Después de terminar sus comidas, Zhang Yong, Zhao Wu y Zhuang Hua ya no conversaron más con Qiao Mei. Aún tenían que patrullar por la tarde para asegurar que no quedaran víctimas cercanas sin rescatar. Debían asegurarse de no dejar nada ni a nadie atrás.
Qiao Mei seguía de cerca a Xia Zhe en silencio. En una hora más, habría un segundo terremoto. En este momento, Qiao Mei no podía dejarlo en absoluto.
Qiao Mei seguía a Xia Zhe a donde quiera que iba. A estas alturas, muchas personas en la tropa podían decir que a esta joven le gustaba y él se sentía muy molesto con ella.
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