[8 — años después] [Lunes — 9:00 p.m]
Actualmente, Doryoku y Oboro están recibiendo una clase de matemáticas en su última año antes de la preparatoria, mientras Oboro dormía junto a Doryoku sin disimular de ninguna manera y Doryoku seguía la clase tranquilamente.
Después de unos días de volverse amigos, lo primero que hizo Oboro fue a pedirle a sus padres que lo cambiarán de clase junto a Doryoku, haciendo que ambos estén en la misma clase desde hace tiempo.
Actualmente ambos visten su típica ropa negra con botones dorados obligatoria en la escuela, además de que ambos tienen una altura de unos 1,75 metros de alto y que el cabello de Doryoku ahora era de color vino.
"Y bueno ese fue el tema de la factorización, ¿alguna duda?" dijo el profesor de matemáticas con tono aburrido ajustando sus lentes y dándose la vuelta
Doryoku le dió un golpe a Oboro con su pie antes de esto haciendo que este se despierte instantáneamente y meta la cabeza en su libro de matemáticas para no ser descubierto.
"Profesor tengo una duda en el segundo ejercicio" dijo una de las alumnas frente a Doryoku levantando la mano para iniciar con sus preguntas.
Oboro le dió un pulgar arriba a Doryoku por la ayuda mientras sonreía ampliamente, a lo que este también levantó un pulgar mientras seguía viendo la clase.
"Bueno jóvenes, es hora de empezar con el examen de matemáticas, espero que estén preparados" dijo el profesor de matemáticas con seriedad haciendo que todos se pongan tensos y repartiendo las hojas.
El examen dió inició y Doryoku resolvía los problemas sin ningún problema mientras Oboro intentaba recordar lo que él le enseñó.
//Pequeño Flashback//
Actualmente podemos ver a Doryoku frente a Oboro en la sala de estar de su casa mientras este tenía varios apuntes de matemáticas.
"Muy bien Oboro, factorizar una raíz cuadrada es bastante sencillo, solo tienes que seguir el proceso que aprendimos" dijo Doryoku con tono calmado mientras Oboro tenía la mirada perdida en algún universo alterno al parecer.
"Solo tienes que recordar las potencias" dijo Doryoku con una gota de sudor en la nuca mientras Oboro parecía igual de perdido.
"¿Cuanto es 4 × 5 Oboro?" dijo Doryoku con los ojos en blanco mientras Oboro seguía con la mirada perdida en el espacio.
"Esto será jodido" dijo Doryoku suspirando con cansancio incluso antes de empezar.
//Fin del Flashback//
Oboro recordó lo que estudió con Doryoku y resolvió los ejercicios bastante animado.
Después de una hora de examen, el profesor de matemáticas recogió las hojas y mandó a los alumnos al recreo.
"Estoy seguro de que lo hice muy bien, ¡todo gracias a tí Doryoku!" dijo Oboro con una gran sonrisa mientras abrazaba a Doryoku con su brazo derecho.
"Más te vale que valga la pena la aneurisma que tuve intentando enseñarte" dijo Doryoku con tono de advertencia haciendo que Oboro tenga un poco de sudor nervioso.
Al llegar salir a desayunar, ambos se sentaron en el mismo lugar que siempre donde se conocieron y empezaron a comer.
"Ohhh, ¡mamá preparó camarones para el desayuno que maravilla!" dijo Oboro bastante emocionado y babeando.
Doryoku tomó uno de los camarones de Oboro con sus palillos y se lo comió rápidamente, haciendo que este lo mire con indignación.
"¡Cómo te atreves a tocar mis preciosos camarones con tus sucias manos mortal!" dijo Oboro con los ojos blancos de indignación e ira.
"Es la ley de la selva, camarón que se duerme es llevado por Doryoku" dijo Doryoku con una sonrisa burlona mientras apuntaba a Oboro con sus palillos.
Oboro tomó uno de las piezas de pollo de Doryoku y se lo comió en señal de guerra.
"No sabía que querías morir hoy Oboro-kun" dijo Touya con un aura amenazante a su alrededor y unos ojos completamente serios mientras se subía las mangas para el combate.
Y justo antes de que ocurriera un masacre, los mismos idiotas de siempre vinieron a molestar.
"¿Cómo estás quirkless inútil?, está vez no podrás alejarme con una galleta" dijo el mismo chico de cabello marrón de la última vez junto a su grupo.
"Tienes razón, por eso tengo esto" dijo Doryoku sacando una revista para adultos de su mochila y entregándosela al bully.
"Un placer hacer negocios" dijo el bully mirando a otro lado sonrojado y marchándose rápidamente junto a sus compañeros a otro lado.
"¿Dónde la conseguiste?" preguntó Oboro con un pequeño sonrojo en su cara al ver la portada de dicha revista y bastante curioso
"No preguntes, y no, no la leí ni tampoco tengo una para tí" dijo Doryoku mientras se sentaba frente a Oboro y este parecía bastante decaído.
"¡Oye Doryoku!, ¡ya estamos cerca de comenzar la preparatoria!, ¿que quieres hacer?" dijo Oboro bastante emocionado mientras recordaba ese detalle.
"Supongo que entraré a los estudios generales de la U.A, e imagino que tu quieres ser un héroe" dijo Doryoku mientras comía tranquilamente y con tono pensativo.
"Heja es lo gorrcto" dijo Oboro mientras se ahogaba con su comida de nuevo y Doryoku le pasaba el agua y le daba algunos golpes en la espalda para pasar la comida.
"Algún día terminarás ahogándote en serio" dijo Doryoku suspirando pesadamente ante el descuido de Oboro.
"Mientras mi amigo me golpeé la espalda no tengo porqué temer" dijo Oboro con una gran sonrisa confiada haciendo que Doryoku suelte otro suspiro cansado.
"Cómo decía, quiero formar mi propia agencia de héroes y tú estarás en ella, ¡es una promesa!" dijo Oboro señalando a Doryoku con una gran sonrisa.
"Ya te dije que no puedo usar mi quirk porque es demasiado volátil, y no prometas nada que no vas a cumplir justo en el momento" dijo Doryoku negándose rotundamente a la idea y con tono de advertencia.
"¡Entonces llevarás las cuentas!, ¡pero de mí no te libras Doryoku!" dijo Oboro señalando a Doryoku con determinación.
Doryoku solo pudo sonreír levemente ante el entusiasmo de su amigo como siempre, para luego seguir comiendo con calma.
Después del desayuno, el profesor de matemáticas entregó los exámenes recién corregidos y los entregó a la clase.
"¿76?, no estoy muy segura de cómo sentirme al respecto" dijo una de las alumnas de cabello azul del salón mientras pensaba detenidamente.
"¡62 amigo!, ¡fortuna aquí te voy!" dijo otro de los alumnos de cabello negro mientras festejaba junto a su grupo en la parte de atrás.
"¡Doryoku!, ¡tengo un 82 soy un genio!" dijo Oboro con una gran sonrisa victoriosa mientras le enseñaba su examen a Doryoku.
"Yo tengo 99, como siempre, ya me está empezando a molestar" dijo Doryoku viendo que otra vez le faltaba un punto más.
"¡99!, ¡¿cómo puedes quejarte con algo como eso?!" dijo Oboro con indignación mientras le reprochaba a Doryoku.
"¿Recuerdas aquella vez en la que obtuviste un 49 en física y te faltaba un punto para pasar?, pues así se siente" dijo Doryoku con calma a lo que Oboro pareció pensar detenidamente por un momento.
Al recordar aquel examen, Oboro lo entendió a la perfección y dijo.
"¡Profesor entrégale un punto Doryoku!, ¡mire en su corazón y no sea malo!" dijo Oboro dramáticamente mientras lloraba cómicamente e imploraba por piedad al profesor.
"Lo siento Shirakumo-san, pero no puedo hacer nada al respecto" dijo el profesor de matemáticas con sudor nervioso al igual que el resto de la clase.
"Lo intenté amigo" dijo Oboro sentándose en su silla derrotado.
"No era para tanto Oboro" dijo Doryoku con los ojos en blanco ante el espectáculo de su amigo.
La clase continuó con tranquilidad y luego de un par de horas más, la campana sonó indicando el final de las clases.
Ambos amigos caminaron por los pasillos de la escuela buscando la salida para ir a casa.
"Oye Doryoku, ¿te diste cuenta de que últimamente tienes muchas admiradoras?" dijo Oboro mientras tenía ambas manos en su nuca y miraba alrededor.
Doryoku miró alrededor con confusión y en verdad pudo notar a algunas chicas de su salón espiándolo, lo cual lo tomó por sorpresa.
"Supongo que Okā-chan tenía razón, al parecer la apariencia de Otō-san sirve bastante" dijo Doryoku ignorando a las alumnas que lo espiaban.
"¡Te atreves a ignorar a las chicas como si nada copia de Sasuke!" dijo Oboro bastante ofendido y con envidia mientras apuntaba a Doryoku.
"¿No dijiste que tengo cara de asesino normalmente?, eso significa que las mujeres que atraigo quieren ser asesinadas, eso es muy turbio" dijo Doryoku sin entender muy bien el drama de Oboro.
"¿Cómo se puede ser tan idiota y tan inteligente al mismo tiempo?" dijo Oboro bastante confundido mientras él y Doryoku salían de la escuela.
"Además, dudo que sea buena idea casarme en este momento" dijo Doryoku con tono pensativo haciendo que Oboro lo miré en shock.
"¡No te pido que te cases idiota!" dijo Oboro con indignación y mirando a Doryoku como si fuera idiota.
"¿Por qué otra razón tendría una novia?" preguntó Doryoku genuinamente confundido y haciendo que Oboro se tape la cara con su mano.
"No sé si eres muy inocente o muy bueno amigo" dijo Oboro mientras se daba por vencido en intentar hacer que Doryoku entienda y caminaba descuidadamente.
"No soy alguien bueno, te aprecio a ti como amigo y amo a mi madre, pero esa es mi naturaleza" dijo Doryoku con tono serio mientras tomaba a Oboro del cuello de su camiseta para detenerlo antes de cruzar la calle y este lo miraba confundido.
Doryoku suspiró un poco cansado y empezó con la explicación.
"Si una persona es buena solo porque le hace feliz ver que otros sean felices gracias a él, es su naturaleza, no es diferente del que disfruta del asesinato, solo son dos caras de la misma moneda" dijo Doryoku con tono explicativo haciendo que Oboro piense detenidamente en sus palabras.
"Pero, aquel que se niega a su naturaleza, y que sólo hace el bien porque sabe que es lo correcto y porque él lo eligió, es una persona verdaderamente buena para mí" dijo Doryoku mientras se apuntaba a sí mismo y Oboro entendía su punto.
"Muy profundo amigo, ¿entonces crees que no eres alguien bueno?" preguntó Oboro con tono pensativo mientras miraba a Doryoku.
"Así es, pero yo prometí nunca olvidar quién soy, así que siempre seré el mismo" dijo Doryoku sonriendo levemente y con determinación.
Ante esto, Oboro sonrió ampliamente y dijo.
"¡Entonces siempre seremos amigos Doryoku!, ¡hay que formar una agencia y conquistar el mundo!" dijo Oboro con tono emocionado y expectante.
"¡No digas eso en alto idiota!, ¡si te escucha algún héroe nos comeremos un sermón!" dijo Doryoku con molestia mientras tapaba la boca de Oboro e intencionalmente la nariz también.
Luego de esto, Doryoku se despidió de Oboro y entró a su casa para esperar por su madre como siempre.
Todos los días era lo mismo, limpiar la casa completamente, leer un poco, navegar en internet y preparar la cena cuando eran las 6:30 p.m.
Y cómo siempre, Doryoku tomaba una pequeña silla y se sentaba para esperar por su madre.
Y cuando llegó cansada como siempre, Doryoku la ayudó con sus cosas y habló con ella sobre su día mientras ambos comían tranquilamente.
Y así termina un día común en la vida de Doryoku Suzuki.
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En algún lugar en el distrito Hosu a las 10:00 p.m de la noche, un hombre con un traje de su trabajo y de cabello color blanco salía de su auto negro para entrar a su casa con bastante rapidez y temor.
El hombre miraba a todos lados como si buscara a alguien que lo estuviese observando, hasta entrar a su casa y relajarse un poco.
Luego de dejar su abrigo en el perchero junto a la puerta, el hombre llamó a un número en particular rápidamente el cual le contestó un momento después.
"¿Hola?, ¿detective?, dígame que ya tiene mi orden de alejamiento" dijo el hombre de cabello blanco mientras hablaba nerviosamente.
"¿Sr. Katō?, lamento decirle que no tenemos ninguna pista acerca de su caso o de la loca que lo persigue" dijo el detective del otro lado del teléfono con un poco de impotencia.
"¡¿Cómo puede ser?!, ¡desde hace tiempo me ha llamado diciéndome que me matará por dejarla!" dijo el hombre ahora conocido como Katō bastante nervioso y enojado mientras se levantaba de su silla.
"Todas las llamadas fueron por teléfonos públicos y usted no tiene ninguna herida o prueba de lo que dice, lo siento pero sin pistas estoy atado de manos" dijo el detective con pesar haciendo que Katō se deje caer en su silla bastante decepcionado.
"Entiendo, gracias detective" dijo Katō con tono decaído y asustado mientras colgaba el teléfono.
Katō encendió todas las luces y calentó unos fideos instantáneos para comer y relajarse un poco al menos.
Después de esto, cerró todas las puertas y ventanas de su departamento, y la única que faltaba era la puerta principal.
Al acercarse y cerrar la puerta, pudo escuchar un golpe unos segundos después, lo cual lo aterró de sobremanera y lo hizo dar varios pasos hacia atrás.
"¿Katō-san?, soy yo tu vecino" se escuchó la voz de un hombre del otro lado de la puerta haciendo que Katō suelte un suspiro de alivio.
Katō abrió la puerta y recibió a su vecino, un hombre de ojos azules y un poco gordo, pero un muy buen vecino.
"Tenseru-san, no hagas esto casi me matas del susto" dijo Katō tomándose el pecho por el susto y con una sonrisa nerviosa.
"Ohh, lo siento Katō-san, la próxima vez te llamaré antes, solo venia a ver si estabas bien, mejor me voy" dijo el hombre ahora conocido como Tenseru con tono apenado y preocupado.
"Gracias por su preocupación" dijo Katō bastante agradecido y relajando su mente por su conversación.
O al menos, así fue hasta que sintió algo frío y cortante en la parte trasera de su cuello, tensando su cuerpo completamente.
"Podríamos haber tenido una linda familia junto a buenos vecinos, Kiyoshi-chan~" dijo una voz femenina al oído del hombre haciendo que este se llene de horror y miedo.
Katō estuvo a punto de soltar un grito de auxilio, pero la mujer golpeó su cuello dejándolo inconsciente.
"Tenemos mucho de que hablar Kiyoshi-chan" dijo la mujer con una gran sonrisa y desactivando su quirk que le daba uñas como cuchillas.
Y luego de esto, la puerta se cerró.