Después de despedirme de Kenji y Yujiro comencé a dirigirme con mi hija Pinoko, quien era muy triste al despedirse de Alexa. Llegando a la ciudad tomamos un tren que se dirijia a Fukusoka ya que mis clientes en la ciudad están completamente desesperados cuando llegan las noticias que los hospitales Japoneses se encuentran saturados y los mejores médicos del país fueron llamados para hacer tratamiento a los altos mandos retirados de la guerra, se dice que se está llevando una serie de peleas en la región de vietnam por lo que se tiene que tener en cuenta que muchos médicos tendrán que ser alistados para servir en el ejército, siendo sincero el que responda la llamada del ejercito ya es mucha cara para ese grupo de viejos bastardos.
Después de convencer a Pinoko que regresaríamos rápidamente lo cual en verdad no pensaba que se hiciera realidad, comenzamos a visitar a mis amigos y realizar operaciones durante un tiempo de dos semanas hasta que Kenji me llamo repentinamente lo cual, siendo sincero, me relajo mucho porque eso significa que me considera un amigo de confianza.
Por lo que regrese rápidamente después de recoger a Sharaku amigo de Pinoko que clamaba todos los días por conocer a los ogros de los que hablaba Pinoko todo el tiempo clamando derrotarlos ya que no eran más fuertes que el mismo.
Solo al entrar en las montañas una semana después para poder encontrar la casa de Yujiro nos perdimos tres veces, el camino está lleno de camiones de construcción y muchos niños pequeños que se dirigen gritando a sus amigos que no entremos al bosque por que los monstros nos comerán y luego vuelven a esconderse. Sharaku ya empezó a temblar mientras que Pinoko no para de burlarse de él, aunque nunca pensé que en vez de un amigo me consideraran un hombre de herramientas para contactar personas, un año después de ayudar a Yujiro y Kenji en la casa que estaban construyendo tuve que dejar el país y dirigirme a Vietnam por órdenes militares.
La señora Alexandra se dispuso a brindarme ayuda el tiempo que estuviera lejos al cuidar a Pinoko y Sharaku quien termino con cierta sombra mental el día que Yujiro lo utilizo como juguete para los tigres de sus hijos, estuvo todo el día temblando de miedo en una cueva cerca del bosque hasta que Kenji lo encontró y trajo de regreso amarrado como bolsa de basura. Pinoko quedo encantada por lo que solo pude suspirar y preocuparme que su amor por Yujiro nunca se realice por los problemas genéticos que tuvo durante su nacimiento sin poder experimentar lo que una joven podría.