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Capítulo 2: Dios Muerte

No paso más de un minuto desde que las últimas personas se fueron. Fue cuando el coliseo comenzó a sacudirse una vez tras otra, así pasaron varios minutos hasta que se calmó. Cuando terminó de sacudirse todo quedo en silencio.

"Tendríamos que entrar a una puerta" dije apresuradamente instando a Lua a correr a una puerta

"Si, vamos antes de que comience otra vez" respondió con nervios.

Ambos nos acercamos a una puerta que tenía el nombre parecido al de una tortuga, algo curioso ya que me sonaba de algún lugar, más lo dejé a un lado. Al poner la mano en la perilla y tratar de abrir la puerta esta se negaba hacerlo, ambos tratamos de jalar con más fuerza, pero ni un centímetro que se movía. Al separar las manos de la puerta ésta comenzó a brillar tenuemente y se hundió en la pared dejando en su lugar un muro duro como si la puerta nunca hubiese estado ay.

Volteamos la mirada a las demás puertas y una a una fueron haciendo lo mismo de cambiarse por una pared. Todas las puertas se fueron después de un instante dejándonos sin ningún lugar a donde ir. También las escaleras se avían ido dejándonos en el centro del coliseo, como si fuéramos dos especímenes en exposición.

"Por qué pareciera que van a salir tigres a luchar contra nosotros" dije medio en broma para sacarme la tensión del cuerpo más aún tenía la guardia alta por si las dudas.

"Entiendo tu sentimiento solo que nos falta un arma para ello. Ejeje" dijo Lua siguiéndome el juego

A pesar de la situación aún pudimos reír y compartir chistes entre nosotros. Ya que era casi improbable que nos dejaran aquí el resto de nuestras existencias. Nuestras miradas siguieron vagando por todos los alrededores para ver si podíamos ver alguna salida.

"Oye porque no llamas a un amigo, cartel que nos ayude" dijo Lua sarcásticamente

"Por quien me tomas no soy una exploradora que le tienen que decir a donde ir" dije de igual manera, pero también molesto.

"Pensé que si lo llamabas iba aparecer alguno" dijo por lo sucedido hace unos minutos atrás

"Entonces si me escuchaste hace rato" respondí levantando una ceja por la duda

Lua solo sonrió y me giño un ojo diciéndome con su mirada que si escucho todo lo que dije.

"Bueno lo intentaré ya que" conteste sin ánimos a esa persona que esperaba que hiciera algo ridículo.

"Señor cartel me podrías decir que hacer"

"¿Por qué señor cartel?" dijo Lua casi comenzando a reír

"Tu cállate" le respondí

Esperamos unos segundos más no pasó nada ni un solo mísero cartel apareció.

"Me siento estafado" logré murmurar eso ya que siempre pensé que aparecían porque yo lo pedía en mi interior, pero al final no pasó nada.

Al mismo tiempo que me estaba regañando por dentro el coliseo volvió a sacudirse, pero esta vez con mucha más intensidad que antes como si el mismo se fuera a derrumbar en cualquier momento. Se volvió a sacudir todo el lugar una y otra vez, se repitió cuatro veces más y el último se sintió mucho más fuerte que todos los demás.

"Valla, valla mira que tenemos aquí. Si son solo dos pequeños que se quedaron atrás" dijo la vos de una mujer algo sorprendida. Con un tono profundo y siniestro.

"Quien este ay" dije con la voz algo alta pero temblorosa.

Todo se quedó en silencio una vez más, pero se podrían escuchar pequeños murmullos a la distancia, como si estuvieran detrás de los muros.

"Disculparas nuestra tardía presentación. Pero esto es algo que no ha pasado por decenas de miles de años, de que alguien se quede atrás" esta vez respondió la voz de un hombre

Al mismo momento de que esas palabras resonaron, un pedazo del coliseo se esfumó. En ese hueco dos grandes sombras se acercaban a nosotros sus rostros no se podían ver y sus cuerpos parecían de un gigante. Ambas sombras se fueran acercando y encogiendo poco a poco hasta tener un tamaño parecido al nuestro.

Un hombre que ahora media como 1.70 centímetros con su color de piel bronceado como el cobre. En la cabeza tenía lo que parecía un gran penacho o un sombrero tradicional azteca. En su rostro era lo de un cráneo. Sus ropas eran de la parte superior una camisa o capa que le cubría la mayoría de su parte superior y en la parte inferior tenía unos pantalones cortos ambas cosas decoradas con piedras que iban desde doradas, rojas, azules y verdes. También se podía ver que tenía joyería encima como un anillo como pulseras también collares entre otras cosas.

La mujer que media un poco menos que el hombre del mismo tono de piel bronceado. En su cabeza también llevaba un penacho más corto y elegante. De su ropa tenía en la parte superior era un top de manga larga y es su parte inferior tenía una falda mediana. Su cabello estaba suelto dando entender su estatus y también decorada con las mismas piedras brillantes y también tenía joyería encima.

Solo fue cuestión de segundos lo que me tomo analizar a las dos personas frente a mí, era algo raro ya que nunca me avía metido muy enserió analizar a una persona.

"Mucho gusto en conocerlos Atletl y Lua" nos dijo el hombre estirando su mano para un saludo.

"Como es que nos conoces" pregunte Mientras tomaba la mano del hombre

"Querido todavía no te has presentado" dijo la mujer en el oído el hombre un poco fuerte que hasta yo pude escuchar.

"Cierto, cierto" Le respondió el hombre rascándose la cabeza torpemente.

"Bueno vamos de nuevo. Me presento yo soy el Dios de la muerte, gobernador de este lugar aquel que guía a los muertos por este infierno y que es poseedor de miles de títulos. Pero para ustedes ¡soy el gran Mictla! Y a mi lado se encuentra la emperatriz de los caídos que a lo largo de los años a poseído innumerables nombres, pero para ustedes será la ¡grandísima Micte!" decía mientras una tormenta de rayos caía a su alrededor y tenía una pose con sus brazos hacia el cielo como una pose para juntar energía.

Una gran presión salió de él dejándonos a Lua como a mí en el suelo a cuatro, tratando de ponernos de pie más era imposible hacerlo. Los dioses al voltear su mirada hacia abajo nos vieron a nosotros en esa posición y se volvieron a encoger a su tamaño anterior y dispersando su energía haciendo que la represión se desvanecerá de nuestros cuerpos.

Ambos algo apenados por el acto hecho anteriormente se acercaron a darnos una mano para ponernos de pie. Al hacerlo el ambiente se encontraba extrañamente incomodo, la tensión en el aire era tan denso que casi se podría ver si enfocadas la vista. Así pasaron unos minutos en un silencio incómodo hasta que la diosa habló.

"Entonces Niños ¿Qué es lo que paso aquí?" pregunto genuinamente confundida. Los dos al no saber la respuesta nos quedamos en silencio hasta que Lua habló.

"Señorita Micte si es que puedo decirle así. La verdad no sabemos que es lo que paso, pero cuando las últimas personas que estaban aquí se fueron todo comenzó a moverse y las puertas desaparecieron y después de eso ustedes llegaron. Es todo lo que sabemos" le digo Lua a los dos que estaban esperando una respuesta.

"..."

"...."

Los dos se quedaron en silencio sin saber que decir y como nosotros éramos los que aviamos provocado esto también nos quedamos en silencio y nueva mente el ambiente se volvió incómodo hasta que sienta persona rompió el silencio y ese fue el dios muerte.

"Si me permiten iré hablar con el todo poderoso para ver qué podemos hacer. Querida por favor acompaña a nuestros invitados" dijo el dios algo preocupado e incómodo

"Claro" Solo respondió la diosa

Solo esas pocas palabras se dijeron y el dios muerte desapareció en el aire a quien sabe qué lugar. La diosa nos sonrió a ambos que nos quedamos mirando en donde se avía ido el dios.

"Creo que han de tener muchas preguntas así que las responderé con mucho gusto. A excepción de las más complicadas o confidenciales fuera de eso responderé hasta que se encuentren satisfechos"

Al escuchar esas palabras voltee a ver a Lua buscando una reacción de su parte, pero ella también me estaba mirando con la misma intención que la mía. Nuestras miradas estuvieron viendo el uno al otro.

"Cojum, cojum. Bien ya veo lo que está pasando aquí o me doy una idea" interrumpió la diosa sacándonos de nuestro estupor.

"Sigo esperando, por favor hagan sus preguntas. Si eres tan amable empieza tu señorita" con una sonrisa cálida dijo apuntando a Lua.

"Si claro. Déjeme pensar. Mmmm. ¿Dónde estamos?" respondió Lua muy nerviosa. A lo que la diosa sonrió amablemente y respondió.

"Eso es fácil estamos en el paraíso y el infierno al mismo tiempo. Por qué te preguntaras y es a lo que voy. En este mundo de donde ustedes vienen y en muchos otros existen diferentes creencias a distintas divinidades, por eso los mismos dioses crearon un corredor para que las almas de los muertos que creen en ellos llegarán a un muevo mundo. Pero al haber tantos dioses y tantos corredores donde cruzan las almas suelen chocar y se combinaban entre ellos por eso el dios supremo nos dio la tarea de traer estos monumentos donde todos los mundos se juntarían y ustedes los humanos y otras especies tendrán que decidir. Y el otro lugar donde llegaron al principio es donde se justan los corredores, todos los dioses llegaron a esa conclusión después de debatirlo por años y cada lugar como esos alberga más de veinte corredores de solo su mundo, más también ay mundos que creen es los mismos dioses y por ende son del mismo corredor" explicó casualmente una información que hizo que me comenzará a dar vueltas la cabeza.

"Valla nunca me imaginé que fuera algo tan complicado" Respondí después de escuchar toda la explicación aun sosteniéndome la cabeza, Lua solo pudo asentir lentamente con sus ojos abiertos.

"Bueno te toca preguntar chico"

"Claro. Todos los corredores tienen pruebas o solo en donde nosotros pasamos" dije igual algo nervioso y tenso a lo que la Diosa Micte volvió a sonreír haciendo que me relajará brevemente antes de que respondiera.

"Muy buena pregunta. Claro cada Corredor tiene sus propias pruebas que representa la parte del infierno ya que, si cometiste algo malo por decirlo así, no podrás pasar esa prueba por un largo rato o tardarás más en ella teniéndolas que repetir más de una vez hasta que te arrepientas por decirlo así. No podré explicar todas las pruebas porque si no sería eterno" respondió igualmente sin problema.

"Ya veo, eso tiene mucho sentido" dije inconscientemente al terminar de escuchar la respuesta.

"Verdad que sí. Señorita le toca"

"Bien, ¿por qué motivo se cerraros las puertas antes de que nosotros eligiéramos una?" pregunto Lua esta vez más tranquila.

"Esa es una pregunta que no te poder responder hasta que llegue mi esposo, así que si podrías preguntar otra cosa" dijo la diosa algo apenada, pero sin quitar su sonrisa de su rostro

"Bien, ¿a qué se refiere con tocado por lo divino?" volvió a preguntar Lua.

La diosa Micte al escuchar esas palabras abrió mucho los ojos como si fuera algo que uno no tendría que saber, más pronto se calmó y nos respondió.

"Eso también es algo que no les podría decir, no me encuentro en la condición de responder esa pregunta"

Es algo sospechoso de que no nos quiera decir algunas cosas, pero ha de ser porque tiene sus órdenes. Antes de que ella hablara una cortina de niebla se comenzó a juntar en un solo punto, poco a poco se fue expandiendo hasta tomar la forma de una persona y era el dios Mictla quien había regresado. La entrada un poco dramática si me lo preguntan.

"Les pido una disculpa por irme así sin más, tenía que preguntar algunas cosas" Su tono era amable y respetuoso, no entiendo cómo puede cambiar de presentarse tan exageradamente y luego hablar así, pero quien soy yo para juzgarlo.

"Si me permiten también me gustaría hablar con ustedes" comenzó a decir el dios mientras sacaba una silla de la nada junto a una mesa, y sentándose en ella.

"Si claro, a nosotros también nos gustaría hablar un poco más" Le dije también cambiando mi tono a uno más respetuoso.

Todos nos sentamos casi al mismo tiempo de forma natural. Al hacerlo un pequeño círculo se habría frente a nosotros de donde salieron cuatro tasas con algo de café dentro, de ellas. No pude evitar abrir los ojos de par en par ya que la mesa no tenía nada de bajo como para que saliera algo. El dios Mictla quien vio mi reacción comenzó a reírse alegremente y la diosa Micte también sonrió divertida al ver nuestra reacción, Lua por su parte estaba viendo debajo de la mesa buscando de donde salió.

"Eso es magia chicos, en este lugar como en todos los mundos la podemos ocupar. Pero esto es poder divino que es otra cosa" comenzó a explicar el dios mientras una pequeña luz rondaba por su mano

"Esto es interesante que más me podrías decir de la magia" Le pregunte con excitación en mi voz

"Claro, con gusto la magia es el poder que se encuentra en el aire casi siendo invisible. Todos los mundos tienen magia unos con más y otras con menos. Unos abundan de ella, pero sus habitantes no la pueden ocupar como en el caso de su mundo. También se le puede llamar de distinta manera como una bendición o un milagro o una herejía cada mundo lo llama de distintas maneras" Comenzó a explicar mientras interrumpía de vez en cuando.

"¿Entonces todos estos milagros que llegamos a ver en nuestro anterior mundo era magia?" interrumpí ya que era algo de lo que siempre tuve dudas

"Así es, hubo un caso de un mago que nació y era muy competente que cambiaba el agua por vino" respondió sin más

"¿Entonces él no era?" dije con una exhalación queriendo una respuesta.

"No, no lo era más la gente lo idolatrada a tal grado que también vive como un dios" respondió con admiración en su voz

La conversación se estaba poniendo cada vez más interesante, pero no pude evitar ver a Lua de reojo que no había prestado atención y que seguía mirando la mesa.

"Lua, Lua si escuchaste de lo que estábamos hablando" decía mientras movía mi mano enfrente de ella.

Y Lua siguió sin contestar mientras acariciaba la mesa. Eso me comenzaba a molestar así que tome un pequeño cubo de azúcar y se lo arroje.

"Blas" ese sonido se logró escuchar cuando en cubo de azúcar choco y se desmoronó en la frente de Lua.

"Auch auch auch, por que hiciste eso" comenzó a quedarse Lua mientras sostenía su uno de sus ojos donde le entró parte de la azúcar.

"Te estaba hablando y no pones atención a lo que estábamos diciendo"

"¡Y POR ESO ME GOLPEAS!" grito Lua algo molesta

"Por favor Lua no grites frente a los dioses" comencé a calmarla

Lua al recordar frente a quienes estábamos se volvió a sentar derecha y se sacudió la ropa para ponerla en orden.

"Veo que los dos se siguen llevando bien a pesar de los años" dijo la diosa Micte con una sonrisa

"Disculpe dijo algo" pregunte Mientras la volteaba a ver

"No nada"

Respondió la diosa y volvió a sonreír en la dirección de Lua. Yo volteé a ver al dios que tenía la misma cara de duda en su rostro que la mía al ver tal intercambio. Después de unos momentos volví hablar con el dios ignorando lo que hacían las chicas.

"Bueno mi señor entonces me podría explicar el por qué no pudimos cruzar a uno de los mundos" comencé de nuevo la conversación esperando alguna respuesta.

"Claro te lo explicaré más con una condición" dijo mientas levantaba uno de sus dedos.

"Cual seria"

"Que juguemos un juego de tu elección"

"Se me ocurre el juego perfecto, ¿Tu juegas al ajedrez verdad?"

"¿Cómo lo sabes?"

"Lo eh visto en pinturas y lo eh escuchado en canciones"

"Pues, si realmente soy un excelente jugador"

"No creo que sea mejor que yo"

"Entonces será ajedrez"

Yo solo asentí a sus palabras y él sonrió e igual que como aparecieron las tazas un tablero de ajedrez apareció frente nosotros ya con todas sus piezas acomodadas.

"Te importaría si jugamos en otro lado" dijo mirándome a mí y las dos chicas

"No, adelante" accedí a su petición

Al ver mi acuerdo el dios Mictla chasqueo los dedos y la diosa como Lua desaparecieron en el aire más nosotros seguíamos en el mismo lugar.

"¿Qué paso con ellas?" preguntaba mientras me ponía de pie

"En realidad nada ellas siguen aquí más solo puse una barrera que no permite ver ni oír" respondió mientras una pequeña ventana se formaba dejándome ver a las dos en el otro lado.

"Ya veo, entonces comencemos" dije volviendo a sentarme y estirando mi mano para tocar el tablero.

Yo iba con las piezas blancas y el con las negras. Solo esperaba la confirmación para empezar el movió su mano extendida diciéndome que empezará. Y así lo hice comenzando a mover un peón.

"Sabes hace mucho que no juego, la última vez que lo hice fue ya varios años ni los demás dioses quieren jugar conmigo" decía mientras inflaba su pecho con orgullo

"Enserió, ha de ser por porque eres muy bueno" dije mientras lo alababa

"No soy tan bueno como el dios de los juegos, pero estoy casi a su nivel"

"Eso es algo que me tiene confuso" dije con mi voz seria

"El que" pregunto levantando una ceja

"Se que cada país o cultura tiene a un dios de la muerte con distintos nombres y tamaños y diferentes orígenes. Lo ¿qué quiero decir es que todos ellos existen y son tus subordinados o cómo funciona eso?" cuestione algo que desde hace tiempo me venía preguntando

"Tengo mis subordinados que me ayudan claro está, más todos esos dioses a los que te refieres son todos uno mismo y ese soy yo" dijo en tono tranquilo moviendo una de sus piezas

"Lo que me quieres decir es que todos ellos eres tú" volví a preguntar

"Así es, la muerte es una sola estés donde estés, ya sea en este mundo o en cualquier otro. Y no soy el único todos los dioses también tienen infinidad de nombres y conforme a ellos su apariencia. Algunos les gustan parecer viejos y otros jóvenes, más como casi nadie nos ve a excepción de otros dioses no cambian su apariencia" explicaba como si no fuese nada

"Entonces me quieres decir que tú eres desde el que tiene cabeza de perro hasta el que suele llevar su hoz a todas partes" dije trabajando de confirmar lo dicho.

"Así es, no es algo tan complicado de entender verdad"

"Para ti dirás, esto es algo asombroso para mí. Y tomaré esa pieza" dije sin perder la mirada al juego.

El juego seguía mientras estábamos hablando y ya cada lado se había comido varías, piezas de cada lado estando casi empatados. Al dios seguía sonriendo, estando complacido de que le siguiera la conversación y el ritmo del juego.

"Entonces ahora me vas a decir el por qué no pudimos pasar a otro mundo" volví al tema principal mientras lo miraba

"No es que no hubieran podido si no que así ya estaba escrito" dijo con una expresión complicada

"¿Escrito? De qué manera" conteste algo confuso ya que eso era nuevo para mí.

"Calma' calma te lo voy a explicar. En cierto lugar de este extenso reino. Se encuentra una gran biblioteca donde se escribe la vida de ciertas personas como los héroes, los elegidos y todos aquellos tocado por lo divino" comenzó a decir mientras jugaba torpemente con una pieza.

"OK entonces estas diciendo que este libro tiene todo lo que va a pasar a ciertas personas" dije algo curioso de lo nuevo que me estaban diciendo.

"Si algo así, pero rara vez suele pasar que una persona no aparece en los escritos a los que conocemos como los desviados" dijo con tono preocupado

"A qué viene todo esto" trate de apresuraron más el no cedía

"Para allá voy. Estos desviados al no tener una historia ya fija suelen representar una gran amenaza" el dios guardo silencio por unos momentos mirándome fijamente lo cual no me gustaba.

"Bueno a lo que quiero llegar es que a esos desviados ay que casarlos"

Yo seguí en silencio mirando el tablero mientras seguía escuchando lo que decía.

"Como estarás pensando yo o mejor dicho nosotros como el dios mundial y barios de nosotros queremos pedirte que te encargues de ellos" dijo mientras yo no entendía del todo

"Esto es jaque mate"

Dije eso y el dios se quedó viendo el tablero donde el avía perdido. Todo se quedó en silencio por un momento hasta que las palabras salieron de mi boca sin pensarlo.

"Me niego. Si estas personas de verdad representan un peligro para el mundo o a ustedes porque no los matan ustedes mismos" dije comenzando a enojarme ya que siempre eh leído que ellos relegan su trabajo a alguien más

"Podríamos, más nos impiden interrumpir los mundos asta en dios mundial no puede hacer nada"

"Entonces busquen a otra persona que no sea yo, solo quiero vivir mi vida lo más tranquila que se pueda y no es por ser grosero a ninguno de ustedes, pero quiero vivir con Lua en algún otro mundo"

"Entiendo, más eso no podrá suceder ya que la señorita Lua está inscrita en el gran libro"

"Entonces ella cera elegida como heroína cierta" dije abriendo los ojos ampliamente

"Me temo que es así" me confirmo el dios

"Y yo podre ir con ella" pregunte algo preocupado

"No"

"Pero si acepto en ayudarles podría" dije tratando de comenzar una negociación con el

"Me temo que tampoco podrías ya que serias mandado a un mundo distinto. Más ella tendría que nacer de nuevo para ser la heroína de ese mundo así que tendrías tiempo yendo de aquí y allá.

"Si así son las cosas me tendré que negar en ayudar y pido disculpas por ello" dije inclinando mi cabeza en señal de disculpa

"No te preocupes, te entiendo al no ayudar a personas que apenas conoces" algo apenado contesto

"Muchas gracias por entender" solo le pude agradecer por no insistir tanto

En dios volvió a chasquear los dedos haciendo que la barrera desapareciera. Al volver mi mirada vi que Lua también estaba de pie frente a la diosa Micte parecía que ellas habían platicado de algo que la avía puesto así. Ambos nos miramos unos segundos, para tratar de ver que avía pasado más los dos pusimos una cara divertida que nos quitó la concentración. Lua comenzó a reír y yo solo sonreí divertido. Mientras nosotros hacíamos eso ambos dioses también estaban platicando por su lado de algo que parecía importante.

"Zeia tengo que decirte algo" Lua se calmó y con su vos seria comenzó a hablar.

"Claro te escucho" también me calmé y le puse atención a lo que iba a decir

"Bueno, la señorita Micte me contó que es lo que va a pasar con los dos" dijo mientras me decía lo mismo que yo avío entendido

"Si algo así también me dijo el dios" confirme con ella

"Y tú que piensas hacer con lo que te dijeron" me pregunto algo intrigada y preocupada

"Posiblemente me valla a negar y tu" dije sin más

Lua se quedó meditando unos segundos antes de responderme y con su voz firme y decidida me dijo algo que no esperaba.

"Yo voy a aceptar y pienso que tu tendrías que hacer lo mismo, en primera porque lo que va a pasar conmigo ya está escrito desde hace mucho tiempo y aun que quiera no puedo, negarme y tu tendrías que aceptar porque este es un papel muy importante" dijo tratando de convencerme

Estuve a punto de contestar a sus palabras cuando ambos dioses se acercaron nuevamente para volver hablar.

"La señorita tiene razón este papel que te estamos dando no suele ver nadie suficientemente digno de él. Solo hubo una persona que lo ha recibido y tu serias el siguiente"

Me puse a pensarlo mientras ellos seguían tratando de hablar conmigo más mis pensamientos me llevaron a otro lado y así seguí con la mirada lejana algún lugar hasta que una sacudida de hombros me regreso al presente.

"Si acepto que beneficios puedo tener" dije volviendo a tratar de negociar con ellos.

"Claro, uno de los beneficios es que no estarás debajo de nadie a excepción de mí y el dios mundial, el segundo es que te brindaremos de solo un arma de tu elección y de control total de la magia"

"Me niego a eso, lo del arma está bien, pero me gustaría el poder yo aprender todo lo esencial desde lo más simple de la magia y el combate y esas cosas, porque no me gustaría depender de ustedes. Prefiero confiar de mi propia fuerza" dije con tono serio dejando claro mi punto

"OK, eso se puede arreglar más no te podemos mandar sin que manejes un elemento" dijo también con su postura firme

"Me párese bien, que más"

"prosigo. Algo que si es obligatorio es que te de mi bendición ya que en este caso te reportaras más a mí que el viejo, tercero en el mundo al que vallas podrás hablar su lengua y leer su escritura sin ningún problema o también te gustaría aprenderlo por tu cuenta" pregunto ya sabiendo la respuesta

Yo solo sacudí mi cabeza negando eso ya que era una tarea muy complicada estudiar todo eso y moví la mano para que continuará.

"Y por último fondos ilimitados, pero viendo tu expresión párese que los vas a rechazar o me equivoco"

"No la verdad, no lo haces como dije prefiero hacer las cosas por mi cuenta"

"Comprendo, entonces aceptaras" pregunto mientras estirada su mano

"Acepto" yo extendí la mía sabiendo que estaba haciendo un pacto sagrado

"Perfecto entonces sabes que magia te gustaría en un principio" cuestiono intrigado

"Si, por el papel que se me ha encomendado elegiré la magia Oscura que también combinará con la bendición que me darás" respondí sin ningún titubeo

"Una petición extraña, sabes que la magia oscura se le suele atribuir a los seres oscuros y tenebrosos y también no tiene muchos usos" dudosamente me cuestiono el dios

"Eso lose por eso quiero que sea la principal"

"Entiendo y de armas que te gustaría"

"Fácil quiero dos dagas cortas y rectas"

"¿Estás seguro?"

Tan solo asentí a su pregunta.

"Entonces con todo esto dicho empecemos con la ceremonia de bendición"

El dios Mictla aplaudió y todos los alrededores desaparecieron. La diosa Micte se puso frente a él con una distancia considerable ambos extendieron sus manos hacia adelante y del suelo salió, una especie de altar con sus cuatro lados llenos de escaleras y tallado en cada escalón una serie de palabras las cuales no entendía. Los pilares que se alzaban en el centro tenían tallados en ellos una serpiente, un águila, un jaguar y cocodrilo en ese orden. También se podía ver que encima de cada uno de ellos resplandecía una antorcha de un fuego rojizo oscuro. Entre las escaleras se podía notar unas pequeñas grietas en forma de equis, en cada esquina también se podía notar unas calaveras que brillaban de un blanco rojizo.

Ambos dioses siguieron con sus manos adelante hasta que termino de formarse la estructura. Al voltear a ver a los dos, como sus caras y su demás cuerpo comenzaron a brillar, pero no fue su cuerpo como tal, sino que aparecieron, tatuajes en forma de sus propios huesos los cuales brillaban. Después de un rato ambos bajaron sus manos en silencio y mirando uno al cielo y otro al suelo.

"Está todo listo para la ceremonia. Estas listo" grito el dios que asta en mismo espacio retumbó.

"Si estoy listo" también grite tratando de quitarme el miedo de encima.

"Entonces tu Atletl Zeia que has sido elegido para tomar este papel da un paso adelante"

Hice lo que se me pidió y con un paso firme me puse frente a las escaleras. Los dioses se pusieron a cada lado de mi tocando levemente mi espalda. Al sentir un pequeño empujón di mi primer paso para subir. Al hacer eso ellos también me siguieron. Llegando a la sima me dijeron que me quedara en el centro de la estructura donde un pequeño círculo conectaba con las líneas del suelo. Frente de mí también se encontraba una pequeña mesa que estaba vacía.

Ambos dioses con su piel cubierta con los tatuajes y sus trajes tradicionales se pararon detrás de la mesa y volvieron a preguntar.

"Estas seguro de que aun deseas hacer esto" ambas voces sonaron juntas sin ninguna expresión o sentimiento.

"Estoy seguro" respondí ya tomando mi decisión

"Entonces eso dicho prosigamos"

"Nosotros como dioses le pedimos a los cuatro animales sagrados que salgan y hagan su elección" gritaron aun con sus voces sonando como una sola

Cuando terminaron de hablar todo quedo en silencio. Iba a preguntar lo que se suponía que tenía que pasar cuando los cuatro pilares con los animales tallados comenzaron a moverse, poco a poco parte de los pilares se estaban cayendo, dejando ver a sus respectivos animales. El primero salió una serpiente con sus escamas color como la tierra con unos pequeños cuernos saliendo de su cabeza y una cola en forma de una sonaja o cascabel. El segundo salió un águila imponente de un café oscuro con su picó oscuro y sus garras amarillas más era mucho más grande que una normal lo mismo pasaba con la serpiente. Del tercero salió un jaguar con si piel anaranjada pero más oscura al igual era mucho más grande que uno normal y el último el cocodrilo que era más pequeño de lo que esperaba casi como un caimán su color era oscuro por completo más sus ojos eran rojizos.

"Todos ustedes que han respondido a nuestro llamado les suplicamos que decidan si es digno de ustedes" Dijo esta ves solo el dios Mictla mientras abría sus manos como para separarnos a todos

Mientras hacía eso los cuatro animales se acercaron y comenzaron a rodearme en círculos más el jaguar y el cocodrilo la serpiente se me quedo mirando como si fuera su comida mientras el águila voló por los alrededores. El jaguar se detuvo frente a mí y comenzó a olfatearme después de hacerlo se comenzó a frotar sobre mis piernas, como esperando que lo tocara. Cuando estire mi mano para hacerlo él se alejó y se fue corriendo a quien sabe dónde. El siguiente fue el cocodrilo que solamente se acercó me mordió y se fue más no provocó ningún dolor. En cuanto a la serpiente ella comenzó a enredarse en mis pies subiendo poco a poco hasta llegar alrededor de mi cuello.

Cuando la serpiente se acomodó el águila callo en picada, a donde estábamos así que extendí mi brazo para que se posara. Cuando aterrizo el águila tomo a la serpiente en una de sus garras apartándola de mí. Aleteo un poco más para ponerse en mejor posición y con su garra a un en ella la acerco a su cabeza la serpiente trató de morderla, pero fallo por unos centímetros. Al águila con un rápido movimiento mordió la cabeza de la serpiente separándola de su cuerpo. Después de hacer eso ella soltó su cuerpo como si fuese basura. En eso momento en águila se volvió a mover en mi brazo donde ella levantó una de sus garras y arañó con toda su fuerza. La sangre comenzó a salir de la herida me agaché sosteniendo mi brazo por el dolor apreté también mi puño con tanta fuerza que también comenzó a salir sangre de mi palma más no dolía como el rasguño.

"aaaaaauuuggghhhhhaaahhhh" El dolor fue tan intenso que no pude evitar gritar del dolor.

"Se supone que no tendría que sentir dolor" dije mientras apretaba mis dientes.

Después de algunos minutos de estar arrodillado sosteniéndome en brazo el dolor comenzaba a desaparecer. Vi en los alrededores donde estaba el círculo que ahora estaba con parte de mi sangre.

"Es hora del siguiente paso" dijo el dios de igual manera sin ningún sentimiento en sus palabras.

"Bríndame algo de tu sangre" decía eso mientras me acercaba una copa de cristal. Yo solo la tomé y deje que mi sangre la llenará hasta la mitad, se las pase y primero fue el dios al tomarla. La puso sobre la mesa tomando un cuchillo y se lo paso con la muñeca dejando que la sangre saliera asía la copa, después la diosa hizo lo mismo. Justo de que ellos asieran eso sacaron un pequeño tuvo donde un líquido transparente salió de él y callo en la copa. Con el mismo tubo revolvieron todo y me volvieron a pasar la copa.

"Por el mandato de la vida como de la muerte que sin uno no sería otro. Ambos que comparten un siclo del cual nadie puede escapar. Hoy te alzas tu Atletl Zeia para buscar y castigar. Bebe para que nuestros lazos sean uno"

Al terminar su oración, la cual repetían, acerque la copa a mis labios donde con tan solo unas gotas se sintió un sabor dulce. Así que comencé a tomar más y más hasta que todo el líquido se había ido de su interior. Ambos se callaron y extendieron sus manos en mi dirección. Comenzaron a hablar en un idioma o lenguaje diferente el cual no podía entender. Después de unos instantes una luz comenzó a salir de las manos de cada uno de ellos. Una era de un morado oscuro profundo y en otro era rojo con toques anaranjados.

Ambas luces comenzaron a fluir en mis alrededores en una forma circular. Las dos luces comenzaban a empujarse él una a la otra tratando de tomar el control entre sí. Así siguieron luchando hasta que llenaron todo mi alrededor con esa misma luz. Estaba encerrado como en una cúpula. Todo lo que podía ver era las luces que ya ahora estaban bailando una alado de la otra moviéndose libremente sin chocar.

Estire uno de mis dedos para poder tocarlo. Más antes de poder hacerlo unos pequeños hilos comenzaron a pegarse a mi cuerpo de donde la misma luz comenzó a moverse hacia mi interior. Muy poco a poco comenzó a entrar en mi interior. Así pasó un rato hasta que la última gota de luz entró. Cuando todo entró pude sentir como la sangre de mi cuerpo comenzaba a moverse dentro de mí con mucha más velocidad que la normal. Se sentía como cada segundo la sangre bombeada. Fuera de eso no pasó nada más.

"As hecho bien en sobrevivir" dijo el dios en un susurro y con una pequeña sonrisa

"El ritual ha terminado como te sientes" comenzó a decir la diosa ya con su tono normal algo preocupado.

"Un poco confuso por todo lo que tuve que hacer, pero bien"

"Me alegra mucho saber eso" respondió la diosa poniendo una mano en su pecho y soltando un suspiro de alivio"

"Que es lo que va a pasar a hora" pregunte Mientras revisaba mis brazos donde estaba la herida.

"Es hora de que ambos cumplas sus respectivos papeles" dijo el dios aún con su tono serio. Extendió su mano y dos puertas aparecieron delante de nosotros. Una era de piedra y en allá estaban tallados desde una gema hasta una clase de animal, con una perilla de oro, la otra era elegante de un blanco puro y con líneas doradas que se extendían desde el centro.

"Entonces es hora" dijo Lua con algo de lamento en su voz

"Muchas gracias por habernos explicado todo lo que iba a pasar" dije inclinando mi cabeza.

"Es solo nuestro deber" dijo el dios, sonriendo

Solo dijo eso y sonrió en nuestra dirección alejándose un poco para que nosotros nos pudieras despedir el uno del otro.

"Creo que hasta aquí llego nuestro viaje juntos" comencé diciendo algo abatido.

"Así párese, fue divertido mientras duró no crees" me respondió Lua con su voz algo cortada.

"Ay que dar lo mejor de nosotros para que nos volvamos a ver" Le dije con una pequeña sonrisa para que ella no fuera a llorar.

"Si" solo dijo eso y estiro su mano yo también estire la mía para poder estrecharla la de ella.

Ambos dioses se acercaron al lado de cada uno de nosotros y nos guiaron enfrente de nuestras respectivas puertas. Como lo suponía la mía era la de piedra y la de Lua la elegante. Entonces al mismo tiempo ambos tomamos la perilla y abrimos las puertas. Nos volteamos a ver una última vez y sonreímos entonces fue cuando ambos entramos.