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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - Virtud - 253

Una vez que Kain volvió a la mansión de los Hyuga, paso todo un día y al día siguiente Kazuto Hyuga murió en el sueño. Por una parte, a Kazuhiko le toco preparar el velorio y todos los arreglos que conlleva eso. Por otro lado, Kaoru paso llorando todo el día ya sea en brazos de su madre, en los de Kain y ocasionalmente en los brazos de su hermano, cuando este último no estaba ocupado atendiendo a las personas que asistían al velorio.

Cuando llegó el medio día, Kaoru fue a dormir con Aoi mientras Kazuhiko y sus dos esposas seguían recibiendo y saludando personas. Kazuhiko ahora era el patriarca del clan Hyuga en todo el sentido de la palabra. Ya no estaba su abuelo para que lo supliera cuando él estaba cansado, o para que le diera consejos cuando algo le parecía difícil o para disculparse en su lugar cuando a él se le olvidaba algo. Ahora Kazuhiko con 13 años debería llevar todo el peso del clan por su propia cuenta y cuidarse de las "buenas personas" que lo querían aconsejar.

Al igual que en otras ocasiones la gente entraba por la mansión apreciando la majestuosidad del clan Hyuga y después era enviada al salón de eventos que quedaba en la parte posterior de la mansión. Una vez en el salón, ellos caminaban hasta el final donde había una pintura del difunto Kazuto Hyuga rodeada de flores y presentaban sus respetos por orden de llegada, edad y rango. Hacían una reverencia delante de la pintura de Kazuto y juntaban las manos como si estuvieran rezando. Por supuesto, había personas como Sasuke Sarutobi que se quedaban merodeando y conversando con otras personas, recordando tal o cual anécdota con Kazuto Hyuga y como eran de amigos.

No obstante, cuando llegó Hiruzen acompañado de Biwako, las conversaciones se detuvieron y todos miraron al hokage vestido con un kimono oscuro acercarse a la pintura rodeada de flores. Hablar con Kazuhiko que estaba de pie a un lado junto con sus esposas y después hacer una reverencia en señal de respeto al difunto. Eran cinco minutos de tensión y protocolo riguroso, donde todos debían mostrar su respeto por la máxima autoridad de la villa. Incluso si solo era un hombre de veintiún años.

Una vez que Hiruzen se retiró, todo volvió a la normalidad, la gente respiraba con tranquilidad y las conversaciones continuaban hasta que ya no había nada más que decir.

Cuando llegaron las cuatro de la tarde, solo quedaban algunos asistentes ayudando a ordenar mientras Kazuhiko Hyuga se paraba delante de la pintura de su abuelo y la contemplaba en silencio. Sus dos esposas lo acompañaban, pero cuando dieron las cinco de la tarde él les dijo que fueran a descansar. Ellas hicieron una respetuosa reverencia y después salieron del salón de eventos.

Entonces Kain se acercó a Kazuhiko y se detuvo a su lado mientras este último aun miraba la pintura de su abuelo.

—¿Te quedaron preguntas pendientes?— preguntó Kain en voz baja

—No sabes cuantas— respondió Kazuhiko —yo, sé lo que hay que hacer, pero se me hace tan raro pensar en afrontarlo sin la guía del abuelo. Me siento extraño, me siento triste, pero no tengo ganas de llorar. Durante todo el día me he preocupado de ser el patriarca, pero que hay de Kazuhiko, el nieto de Kazuto Hyuga. A lo mejor, murió junto con el abuelo—

—No lo creo, Kazu— dijo Kain con pena, recordando la muerte de su tío. Él fue libre de llorar porque no tenía ninguna responsabilidad con nada y nadie. No tenía que preocuparse de atender a los invitados, ni de que todo estuviera en orden, ni de saludar a los miembros importantes de otros clanes. Ni de cuidarse de los ancianos de su propio clan que una vez muerto Kazuto, trataban de menoscabar la autoridad de Kazuhiko delante de las personas influyentes —ahora está bien, Kazu. No hay nadie en el salón salvo nosotros dos, puedes ser libre y recordar que además de ser el patriarca, también eres Kazuhiko Hyuga, nieto de Kazuto Hyuga—

Kazuhiko cerró los ojos mientras sus labios temblaban y comenzó a sollozar mientras las lágrimas caían por sus mejillas. Al mismo tiempo, Kain se quedó en silencio mirando la pintura del anciano Kazuto y escuchando como su amigo lloraba.

Como a las seis de la tarde se cerró el salón de eventos y Kazuhiko y Kain subieron las escaleras de la mansión hasta el tercer piso, donde vivían Aoi y Kaoru. Ellos se detuvieron en el primer peldaño de la escalera que daba al cuarto piso. Se miraron a los ojos con una expresión de nostalgia y fraternidad.

—Nos vemos, Kain— dijo Kazuhiko —dile a Kaoru que ella se puede quedar todo el tiempo que quiera, está siempre será su casa a pesar de lo que ella piensa—

—Está bien, le diré, ve a descansar— respondió Kain

Kazuhiko asintió soltando un suspiro y dijo —es lo mejor, mañana tengo varias reuniones en la mañana con el consejo de ancianos. Lo más probable es que me lo hagan difícil de ahora en adelante—

—¿Quieres que te acompañe?—

—No, algún día debo aprender a resolver los problemas por mi propia cuenta, pero si me quedó corto de ingenio, te preguntaré—

—Sabes que estaré ahí— respondió Kain con una sonrisa y le dio un pequeño puñetazo en el brazo. Kazuhiko frunció el ceño con una sonrisa en los labios y se sobo el brazo. Por otro lado, Kain miró el parche sobre el ojo derecho y continuo —estoy cerca de encontrar una solución, solo debes esperarme un poco más—

Kazuhiko abrió su ojo izquierdo amplio y llevó su mano al parche —¿Te refieres?— preguntó en voz baja

—Sí— susurro Kain —el otro día estuve conversando con el abuelo Orochi y me dijo que mis consideraciones eran correctas. Ahora me preparo para crear la versión definitiva y después de eso solo queda practicar la operación—

—Practicar dices, desgraciado— respondió Kazuhiko con una gran sonrisa, se acercó a Kain y paso su brazo por detrás del cuello para hacerle una llave de estrangulación —son mis ojos, maldito—

—Lo sé, lo sé— respondió Kain haciendo como si el agarre fuera fuerte sobre su cuello y hablando con voz apagada —pero antes de hacerlo en una persona viva hay que practicar—

—Bueno, puede ser verdad— respondió Kazuhiko soltando a Kain y apartándose de él —Kain, de verdad, tengo mucha suerte de haberte conocido. Eres mi amigo de verdad—

—Para eso estamos— respondió Kain sonriendo mientras extendía su puño hacia adelante y chocaban nudillos con Kazuhiko.

Después de eso, Kazuhiko continúo subiendo las escaleras para irse a descansar mientras Kain avanzó por un pasillo a la derecha hasta llegar a la puerta de la habitación de Aoi y Kaoru.

Kain se detuvo frente a la puerta corredera y dijo —Aoi, Kaoru, soy yo, Kain—

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—Deme un minuto Kain-sama— dijo Aoi Hyuga desde el otro lado. Se escucharon sus pasos avanzar por la sala de estar, se detuvo del otro lado de la puerta y abrió dejando ver a una hermosa mujer de cabello castaño, un parche en el ojo derecho y un ojo de color malva en el otro. El lunar bajo el labio inferior izquierdo destacaba haciéndola ver aún más sexy —hola Kain-sama, gracias por acompañar a Kazuhiko— dijo

—De nada, no te preocupes por esas cosas— respondió Kain tomando nota de que ella aún vestía el kimono oscuro mientras el obi apretaba su abdomen levantando sus senos y destacando sus caderas anchas. Kain tomo una profunda respiración y le preguntó —¿Puedo pasar?—

—Claro, Kain-sama, adelante— respondió Aoi con una sonrisa amable mientras se hacía a un lado para que Kain pasara. Una vez que Kain entró a la sala de estar, Aoi cerró la puerta mientras sentía que su corazón latía acelerado.

—¿Dónde está Kaoru?— preguntó Kain mirando la sala de estar y pensando que ella podría estar durmiendo. Sin embargo, todos sus pensamientos se congelaron cuando sintió el abrazo de Aoi por detrás y como apretaba sus senos contra la espalda. Eran grandes, tiernos y podían competir completamente con los de Tsubaki.

—Kaoru está durmiendo, tomo un remedio para que su corazón en pena pudiera estar en calma— le susurro Aoi a Kain al oído. Ella deslizo sus manos por el pecho de Kain hasta introducir sus dedos dentro del kimono. Kain cerró los ojos y sonrió, puso sus manos sobre las de Aoi y se dio la vuelta. Vio el parche y el ojo malva y se sintió en deuda. Llevo su mano derecha a la mejilla de Aoi y se la acaricio. Ella sonrió separando esos labios gruesos y sensuales para mostrar dos hileras de dientes blancos. Él se acercó sonriendo, rozo la punta de su nariz con la de Aoi y ella sonrió llena de anticipación. Kain acercó sus labios y la beso mientras deslizaba las manos pasando por el obi hasta alcanzar el kimono y sentir con sus manos las caderas. Kain siguió besando a Aoi mientras sus lenguas se entrelazaban.

Después de un minuto, Aoi se alejó jadeando y dijo con dificultad —ya lo sabía, la mirada de Kain-sama mirando mi cuerpo, ese aroma sobre su cuerpo— ella llevo su mano a la entrepierna y comenzó a masajear algo que se erguía —¿Quién fue?— preguntó ella con voz sensual —¿esa mujer pelirroja o Mito-sama?—

Kain sintió un agradable cosquilleo en su entrepierna y se prendió sintiéndose más caliente que nunca. Entonces acercó su rostro al de Aoi y la beso otra vez —¿Importa?— preguntó

—No— susurro Aoi —solo esperaba ser la primera de Kain-sama—

Ella se agacho y abrió el kimono de Kain solo para encontrarse con él un pene erguido. Ella sonrió de forma coqueta y llevo sus sensuales labios al glande mientras miraba a Kain. Ella le dio un beso y después comenzó a bajar por el tronco moviendo su lengua, al mismo tiempo que llevaba su mano al tronco y comenzó a mover la piel de arriba hacia abajo. Kain cerró los ojos sintiendo una agradable sensación hasta que sintió que sus piernas temblaron. Entonces cayó sentado en el suelo. Él vio como Aoi se ponía de pie y soltaba su obi. La tela cayó al suelo y su kimono se abrió dejando ver una magnifica figura. Entonces ella se acercó a Kain, se sentó a horcajadas y llevo sus manos para entrelazarlas detrás del cuello de Kain.

—Pruebe, Kain-sama, son suyos desde siempre— dijo Aoi con una sonrisa lasciva. Kain miró los enormes senos con pezones cafés y grandes aureolas. Kain enterró su rostro entre ambos senos, pasando su lengua por la piel entre medio de los senos, suave y delgada que casi se marcaban los huesos. Entonces empezó a pasar sus mejillas hacia los lados, donde colgaba la carne blanda y tierna. Kain beso los senos mientras los tomaba con sus manos y los masajeaba. Era una sensación tan suave que se volvía intoxicante. Al mismo tiempo, Aoi sonreía y abrazaba la cabeza de Kain mientras lo dejaba explorar su pecho. Él siguió besando los senos, pasando su lengua con habilidad y haciéndole sentir cosquillas.

Por otro lado, Kain llevo sus manos a las nalgas y las comenzó a masajear. Subía hasta las caderas y después bajaba a los muslos apretando con firmeza. Los muslos eran gruesos, pero la piel firme y elástica. Kain llevó una mano al trasero y otra a la vagina, pasando sus dedos por los labios y estimulando el ano. Aoi empezó a contraer su cuerpo y a mover sus caderas, soltaba gemidos sensuales que cualquiera que haya pasado por el pasillo podía escuchar, pero solo era ella y Kaoru en este piso.

—Ahora— dijo Aoi mirando a Kain con ojos intoxicados de lujuria. No obstante, Kain le cubrió los labios con los suyos y la beso. Después la tomo por las caderas apretando las nalgas con firmeza, la levanto y la bajo sobre su pene erecto. Entonces sintió la intoxicante sensación a humedad y calor.