CAPITULO 12: EL ABUELO HA REGRESADO PARTE 2

Cuando Adrián lo escucho, supo que algo había pasado, para que el esposo de la abuela regresara tan pronto. Fue por eso que quizás los de afuera estaban con una mirada feroz, Adrián no lo sabía. 

Se sentó a un lado, mientras adentro se escuchaba como la abuela cantaba para su esposo, Adrián tenia que admitir que su canto era bonito, incluso podía sentirse relajado. 

Cuando el canto termino una voz vino desde la casa.

"Entren esclavos" – Fue la abuela quien los llamaba, cuando los dos entraron.

Adrián pudo sentir una gran cantidad de corrientes de Qi en el aire.

Cuando regreso su mirada, pudo ver aun anciano sentado, el anciano tenia pelo y barba blanca, además de una sonrisa agradable. De lo que Adrián podía sentir, el anciano era mucho mas fuerte que la pareja que encontró donde el Boticario Gu.

"El sexto nivel de la condensación del Qi" – Fue lo que pensó Adrián, no había otra forma de decirlo, la diferencia entre los dos era demasiado grande. Si Adrián pudiera absorberlo, por lo menos podría llenar 2 aperturas más. 

Cuando ambos se sentaron enfrente del Abuelo, el observo a Adrián con una mirada seria, quizás para los demás, veían a Adrián como un simple esclavo, pero el Abuelo podía sentir pequeñas corrientes de Qi espiritual viniendo de Adrián. 

"Cariño y Nieto Ma, déjenos solos un momento" – La voz del anciano era amable, ambos retrocedieron y salieron de la casa.

La anciana se puso a conversar con los hombres de afuera, mientras que el Joven Ma se ponía al lado de un conocido.

Adrián supo que algo andaba mal, una fuerte sensación de peligro vino desde el aura del anciano, Adrián estaba preparado para cualquier movimiento, incluso si eso ponía su vida en riesgo. Sujeto su daga con fuerza.

El anciano solo dio una sonrisa, podía ver que Adrián era feroz, y muy cauteloso, como si hubiera sido criado por lobos salvajes.

"Cuando mi esposa me hablo de ti, pensé que solo serias un niño, pero parece que también eres un cultivador, no puedo saber que cultivo tienes, pero puedo ver rastros de Qi por todo tu cuerpo, si quieres esconder tu fuerza, es mejor que no dejes nada suelto" – El anciano hablo, como si estuviera aconsejando a Adrián.

Adrián solo asintió, sabia que debía tener mucho mas cuidado, y que personas mas fuertes, podían ver cualquier error que había cometido. 

Al ver tal reacción, el anciano no dijo nada, parecía que Adrián no era muy hablador. 

"Puede ser que no lo supieras, pero ese collar solo esta para controlar a los mortales, una vez que alcanzas el primer nivel de la condensación del Qi, puedes romperlo fácilmente, no se si lo sabias, o decidiste permanecer aquí, sea cual sea la razón, si gustas puedes quedarte en mi casa, pero será mejor que contribuyas, mi esposa ya te debió explicar cómo era el asunto"

Adrián se quedo un poco pensativo, sentía que podía romper el collar cuando quisiera, aunque hoy sus pensamientos fueron confirmados, pero a la vez, no tenia a donde ir, además, que la abuela le había salvado, si no fuera por la píldora que recibió, hubiera muerto por la acumulación de moretones por todo su cuerpo. 

Por lo cual decidido quedarse en este lugar, para poder conocer toda la ciudad, además sabía que, si quería ser más fuerte, tenía que conseguir píldoras purificadoras, para que los moretones no afecten su camino de cultivación.

Los moretones eran raros, aparecían en cualquier parte del cuerpo, incluso podía sentirlos en sus órganos, no sabía que pasaría si llegaba a cubrirse de ellos, y tampoco quería experimentarlo. 

Se formaban en cualquier cultivador, solo bastaba con absorber la energía del ambiente para que este surtiera efecto, era como si algo estuviera contaminado. 

Después de estar pensativo un rato, Adrián quiso decir algo, pero el anciano le interrumpió. 

"Partiremos en dos días hacia la ciudad prohibida, esta vez nos acompañaras y cuidaras a tu hermano mayor Ma"

Adrián asintió, sabia que esto era una de las labores que debía realizar si quería quedarse en esta casa. 

Después de notar que Adrián no iba a conversar mucho, lo dejo marcharse. Luego empezó una fiesta, los hombres de afuera entraron y la abuela preparo un montón de comida.