Capítulo 9.

—¿Qué demonios pasó allá? ¡No protegieron la bóveda! ¡Debí saber que Eclipse no cumpliría al brindarme soldados capaces para la Misión!— gritó Richard con molestia al ver cómo el equipo alfa se acercaba hacia él. —¡Son unos inútiles!— volvió a gritar. Mérida estaba a punto de interrumpirlo, pero Mike la tomó del hombro, impidiendo que pudiera defenderlos. —¡Debería encerrarlos en una celda hasta que paguen por su mal eficacia en la misión!— Mike caminó seguido de su equipo al lado del líder de Light. —¡Señor Dawson! ¿A dónde cree que va?—dijo el hombre al ver cómo el piloto del helicóptero acompañaba al equipo alfa. Aquél hombre no respondió ante su llamado.

—La Misión fracasó debido a que varios de sus soldados tomaron la decisión de no ayudarse entre sí, en lugar de eso, comenzaron a dispararnos cuando intentábamos ayudar al resto. El que debería estar en una celda es usted por no mostrarles el verdadero significado de trabajar en equipo…— protestó Mike antes de llegar al Jet alfa, al cual su equipo ya estaba abordando. —Para la próxima, capacite mejor a sus soldados y así no tendrá que enviar tantas flores y disculpas a sus familias.— justo antes de subir al Jet, Mike le arrojó una bola de papel al hombre, que no la recibió, causando que ésta cayera al suelo. Mike abordó al jet y éste comenzó a despegar. Richard levantó la bola de papel y la abrió, para así poder ver lo que tenía escrito. Rápidamente uno de los soldados se acercó a ver al líder.

—Thomas Günter, Roger Federer, Lucas Wolf…— leía los nombres escritos.

—Son los soldados que iban en el Red desert…— dijo el soldado, el líder solo le dio la hoja, molesto.

[•••]

—Gracias por ayudarme…— dijo aquel soldado que había pilotado el helicóptero cuando apenas comenzaba la Misión. —Aunque no se si sea buena idea que venga con ustedes después de lo ocurrido, me trataran como un traidor…—

—Gracias a ti por brindarnos los nombres de los caídos, en cuanto a lo demás, si, probablemente seas un traidor frente a ellos. Pero justo ahora eres valioso para nosotros, ya que posees información de gran importancia amigo mío.— dijo Mike mientras miraba a los tres chicos acostados boca arriba en el suelo del jet, durmiendo después de la paliza que les dieron.

—No creo que pueda ayudarlos con la información que necesitan… yo, no se nada…— intentó mentir.

—Claro que lo sabes, según Mérida, tu sabias que algo pasaría en ese tren y una vez lleguemos a Eclipse, nos dirás el como lo sabias…— contradijo Mike, que ahora estaba mirando fijamente al chico.

Mike.

Khaled… ¿Cómo es posible? Tú… No puedes… No, otra vez no…

[•••]

—Atacó tres veces las instalaciones de Light, primero una base pequeña en Chicago, después una en Bogotá y la última atacó la base principal, parecía que buscaba algo, no, no parecía, buscaba algo, en esas tres bases…—

—¿El contenido de la bóveda C?— preguntó Adrien, interrumpiendo al chico.

—Si, podíamos anticipar el próximo ataque… Por eso tantos guardias para el Red desert… Teníamos la idea de que aparecería, pero no pensamos que aparecería más gente de otros lados…— continuó.

—¿Qué había en la bóveda C?— preguntó Mike.

—El Veneno D-1000, el líquido más peligroso del planeta…— Todos cerraron los ojos con fuerza, frustrados. —No sabemos para que lo quería, pero supimos que era lo que buscaba después del segundo ataque, en el tercero apenas pudieron escapar una docena de soldados, protegiendo el veneno, sería transportado en el red desert hasta el lugar más seguro donde resguardar desechos radiactivos… así si intentaba buscarlo ahí le llevaría una eternidad… pero pudo robarlo… ahora no sabemos qué hará…— terminó de explicar el chico.

—¿Por qué no se nos había notificado sobre éste atacante, y sobre todo, por qué no se le ha avisado a la ASM?— preguntó Adrien confundido.

—Por que pensamos que podríamos manejarlo…— respondió cabizbajo.

—¿Qué hacemos ahora Adrien?— preguntó Hiro. —Es Khaled y ahora tiene el Veneno más peligroso del planeta, no podemos solo ignorarlo…—

—¿Ustedes lo conocen? ¿Por qué lo llaman Khaled?— preguntó Jared confundido.

—Khaled era un agente de Eclipse, antes.— Mike escuchó la voz que había dicho aquello, la reconocía, demasiado… el barbudo se levantó de la silla en la que estaba sentado al girar la cabeza y ver quién era la chica que había hablado. —Creíamos que estaba muerto, pero ahora es más que obvio que tenemos que no…— terminó de decir la chica cuando entró a la sala donde se encontraban los demás.

—Zoe…— pudo decir apenas, su voz se acababa de ir de su cuerpo.

—Hola chicos, que gusto volver a verlos.— saludó de manera amable. Mérida, Hiro y Sky se asombraron al verla.

—¿Y ella quién es?— preguntó Dylan al ver cómo todos la miraban con asombro.

—Ella es Zoe Wilson, trabajó con Mike y Khaled antes de que este muriera… O bueno, de que lo perdieramos en acción…— explicó Adrien. —La mandé llamar, solo ella y Mike conocen a Khaled lo suficiente como para tratar de detenerlo, por que ahora parece que ese es nuestro objetivo…— dijo mirando a Mike. Este solo miraba a Zoe con pánico, como si estuviera en shock… Como si…

—Ahora podemos estar juntos… en tranquilidad— dijo Mike mientras tomaba la mano de Zoe, ambos veían la casa que acababan de comprar, bastante bonita y grande para ellos dos. Con su otro brazo, Zoe abrazaba un pequeño gato color blanco con sus patitas de colores grises y negros.

—Al fin podremos descansar…— completó Zoe con emoción.

—Estoy feliz de poder compartir mi vida contigo— el chico la Miró para después darle un beso en la mejilla.

—Y yo— respondió la chica con sus ojos húmedos.

—¿Mike?...— lo llamó Mérida. El barbudo volvió a la realidad, pero sólo por un segundo…

—¡Sal de aquí, ahora!— gritó Mike mientras trataba de detener una puerta enorme con ayuda de Khaled —¡Maldición, sal de aquí y sálvate!— volvió a gritar, Zoe obedeció y salió corriendo del lugar, mientras Khaled solo lo miraba con tristeza. —Tu turno, sal de aquí amigo…— le dijo sin dejar de hacer fuerza.

—No, aún hay esperanza, si corremos al mismo tiempo podremos salir juntos…— contradijo Khaled.

—Uno de los dos no podrá escapar, uno tiene que quedarse aún así, tenemos que sellar la puerta por dentro. Vete…— suplicó Mike.

—Tú tienes a alguien que te espera, aun no te puedes morir…— volvió a contradecir Khaled. Mike lo miró con los ojos llorosos. —Vete ahora Mike, se un héroe. Zoe te espera, juntos son imparables…—

—¡No, nosotros somos imparables, saldremos de aquí juntos! Correremos hacia la puerta y presionaremos el botón, si morimos, moriremos juntos…— explicó Mike su último plan, no era el mejor, pero garantizaba que ambos sobrevivieran. —A la cuenta de tres—

—Uno…—

—Dos…—

—¡Tres!— gritaron ambos al mismo tiempo para después correr hacia la puerta que estaba al final del gran pasillo. Al empezar a correr soltaron la otra puerta que sostenían, dejando libres a muchos perros enormes con heridas en casi toda su anatomía, sangrantes del hocico y ojos. Seguían corriendo, sin detenerse, pero una explosión hizo que todo el lugar temblará, causando que Khaled tropezara con un pedazo de escombro, Mike siguió corriendo, ya que tenía más estabilidad. —¡Mike!— gritó Khaled mientras intentaba levantarse, al instante Mike volteó a verlo. Justo antes de que el chico comenzara a correr uno de los perros lo mordió en el pie, impidiéndole moverse. —¡Corre!— Mike dudó un segundo. —¡Corre yo los distraigo!— dijo el chico para después recibir la mordida de otro perro, esta vez en su brazo derecho. —¡Corre! ¡No te detengas! ¡Cierra este lugar!—

—Khaled…— pudo decir con la voz entrecortada… —No… por favor, detenganse…— suplicó, pero… ¿A quien suplicaba?

—¡Largo!— dio un último grito, antes de que un tercer perro mordiera su brazo izquierdo y otro su otro pie. —Te quiero bro…— dijo para poder levantarse con sus últimas fuerzas y empezar a pelear con los perros. Mike no supo como, pero corrió hasta llegar al otro lado de la puerta, presionó el botón y al instante una puerta enorme bajó del techo, que selló por completo el lugar, segundos después una enorme explosión se hizo presente que hizo volar a Mike. Destruyendo todas las instalaciones. El chico cayó sobre el césped lejos del lugar y lo último que vio fue como el lugar terminaba de explotar y derrumbarse.

—¡Mike!— gritó Mérida, el barbudo regresó en sí. Parpadeando un par de veces, para después ver a todos y como lo miraban con preocupación, salió caminando de manera rápida del lugar.

—¿Qué le ocurre?— preguntó Zoe, al instante todos la miraron.

—¿Quién es ella?— le preguntó entre susurros Dylan a Sky.

—Es la ex novia de Mike, por la que él está así…— respondió Sky.

—Oh no…—