NOTA 1: Los derechos de la serie Tenchi Universe NO me pertenecen. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.
NOTA 2: Esta historia contiene escenas de tipo LEMON (descripciones explicitas de contenido sexual) por lo que no es apto para menores de 18 años.
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Washu Hakubi, la autoproclamada "Mayor Genio Científico del Universo", estaba de pie ante la puerta del cuarto de Ayeka, con las manos en las caderas, una radiante sonrisa de oreja a oreja y una mirada mortalmente decidida, vistiendo una bata de ceda roja con una "W" bordada en dorado al lado del corazón.
— Pero miren nada más — comentó la mujer, ampliando aún más su sonrisa mientras miraba al trio acurrucado juntos en el futón, mirándola como si fueran conejos encandilados por los faros de un automóvil — A juzgar por el pesado olor a sexo que impregna el cuarto y el estado desastrado de los tres, lo pasaron muy bien anoche; y por el trabajo manual que le están haciendo a Tenchi ahora, todo indica que van por otra ronda — finalizó torciendo un poco la sonrisa.
Solo en ese momento Ryoko y Ayeka cayeron en cuenta de que seguían sosteniendo el miembro de Tenchi en las manos. Ambas mujeres se pusieron rojas en el acto y en cosa de segundos tomaron la tapa de futón y tiraron de ella para cubrir la masculinidad de Tenchi y a ellas mismas lo mejor que podían.
— ¿Qué haces entrando a mi cuarto de esta forma Washu? Es una total falta de respeto hacia mi intimidad — manejó decir Ayeka, aun aferrada a Tenchi.
— ¿De qué intimidad me hablas Ayeka? Gemías tan fuerte que incluso te escuché en mi laboratorio, y eso que está en una dimensión paralela — comentó una divertida Washu, haciendo que el sonrojo de Ayeka subiera un escalón, mientras extendía las manos al frente haciendo que apareciera ante ella su terminal de computadora, para dar "play" a una grabación.
Segundos después los potentes gemidos de Ayeka pudieron ser escuchados por todo el cuarto, para la diversión de la pequeña científica y el horror y la vergüenza de la princesa de Jurai, que dio un lastimero chillido y ocultó su rostro en el pecho de Tenchi, totalmente avergonzada.
— Esto fue un desarrollo muy interesante. Considerado su estricta crianza y añejas normas de conducta real, creí que Ayeka sería mucho más recatada a la hora del sexo, pero resultó ser todo lo contrario. ¿Quién imaginaría que sería tan gritona? ¿O tú eres demasiado bueno en la cama, Tenchi? ¿Tal vez las dos?
— Washu — fue todo lo que dijo Tenchi, mirando seriamente a la pequeña científica.
Washu captó de inmediato la advertencia en la voz y los ojos de Tenchi, que la estaba fulminando con la mirada en ese momento. Con ese solo gesto, él le dejó claro que estaba cruzando una línea ahí y que debía parar ahora mismo. Washu comprendió que Tenchi no iba a aceptar nada que pudiera lastimar a Ayeka, aunque fuera una simple "broma". Eso hablaba bien de él. Paró la grabación.
Tenchi abrazó a Ayeka y besó su frente mientras le susurraba palabras al oído y le frotaba la espalda para confortarla. Washu no pudo dejar de dar una mirada de añoranza ante ese gesto de cariño. Al otro lado de Tenchi, Ryoko desviaba la mirada a un lado mientras se rascaba la mejilla con una pequeña sonrisa en los labios. Para ella también fue una sorpresa ver lo escandalosa que era la princesa de Jurai. Washu estrechó un poco los ojos ante la sonrisa de la pirata espacial.
— Ejem, en todo caso y en una nota más personal, no puedo negar que hiciste muy orgullosa a tu madre, Ryoko. Finalmente, luego de miles de años de celibato, perdiste tú virginidad y te convertiste en toda una mujer — dijo Washu, llorando de emoción.
— ¡Oye! — reclamó una ofendida Ryoko.
— Incluso lo grabe todo para la posteridad — añadió con emoción, dando "Play" en su consola, luego de lo cual apareció una proyección de Ryoko cabalgando a Tenchi, empalándose a sí misma, mientras gemía con la cabeza y la espalda arqueadas hacia atrás.
— ¡!Washu!! — estallaron Tenchi y Ryoko, el primero mirando en forma asesina a la pequeña científica y la segunda poniéndose de pie de un salto.
— Borra esa grabación ahora mismo — demandó una desnuda Ryoko de pie sobre el futón, con las piernas separadas y los puños en alto mientras enseñaba los dientes, en una posición lista para saltar a la pelea.
Washu paró la grabación y luego le dedicó una seria mirada a Ryoko, ladeó un poco la cabeza y arqueó una ceja mirando apreciativamente la parte media de su belicosa hija.
— ¿Qué? — preguntó Ryoko.
— Se te está escurriendo — comentó simplemente Washu.
Ryoko abrió los ojos como platos antes de mirar hacia abajo y ver que efectivamente, una sustancia lechosa se estaba escurriendo por uno de sus muslos internos. Su cara se puso totalmente roja, echando vapor por las orejas y en una fracción de segundos saltó al lado de Tenchi, cubriéndose sus partes mientras el joven Masaki miró a Washu con la mirada más seria que le había dado nunca en su vida.
— No sé qué pretendes Washu, pero termina con esto ahora mismo — demandó Tenchi.
Washu resistió su mirada y vio como él estrechaba contra su pecho a Ryoko, de la misma forma protectora y posesiva con la que momentos atrás había tomado a Ayeka. Pudo ver y sentir que su preocupación era sincera e igual para ambas mujeres. Sonrió al ver que en los ojos de Tenchi no había favoritismo por ninguna de ellas. Eso era precisamente lo que quería comprobar, lo que la dejaba tranquila, lo que le permitiría seguir adelante sin temor, porque sabía que él sería justo.
— Está bien, tranquilo Tenchi. Solo estaba haciendo algo de tiempo para que ella alcanzara a llegar a esta importante conversación — dijo Washu levantando las manos en son de paz.
— ¿Ella? — cuestionó Tenchi.
Washu no alcanzó a responder cuando comenzó a escucharse el sonido de algo cayendo, haciendo que Tenchi, Ryoko y Ayeka levantaran la cabeza mirando extrañados hacia arriba, para unos segundos después sentirse el fuerte estruendo de algo cayendo en medio de la laguna junto a la casa y luego una cortina de agua cayendo producto del mismo impacto.
— Ya llegó — dijo Washu con una sonrisa.
— ¿Qué fue eso? — preguntó un aturdido Tenchi, aun sosteniendo en brazos a las dos mujeres, que estaban tan aturdidas y sorprendidas como él.
— Mihoshi — fue lo único que dijo en respuesta la pequeña científica.
— ¿Qué? ¿Mihoshi? — preguntó Tenchi, sorprendido.
— Sí, la llamé para pedirle que regresara y para mi total sorpresa; de alguna forma retorcida que escapa a todas las leyes de la lógica, Mihoshi estrelló su nave de frente con la nave del criminal que se suponía que debía buscar, apenas dejó el sistema solar. Estuvo los últimos días en los cuarteles de la Policía Galáctica, llenando informes y esperando que repararan su nave — comentó Washu.
— Ok. Suficiente de esto Washu. Por favor sal de aquí y déjanos solos un momento — dijo un ya cabreado Tenchi, con la seria intensión de ponerse de pie para tomar algo de ropa para él y las chicas, y estar un poco más presentables al momento de salir del cuarto para ir a tomar un necesario baño.
— No Tenchi. Creo que es mejor que nos quedemos todos aquí en este cuarto. Después de todo, es sobre lo que ustedes han estado haciendo desde ayer de lo que quiero hablar — indicó la científica.
— ¿A qué te refieres? — peguntó un ceñudo Tenchi a medio camino de ponerse de pie, con una avergonzada pero igualmente ceñuda Ayeka a un lado y una mortificada Ryoko al otro, que apenas podía levantar la mirada, su cara totalmente roja por causa de su accidente segundos atrás.
— Me refiero a ustedes tres juntos en ese futón, compartiendo un acto tan íntimo sin ningún tipo de pelea o problema, totalmente bien con todo lo que eso implica — comentó Washu, deteniendo cualquier comentario que Tenchi o las chicas fueran a hacer. Pero la pequeña científica no había terminado aún — Si esas dos están junto a ti compartiendo la cama, eso quiere decir que por fin dejaron de perder el tiempo con peleas estúpidas, enterraron el hacha de guerra, arreglaron sus diferencias y decidieron seguir adelante como dos adultas. Si tú estás ahí entre ellas Tenchi, aceptando esto, aceptando las oportunidades que la vida te ofrece, significa que finalmente dejaste de dudar y abordaste las cosas como todo un hombre.
Tenchi y las chicas quedaron congelados ante las palabras de Washu, ya que decía la verdad y había descrito la situación de los tres tal cual había ocurrido. Pero Washu estaba lejos de terminar.
— Me alegra que finalmente hayas asumido tus sentimientos y arreglaras las cosas con esas dos, porque eso me permite ahora expresar mis propios sentimientos.
— ¿Washu? — preguntó un impactado Tenchi, ante las palabras de la pequeña científica.
— Te hablé sobre mi pasado hace un tiempo, Tenchi. Sabes que estuve casada una vez y sabes que las cosas resultaron mal para mí. Fui despreciada y me quitaron lo más valioso que jamás tuve — dijo Washu con verdadera emoción al pensar en su hijo que nunca más volvió a ver. Se mordió el labio ante ese recuerdo, pero lo apartó de su mente para continuar — Cerré mi corazón desde ese día, decidida a no volver a sufrir de esa forma nunca más y me dediqué por entero a mi investigación. Nunca volví a pensar en volver a tener una pareja, hasta que te conocí.
Washu miró fijamente a Tenchi, obsequiándole una sonrisa, la sonrisa más sincera y hermosa que el joven Masaki jamás vio en los labios de la pequeña científica.
— En un inicio me interesaste como objeto de estudio, pero con el tiempo mi interés por ti cambió. No sé cómo o cuando, pero en algún momento me enamoré de ti — reconoció Washu, ampliando su sonrisa — Quiero estar contigo Tenchi, quiero ser tu mujer, al igual que esas dos lo son ahora.
Tenchi quedó petrificado al escuchar las palabras de Washu. Podía ver en los ojos de la pequeña científica que todo lo dicho por ella era completamente verídico. Ella en verdad lo amaba. El corazón de Tenchi comenzó a latir desbocado ante la realización de que otro de sus deseos podía volverse realidad. Pero los pensamientos de Tenchi, fueron interrumpidos por ruidos en la planta baja y luego a Mihoshi llamándolos a viva voz. Washu sonrió y se acercó a la puerta para hablar.
— Acá arriba Mihoshi. En el cuarto de Ayeka — llamó Washu, para luego mirar a Tenchi, que seguía congelado luego de su confesión. En ese momento la pequeña mujer sonrió en forma traviesa, decidiendo relajar un poco el ambiente — Por cierto Tenchi, también estoy dispuesta a darte un hijo si así lo deseas.
Con esas palabas, Washu desató el cinturón de su bata de seda roja, dejándola caer a sus pies, revelando que vestía un infartaste conjunto de lencería de encaje negro, con un portaligas a la cadera, ligas de rejilla y una cinta negra en el cuello, con un broche dorado con una pequeña cadena, desde la que colgaba un pequeño cangrejo igualmente dorado.
Tenchi fue sacado bruscamente de su estado casi ausente, por la reveladora vestimenta de Washu. Demás está decir que tanto Ryoko como Ayeka, estaban igual de sorprendidas por la impactante revelación de los sentimientos de Washu y por su escandalosa lencería de encaje. Igualmente toda vergüenza o enfado por las cosas que la pequeña científica hizo, quedaron de lado, solo para quedarse viéndola con la boca abierta. Fue en ese momento que Mihoshi ingresó al cuarto de Ayeka y se encontró con la visión más bizarra de toda su vida.
El olor a sexo en el cuarto era realmente pesado y pegajoso, a un lado de ella, Washu vestía un conjunto de lencería descaradamente sexy y de forma tan provocativa, que no dejaba de ponerla un poco celosa. Al frente, metidos en un futón estaba Tenchi, desnudo, impactado y visiblemente cansado, con algunos arañazos en el pecho y unas cuantas marcas de chupetones. Ryoko igualmente desnuda a un lado, viéndose como si hubiera corrido un triatlón, con el cabello echo un desastre y al otro lado una igualmente desnuda y cansada Ayeka, con un mechón de cabello parado hacia arriba como si fuera una antena, una de sus coletas desarmada y desparramada por su hombro y espalada, en general, viéndose tan desastrada como Ryoko, pero con un aire de felicidad igual al de la pirata espacial.
Es cierto que Mihoshi no era la más inteligente de su familia, era bastante tonta en realidad, pero no tan tonta como todos parecían creer. Con un solo vistazo en ese cuarto, la rubia policía supo lo que estaba pasando ahí. Supo que las cosas finalmente habían dejado el bucle en el que estuvieron por tanto tiempo. Las cosas habían avanzado, tal vez más rápido de lo que ella hubiera esperado, pero estaba bien. Finalmente las cosas habían cambiado.
— Parece que se divirtieron mucho mientas yo no estuve — comentó Mihoshi con una de sus tradicionales sonrisas.
— Podrías decir eso. Estos tres han estado follando como conejos desde ayer — dijo Washu, con una sonrisa divertida.
— ¡¡Washu!! — estalló el trió aludido, saliendo del impacto por las palabras de Washu y de su provocadora forma de casi no vestir.
— No es como si pudieran negarlo — comentó Washu, encogiéndose de hombros.
— Entonces, ¿esto quiere decir que Tenchi finalmente dejó de dudar y tomó a Ryoko y Ayeka como parejas y futuras esposas? — comentó Mihoshi.
— Supones bien — concordó Washu.
— Espera, tú… ¿Cómo…? — intentó decir una sorprendida Ayeka.
— ¿Cómo sabes eso? — preguntó Tenchi, haciendo audible la pregunta a medio formular de Ayeka.
— Soy policía, ¿sabes? Conozco las leyes y sé que como parte de la familia real de Jurai, tienes la facultad de casarte con más de una mujer. Los matrimonios políticos son importantes para formar alianzas y mantener buenas relaciones entre familias y reinos rivales. Por eso es normal para un noble de tu alcurnia tener más de una esposa — comentó Mihoshi.
Tenchi miró a la rubia policía con la boca abierta por su declaración. ¿Ella lo sabía? ¿Mihoshi supo esto todo el tiempo? Tenchi colgó la cabeza hacia adelante derrotado, sintiéndose como el idiota más grande de todos los tiempos.
— Y es por eso que te llamé, Mihoshi. Yo amo a Tenchi. Acabo de declarar que quiero ser su mujer y pasar el resto de mi vida junto a él como su tercera esposa, si me acepta ¿Qué hay de ti? — preguntó Washu mirando a la policía.
Mihoshi miró a una muy sexy y provocativa Washu y luego a Tenchi en el futón, junto a unas desnudas Ayeka y Ryoko a cada lado. La rubia policía no necesitó pensarlo y de pronto comenzó a quitarse el uniforme y dejarlo caer a un lado.
— ¿Mihoshi qué haces? — preguntó un ya infinitamente sorprendido Tenchi.
— Todos están desnudos aquí, no puedo ser la única vestida — respondió simplemente la rubia.
Tenchi miró con los ojos como platos como Mihoshi se desprendiendo rápidamente de su uniforme de policía y de su linda ropa interior de encaje blanca, para quedar completamente desnuda, revelando una figura simplemente impresionante. Mihoshi miró a Tenchi con la sonrisa más linda que alguna vez le dio y habló.
— Te amo Tenchi. Te amo desde hace mucho tiempo. Quiero estar a tu lado como tu mujer. No tengo problema en ser la cuarta esposa, o tu concubina si así lo prefieres. Mientras pueda estar junto a ti, estaré feliz — declaró la emocionada policía.
— Vaya, que directa Mihoshi. Me gusta eso — aprobó Washu, poniéndose de pie junto a una desnuda Mihoshi, mirando a Tenchi y las dos primeras mujeres, con una sonrisa de dientes.
Tenchi estaba más allá de la sorpresa, mientras que Ryoko y Ayeka compartieron una mirada. Ellas no eran tontas ni ciegas. Conocían muy bien los sentimientos de esas dos y podían sentir también que Tenchi devolvía esos sentimientos. Sabían que esto pasaría, solo que no esperaron que ocurriera mientras aun estuvieran metidos en un futón, con los vestigios de su pasión impregnados en sus cuerpos, o en el caso de Ryoko, goteando de su entrepierna.
— Será una larga mañana — comentó Ayeka con cansancio.
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Era entrada la tarde y el cielo comenzaba a oscurecer mientras una suave brisa refrescaba el lugar. Tenchi, que estaba sentado en el porche de la casa, cerró los ojos y disfrutó de la brisa que daba en su cara e inspiró con satisfacción. Estaba feliz, como nunca antes en su vida.
Hace solo unos días sus sentimientos eran un mar de confusión, lo abrumaba la intranquilidad y el miedo a dejarse llevar y cometer un error. Su principal preocupación era mantener el Status Quo, algo que tristemente mantuvo por demasiado tiempo. Finalmente habían sido Ryoko y Ayeka las que tomaron cartas en el asunto para poner fin a esa situación que él había creado por su propia indecisión. Ambas mujeres habían sido mucho más maduras que él, lograron hacer las paces entre ellas, aceptando que él las amaba a ambas por igual y asumiendo que de ahora en adelante tendrían una relación poliamorosa. Y para su completa sorpresa, cuando aún estaba haciéndose a la idea de estar con dos mujeres a la vez, se sumaron Washu y Mihoshi.
¿Qué pensaría su padre cuando se enterara que actualmente tenía una relación con Ryoko, Ayeka, Washu y Mihoshi? ¿Qué pensaría cuando se enterara que tenía planes de casarse con todas ellas dentro de poco? Obviamente se sorprendería, luego se alegraría, le diría que siente envidia de él por tener a tantas mujeres hermosas y luego le pediría nietos. Pero lo que realmente le preocupaba era su abuelo, ¿qué pensaría él?
La opinión y el apoyo de su abuelo aquí era algo fundamental. Su abuelo Yosho es heredero directo al trono de Jurai, además vivió en Jurai toda su vida, por lo que debe comprender mucho mejor que él su situación y no debería sentirse extrañado al verlo querer tomar más de una esposa. Confiaba en que su abuelo comprendiera sus sentimientos por estas cuatro mujeres que habían transformado su mundo, además necesitaría su ayuda y consejo para llevar a buen puerto este matrimonio múltiple. También esperaba que su abuelo lo ayudara con el padre de Ayeka, para obtener la mano de la princesa en matrimonio sin demasiados inconvenientes.
Ciertamente esto de un matrimonio múltiple no es algo común en la tierra; sabía que se practicó por algunas culturas en la antigüedad, pero ahora estaba en desuso. No tenía un marco de referencia para saber cómo manejar las cosas. Si estar casado con una sola mujer es algo que te hace tener las manos llenas, hacerlo con cuatro mujeres a la vez podía traerle grandes dolores de cabeza, pero ya había tomado su decisión. Quería a las chicas en su vida, a todas ellas. Sonrió.
Luego de un día y una noche bastante agitada, Ryoko, Ayeka y él, habían llegado a un punto de equilibrio donde las cosas habían quedo claras para los tres y sabían a grandes rasgos cómo encausarían su relación de ahora en adelante. El que una entusiasmada Washu en un "casi-no-se-ve-conjunto-de-lencería-sexy" apareciera de pronto ante ellos, seguida de una muy dispuesta Mihoshi complicó un poco las cosas, pero nuevamente, no podía negar que también sentía algo por esas dos.
La conversación que siguió a eso fue larga, sincera y muy reveladora para todos. No se guardaron nada, ninguno de ellos, eso era algo fundamental para este nuevo estilo de vida que pretendían sacar adelante. Y aquí estaba ahora, a dos días de esa larga y sincera conversación que tuvieron todos en el cuarto de Ayeka, aun tratando de acostumbrarse a la idea de que ahora tenía cuatro novias, con las que tenía la intención de casarse más pronto que tarde. ¿Cómo pudo pasar todo esto?... Sí fue todo por un abrazo a Ryoko. Sonrió.
Sí, definitivamente su vida había cambiado por completo y tomando en cuenta lo distintas que eran las personalidades y formas de ser de las chicas, las cosas solo se iban a poner más interesantes o caóticas para él. No podía negar que por variedad no se iba a quedar. Y todo eso se aplicaba también a la intimidad.
Estar con Ryoko y Ayeka por separado fue algo realmente impresionante, algo que iba más allá de todo lo que hubiera imaginado alguna vez. Estar con las dos al mismo tiempo, había elevado esa apreciación a niveles aún mayores. Luego, cuando Mihoshi y Washu se sumaron a los juegos, la verdad aun no sabía cómo había sobrevivido a eso. Ciertamente no se quejaba, estar al mismo tiempo con cuatro hermosas mujeres era el sueño erótico de cualquier hombre, pero todas estuvieron de acuerdo en que, si bien estar todos juntos era divertido, habían llegado a la conclusión de que cada una también quería un tiempo a solas con él. Se sintió inmensamente feliz con eso, ya que estaba seguro de que no sobreviviría al primer mes de matrimonio, con las cuatro en la cama exigiendo que cumpliera con sus deberes conyugales al mismo tiempo.
"Debo tener un día o dos para descansar a la semana o esas cuatro me van a dejar seco" pensó Tenchi con algo de temor.
— ¿Qué haces Tenchi? — preguntó Ryoko flotando hacia él, surgiendo desde el camino de entre los árboles que lleva a la carretera al pueblo.
Tenchi fue sacado de sus pensamientos al ver a la pirata espacial flotando hacia él con esa sonrisa traviesa había aprendido a amar hace ya tanto tiempo.
— Solo tomaba un poco de aire — respondió Tenchi con una sonrisa, mientras la pirata espacial se sentaba junto a él, dándole un beso en los labios.
— ¿Quieres un poco de sake? Es del bueno — dijo Ryoko divertida, mientras levantaba la botella que cargaba en una de sus manos, mientras se apegaba a él en forma muy sugerente, dándole una clara invitación a hacer algo más que beber un poco de sake.
Tenchi sonrió un tanto nervioso a su novia. La idea no dejaba de ser tentadora, pero si debía ser sincero, su pequeño amigo había estado trabajando horas extra estos días, por lo que se tenía ganado un merecido descanso. Satisfacer a cuatro mujeres puede ser algo muy exigente. Por mucho linaje de Jurai que corra por sus venas dando capacidades físicas excepcionales, también tenía que descansar para recargar las baterías.
— En realidad yo le había ofrecido té antes de que tu llegaras, Ryoko — dijo Ayeka acercándose con una bandeja con una tetera y unas tazas que dejó junto a ellos, mientras se sentaba al otro lado de Tenchi, arrancando un puchero de Ryoko, que dejó su botella de sake a un lado para más tarde.
— Gracias Ayeka. Me vendrá bien esto — respondió Tenchi con una sonrisa gentil a su otra novia, la que se había decidido por unanimidad que sería su primera esposa.
Sorprendentemente, Ryoko no se había opuesto a la idea de que Ayeka fuera la primera esposa. Luego entendió el por qué. La primera esposa es la que debe carga con la mayoría de las responsabilidades oficiales y eso, definitivamente no es del gusto de la pirata espacial, de hecho, es algo a lo que Ryoko estaba feliz de hacerle el quite. En cuanto a Mihoshi, es demasiado torpe como para dejarla manejar algo de eso y Washu ni siquiera lo consideró. Ayeka era la opción ideal y de hecho, estaba feliz con la idea. Además, siendo sinceros, Ayeka había nacido para cumplir ese papel.
— Por cierto, ¿Dónde están Mihoshi y Washu? — preguntó Ryoko.
— Mihoshi está en la sala viendo un programa de televisión y Washu está encerrada en su laboratorio haciendo solo dios sabe qué — respondió Ayeka, pasándole una taza de té a Tenchi y luego otra a Ryoko, la que sorprendentemente la aceptó sin hacer problemas.
Ryoko le dio un sorbo al té y debió reconocer que estaba bastante bueno. Ayeka sabía cómo preparar un buen té. Tenchi sonrió complacido luego de darle un sorbo al té y estaba por hacer un comentario a Ayeka cuando se escuchó un grito detrás de ella.
— ¡¡LO TERMINÉ!! — gritó Washu, parada en una pose de victoria con los brazos en alto y una sonrisa de oreja a oreja.
El trio sentando en el porche de la casa dio un salto en sorpresa por el potente grito, haciendo de paso que las tazas de té saltaran volando de sus manos. El trió se giró, aun sin terminar de reaccionar del todo, cuando Washu se fue sobre Tenchi y en un rápido movimiento, le inyectó algo en el cuello con una jeringa automática que tenía la apariencia de una pequeña pistola, con un pequeño contenedor de vidrio con un líquido de color verde fosforescente.
— ¿Qué fue eso? — preguntó un alarmado Tenchi, llevándose una mano al cuello.
— ¿¿QUE LE INYECTASTE A TENCHI?? — estallaron Ryoko y Ayeka.
— Tranquilas niñas. No fue nada malo, de hecho, fue todo lo contrario — dijo Washu con una sonrisa de traviesa satisfacción en los labios.
— ¿Qué pasa? ¿Por qué tanto alboroto? — preguntó una curiosa Mihoshi llegando desde la sala.
— Washu le inyectó algo en el cuello a Tenchi — dijo Ayeka en forma acusadora.
— No me mires así Ayeka — la despidió Washu con un movimiento de mano.
— ¿Qué le inyectaste a Tenchi? — demandó Ryoko con los dientes apretados de pie junto al aludido, mientras le daba una mirada asesina a la pequeña científica residente.
Washu amplió su sonrió ante la pregunta de Ryoko. Por su parte Tenchi se estremeció y tragó sonoramente. Tenía el presentimiento de que no le iba a gustar lo que Washu tenía que decir.
— Todas sabemos que Tenchi está muy cansado luego de estar dándonos su amor sin parar los pasados dos días. Es cierto que sus genes como descendiente de la casta real de Jurai le dan mayor fuerza, vitalidad y resistencia, pero aun así, satisfacer los deseos lujuriosos de cuatro mujeres muy dispuestas a la vez, le pasa la cuenta a cualquiera. Fue por eso que acordamos darle un tiempo para que se pueda recuperar, en primer lugar — explicó Washu.
Ryoko, Ayeka y Mihoshi se sonrojaron en el acto por las palabras de Washu, ya que eran ciertas. Habían pasado los dos últimos días en una agradable, intoxicante e interminable sesión de sexo, donde se lo habían pasado bastante bien cansando al pobre Tenchi con sus atenciones.
— ¿Qué me inyectaste? — preguntó Tenchi preocupado por la respuesta.
— Tranquilo Tenchi. Solo es un compuesto cargado de vitaminas y minerales que te ayudarán a recuperar tu fuerza y vitalidad de forma casi instantánea. De hecho, ya deberías estar sintiendo los efectos — señaló Washu.
Tenchi quitó la mano del cuello mientras evaluaba su cuerpo y se dio cuenta de que Washu tenía razón. Su cansancio ya no estaba, se sentía revitalizado y fuerte. Incluso su cansado y adolorido pequeño amigo se había recuperado. Incluso podía sentir como se iba poniendo duro otra vez, mientras un calor comenzaba a subir por su cuerpo… espera, ¿qué?
— ¿Washu? — preguntó Tenchi, con la respiración volviéndose un poco más pesada.
Por respuesta la pequeña científica le dio una sonrisa mostrando todos sus dientes, para luego poner la jeringa automática en su cuello e inyectarse ella misma, ante la sorpresa de todos los presentes, lanzándole luego el aparato a Mihoshi.
— Washu… ¿¿Qué tiene esa cosa?? — preguntaron Tenchi, Ayeka y Ryoko ya oficialmente preocupados. Tenchi con la respiración aún más pesada y el cuerpo mucho más caliente.
— Ya les dije. Es un compuesto cargado de vitaminas y minerales — respondió Washu estirando una mano y tomando a un ya exaltado Tenchi de un brazo y jalándolo dentro de la casa — También le agregué un potente afrodisiaco de rendimiento extendido — dijo finalmente.
— ¡¡WASHU!! — estallaron Ryoko y Ayeka.
— Preparé un cuarto de juegos muy interesante en mi laboratorio. Pueden unirse o quedarse fuera. Ustedes deciden — dijo la pequeña científica haciendo pasar a un ya jadeante Tenchi por la puerta que da a su laboratorio y perdiéndose dentro con él.
Ryoko y Ayeka no alcanzaron a decir una palabra cuando sintieron el sonido de la jeringa automática siendo accionada. Al desviar la vista al origen del sonido, vieron con sorpresa a Mihoshi inyectándose en el cuello de la misma forma que Washu segundos antes. La torpe policía les dio una sonrisa a las dos mujeres, para lanzarle luego la jeringa automática a Ryoko.
— No sé ustedes, pero yo me estoy uniendo a ellos — dijo simplemente quitándose la polera con tirantes y dejándola caer al suelo, para luego correr dentro mientras se quitaba el sujetador y los pantalones, lanzándolos a un lado — Oigan ustedes dos, no se atrevan comenzar sin mí — añadió mientras se quitaba las bragas. Con eso hecho, una desnuda y entusiasmada Mihoshi se adentró en el laboratorio de Washu.
Una anonadada e impactada Ayeka no sabía qué decir ante todo eso, entonces escuchó nuevamente el sonido de la jeringa automática. Al mirar a un lado vio a Ryoko con el aparato en su cuello. La pirata espacial simplemente se encogió de hombros, poniendo luego el aparato en las manos de Ayeka. La sorprendida princesa vio cómo su antigua rival y futura esposa/hermana se adentraba en la casa desprendiéndose de sus ropas igual que Mihoshi momentos atrás, para luego perderse por la puerta de acceso al laboratorio de Washu.
Ayeka miró el objeto en sus manos con lo que parecía ser la medida justa para una última dosis en el recipiente de vidrio. No se sorprendió, Washu de seguro lo tenía todo calculado.
La princesa de Jurai y futura primera esposa de Tenchi Masaki, cerró los ojos negando con la cabeza. Más le valía ir acostumbrándose a esto. Tendría que compartir a Tenchi con esas tres locas, pero no estaba preocupada. Sabía que Tenchi era un hombre honorable e íntegro. El no tomaría preferencia por ninguna de ellas y las querría y trataría a todas por igual.
Con un suspiro de resignación, Ayeka se llevó la jeringa automática al cuello y se inyectó la dosis restante. Dejó el aparato en la bandeja con la tetera y su ya olvidad té de jazmín, para comenzar a adentrarse en la casa y al igual que Mihoshi y Ryoko antes que ella, comenzó a desprenderse de sus ropas en su camino al laboratorio de Washu.
FIN
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Notas del Autor: Hola a todos. Con este capítulo llegamos al final de esta historia, que nació como un One-Shot y que se transformó en algo más.
Luego de lo serio, sentimental y emotivo de los 5 primeros capítulos, sentí que era necesario dar algo de alivio a la historia, entregando un poco del humor al que esta serie nos tiene acostumbrados, manteniendo un poco las dosis de erotismo y toques de realidad que también han estado presentes en esta historia.
Me pareció correcto incluir también a Mihoshi y Washu, ya que a lo largo de la serie es evidente el lazo que Tenchi forma con ellas y lo que estas a su vez sienten por él. Como ya dije, esta es mi reinterpretación de un final feliz para "Tenchi Muyo" donde Tenchi puede quedarse con todas las chicas, pero dando un mejor contexto y mostrando los sentimientos detrás de esta decisión.
Como dije antes, pienso que Sasami aún es muy joven para sumarla a esto, más aún si estamos entrando de temas sexuales y lo de Ryo-Ohki ni siquiera lo consideré.
Eso sería todo con esta historia, espero haya sido de su agrado y que nos sigamos leyendo en el futuro. Gracias por llegar hasta aquí.
Saludos.