Unos momentos después, mientras la criada de Aiden seguía inconsciente, Aiden corría lo más rápido posible hacia la ciudad, más precisamente, el bar.
Tenía que admitir que se sentía asustado y emocionado al mismo tiempo. Por un lado, estaba emocionado por revelar algunos de sus secretos a Emma, e incluso debatía si contarle todo o no esa noche.
Esconder esas cosas se estaba volviendo cada vez más difícil para Aiden, especialmente cuando hablaba con Emma. Estaba cansado de ser ese ser misterioso que sería frío e insensible con sus seres queridos. Tenía que acabar y él lo sabía mejor que nadie.
—Ah. Como sea, ya veremos cuando llegue. Es demasiado difícil decidirlo ahora.
Quería ver las reacciones que ella tendría cuando él revelara algunos de sus secretos, sería un buen indicador para él de si contarle todo o no.
***
—¡Ding!
Aiden empujó la puerta del bar de par en par, haciendo que la pequeña campana sujeta a la puerta sonara.
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