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Un Extraño Encuentro

Los noticieros indicaban los eventos de la caída de un tren perteneciente a la empresa Lincox SAC los cuales sus representantes mencionaban que todo fue originado por un ataque terrorista que inició desde un error de enrutamiento; además indicaron tomar la responsabilidad de los viajes agendados y solicitaron apoyo del gobierno con respecto a los fallecidos en el incidente. Por otra parte, los reporteros en campo indicaban la salida de los sobrevivientes en autobuses con destino a Zaragoza. Esta vez el viaje era igualmente terrestre, pero en ómnibus.

Ya habían pasado rápidamente los dos días desde que habían sido rescatados aquellos pasajeros y sobrevivientes del tren; durante su estancia en el hotel hasta la actualidad fueron bien tratados.

Estando igual como al principio, los jóvenes estaban sentados dentro del vehículo esperando llegar pronto; sin embargo, antes solo Renato era el que estaba incómodo durante el viaje anterior, mas ahora Liam lo acompañaba en el duelo.

Creo que exageran chicos … ya pasó más de un día. - comentó Daniel.

Déjalos … parece que aún son unos niños si es que no pueden soportar algo como eso. - comentó Glen.

Oye, Aren … ¿es verdad que estaban desnudos? - preguntó Daniel.

Aren quien estaba al lado de la ventana acurrucado en su brazo y con una expresión desinteresada solo asintió.

Aunque aquel hecho no tuviera que haber sido más que un molesto momento, se alargó más, pues en las noticias salieron las fotos de aquel grupo desnudo con los empleados y un par de jóvenes desconcertados en medio de ellos. Sí, la imagen de aquellos jóvenes estaba manchada y esto se veía reflejado que los pasajeros en el autobús hablaban sobre el tema entre risas y burlas.

Mientras tanto, Renato habló agonizantemente.

- N-Nadie pregunta por lo que me hicieron …

Nadie hizo caso a sus palabras.

Estando en otro ómnibus, dos hombres estaban sentados uno al lado del otro. Uno de ellos tenía el cabello largo de color plateado, mientras que el otro era de cabello oscuro y corto.

Parece que Renato hizo amigos, ¿eh? - habló el de largos cabellos.

- Qué bien por él … por otro lado, ¿Qué estas planeando, Reiss? - preguntó el otro.

Oye … recuerda que me llamo Gajel ahora … además no lo digas en ese tono como si fuera a hacer algo malo.

No es como si no te conociera … además Vil ha fallecido y los otros dos los hemos enviado de regreso para que informen lo sucedido.

Según nos informó Renato, dijo que un monstro apareció con la cabeza de Vil … parece que también fue él quien se encargo del equipo de búsqueda en aquel lugar. - el varón de cabellos blancos sonrió al decirlo.

- Sabes … me da ganas de regresar a ese lugar nuevamente … quisiera ver como era esa criatura.

- Hahh … no me metas en tus asuntos. - respondió el joven de cabello corto.

- Ha ha ha … no puedo esperar llegar a Madrid. 

El viaje no tenía que durar más de unas cuantas horas, pero al ser temporada turística, el tráfico impedía que llegaran a tiempo tornándose el viaje en casi un día entero.

Pasaron dos días, las plazas, las avenidas y centros comerciales eran un espectáculo para la vista de los turistas y ciudadanos. Ciertamente la gran ciudad no podía ser comparada con Rivas o Luesia, pues era la capital de una de las regiones de España, Aragón. Con más de 900 km2 de superficie, contando con una población mayor a 600 mil ciudadanos bendecidos con el rio Ebro; esta capital había sido conservada y modernizada en el tiempo; sin embargo, era notorio la cantidad de áreas verdes que resaltaban aún más la ciudad, pues de esta forma se había detenido el avance desmedido de la industrialización y contaminación en la región.

Hahh hahh hahh … n-necesito llegar a un h-hospital … pronto … - jadeaba un niño de unos 11 años de cabello castaño oscuro; sus vestimentas eran notablemente sucias y desastrosas, parecía ser un joven mendigo quien padecía de algún dolor mientras recorría las calles siendo ignorado por la gente.

 Aquel pequeño trataba de seguir caminando en medio de las veredas de las calles; sin embargo, parecía no poder aguantar más. Lentamente su trote se convertía en pasos temblorosos.

Nadie de las personas que lo notaron trató de darle la mano a aquel niño; solo se podía ver sus rostros de incomodidad y fastidio.

Repentinamente se escucharon pasos fuertes detrás del joven, era un grupo de hombres vestidos discretamente, pero en sus rostros se podía ver una expresión de enojo y preocupación.

Algunos pensaron que podrían ser familiares del niño; no obstante, la expresión horrorizado del muchacho indicaba que aquellos hombres no tenían buenas intenciones.

 El joven al llegar a una esquina de la calle, trató de huir de ellos, pero, al momento de dar los primeros pasos, se chocó con una persona haciendo que cayera al piso.

Un joven de unos cuantos años más que el niño le tendió su mano.

Oye, ¿estas bien? - preguntó Liam.

¡Oye! ¡¿Qué fue eso?! - exclamó Glen quien al haber sido empujado por el niño también cayó al piso.

Ya ya … mira, solo es un niño … aunque … - comentó Daniel que a la vez se había percatado de la condición de aquel niño.

El muchacho fue ayudado por Liam para levantarse y mientras pasaba aquel grupo de hombres, alrededor de unos tres, se encontraron con Liam y el resto.

Aquellos hombres parecían no importarles con quien estaba aquel niño, solo querían tomarlo con ellos y, al tratar de hacerlo, Aren se pudo en medio de ellos y el niño.

- ¿Qué desean? - dijo Aren.

Uno de ellos respondió.

E-Ese niño … se escapó de casa … solo vamos a llevarlo de regreso.

¿Ese niño? ¿No creen que es una forma inusual de referirse a alguien que tratan de ayudar? - respondió Aren desafiantemente.

¡¿Q-Qué?! ¡¿Tú que tienes que ve-…?!

Antes de que aquel hombre terminara de quejarse, otro de los varones lo detuvo haciendo una seña con su cabeza.

P-Pero, Frank …

- No importa … yo le queda tiempo. - comentó el hombre.

Siendo así y entendiendo que estaban formando una escena frente al resto de transeúntes, aquellos hombres se retiraron sin más.

¡Hay que llamar a una ambulancia! - exclamó Daniel al ver que el niño se había desmayado.

Afortunadamente, uno de los transeúntes apoyó a los jóvenes indicando que había un hospital cerca; por tanto, aquellos cuatro jóvenes se fueron de inmediato.

Durante el camino, el grupo se encontró con Renato que venía de comprar algunos snacks. Este se sorprendió al verlos con tanto apresuro y llevando a un niño inconsciente con ellos.

Ahora … ¿Qué es lo que hicieron? - comentó Renato en voz baja mientras comía.

Sí, la escena no era nada común; sin embargo, los chicos se lo llevaron a Renato junto con ellos y le explicaron lo sucedido.

En serio chicos … parece que ustedes siempre están inmersos en problemas, ¿verdad? - comentó Renato habiendo pasado una hora y estando ya en el hospital.

Solo quisimos ayudar … si lo dejábamos solo quien podría saber lo que hubiera sucedido. - contestó Daniel.

Entonces … ¿Qué dice el médico? - preguntó Renato.

No lo sé … Aren fue el único que fue a ver al médico … ya que creen que él … es el tutor … - contestó Liam.

Es decir que … ¿piensan que el resto de ustedes son unos mocosos?

- …

Aquellos jóvenes que estaban a las afueras de una habitación observaron como se acercaba un joven de unos 20 años con cabellos largos y a su lado un hombre de bata blanca con una enfermera.

Aquel doctor saludo rápidamente y se retiró, pues parecía apresurado.

Entonces, ¿Qué dijo? - preguntó Glen.

Aren no dijo nada por unos segundos, pero luego comentó la triste noticia.

Sufre de pulmonía y parece tener heridas y golpes en sus costillas. Por la condición que se encuentra … es difícil de que lo revisen y operen si es que la pulmonía no lo mata primero … en fin, puede que hasta hoy o mañana resista.

¿Qué hay de su historial? ¿Encontraron a sus familiares o algún amigo? - preguntó Liam.

No … parece ser que no tiene historial médico o registros de haber ingresado a un hospital o centro médico alguna vez.

Eso es extraño … aunque pareciera un mendigo ¿realmente no tiene a nadie? - comentó Daniel.

¿Qué hay de los gastos médicos? ¿El seguro lo cubre? - preguntó Renato.

Todos lo miraron como si fuera el único fuera de lugar por preocuparse por el dinero.

- Oigan … ¿Por qué me miran feo? Solo digo que si no vemos eso, puede que lo boten hoy mismo sin nada de ayuda … no querrán verlo morir en la calle ¿verdad? - argumentó Renato.

Liam suspiró.

Tienes razón … hay que revisar eso … es lo menos que podemos hacer por él … por otro lado, ¿Cómo se llama? 

Todos quedaron algo desconcertados, pues nadie aún sabía el nombre del moribundo muchacho.

Marcelo …

Todos miraron a quien respondió.

Marcelo Quispe … alrededor de 11 años, aunque no hay partida de nacimiento, ni nada que pueda corroborarlo …

Entonces, Renato y yo iremos a buscar información del seguro; tal vez encontremos alguna ayuda … volveremos pronto. - comentó Glen.

¡¿Qué?! ¿Por qué yo?

- Vamos, deja de lloriquear. Haz algo útil por una vez en tu vida. - comentaba Glen mientras se lo llevaba agarrado del cuello a Renato.

Acordando esto, el grupo se dividió. Sin embargo, en la esquina del pasadizo se escuchaba a un hombre haciendo una llamada.

Encárguense de los dos primeros. - se escuchó decir a aquel hombre oculto en la esquina.

Pasaban los minutos y, como era usual, Glen y Renato eran paseados por el hospital buscando la información que necesitaban; no obstante, ambos se comportaron de manera extraña repentinamente.

Aquel par dejó de estar buscando ingenuamente y comenzó a dirigirse hacia los pisos superiores hasta llegar a la azotea.

 Estando los dos, en el lugar despejado y con una vista panorámica de la gran ciudad, se quedaron en silencio viendo el cielo.

De repente, el ambiente se tornó tenso.

Salgan de un vez … ¿creen que somo unos idiotas? - habló Glen en voz alta.

Nadie respondía.

Será mejor que salgan o iremos nosotros por ustedes. - agregó Renato.

Pasado los pocos segundos, dos hombres armados con pistolas y navajas salieron de las sombras en aquel piso. Solo el tercero de ellos salió de la puerta por donde habían ingresado Glen y Renato.

Wow … sabía que se ocultaban, pero ¿Cómo lograron subir hasta el quinto piso? … A excepción de ti … ya que usaste la puerta. - comentó Renato en forma despectiva burlesca hacia aquellos hombres.

¿? ¿Ustedes no eran …? - comentó Glen.

¿Los conoces? - agregó Renato.

Oh … así que son ustedes. Pensé que se habían rendido antes … ahora vienen armados hasta los dientes. - agregó Glen.

Antes de poder seguir hablando, el impacto de una bala en el piso a unos centímetros de ellos sorprendió a los jóvenes quienes podrían estar disimulando valentía.

Dejen la actuación, mocosos. Acaso no ven que están temblando. - habló el hombre quien había ingresado por la puerta.

¿Un … silenciador? - preguntó Glen en voz baja.

Sí, las pistolas parecían tener silenciadores para no llamar la atención innecesariamente.

Escuchen bien … no queremos más problemas, solo dejen el hospital tranquilamente y no regresen ni pregunten por ese niño ni avisen a nadie, hagan como si nunca lo hubieran conocido. Si lo hacen, podrán vivir tranquilamente. - dijo aquel hombre quien disparó con una sonrisa en su rostro.

Los jóvenes comenzaron a transpirar lentamente.

Ya veo … pues … es una pena. - contestó Glen.

Renato quedó sorprendido al escuchar esto.

Sí … es una pena para ustedes. - habló nuevamente el hombre, pero esta vez apuntando todos los demás a aquel par.

«¿Este tipo está loco? ¿Qué hago ahora?» pensó Renato. «Supongo que no tengo opción»

Sin dudar como en la primera vez, los tres hombres dispararon.

Mientras tanto, Liam, Daniel y Aren estaban en la recepción del tercer piso donde se encontraba el área de internado para pacientes donde esperaban a que regresaran Glen y Renato.

En serio, ¿Qué tanto se demoran? - comentó Daniel.

Sí … por otro lado, ¿el doctor dijo que podíamos hablar con él cuando se despertare? - preguntó Liam.

No … dijo que era mejor no verlo aún. - contestó Aren.

Como si se estuviera impacientando, Daniel no soportó más y se fue a buscar a aquel par.

Estando nuevamente solos Aren y Liam, este aprovechó para continuar aquel tema que dejó inconcluso.

Aren … quisiera hacerte una pregunta.

El joven de cabellos largos quedó escuchando.

Si tienes la voluntad de saber quienes fueron los que te inculparon por aquellos crímenes, avísame y te contaré sobre lo que sé de ellos. Si estas dispuesto te haré parte de un plan que tengo … seguramente nunca hayas escuchado de mí antes, pero tengo todos los recursos necesarios para actuar.

… ¿De qué hablas?

Sabes muy bien a lo que me refiero, no te pediré que me conteste ahora. Dos días … cuando nos vayamos en dos días a Madrid tal como la notificación de la agencia de viaje menciona, pediré tu respuesta.

El joven mostraba determinación en su mirada y palabras.

Entiendo. - respondió Aren.

En la terraza del hospital, se pudio escuchar el sonido del metal cayendo por la gravedad hasta el suelo, pero no con la velocidad de un disparo.

Los tres hombres quedaron sorprendidos al ver la escena después de lo que hicieron.

Ciertamente, aquellos disparos eran tan cercanos a su objetivo que se consideraría disparos a quemarropa, es decir, no podían fallar. No obstante, no hubo rastros de sangre ni heridos retorciéndose en el suelo, solo estaba la figura de dos jóvenes donde uno de ellos sostenía una espada con su funda que tapaba su rostro y otro joven con una espada desenvainada quien estaba en posición de defensa.

La escena era no creíble para aquellos hombres. Solo una pregunta se mantenía en la mente de ellos.

«¿De dónde salieron esas espadas?»

Glen y Renato estaban en posición para el contrataque.