Unos días después, Celaine y María terminaron de comprender, estudiar y memorizar la técnica que Kayda les había entregado.
Se levantaron y se dirigieron hacia Mira y Kayda, que estaban en medio de una conversación. Bueno, era principalmente Kayda la que hablaba, pero Mira de vez en cuando intervenía.
Mira notó a la gente acercándose y miró hacia ellos.
—Bien, finalmente han terminado —dijo Mira y se levantó. Estaba lista para comenzar. Podría haber empezado sin ellos, pero decidió pasar este tiempo familiarizándose más con Kayda.
Parecía que Kayda tenía la misma idea y probablemente no habría dejado que Mira empezara, incluso si ella quería hacerlo.
—¡Je je je! ¡Este Gran Uno ahora los guiará, débiles, al lugar donde sufrirán! —dijo Kayda con una mirada de autosuficiencia en su rostro y comenzó a caminar.
Los tres la siguieron y pronto llegaron a un túnel que estaba inclinado para permitir a la gente caminar hacia abajo.
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