta al lodo, evadió todo lo que pudiera dejarlo atorado, y se dirigió al centro de la aldea, en la dirección del humo blanco.

El fuego que causó el humo ya había cesado. Las brasas restantes casi estaban extinguidas. Kino bajó levemente su mirada, mirando los restos distraídamente.

No había nada raro a la vista, salvo el cadáver achicharrado del anciano del cual estaba saliendo el humo blanco.

...

Kino se rascó la cabeza, alejando su mente de la visión mientras caminaba hacia la salida de la aldea. Si no había nadie dentro del asentamiento, no había razón para quedarse ahí. Tenía que apresurarse a llegar a la mansión.

Caminó por entre el cadáver destrozado de un joven hombre, moviéndose con cuidado de no resbalar en el lodo ensangrentado. Cuando entraba a la plaza de la aldea, le sacó la vuelta a los cuerpos de la joven pareja, que estaban apilados uno sobre el otro, pasando justo al lado de la anciana que yacía boca arriba. Kino buscó señales de vida entre los numerosos muertos del lugar, rogando por salvación, alguien que pudiera llamarlo por su nombre.

Pero su esperanza quedó insatisfecha, porque inactividad era todo lo que quedaba.

Tantos desvíos. No había logrado su propósito original, y este era el resultado.

Se había demorado demasiado, y futilidad fue su recompensa. Todo en ese lugar era en vano. No había nada que se salvara, Kino incluido.

Abandonando todo como inservible, arrastró sus pies aturdidos mientras cruzaba la plaza de la aldea. Cuando lo hacía, sus pies fueron atrapados por algo de manera abrupta, provocando que chico semiconsciente se derribada al frente.

Aullando del dolor por haber aterrizado sobre su hombro, Kino miró por acto reflejo hacia lo que había enganchado su pie.

... Y así, se encontró con los ojos vacíos y ciegos de Petra.

¡AAAAaaaaaaa...!!

No tenía escapatoria. Otro grito se escucho en el cielo a todo pulmón

Kino lloró y gritó hasta que su voz se partió, las lágrimas derramadas fluían mientras abrazaba los restos de Petra que yacían en el suelo.

El calor había abandonado hace mucho el cuerpo de la niña. El rigor mortis ya había ocurrido. El cuerpo de una persona muerta se supone pesado, pero, incluso considerando la juventud de Petra, su cuerpo era demasiado ligero.

Eso probablemente era resultado de la sangre que salió por la herida abierta que tenía en el pecho.

Petra había muerto con los ojos abiertos y una expresión de sorpresa. El único consuelo hallado era que la ausencia de dolor o sufrimiento en la expresión de su rostro significaba que había muerto instantáneamente cuando su corazón fue atravesado. Después de todo, no había razón para que muriera por un agujero en su pecho y, para colmo, sufriendo la agonía.

Kino bajó el cuerpo de Petra al suelo y lo cubrió con su sudadera, fue el único funeral que pudo proveerle. Había tratado de cerrarle los ojos, pero con su cuerpo ya entiesado, no pudo concederle siquiera ese acto de misericordia.

Kino: porque petra¡¡¡ y de esta manera¡¡¡

Kino estaba asqueado de ver esto era tan inhumano que no le faltaban ganas de vomitar

Rogando porque Petra descansara en paz, Kino se derrumbó cuando se

volteaba para darle la espalda... Siguió alejando la mirada de la escena infernal

en que se había convertido la aldea.

La fuente del humo blanco era el cuerpo achicharrado de Muraosa. Los hombres jóvenes, sin duda pelearon con las espadas que tenían. Había armas e instrumentos de cultivo regados por el lugar, y la sangre de los aldeanos asesinados empapaba la tierra desnuda de los alrededores. En sus esquinas también estaba el cadáver quemado de Híades el cual había sido quemado y lo único que dejo fu su hacha él está muerto

La muerte había visitado la aldea. Todo había pasado mucho antes de que Kino llegara.

Demasiado tarde, Kino ahora era el único testigo que habría de sufrir los resultados de la tragedia que azotó ese lugar. Ofreció sus dos manos en alto, como si suplicara para alguien, alguien que los cuidara.

¿Qué pasó?

¿Qué había pasado? ¿Qué cosa tan terrible había ocurrido? ¿Quién habría violado a la aldea masacrando sin misericordia a sus residentes, pisoteando su dignidad incluso después de muertos?

Ya nadie respiraba. No quedaba ni una persona viva.

El recuerdo de los días caídos en el olvido emergió en la forma de una voz descuidada.

"Oh, maestro Kinomoto Buenos días. ¿Viene a jugar con los niños de nuevo?".

Recordó las voces ansiosas, ruidosas, cálidas, y tan avasalladoras de los niños pequeños.

Kino: eh porque le hace pensar eso señora

Porque los niños lo esperan siempre

Una niña tenía pretensiones de adultez e hizo una promesa impertinente sobre

el futuro.

"Eh-eh-eh, Kinomoto es quien salvó mi vida, así que cuando crezca, voy a regresarle el favor."

Ya no podía ver más su cara. La chaqueta de su traje ahora la estaba cubriendo.

Ya nadie quedaba. Sus memorias habían sido pisoteadas, hechas trizas, descartadas, perdidas.

No estaba conteniéndose. Estaba saliendo líquido de todas las cavidades de su rostro. Fueran lágrimas, moco o saliva, él había perdido la voluntad para contenerlos a la vez que seguían manchando su rostro.

... Aaa

Kino: PORQUEEEEeeeeeeeee¡¡¡¡

Kino seguía caminando en el sendero donde la masacre sucedió

Sus dientes temblaron hasta sus raíces. Sus ojos, adoloridos por tanto llorar, miraban poco, pero levantó su limitado campo de visión hacia el cielo. El cielo azul claro parecía inocente por la tragedia debajo. Y bajo ese cielo, la mansión esperaba.

El lugar al que tanto quería regresar, aquél que tanto ansiaba, ese lugar que estaba prácticamente frente a sus ojos ahora era uno demasiado aterrador de contemplar.

Pero lo que fuera que convirtió a la aldea en el infierno, seguramente no había pasado por alto a la mansión.

... Ah, ahh.

Estaba asustado. No podía evitar estarlo.

No quería pensar en la posibilidad de que ese "algo" se hubiera dirigido hacia la mansión. Le daba miedo la idea de que pensar en ello, por no hablar de decirlo en palabras, lo pudiera volver realidad.

Le dio una sacudida a su cabeza, disipando las imágenes terroríficas. Pero a pesar de que Kino trató de acorralarlas en un rincón de su mente, una de ellas se aferraba de manera obstinada, susurrando en el oído de Kino, negándose a ser olvidada.

Fue por eso por lo que Kino se aferró a esta, la ruta de escape más despreciable que tenía. Si pudiera siquiera vociferar la posibilidad, la posibilidad de que algo le hubiera pasado a ella, entonces...

Kino: ¿Rem, Beatrice¡? ¿Dónde están...?

Kino sabía instintivamente lo que significaba llamar por su nombre. Y aun sabiéndolo, había escogido hacerlo igualmente.

Bajo el disfraz de preocuparse por la seguridad de Rem, estaba engañando a su corazón de la manera más sórdida.

Si Rem regresó... Nunca se hubiera quedado sin hacer nada luego de lo que le pasó a la aldea...

Excusas.

Era otra excusa que dijo en un lugar donde estaba solo, y ni siquiera logró engañarse a sí mismo.

Era de lo peor. Era lo más bajo de lo más bajo.

No quería entenderlo, pero lo hizo.

Kino dijo esas mentiras para sí mismo para poder fingir que no miraba a su propio corazón sin escrúpulos.

Sentía como si la sonrisa afable de la chica de cabello azul, la calidez de su contacto con él, su voz llamando el nombre de Kino, se estuviera alejando cada vez más.

Es cierto... Rem... Beatrice ¡pueden...

Kino comenzó a moverse sin energía, recorriendo el camino hacia la mansión. Arrastró sus pies, dejando atrás los restos de Petra y los cadáveres de los aldeanos, todo mientras cubría sus oídos para bloquearlo todo.

Todavía no sabía qué le esperaba. Su idea era que no quería saberlo, pero lo necesitaba, mas no tenía el valor para ir a averiguarlo.

Lenta, muy lentamente, Kino subió la línea del camino ascendente, aferrándose al nombre de la chica como si fuera el pilar que sostenía su corazón a la vez que caminaba hacia la mansión.

... Rem estaba muerta en el patio.

Si no hubiera apresurado el viaje ella estaría viva

Kino: NOOOOOOOOOOOOOO¡¡¡¡¡

El patio que había visto tantas mañanas se había convertido en un infierno nada parecido a algo que hubiera visto antes.

La pequeña pero vívida cama de flores había sido aplastada, y los árboles que estaban en los alrededores de la mansión habían sido talados, cortados a la mitad.

El pasto verde se había teñido de negro con la sangre, ahí estaba el cadáver postrado junto a los restos de varias figuras con túnicas negras. Todos y cada uno mostraban señas de haber estado sujetos a una violencia increíble, pocos de ellos parecían relativamente completos. El daño repulsivo que se mostraba en los restos excedía lo visto en la villa Earlham, era una evidencia infalible de la gran rabia tras el arma asesina que había convertido en carne picada a esas víctimas desafortunadas.

El arma mortal que había infligido tal devastación sobre ellos era una bola de hierro ensangrentada que yacía caída entre las figuras oscuras, al centro del jardín. El orbe de metal, atado a un mango por una cadena, había acabado con un buen número de enemigos, pero en medio de la batalla, su portadora había perdido de alguna manera su agarre; el arma parecía arrepentida de no haber podido pelear con ella hasta el final.

Y en cuanto al demonio que presumía lo había blandido en la feroz batalla...

... Rem.

... Ella llevaba mucho tiempo alejada de ese lugar.

En una esquina del patio, a una corta distancia del arma de hierro, estaba Rem, con su uniforme de sirvienta teñido de rojo carmesí. La superficie del suelo donde había caído estaba manchada con una gran cantidad de sangre que hablaba del heroísmo de su muerte.

...

Al ver el gran número de cadáveres en el patio, aunados al de Rem, él lo supo. Había peleado. Los colmillos que habían acabado con los aldeanos habían amenazado a la mansión con intenciones enfermas. Ella había peleado duro para acabar con algunos de ellos, había luchado con fuertes heridas y había muerto.

...

¿En qué estaría pensando el grupo de encapuchados al matar a Rem?

Kino: ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué, por qué, por qué?

¿Qué sabían de ella? Rem daba lo mejor de sí, siempre trabajaba duro, siempre cuidaba de los otros, saltaba a muchas conclusiones, era amable, tierna y dura con Kino; cuando el tiempo daba mala cara, ella estuvo a su lado, pero lo había dejado atrás; amaba a su hermana y se odiaba a sí misma, pero apenas comenzaba a aceptarse un poco más, y... Justo cuando había dejado de llamarse una sustituta de su hermana mayor, justo cuando había comenzado a andar su propio camino en la vida, ella...

... Rem.

Aunque la llamó por su nombre, ella no ofreció respuesta.

Aunque la sacudió, su cuerpo ya se había vuelto duro y helado. Intentó acomodar su suave cabello varias veces, pero se pegaba a su frente, ya que estaba pegajoso por la sangre. Pese a eso volteo el cadáver ensangrentado de rem para su desgracia el cuerpo de rem estaba frio ósea que ya lleva muerta en mucho tiempo

Pego su rostro a su pecho para oír si latía, pero, no había ningún latido está muerta

Kino no quería simplemente aceptar la verdad

En su cabeza solo quedaba una cosa encontrar a Beatrice y encontrar algún sobreviviente

Quizá su expresión fuera amarga, congelada en su forma mientras luchaba contra la muerte en su último aliento. Quizá era pacífica. Él no tenía el derecho para aceptarla en ningún caso.

...

Dejó a Rem con los brazos extendidos a los costados, y luego notó el cobertizo que contenía las herramientas de jardinería.

La locación antinatural de Rem. El cobertizo que parecía estar protegiendo. Y la sangre que había fluido por debajo de la puerta cerrada. A pesar del hedor de la muerte, Kino suprimió sus náuseas cuando se acercó al lugar. Con un creak se abrió la puerta; en el siguiente instante, el olor de la sangre escurriendo asaltó las narinas de Kino. Por acto reflejo se cubrió la boca con sus manos cuando develó los resultados del intento de defensa de Rem.

... Ni uno de los niños dentro del cobertizo seguía con vida.

... Ni uno de los niños dentro del cobertizo seguía con vida¡

Kino cayó y gateó de manera patética por el pasto, vaciando el contenido de su estómago sobre la grama. Pensó que la salida de sus lágrimas y vómito se detendría, pero no había límite aparente.

Ah, faggh...

Rem había muerto para proteger a los niños y falló.

Recordó entonces a los aldeanos que aparentemente habían tomado las armas para pelear. Ellos tampoco habían corrido. Los adultos se habían quedado en la villa para que los niños pudieran escapar. Los pequeños habían huido hacia la mansión, y Rem había peleado heroicamente en el patio para protegerlos mientras se anidaban en el cobertizo cerrado, rezando por su salvación.

Pero sus plegarias fueron pisoteadas cruelmente y sin misericordia, y luego sus vidas fueron arrebatadas también.

Hyeek.

Abruptamente, un grito en falsete escapó de su garganta.

No era que algo hubiera pasado. Era simplemente que el terror olvidado había asomado su horrible cabeza de manera repentina una vez más.

y sin mas poder aguantar vomito al ver la atrocidad

Kino: guakkkkkkkk

Luego de parar de vomitar y casi no poder mantener su postura y limpiarse la cara con sus codos Kino con lágrimas debía buscar a Beatrice espera mínimamente encontrarla

Ahora enfrentado con la noción de que sus propios pensamientos frívolos habían llamado a esta tragedia, no había forma en que pudiera guardar la compostura. Para detener el desgarre de su mente y no tener que cargar con todas las muertes, requería de una defensa más tangible.

Abrió de un empujón violento la puerta de la habitación más cercana, asomándose para encontrarla vacía. Decepcionado, se movió a la recámara siguiente. Revisando en toda habitación que tuviera a su alcance, Kino continuó su búsqueda por las cuatro personas que debieran de estar en la mansión: Ram, Beatrice, Roswaal, y, sobre todo, Emilia.

Kino: ¡¡PORFAVOR ALGUIEN CONTESTE HAY ALGUIEN VIVO AQUÍ¡¡¡

Decidió abrir las puertas para encontrar a alguien y también a Betty con la esperanza de que siguiera con vida

Pero sus esfuerzos fueron en vano el cruce de puertas no funcionaba era la primera vez que había pasado

Distraído por su respiración jadeante, Kino siguió caminando en busca de la vida, sus ojos eran como los de un muerto.

... Se encontró con el cuerpo de Ram en la última habitación del segundo piso.

Después de ver tanta muerte en un lapso tan corto, Kino supo de inmediato que la chica sobre la cama no estaba durmiendo.

Su piel se había puesto tan pálida que casi podías ver a través de ella. En contraste, su lengua resaltaba por estar más roja de lo normal. A diferencia de la manera en que había fallecido su hermana menor, Ram, adornada por los cosméticos de la muerte, era encantadora incluso después de muerta. siempre había dicho sin pensar que sería encantadora si siempre tuviera la boca cerrada.

PERO JAMAS ASI ¡

Distraído por su respiración jadeante, Kino siguió caminando en busca de la vida, sus ojos eran como los de un muerto.

... Se encontró con el cuerpo de Ram en la última habitación del segundo piso.

Después de ver tanta muerte en un lapso tan corto, Kino supo de inmediato que la chica sobre la cama no estaba durmiendo.

Su piel se había puesto tan pálida que casi podías ver a través de ella. En contraste, su lengua resaltaba por estar más roja de lo normal. A diferencia de la manera en que había fallecido su hermana menor, Ram, adornada por los

cosméticos de la muerte, era encantadora incluso después de muerta. Kino siempre había dicho sin pensar que sería encantadora si siempre tuviera la boca cerrada.

No había señal de que alguien hubiera irrumpido en la habitación. El escritorio

y los instrumentos de escritura sobre él estaban tal como recordaba. Una leve sensación de alivio invadió a Kino, no solo porque fue incapaz de confirmar si Roswaal estaba vivo o muerto, sino porque tampoco habría otra baja con la que debiera cargar su consciencia.

¿...?

No, se percató de que su anterior sensación, de que la habitación lucía tal como la recordaba, era incorrecta. Había una cosa que era significativamente diferente de sus recuerdos. Para ser exactos, el librero no estaba en su posición habitual.

¿Un pasadizo... secreto...?

El librero en la pared se había desplazado considerablemente a la derecha, revelando la entrada a un corredor oscuro tras él. Se acercó tímidamente y se asomó dentro, encontrando unas escaleras que bajaban en espiral.

Un pensamiento apareció en el fondo de su mente. Una ruta de escape de emergencia.

Como marqués y señor de esta tierra, no era sorpresa que Roswaal tuviera tales métodos a favor de su propia protección. Era el tipo de cosa que habría preparado regodeando de antemano.

El aire frio saliendo del pasaje secreto sugería que continuaba bastante lejos hacia abajo. Naturalmente, imaginó que la ruta era para escapar de manera segura de la misma mansión.

Si es así, entonces Emilia...

respiró profundamente varias veces, aumentó su resolución, y dio un paso dentro de la ruta de escape. Cuando tocó la pared fría, se preguntó de qué estaría hecha; cuando lo hizo también emitió una luz azul pálida que le permitió ver varios metros adelante. Confiando en la luz, mantuvo una mano tocando la pared mientras seguía caminando hacia abajo con cautela, asegurándose de no resbalar.

El pasaje oculto tenía la apariencia de ir bajo tierra. Cuando alcanzó el final de las escaleras, el túnel se extendía hacia el frente en línea recta. La fuente de la luz no cambió, permitiéndole confiar solamente en la luz de las paredes. Pero el sentimiento de que en verdad estaba buscando sobrevivientes fue suficiente para darle valor a Kino de momento.

La pared que estaba tocando desapareció de repente, esto lo dejó tanteando el aire de manera abrupta. Kino se inclinó hacia el frente de manera no intencional y fue recibido por una sala en el medio del pasaje.

En realidad, el tamaño era más parecido al de una sala de estar que al de un corredor. Esta era más pequeña que una habitación de invitados, el espacio tenía el soporte de varios pilares distribuidos de forma irregular, tan desordenados que sospechaba fueron obra de un arquitecto de mente torcida.

Pasando entre los soportes inquietantes, Kino avanzó lentamente. Desde que entró bajo tierra, había sentido como si sus extremidades estuvieran llenas de plomo a la vez que la languidez entorpecía sus movimientos. Incluso sus pensamientos se estaban nublando; incluso sus recuerdos de unos segundos atrás le parecían vagos.

Incluso dar un paso a la vez era una dura batalla. Sus párpados estaban pesados; sus dos hombros se sentían como piedras de molino que lo mantenían atado. Incluso así, una combinación de tenacidad, odio, sentido del deber, y locura empujaban al frente el cuerpo de Kino.

Desplazándose por entre los pilares, siguió caminando al frente para ver una puerta de hierro al final de la habitación. Cuando la alcanzó, el viento que escapaba por la apertura del centro le indicó que el camino seguía adelante.

Mientras más se metía a la habitación sentía peor su respiración como si el hielo lo consumiera

Kino: ah, ah frio

Abriría la puerta, pero él se detuvo en seco la cerradura no parecía segura por otra parte había otra forma de abrirla si la madera era más débil por el frio podría romperla con el bastón

Decidido ha hacerlo Kino con toda su fuerza golpeo con el bastón la puerta

Clack ¡

La puerta se hizo un gran Hoyo, se había roto a causa de la temperatura, pero al ver lo que había dentro lo rompió mas

Era Emilia ella estaba herida muchas apuñaladas en su cuerpo se veía lastimada y estaba criogenizada el miedo invadió a Kino y corrió, pero tropezó

¡...aaa!

Kino cayó de costado, su voz escapó débilmente de su garganta, aunque no pudo formar palabras. No sabía si estaba gritando por el dolor o era una lucha inútil por su vida.

En el instante en que tomó aliento para gritar más, un hielo blanco llenó el interior de su pecho, y ya no pudo moverse más.

Sus pulmones convulsionaron. En un simple instante, su habilidad para respirar tuvo final. Tomo unos últimos alientos superficiales, pero sus pulmones ya no pudieron expandirse ni absorber oxígeno. En ese peligroso estado, los ojos de Kino solo se movían desesperadamente.

Ya solo le quedaban pocas sensaciones en el cuerpo. Era la segunda vez que perdía una pierna, pero el dolor y la sensación por perderla al ser arrancada estaba a un nivel diferente respecto al de ser amputada. El lado derecho de su torso, que ahora estaba debajo de él, estaba partido en varios pedazos.

Su lengua dejó de temblar a la vez que un aliento frío la envolvía. Solo entonces Kino se percató de la verdad.

Su mejilla ahora estaba en contacto con el suelo. Si moviera su cabeza, su carne muy probablemente se quebraría y sería arrancada. Él ya no sentía dolor alguno. Se movió violentamente, arrancando su mejilla derecha y su oreja, pero no le importó. Pasó un tiempo reposicionando su cuerpo para quedar volteando hacia arriba. Cuando volvió a ver la habitación en su orientación regular, pudo entenderlo.

Claro que los pilares tenían locaciones irregulares. No eran ningunos pilares.

No, sí eran pilares, pero su función no era dar soporte a la estructura. Esos eran pilares humanos, hombres que habían muerto congelados.

había acabado en el mismo apocalipsis blanco, y su cuerpo se convertiría en estatua al igual que las otras víctimas. Y esto pasaría muy pronto.

Su respiración ya había cesado.

El limitado oxígeno llegaba a su cerebro, pero en el mundo del frío absoluto,

¿Qué acabaría primero, sus funciones cerebrales, o su vida?

Él no entendía nada. No miraba nada.

Desde las puntas de sus dedos, el ser llamado Kinomoto Kurosaki estaba llegando a su fin, siendo reemplazado por un fragmento de hielo.

Quizá su mente había muerto mucho antes, en el momento en que llegó a la aldea.

Perdió toda sensación en la parte baja de su cuerpo. Ya no pudo ver más su brazo. Era extraño que su cerebro siguiera funcionando. ¿Dónde reside la vida de uno? ¿En el cerebro o en el corazón?

No había forma de que encontrara la respuesta en ese mundo congelado.

Kino se había trasformado en una estatua viviente de hielo

En el reino donde no gobernaba otra cosa distinta del color blanco, hubo un murmullo frígido.

... Llegas muy tarde.

Y luego...

Kinomoto Kurosaki se desmoronó en piezas pequeñas, en cristales blancos, y desapareció del mundo quedó inmóvil en el lugar mientras la ola humana pasaba a su alrededor. El pulso de su corazón agrietado comenzó a cobrar fuerza.

¡Oye! ¡Oye, tú! ¡¿Me escuchas?!

Junto al sonido de una lengua chascando, lo alcanzó una voz hostil que venía de su costado. Kino desvió la mirada lentamente hacia el lugar y vio una cara severa con el ceño fruncido y que tenía una cicatriz vertical.

El hombre se tocó la marca con un dedo.

Dame un descanso, niño. No te quedes viendo hacia la nada sin más

¿Eh, ah?

La respuesta tan poco clara provocó que el hombre exhalara.

¿Por qué esa respuesta tan débil? Bueno, como sea. Más importante, ¿te pasó algo?

El locutor extendió su mano con una fruta roja bonita y brillante. Kino llegó a la conclusión de que la apariencia del hombre era una terrible combinación con la persona en el interior. Parecía irreal.

Kino permaneció en silencio mientras miraba ausentemente hacia la fruta. Su percepción de la situación estaba fallando terriblemente.

Sin embargo, sin notar que algo andaba mal con Kino, el hombre se tendió al frente diciendo—: Oye, ya basta de bromas. Pregunté, ¿cuántas manzenes?

No me hagas decirlo una y otra vez.

El hombre se extendió por encima del mostrador y agarró a Kino del hombro.

Tiró de él bruscamente para acercarlo, y el cuerpo indefenso de Kino se fue de frente y se estrelló contra el estante. El hombre lo soltó con una expresión de sorpresa en su rostro.

¡¿Qué haces?! Párate apropiadamente. Tienes las piernas todas flojas, maldición...

¿P-P-Piernas?

El hombre apuntó a la parte baja del cuerpo de Kino con una expresión de cansancio en su rostro.

Tienes dos muy buenas pegadas a la cadera. ¿Qué? ¿Soñabas despierto que las habías perdido, o algo así?

Cuando Kino miró hacia abajo, allí tenía piernas, débiles y temblorosas, pero ahí estaban. Ya que no eran confiables y no podían sostener su cuerpo, él estaba reposando sobre los estantes de momento.

Con una voz irritada, el hombre dijo—: Te lo ruego, deja las malas bromas. Esta no es una conversación normal y me está enfadando.

Pero el cuerpo de Kino no respondió.

No registraba la realidad como una verdad. Se sentía de alguna manera desconectado, como si un conflicto hubiera tenido lugar en la conexión entre su cuerpo y su alma.

¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Qué le había pasado?

Tenía la sensación de que algo le había ocurrido, pero ¿qué fue?

... ¿Qué hago aquí? ¿Qué, qué, qué...?

Repentinamente, la voz de una chica alcanzó sus oídos.

... ¿Kinomoto?

...

Incapaz de formar palabras, Kino sintió que sus ojos se ensanchaban cuando levantó el rostro.

Detrás del mostrador, había una pequeña silueta erguida cerca del hombre alto y severo, quien estaba arreglando el desastre. Usaba un vestido con delantal en el cual predominaba el negro, y el delantal era blanco, igual que su tocado.

Se paraba recta con su baja estatura y elegante silueta. Con el mostrador entre ellos, volvió su encantador rostro hacia Kino. Su cabello azul, cortado hasta los hombros se meció con el viento, atrayendo la atención hacia su dulce y refrescante imagen.

Se formaron lágrimas en sus ojos.

¿Ahh?

¿Kinomoto?

Escaparon unos gemidos de este mientras su campo de visión se empañaba.

Se talló fuertemente ambos ojos, temeroso de que la imagen clara de la chica desapareciera

Kino: rem... Betty...

Se desmayo el impacto fue demasiado para el

Kino: T,Ten,nnnn

No podría procesar una palabra, solo se le podía ver llorar y quejarse

Tampoco podría moverse parecía como si estuviera en un estado vegetativo

Así es como la tragedia de Kino comenzó

En la mansión de Crush

Ferris, sentado sobre una silla forrada de cuero, puso un dedo en su mejilla y declaró solemnemente—: Para ser franco, Ferri solo puede decir que todo está

perdido, miau...

Sus orejas dieron una sacudida, y echó hacia atrás su cabello rubio mientras alejaba su mirada de Kino, quien dormía en una cama de aspecto femenino. Luego miró a Rem con una mirada compasiva en sus ojos. Él continuó—: Como verás, Ferri solo puede hacer algo con las heridas físicas. Los problemas con el cuerpo son trabajables, sean dentro o por fuera... Pero no hay nada que Ferri pueda hacer con la mente, miau.

Luego de que Ferri se disculpara por su impotencia, Rem hizo una reverencia en señal de respeto.

... No, muchas gracias por sus exhaustivos esfuerzos.

Pero de algún modo, su voz llana sonaba desprovista de emoción. Esto no era como la supresión normal de sus opiniones. Era simplemente que la confusión interna de Rem se había vuelto tan grande que se convirtió en una profunda tristeza.

Ferris cerró un ojo con una expresión dolida. Rem no notó su reacción y agachó su cabeza al frente ligeramente, desviando su atención hacia Kino en su posición sobre la cama.

Habían puesto a Kino en cama para atenderlo, pero no significaba que estuviera dormido. Sus dos ojos estaban abiertos ampliamente mirando hacia el techo o la nada misma

En su estado inestable, el tormento de Kino continuaba a paso veloz.

... De verdad, el cambio en el chico había sido repentino.

Hasta esa mañana... no, durante todo el tiempo que estuvo paseando con Rem por la capital esa mañana... había sido su persona normal. El incidente del día anterior ciertamente ponía peso sobre él, y su comportamiento mostraba

algunos signos de que estaba estresado, pero Kino se esforzaba como lo hacía normalmente. Rem respetaba profundamente sus deseos y quería estar cerca de él sin que este cambiara su comportamiento.

No pensaba que hubiera ocurrido algo que desencadenara esto.

Rem se lamentaba dolorosamente porque el instante en el que Kino tuvo su cambio abrupto fue cuando apartó sus ojos de él. Incluso así, ella estaba en la misma tienda, escuchando su conversación con el comerciante.

Gracias a los esfuerzos inagotables de Rem, la tienda había vendido sus mercancías de maravilla, y el tendero, como acto de buena fe, parecía dispuesto a darles un regalo. Le estaba preguntando a Kino cuántas manzenes quería llevarse, y ella recordaba que respondió: "¿Por qué no todas?".

En el momento siguiente, su comportamiento cambió abruptamente, y cayó limpiamente a la calle. Cuando Rem lo sentó, parecía tan atestado por la tristeza y las lágrimas de regocijo que siguió riendo.

Determinando que no estaba bien, Rem llevó a Kino de vuelta a la villa de Crusch, aceptando todos los problemas que podría implicar. Al sospechar que era algún tipo de interferencia mágica, cortésmente insistió en que Ferris examinara a Kino.

Sin embargo, todo fue por nada. Incluso Ferris, el sanador más exitoso de toda la capital, no pudo identificar la causa de su cambio repentino. Si Ferris no podía hacer nada, también podría significar que reunir a todos los grandes usuarios de magia de la capital seguiría sin ser suficiente para sanarlo.

La condición actual de Kino no estaba relacionada con magia. Pero su mente se había desbalanceado de manera repentina.

Ferris preguntó—: En realidad Ferri no quiere preguntar, miau, pero ¿qué vas a hacer?

Tratar con ello es difícil si la causa es desconocida... Lamento haberlo molestado, maestro Félix.

Mmm, no te preocupes por miaullo. De hecho, es mejor para el tratamiento de Ferri ahora que no hace su miauscándalo, de cierto miaudo.

Kino odiaba el tratamiento de Ferris y a menudo vociferaba sus quejas. A ese nivel, Rem podía entender cómo era más fácil tratarlo cuando estaba tirado y era indiferente. Las palabras fueron muy insensibles, aun así.

Ferris continuó—: Pero... pero ¿es bueno continuar con el tratamiento miauhora?

Rem, quien estaba viendo a Kino, levantó la cabeza y tornó su vista hacia Ferris.

... ¿Qué quieres decir?

No te enojes por mi pregunta, miau, pero el tratamiento de la puerta de Kinomowu era para hacer la vida más fácil para él, ¿no?

Sí.

Si ya no puede vivir una vida normal, su tratamiento ya no tiene sentido, ¿no

es verdad?

... ¡Kinomoto va a...!

El señalamiento todavía más insensible de Ferris llevó a que Rem olvidara la posición de Ferris haciéndola gritar. Pero incluso frente a las emociones de la sirvienta, la mirada dudosa de Ferris no titubeó.

¿Dices que no paremos ahora, miau? ¿Viéndolo así? ¿Lo dices en serio?

¡Es verdad que algo le pasó, pero si con eso bastó para destrozarlo, es probable que nunca se recupere!

Ferris miró a Kino hacia abajo con claro desdén. Para Rem, que sabía que este era el hombre a quien Lugunica había concedido el título de "el Azul," el arquetipo para todos los usuarios de magia de agua, su comportamiento resultaba demasiado insensible.

Si alguien no puede ser curado, se tira a la persona por la borda. ¿Ese era el juicio del mejor sanador del reino? ¿Qué sabía del individuo llamado Kinomoto para juzgar que no tenía posibilidades de curación?

Oh, Dios, vaya mirada que tienes... Kinomowu es un hombre afortunado. Nunca se dio cuenta.

La situación actual de Kino no está relacionada con la selección real. Él no es una persona que perdería su mente por fallos menores.

Créelo todo lo que quieras. En lo que a Ferri concierne, mantener su lucidez

luego de todo lo ocurrido presenta problemas en sí, miau. Y ademááás... Ferris dejó de lado su todo burlesco mientras miraba fríamente hacia Rem.

No malinterpretes. Ferri no odia a Kinomoto, por lo que esto no es algún tipo de venganza contra él.

...

No es algo particular con Kino como persona. Es solo que Ferri odia a la gente que pierde su voluntad para vivir, así de fácil. —Ferris señaló a Kino, y luego llevo el dedo a su propio mentón—. Incluso para alguien con mi especialidad miaugica, no hay forma de usar ese poder para algo distinto de la

sanación. Ferri ayuda a todo tipo de gente día tras día para servir a lady Crusch.

Miau, todos luchan duro para vivir, por ello los agradecimientos no importan, pero Ferri odia desperdiciar su poder en cualquiera.

Pienso que es admirable.

Gracias... Pero no es correcto salvar a personas que no quieren vivir. Incluso si sanas el cuerpo, ¿no estarías solo salvando una vida que no será usada? Si ese es el caso, debe acabar antes de que cause problemas a otras personas.

Bueno, en este caso ya los causó, miau.

Ferris emitió su juicio contundente con un rostro severo.

Tras ese comportamiento rígido, Rem sentía vívidamente la sinceridad de Ferris con respecto a las muchas vidas que sin duda había salvado. Su forma de decirlo era desdeñosa, pero eso era lo que Ferris había aprendido al ver la vida y la muerte durante todo ese tiempo. Eso había labrado sus puntos de vista sobre la vida misma.

Incluso así, Kinomoto está...

Rem, aporreada por las palabras de Ferris, miró hacia el muchacho con puro arrepentimiento. Kino, que no paraba de temblar

Betty: no puedo dejar pasar esto sanador como puedes decir eso siendo un sanador, tu trabajo es sanar personas que te niegues a sanarlas es una falta de respeto a tu oficio de hecho

Félix: ¿nyaa ahora suenas como Kinomoto? Que te pasa solo digo que no tiene solución tu amado contratista parece muerto

intermitente, no era consciente de que él era el tema de conversación, era como si escuchar esas cosas reviviera las heridas infligidas en su mente.

Muy en su interior, Rem no quería más que dejarse llevar, aferrarse a Kino y gritar fuerte. Pero eso le traería deshonor a este y mancharía el buen nombre de Roswaal, su benefactor. Sobre cualquier otra cosa, sería una traición para los sentimientos que cargaba al verlo con el pasar de todo este tiempo.

Una voz clara fluyó en la habitación, rompiendo de manera abrupta el silencio incómodo de adentro.

... Ferris, creo que tu visión es un tanto estricta.

Rem levantó la cara reflexivamente ante la voz. Cuando Ferris notó al visitante, su expresión brilló. Después de todo, sus ojos siempre se llenaban de una devoción ferviente cuando miraban hacia ella.

Lady Crusch —dijo Rem.

Yo no iría tan lejos como para decir que la debilidad es un crimen. Creo, sin embargo, que aceptar la debilidad y sumirse en ella dejando la situación sin corregir es un alto vicio.

Cuando Rem bajó el rostro rápidamente por la llegada de Crusch, la duquesa la saludó con una mano.

Con una sacudida de su extensa cabellera verde, se movió hacia la orilla de la cama. Sus ojos se estrecharon al ver a Kino, quien tenía una mirada perdida incluso en ese momento.

Ya veo. Ciertamente es un estado alarmante. ¿Conoces la causa?

Escuchando la pregunta de Crusch, Ferris levanto sus dos manos mientras replicaba—: No. De acuerdo con Rem, se desplomó repentinamente, así que lo examiné de pies a cabeza. Pero no hay seña de alguna interferencia con su

maná, miau.

— ¿Es posible que sea algún tipo de maldición? Es difícil de imaginar, pero

puedo pensar que alguien toma medidas contra aquellos con conocimiento

sobre las candidatas a la realeza. O uno podría sospechar que esta es una muestra de fuerza de otra facción. Sin embargo...

Ninguna es muy probable, ¿verdad, miau? No hay mucho tiempo para organizar algo, ¿y quién iría contra Kinomowu en primer lugar? Cualquier

involucrado sabría que no tiene poder, y no hay interferencia miaugica de todos modos, maldiciones incluidas. Ferris es positivo. Y además...

A la vez que las palabras de Ferris se vieron interrumpidas, ladeó su cabeza y

sobrecargó ligeramente en Crusch, quien estaba de pie en el lugar con los brazos cruzados.

Lady Crusch, ¿dudas de las habilidades de Ferri?

Por supuesto que no. Nunca podría cuestionar tu habilidad, personalidad o lealtad. Incluso si estuvieras con una daga frente a mí, listo para atacarme, ese pensamiento está escrito en piedra.

Oh, Dios, lady Crusch, que línea tan miaunífica... Ahh, Ferri se desmorona. Crusch dejó a Ferris estremeciéndose obsesionado cuando desvió su mirada penetrante hacia Rem.

Ferris ha hablado. Y si el poder de Ferris no bastará, nadie en mi casa podrá tratar a Kinomoto Kurosaki. Lamento que no podamos ser de ayuda.

La disculpa de Crusch, a pesar de no haber hecho nada malo, provocó otra reverencia profunda de Rem.

... Para nada. Su profunda consideración me deja sin palabras.

La verdad era que, más allá del alcance de las palabras y cumplidos, Crusch le había transmitido una calidez que ella nunca podría regresar. Después de todo, el mejor sanador de todo el reino había rendido su diagnóstico, y la cabeza del grupo político rival le había ofrecido simpatía. ¿Qué más podría esperar Rem de ellos?

Crusch y Ferris no habían hecho nada malo. Rem era consciente.

... Después de todo, tenía sus propias sospechas sobre cómo Kino terminó en ese estado.

... La Bruja.

La presencia del "miasma" de la Bruja que envolvía el cuerpo completo de Kino se había vuelto todavía más densa. Lo que vinculaba ese miasma con el estado anormal de Kino no estaba claro, pero era un hecho que ella había sentido un gran flujo saliendo justo antes de su colapso.

Si la causa era el veneno de la bruja, no podría criticar el juicio de Ferris al decir que no había nada que él pudiera hacer. Muy pocos seres eran capaces de sentir la presencia de esa sustancia, en primer lugar. Ni siquiera Ram podía percibir el aroma en el modo que hacía Rem.

Nada bueno venía con esa mancha. Aquellos que planeaban cosas inmorales lo poseían con exuberancia. Su disgusto fisiológico por esto, y los recuerdos ingratos que lo acompañaban, provocaban un profundo prejuicio en ella contra los que lo poseían.

No obstante, las acciones del chico con el más fuerte olor de la Bruja que hubiera encontrado alguna vez derritieron su corazón congelado y descartaron esos prejuicios...

Incluso así. Sí, incluso así...

Rem sabía que nada bueno vendría con ese miasma.

... El demonio en su interior lo sabía.

Rem hizo reverencia y transmitió su profunda gratitud.

Rem: ... Ha pasado muchos problemas por nosotros. En nombre de mi maestro, le agradezco la benevolencia que ha mostrado hasta hoy.

Crusch y Ferris estaban frente a ella. Rem y los otros estaban reunidos en la sala de recepción de la villa de Crusch... en otras palabras, Rem estaba despidiéndose.

Crush: Lamento que no hayamos podido ser de ayuda. Por derecho, es presuntuoso recibir una compensación por tal cosa...

Viendo que los ojos de Crusch cayeron un poco, Rem levantó el rostro y contestó con firmeza—: Para nada. El haber acabado nuestra petición antes de terminar fue debido a nuestras propias circunstancias. Usted nos ha ofrecido toda su consideración hasta ahora, lady Crusch. Lo correcto es que paguemos la compensación como se prometió.

Recibiendo su respuesta, Crusch se disculpó finalmente—: Lo siento. —Ya no iba a decir nada más.

Con los labios de su maestra cerrados, Ferris continuó:

Para ser honesto, quedan cosas a medias, pero no se puede evitar, ¿miau?

Rem, te deseo salud. En cuanto a Kinomowu... ¿"recupérate pronto", debería decir Ferri probablemente?

Con un ojo cerrado y un dedo levantado, Ferris le indicó a Kino, que estaba detrás de Rem, recargado contra la puerta en un estado desaliñado.

Sus condiciones no habían mejorado. Sus reacciones eran tan sordas como antes, con su consciencia abandonada en algún lugar entre los sueños y la realidad. A pesar de ello, te seguía como un niño cuando lo llevabas de la mano, y podía arreglárselas para no caerse, por lo menos. Aunque todavía rompía en breves episodios de risa y lágrimas de vez en cuando.

Rem contestó—: Mis palabras no son suficientes para excusar la grosería cometida por un miembro de nuestra casa. Le agradezco desde el fondo de mi corazón por tratarlo con benevolencia.

Crush: Teníamos un contrato, y después de todo, pude intercambiar palabras con él.

Nunca podría tratarlo de manera descortés. Sin embargo, creo que las cosas serán difíciles a partir de ahora... —respondió Crusch.

Agarrando el dobladillo de su delantal en una muestra de resolución, Rem posó la mirada sobre Kino, quien se veía vacío y algo irreconocible

Crusch bajó la mirada y negó con la cabeza.

Siento mucho no haber podido completar su petición.

Rem sonrió un poco. Estaba agradecida por las palabras consideradas de Crusch, especialmente en ese momento, cuando se sentía a punto de caer en pedazos.

Todo fue por nuestros problemas... Aunque este capítulo haya alcanzado un resultado desafortunado, rezo porque logre grandes cosas, ahora y en el futuro, lady Crusch.

Y tú también. Dile esto a Emilia: "Luchemos para no traer desgracia a nuestras almas".

Con ese intercambio, Rem sintió intensamente que su deber en ese lugar había llegado a su fin. El tratamiento de Kino se había abandonado antes de acabarse, y ella ya no podía completar la orden secreta de Roswaal.

Sin duda sería seriamente reprimida por regresar de manera repentina. Incluso así, tenía que regresar a la mansión... por el bien de Kino.

Ferri entiende que van a regresar a la mansión, ¿pero tienes alguna forma de tratarlo?

Rem contuvo la tristeza en su voz y contestó a la pregunta de Ferris con un solo rayo de esperanza.

Por lo menos, si puede encontrarse con lady Emilia...

Sin importar cuánto le hablara, cuánto lo tocara, cuánto siguiera en vano, el chico nunca respondía a Rem con sus reacciones típicas de Kinomoto. Pero incluso en ese estado, a veces salían palabras llenas de significado de la boca de Kinomoto

Nombres...

¿Mmm?

De vez en cuando dice nombres. Mi nombre, el de mi hermana, y...

Estaba feliz de que su nombre estuviera entre los que susurraba. Por otro lado, la ponía triste el hecho de que no respondía cuando lo llamaba. .Aunque la mayor parte de su comportamiento carecía de significado, el nombre que murmuraba con más frecuencia era...

... El de lady Emilia. Si puede verla, quizá le provoque un cambio de alguna forma.

Pero Ferri escuchó que se separaron en muy malos términos. No han pasado ni siquiera cuatro días desde entonces; ¿es suficiente tiempo para que ella se calme, miau? Si pudieras esperar un poco más... Ah, de verdad no puedes, ¿eh?

Soy bien consciente de que lady Emilia tiene un pobre entendimiento de su propio corazón. Sin embargo, esto ya no es algo que pueda decidir por mí misma. Debo regresar para recibir instrucciones...

Las palabras de Rem, llenas de respeto por su señor y maestro, salieron con el propósito de engañar a su propio corazón. Estaba ocultando lo que deseaba en realidad, cubriéndolo con sus deberes de sirvienta. Después de todo, el no ser suficiente para salvar su corazón y mente le dolía tanto como para llorar.

Abruptamente, Crusch levantó el rostro y entrecerró los ojos.

...Wilhelm ha llegado.

Siguiendo la mirada de Crusch, Rem vio que un carro de dragón estaba entrando al patio de la villa a través de las puertas de hierro. Un conocido hombre de edad estaba sentado en el asiento del conductor.

Crusch continuó—: Por el momento, este es el único carruaje de dragón para largas distancias que puede prestarles mi casa. No puedo revelar los detalles, pero un gran número de esos vehículos han sido ocupados para otro asunto de después.

Ferris habló a continuación—: Están de suerte, miau. Si viajan por la carretera de Liphas, deberían estar de regreso en la mansión antes de miauñana. Podría tomarles un medio día el viaje, más o menos.

Rem, observando la llegada del carruaje, pensó que los rayos del sol por arriba de verdad eran deslumbrantes.

Ya que era casi el mediodía en ese momento, un viaje inmediato en el carro significaría que iban a llegar de vuelta a la mansión por la media noche. Si estaban cerca de la mansión, la consciencia compartida de esta con Ram sin duda le informaría a su hermana de su regreso.

Muchas gracias por su generosa bondad.

Crusch respondió, sin rastro alguno de falsa modestia—: No me importa. Todavía está a años luz de lo que podría proveer normalmente, por ello solo puedo rezar porque este modesto ofrecimiento pueda acomodarse a sus necesidades.

Rem pensaba que el llegar a conocer a Crusch como persona podría haber sido una de las pocas dichas que obtuvo en el tiempo que pasó allí.

Entonces esta vez debo disculparm...

Cuando Rem comenzaba sus palabras de despedida, Crusch la interrumpió:

Rem.

En el momento en que Rem se detuvo, pudo ver indecisión en los ojos de Crusch por vez primera. La duquesa continuó—: Esto es en extremo inelegante de mi parte... pero hay algo que quiero preguntar.

Sí, ¿qué es?

¿Por qué te esfuerzas así por Kinomoto Kurosaki?

Mirando a Rem y al chico que reposaba contra ella, las emociones desaparecieron de los ojos ámbar de Crusch. Ella continuó—: La relación entre tú y Kinomoto Kurosaki no es la de maestro y sirviente que Ferris y yo compartimos.

Simplemente encuentro desagradable juzgar a los hombres y mujeres por su sola apariencia.

...

Con Rem cayendo en silencio, el tono en la voz de Crusch se desanimó, como si estuviera disculpándose por su falta de claridad.

No me importaría si no quieres contestar. Me avergüenzo de haber preguntado.

Ferris miró en silencio a su maestra mientras Rem negaba con la cabeza frente a los dos.

No, no estoy dudando en responder. Simplemente estoy insegura de qué palabras debería usar... Es algo difícil de explicar.

Cuando estaba a punto de ponerlo en palabras, sintió que cambió por otra cosa completamente distinta.

Era natural que Crusch tuviera dudas. Lo que existía dentro de Rem no permanecía igual ni por un segundo. Sus dimensiones, su fuerza y el calor aumentaban a cada momento, enraizándose profundo dentro de Rem.

No quería hacerlo público al decirlo. No podía hacerlo. ¿Entonces cómo describir para otra persona algo amorfo que había en el interior de Rem?

Rem: ¿Supongo que...Kinomoto es especial?

...

En realidad, Rem no sabía si eso calificaba como una respuesta o no. Sin embargo, sentía que esa era la respuesta que mejor ejemplificaba lo que había en el fondo de su corazón.

Crush: ¿Pasó algo... entre ustedes dos?

A la vez que detenía a Kino, poniendo una mano en su pecho, inclinó la cabeza ante la falta de una reacción.

Cuando miró, tanto Crusch como Ferris estaban parados boquiabiertos con expresiones un tanto sorprendidas. Rem tenía una inquietante sensación de que sus reacciones indicaban que había dicho algo grosero.

Maestra y sirviente intercambiaron miradas, asintiendo el uno para el otro.

Crush: Lo siento. Estoy de alguna manera asombrada por lo que estaba haciendo.

No, nooo, era inevitable. Ferris también se sorprendió. Ya que... Rem, ni siquiera estabas durante las charlas en el palacio real...

Rem no entendió en realidad lo que estaban diciendo. Sin embargo, Crusch parecía satisfecha con su respuesta, pues declaró—: Me disculpo por mi pregunta descortés y falta de refinamiento.

Kinomoto es un hombre afortunado

¿Eso decía, pero su pensamiento le decía que no entendía por qué Kinomoto considera a rem una acosadora el viento no había soplado cuando dijo eso de verdad era una acosadora?

Pudo haber tenido una pésima experiencia con rem y quizás por eso no la considera como alguien de fiar

Era lamentable ver a Kinomoto en ese estado ayer ellos 2 bebieron juntos incluso en la mañana podría verse mejor y ahora parece que ha perdido todo deseo de vivir

Era imposible no mirar con disgusto el estado Kinomoto, su oferta estaba por completo anulada ya que su estado no parece nada saludable.

Crusch estaba sonriendo un poco. A continuación, Ferris dijo de manera burlesca—: De verdad lo es. Si alguna vez recupera el sentido, Ferri tiene que hacerle burla por ello, miau.

Habían comunicado, de maneras lejanas a lo diplomático, que deseaban la recuperación de Kino, por ello Rem les ofreció una pequeña sonrisa llena de gratitud.

Los dos la despidieron.

—Te deseo salud.

— ¡Buena suerte, miau!

Rem ofreció para los dos una última reverencia profunda antes de llevarse a Kino de la mano para salir de la villa de Crusch. Wilhelm, que esperaba en las puertas, la saludó asintiendo cuando ofreció las riendas. Ella las aceptó, a cambio haciendo reverencia para el hombre mayor.

Usted también ha sido excepcionalmente benevolente con nosotros, maestro Wilhelm.

En absoluto. Desperdicias palabras en estos viejos huesos. Además, me siento tan impotente como mi maestra. Nunca se me pasó por la cabeza hacer algo antes de que esto ocurriera.

Wilhelm estrechó los ojos viendo a Kino, sus pupilas estaban llenas de emociones complejas.

Ahora que Rem pensaba en ello, el viejo probablemente fue la persona en la

villa de Crusch que más contacto tuvo con Kino. Aunque había sido por apenas cuatro días, uno podría decir que el entrenamiento con espada les había dado una relación de maestro y pupilo. Quizá Wilhelm sentía arrepentimiento por no haber podido salvar tampoco a Kino

Él comentó—: Al parecer, es verdad que no he avanzado ni un solo paso desde ese entonces...

Wilhelm murmuró para sí mismo, aparentemente mirando a través de Kino hacia algo a la distancia.

¿Maestro Wilhelm?

Cuando Rem llamó al anciano, pestañeó y dio una sacudida a su cabeza.

Perdona. No hay nada que pueda hacer, pero al menos rezaré por la convalecencia de Sir Kinomoto. Señorita Rem, tenga cuidado durante su viaje.

Rem se esforzó por ignorar la ligera ansiedad transitoria que apareció al final en los ojos del caballero mayor.

Muchas gracias. Le deseo buena salud, maestro Wilhelm.

Incluso en los mejores tiempos, Rem era más precavida que otras personas. Solo podía extender ambas manos y hacer una cosa a la vez. Y ahora, recién había decidido a qué darían soporte sus manos

Rem, fortaleciendo ampliamente su resolución, azotó las riendas, y el dragón de tierra comenzó su carrera sobre el suelo. Mientras la mansión se desvanecía tras ellos, el caballero mayor los miraba partir.

Lentamente, las ruedas del carruaje comenzaron a ir cada vez más rápido. Rem recibía la sensación a través de las riendas, como si las ruedas mismas fueran la expresión del estado de su corazón.

... Al partir de la capital real, el viaje hacia los dominios Mathers fue comparativamente más tranquilo.

Rem tenía la preocupación de que Kino intentara algo, pero afortunadamente casi ni hubo señas de eso mientras se encontraban sobre el carruaje. Sí, Rem estaba justo a su lado, limitando sus movimientos, pero él pasó la mayor parte del tiempo quieto sobre el asiento, con su mirada ausente dirigida hacia el paisaje pasando.

Por otro lado, Beatrice no sabía qué hacer con el estado de Kino

Por lo que ella podía adivinar, las cuestiones mentales que causaron sus carcajadas y lágrimas también habían disminuido. Quizá el cambio de escenario también había producido algún pequeño cambio en el corazón de Kino. La esperanza de que Kino realmente pudiera recuperarse brotó en el corazón de Rem. Sin embargo, el olor del miasma cosquilleando en su nariz era como un cubo de agua helada sobre las esperanzas de su corazón.

...

Gradualmente, el tener la cabeza de Kino descansando sobre su hombro trajo una leve sonrisa a los labios de Rem. La verdad era que la ponía feliz que estuviera indefenso, ingenuo, confiándole su cuerpo por completo.

Rem sabía que este Kino no era su ser normal y que lo que estaba haciendo no era su auténtica voluntad. Pero incluso así, el tenerlo dependiendo de ella en esta forma era la cúspide de su felicidad.

Kinomoto, así, solo un poco más.

... Mm, u.

Estaba tan cerca como para sentir su aliento, y Rem tiró del cuerpo de Kino para acercarlo incluso más al suyo. Sobre el estrecho asiento del conductor, ya se habrían vuelto uno solo, pero lo que hizo Rem fue descansar el cuerpo de Kino sobre su regazo. Su mano derecha retomó las riendas con firmeza mientras aseguraba el cuerpo de este en su lugar.

Rem estaba siendo considerada al hacer tanto como podía para evitar que Kino se aventara abajo durante el viaje. Lo dejó ocupar la mayor parte del apretado asiento; cuando la respiración de Kino parecía afligida, le acercaba una mano tranquilizante; algunas veces necesitó detener el carruaje para darle a Kino agua de beber y asistirlo con sus necesidades físicas.

Mover un carro de dragón ponía sobre el conductor una carga nada despreciable. Al estar tan atento por medio día de manera ininterrumpida, una persona normal, la mitad de las veces colapsaría por el cansancio antes de acabar el viaje. Sin embargo, el cuerpo físico de Rem estaba hecho de materia más dura que el del resto de las personas. Su aguante mental también era fuerte, y, sobre todo, el hecho de que sus labores eran por el bien de Kino era el mejor detonador para encender su fuego.

Por derecho, realmente no debería mezclar mis sentimientos personales, pero...

quien la abrazaba, no respondió. Por el aspecto de su semblante,

todavía se encontraba vagando entre un sueño y la realidad. El murmullo de

Rem fue más para su propio beneficio que para el de él.

Quizá quedarse en la capital real no era lo que querías en realidad, pero... la verdad es que yo estaba un poco feliz. Después de todo no puedo tenerte para mí en la mansión.

En la mansión de Roswaal, el tiempo que Rem podía pasar con Kino cada día, era bastante limitado. Después de todo, ella siempre tenía las manos ocupadas con sus obligaciones mientras él siempre andaba fuera con alguien más.

Durante las horas de trabajo con Onee-sama, en tu tiempo libre, con lady Emilia... e incluso usas parte de tu limitado tiempo molestando a miss Beatrice... tengo que competir con todas ellas

Nn, hu.

Siempre estabas tan ocupado; nunca tenías tiempo para quedarte quieto...

En la mansión, trabajabas para los aldeanos y para mí... En la capital, para lady

Emilia... Siempre, siempre tan ocupado.

Hasta donde Rem sabía, Kinomoto siempre estaba corriendo, nunca descansaba.

Quizá era por alguien más, quizá por sí mismo; no había razón concreta. Pero el ver a Kino correr de arriba para abajo de tal manera despertó una simple emoción en el corazón de Rem.

Por eso... estaba un poquito feliz de poder tenerte todo para mí en la mansión de lady Crusch, incluso si sabía que tenías muchas preocupaciones. Lo siento, Kinomoto.

Kino roncó haciendo una mueca mientras Rem se disculpaba con una sonrisa ligera. Le acarició la frente con suavidad debajo de sus mechones, siendo apenas y un cosquilleo, y suspiró un poco.

A pesar de que escuché que tuviste una discusión con lady Emilia. Lo siento, Kinomoto.

Se disculpó una vez más. Estaba recordando el día de la reunión para la selección real en el palacio. Rem no había estado allí en realidad, por eso no sabía exactamente qué se habían dicho Kino y Emilia cuando ocurrió la ruptura en su relación.

Después de todo, ni lady Emilia ni el maestro Roswaal me contaron con detalle. El resumen fue: "Kinomoto está en el castillo, ve por él, quedará a cuidado de lady Crusch...". Aun así, quedé en verdad sorprendida cuando te encontré en el castillo.

Nada podría hacerla olvidar el golpe en su pecho cuando descubrió el estado demacrado de Kino en la sala de espera del castillo. Estaba tanto preocupada por su condición como convencida de que él no debía ser dejado solo.

Por eso estoy a tu lado tanto como puedo, Kinomoto. Pero la mitad es por la preocupación, y la otra mitad es por mi propio gusto... Estar contigo me ha convertido en una chica desobediente, Kinomoto.

Incluso si debiera estar pensando en él, fue ahí que ella descubrió su propia felicidad.

Siempre era de ese modo cuando estaba con Kino. Siempre descubría partes de su ser cuya existencia desconocía. Rem contaba con sus dedos las cosas que llegó a conocer de su antiguo yo.

Ella siguió confesando cosas para sí misma de manera atrevida, como si la falta de una réplica fuera algo bueno. Las palabras de Rem no pararían, ya que portaban los sentimientos que nunca podría haberle dicho a la cara. En ese momento, las cosas que normalmente su corazón callaría estaban escapándose todas a la vez.

Nunca habría descubierto esos sentimientos, tanto los buenos como los malos, si no hubiera sido por ti, Kinomoto. Es por eso por lo que considero el tiempo que pasé contigo como mi felicidad... Eso parece complicado ahora.

Luego de expresar sus cálidos pensamientos, Rem mordió su labio, bajando la

cabeza ante su propia impotencia.

A pesar de la gran oscuridad que había envuelto a Kino, Rem había estado preparada para el momento en que él confesara. ¿Acaso no fue su posición pasiva la que llevó a la situación actual? Si se habían vuelto tan cercanos, ¿no debió haberle preguntado a Kino sobre sus preocupaciones? ¿Y no fue su propia debilidad, el deseo de monopolizarlo, la razón por la que no lo hizo?

Mientras Rem le daba vueltas al asunto, Kino se dio vuelta en sus brazos, durmiendo incómodamente

Kinomoto, todo está bien. Relájate y duerme...

Rem habló con voz amable, rompiendo el flujo de pensamiento que producía a modo de auto desprecio.

La marcha forzada en verdad había puesto a su cuerpo bajo gran estrés. Ella tenía la intención de cabalgar en medio de la noche para llegar a la mansión,

pero parecía mejor acampar en algún lugar por un rato. Ya que llegaría la media noche en unas dos o tres horas, ese paso les permitiría llegar a la mansión antes de la salida del sol.

En ese caso, sería difícil informar de los hechos a Onee-sama con nuestra conexión mental...

Funcionaba solo en un rango dado, y solo bajo la condición de que ambas mentes estuvieran despiertas. Las limitaciones de rango y voluntad eran particularmente estrictas cuando Rem transmitía hacia Ram. No era posible vincularse con Ram en el rango actual, e incluso si el rango no fuera problema, pronto la noche estaría bien entrada.

... Sí, deberíamos acampar.

Habiendo tomado esa decisión, Rem ordenó al dragón de tierra que se detuviera a través de las riendas. La creatura se detuvo con suavidad, resollando mientras miraba hacia Rem. Dejó solo a Kinomoto, saltando hacia el suelo para confirmar que el área era segura.

La noche ya había caído sobre la carretera de Liphas. Como iluminación, Rem solo podía confiar en la luz de la luna y el cristal lagmite sujeto al carro.

Afortunadamente, había pocas nubes esa noche, por ello la luz de la luna era suficiente para ver. Probablemente había pocas posibilidades de ser atacados por forajidos.

Perdóname, Kinomoto.

Rem recogió al chico que dormía sobre el asiento del conductor sujetándolo como el novio carga a la novia, y lo colocó sobre una sábana dentro del carruaje. Luego de ver la respiración relajada de Kino y su rostro durmiente, Rem salió del carro y procedió a montar vigilancia en el campamento. Se preocupaba poco por los bandidos, pero se sabía que más de unas cuantas manadas de perros salvajes y mabestias rondaban la carretera por la noche. Rem sabía que los animales salvajes y las mabestias hambrientas del sabor de la sangre y la carne eran más peligrosos que los seres humanos.

Pero esta noche también estás tú, quizá entonces tenga poca necesidad de preocuparme por eso.

Rem se extendió con una mano, acariciando la cabeza del dragón de tierra mientras este bajaba la punta de su hocico hacia ella.

Esta era la sabia y prudente creatura que se había quedado con ella durante todo momento de la descabellada marcha forzada. Aunque él y Rem se acababan de conocer, no había mostrado señas de rebelión ante sus órdenes.

Imaginaba que la familia de la duquesa debía ser reconocida por el escrupuloso entrenamiento de sus bestias de carga.

Sin embargo, tampoco era ajeno el hecho de que los instintos del dragón de tierra le decían que un demonio ocupaba un lugar más alto en la cadena alimenticia.

Entre las distintas especies de dragones, los de tierra son destacables por sus relaciones amistosas con las razas humanoides. A menudo ocupaban papeles cruciales en las vidas de la humanidad y eran amados por sus personalidades gentiles.

Los dragones voladores y los de agua requerían entrenamiento especial, y muchos de ellos tenían mal temperamento. Gracias a eso, ocupaban un lugar relativamente pequeño en la vida cotidiana de los humanoides.

En cualquier caso, los dragones de tierra eran bien conocidos entre los de su tipo por su amabilidad y cercanía con las personas, pero como especie, ellos marcaban la raya cuando se trataba de las demás bestias.

Virtualmente no había animal salvaje tan ignorante como para atacar voluntariamente a un dragón de tierra. Además, los mismos dragones de tierra poseían una nariz inusualmente desarrollada para detectar cualquier clase de peligro.

No los atacaría nada que fuera más pequeño que una banda numerosa de forajidos o una manada particularmente grande de mabestias, y el dragón podría olfatear a un grupo de tal extensión antes de que llegaran. Esta era la mayor razón por la que eran tesoros valiosos para los mercaderes y otros viajeros.

Rem susurró hacia el carruaje—: Descansa bien, Kinomoto.

Siguió acariciando la bestia de al lado mientras estaba sentada en el suelo.

Mientras lo hacía, se recargó contra su piel tosca cubriéndose a sí misma con una manta, y dirigió su atención hacia el área circundante.

Si partieran en la mañana siguiente con la salida del sol, seguramente llegarían de vuelta a la mansión antes del mediodía.

Continuara...