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Capítulo 3

Juro por mi vida que voy a tomar a esa señora por los pelos si no brinda por mi. Eleonor me detesta con todo lo que tiene porque mi padre la engañó antes de que se embarazara con Taehyung. Lo único que hace es recalcarme que soy un ser que nunca debió de haber nacido y debería estar viviendo entre las ratas como la que me trajo al mundo. Já, como si realmente ella me importara un comino. Me la puedo pasar por el culo cuantas veces quiera. Para mi ventaja, cree que soy un arma andante, lo cual me gusta porque me teme cuando la amenazo.

Mi padre organizó una fiesta por mi integración a la LOA. Aquí es donde me doy a conocer con aquellos ineptos que no me conocen y me integro a un equipo. Aunque me gustaría actuar en solitario mi padre cree que me haría bien estar en un equipo debido a que mis habilidades son demasiado buenas para gastarlas sola. Me quiere como un as bajo la manga, su elemento sorpresa. Aún no termina por convencerme.

Mis acompañantes de la noche, como en todas las reuniones aburridas que detesto, son mis hermanos y Jimin. No conozco a nadie dentro de la organización aún así que se me pegan como achichincles creyendo que me pondré triste por no estar con nadie. En fin, su presencia en cierta manera me reconforta el hecho de que todos me miren y susurren como si fuese una clase de adefesio salido del circo.

—Servidores— habló mi padre desde las escaleras—. Hace tres días se nos unió una nueva recluta. Mi orgullo. Mi hija Parker. Ella entró de manera justa retando a la cabeza de la organización y venciéndolo. Admitiré que no estaba sorprendido del resultado, le enseñé todo lo que sabe.

Los demás rieron un poco por ello y yo sonreí para mi.

—Ahora se le designará un equipo como a todos aquellos que entran. No existen cambios a menos que me den buenas razones— recalcó—. En estos momentos contamos con cincuenta unidades, claramente no todas están aquí porque no cabemos. Desde antes de que entrara, ya la tenía contemplada para un equipo.

Disculpa, ¿qué? No es justo. Y esta vez no hablo de mi. Esto no es justo para aquellos que conforman el equipo. Su entrenamiento se alargo debido a que esperaban que me uniera. Ellos podrían ya tener experiencia, y el que no la tengan nos afecta a todos. Podríamos cometer el más mínimo error, exponernos rápidamente poniéndolo en riesgo todo.

—Parker— me llamó—, pertenecerás al equipo Shadow. Ya conoces a tres de sus integrantes— su mirada se dirigió a los chicos que siempre se mantenían a mi lado—. Mañana conocerás a los demás.

Dicho eso todos siguieron como si nada. Los grupos de gente volvieron a juntarse. La música volvió a sonar. Me giré para ver a Namjoon. Algo debe de tramar mi padre como para ponerme en el mismo equipo que estos tres.

—¿Tú estabas enterado de esto?— interrogué.

Negó— Estoy igual de sorprendido que tú.

—Esto es genial Parker— comentó Taehyung—. Podré entrenar contigo para derrotarte. El estudiante se convertirá en maestro.

—Sigue soñando— ataqué mientras tomaba una copa de alcohol de una bandeja.

Bueno, al menos ahora sé que algunos de los miembros del equipo no son unos idiotas que podrían echar a perder alguna misión. Los tres son buenos, cada uno con especialidades diferentes. Aunque una parte de mi no siente curiosidad por los demás, otra parte quiere saber qué tipo de habilidades tienen.

—Creo que estarás cómoda con el equipo— afirmó Jimin bebiendo de su copa.

—Ver para creer Jimin-ah— palmeé su cachete con mi mano libre para luego dirigirme a otra habitación.

Quería descansar un poco de la gente. Abrí la puerta de una de las salas de reunión de la casa y entré para sentarme en un sillón frente a una chimenea. Mantenía la copa en mi mano. Bebí un poco de mi coñac y me relajé ligeramente. Estaba tensa. Aún no comienzo de manera oficial a operar dentro de la organización, pero un escalofrío recorre mi espina dorsal advirtiéndome de algo. No se lo que pueda ser. Debo prepararme para todo aquello que pueda significar un peligro para mi.

—Vaya, la plaga está en todos lados— escupió una voz detrás de mi.

Saqué aire con ironía. No sé cómo es que, al entrar aquí, no me di cuenta de que ella estaba aquí.

—Hola Eleonor— burlé sin girarme.

—¿No podías elegir otra habitación para estar? Me duele la cabeza de solo verte.

—No te preocupes, el sentimiento es mutuo— sonreí socarronamente quedando de perfil a ella.

—Deberías regresar al lugar del que viniste— atacó.

—¿Y perderme la oportunidad de verte todos los días?— pregunté sarcástica—. No gracias. Aunque no te guste, soy hija de Justin. Me gané el estar aquí. Pero tu nunca pudiste aceptarme, creo que es problema tuyo.

No importa cuantas veces lo intentara cuando era una puberta inadaptada, ella no me aceptaba. Decía que yo soy producto de un incidente que jamás debió de haber ocurrido. Soy el resultado de un amorío que Justin tuvo con mi madre.

Le dijo que la amaba, no comentó que estuviera casado. Cuando mi madre se enteró de todo le dijo que debía elegirla a ella o a Eleonor. Eligió mal, muy mal. Se fue de nuestras vidas como si nada antes de que mi madre pudiera decirle que estaba embarazada. Abandonó a mi madre, pero aún así me aceptó cuando ella me trajo a él.

Mi resentimiento hacia él paró en el momento en el que pude dejar de llamarlo por su nombre, el momento en el que le dije padre. Me cuidó a su manera. Nunca entendí sus acciones, ¿por qué tener algo con mi madre si estaba casado? De todos modos me llamó hija desde el día uno. Él me quería, y eso me hizo quererlo en poco tiempo.

Sin embargo, Eleonor ha intentado que me vaya varias veces. Nada le ha funcionado. Una vez estuvo a punto de tener éxito de no ser por Namjoon. Él le dijo que debía quedarme aquí porque soy su hermana. Él lo sabía todo, y es por eso que me aceptó rápidamente. Sabía que necesitaría a alguien en quien apoyarme. Fue el primero en dirigirme la palabra, luego de él le siguió Taehyung.

—Te equivocas mocosa— fumó de su cigarro y soltó el humo—, el problema es de la arrastrada de tu madre. Vaya que abrirse de piernas a un hombre casado es de perras como ella.

Hasta aquí. Dejé la copa en la mesa de en frente. Levanté un poco mi vestido y saqué la pequeña navaja que estaba escondida en mi media. Me levanté de mi asiento, giré hacia ella y lancé la navaja en su dirección. Su rostro de desfiguró mientras un grito desgarrador salió de su boca. La navaja se clavó justo arriba de su cabeza en la pared detrás de ella. Se encontraba en shock. Yo no planeaba matarla, no soy un monstruo que asesina por placer. Las ganas no me faltaban, pero es la madre de Namjoon y Taehyung. Si esta mujer no está muerta es debido a sus hijos.

—¡Eres una estúpida!— ladró— ¡Pudiste haberme matado!

Caminé amenazadoramente hacia ella. No me rebajaría a su nivel. Atemorizarla es algo que disfruto hacer. Me aprovecho de que ella me tema cuando me pongo a la ofensiva. Su piel se pone pálida, recurre a los gritos, su respiración se vuelve agitada y comienza a sudar frío. Se muestra vulnerable frente a mi, me hace sentirme como un ser poderoso que con el mínimo movimiento la romperá.

—Escúchame bien, Eleonor— recargué mis manos en los apoyabrazos acorralándola—. En tu perra vida vuelvas a hablar de mi madre de esa manera. Bien sabes que si no fuera por tus hijos, ya estarías veinte metros bajo tierra. Cuida bien tu boca, en cualquier momento serás incapaz de sacar algo de ella.

Con una de mi manos retiré rápidamente la navaja de la pared logrando que ella se sobresaltara. La volví a ocultar bajo mi vestido. Arrebaté el cigarro de sus manos y ma acerqué a su oreja.

—Detesto el olor a cigarro.

Apagué el cigarro en el cenicero junto a ella. Me reincorporé levantándome y enderezando mi espalda. Volví por mi copa de coñac y me despedí con la mano de Eleonor. A partir de mañana, mis visitas a esta casa bajarían en número y dejaré de aguantarme las ganas de pegarle un tiro en la frente. Solo debo esperar a mañana.