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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - Gravedad - 310

El día de la excursión llegó y Kain tomo a su equipo y al equipo de Hiruzen para salir con dirección a los bosques entre el límite de la nación de las Aguas Termales y el Fuego. Kain iba a la cabeza saltando de árbol en árbol mientras Nagisa lo seguía de cerca. Ella vestía ropa oscura y la chaqueta verde pasto de la villa con el bordado del remolino Uzumaki en la espalda. Después de ella venía Kiyomi y Tsunade quienes competían en velocidad y se lanzaban puñetazos y patadas malintencionados con tal de que el otro cayera. Al fondo los seguían Kenji, Mitsuo, Orochimaru y Jiraiya, quienes mantenían la distancia con Tsunade y Kiyomi para no verse involucrados en una competencia despiadada.

Kain miró hacia atrás y vio Nagisa siguiéndolo de cerca con una mirada desanimada. Ella estaba un poco aburrida de ser enfermera de Aoi, así que cuando Kain le dijo que lo acompañara a una misión, pensó que sería algo super secreto. Ella nunca pensó que sería para ser la niñera de un montón de mocosos peleadores.

Nagisa noto la mirada de Kain y trato de gesticular una sonrisa, pero todavía se veía desanimada. Kain hizo una astuta sonrisa que la dejo confundida y ella miró hacia atrás para ver si él miraba a alguien más. Detrás de Nagisa la seguían Kiyomi y Tsunade, quienes no paraba de saltar de árbol en árbol e intercambiar golpes "casuales". Los muchachos seguían al final, un poco asustados del juego de Kiyomi y Tsunade, ya que, si alguna caía de un árbol a la velocidad que se movían, en el mejor de los casos iban a necesitar un tratamiento médico, en el peor, volver a Konoha y hospitalizarlas. Sin embargo, aparte de la constante competencia entre Kiyomi y Tsunade no se veía nada en especial. Lo cual Nagisa encontró extraño y miró hacia adelante, pero Kain ya había volteado su rostro y miraba hacia adelante. Su cabello blanco era empujado por la velocidad de movimiento mientras el haori blanco aleteaba con las corrientes de aire.

Nagisa encontró extraña la sonrisa, pero como no podía interrogar a Kain, decidió limitar la interacción entre Kiyomi y Tsunade. Nagisa se detuvo en una rama, esperó a que Kiyomi y Tsunade avanzaran y cuando ellas se lanzaron una vez más para intercambiar puñetazos. Nagisa saltó para interceptar los golpes.

Kiyomi y Tsunade lanzaron sus puñetazos, pero de repente aparecieron unas manos que interceptaron ambos golpes. Recién notaron a Nagisa y su vibrante cabello naranja. Las tres cayeron como si las fuerzas de movimientos hubieras sido neutralizadas y quedaron de pie sobre la rama de un árbol que crujió con el peso de las tres.

—Suficiente Kiyomi y Tsunade— dijo Nagisa con el ceño fruncido. Ya tenía suficiente con ser la niñera de estos mocosos como para tener que lidiar con un posible accidente.

—Nee-chan— dijo Kiyomi haciendo un puchero —estamos jugando—

—Sí, Nagisa-nee— añadió Tsunade —solo le estaba enseñando su lugar a Kiyomi—

—Esa no es forma— dijo Nagisa —nada de juegos violentos a menos que sea un entrenamiento ¿Entendido?—

—Sí— dijeron Tsunade y Kiyomi con resignación

Nagisa miró hacia la derecha para ver a los muchachos que se habían detenido en la rama de un árbol, diez metros por detrás de ellas y los vio tranquilos. Después miró a Kiyomi y Tsunade y se preguntó porque eran tan violentas ¿No debería ser al revés? En su equipo siempre fueron Kenzo y Duy los que les gustaba intercambiar golpes. Nagisa soltó un suspiro y les dijo en un fuerte tono —hasta que lleguemos al bosque donde recolectaremos los ingredientes, están prohibidas las acciones que puedan producir un accidente—

—Sí— dijeron Kiyomi y Tsunade mirando hacia los lados con cierto fastidio

Nagisa asintió, después miró hacia la izquierda y vio a Kain de pie sobre la rama de un árbol a diez metros de distancia —sensei— protesto —usted también, dígales algo—

—Vamos, Nagisa, volvamos a nuestro camino. Kiyomi y Tsuna, dejen de causar problemas— dijo Kain

—Sí, onii-chan— dijo Kiyomi con una gran sonrisa, pero Tsunade ignoro a Kain y puso un rostro malhumorado.

Kain hizo una gran sonrisa, junto sus manos como si estuviera rezando y después entrelazó sus dedos como si estuviera aplastando algo entre sus manos. Kiyomi y Nagisa lo quedaron mirando confundidas y unos segundos más tarde, escucharon como si algo removiera la tierra. Ellas miraron hacia la base del árbol y vieron como una enorme pelota de tierra de un metro de diámetro se formaba. A los pocos segundos emergían ocho largas patas arqueadas y la superficie redonda tomaba la forma de una araña.

Kiyomi y Tsunade soltaron un grito mientras Nagisa frunció el ceño. La araña comenzó a subir por el grueso tronco del árbol mientras Kiyomi y Tsunade se movían para esconderse detrás de Nagisa. Esta última se puso en guardia y cuando llegó la araña a la rama en la que ella estaba de pie, noto que la superficie de la araña seguía siendo de piedra, similar a una escultura. Sin embargo, el movimiento de esas largas y afiladas patas era muy real.

—Sensei, ya fue suficiente— dijo Nagisa

—¿No te gusta?— preguntó Kain con una sonrisa —dudo que en Konoha puedan hacer algo similar—

—También lo creo, pero no me gusta—

—Ok, entonces bien— respondió Kain, saltó de su rama a la rama en la que estaban ellas. Se interpuso entre ellas y la araña. Al mismo tiempo, la rama crujió y se inclinó. Kain realizo un movimiento con su mano como si cortara el aire y la araña de piedra se desmorono como si fuera de arena. Sin embargo, el daño a la rama era irreversible y se terminó de partir. Kiyomi y Tsunade abrazadas por detrás de Nagisa, no lograron reaccionar a tiempo, así que siguieron la inercia de la rama y cayeron al suelo soltando un grito de espanto. Por otro lado, Kain le dio una patada a la rama, se impulsó y alcanzó a cargar a Nagisa en sus brazos. Esta última miró de cerca las facciones de Kain y sus intensos ojos azules. Solo supo lo que paso una vez que Kain se apoyó en el tronco de un árbol y se impulsó al suelo, para caer sobre sus pies y dejarla en el suelo.

Nagisa se puso terriblemente roja desde el cuello hasta las orejas y se pasó las manos por el cabello en un gesto de nerviosismo —gracias— dijo con voz pequeña

—No hay de que— respondió Kain, se dio la vuelta y camino hasta Tsunade. Esta última se estaba levantando del suelo mientras se acariciaba el trasero. Había tenido la suerte de caer sobre unos matorrales que disminuyeron el impacto —espero que esto les sirva de lección—

Tsunade miró a Kiyomi a su lado, igual de lamentable que ella y después miró a Kain. Se puso de pie y lo miró con el ceño fruncido. Miró hacia otro lado y soltó un bufido.

—No te escucho, Tsunade— dijo Kain, pero Tsunade lo ignoro y Kain una vez más junto sus manos como si estuviera rezando. Después las entrelazo sus dedos y alrededor de Tsunade se empezaron a formar un grupo de esferas de piedra. Salieron largas patas arqueadas y se formaron cuatro arañas gigantes de un metro de diámetro.

—No te escucho, Tsunade— dijo Kain avanzando hasta detenerse a un metro de distancia

—¡Oye!— grito Jiraiya lanzándose de la rama en la que estaba. Cayó al suelo y le lanzó un puñetazo a la araña de piedra, pero él fue el único que sufrió daño en su puño —AAAaaaah— grito de dolor mientras retraía su mano y se la acariciaba con la otra —¿De qué mierda están hechas estas cosas? Son muy duras—

—Eso te pasa por idiota— dijo Kiyomi de forma despectiva, miró las arañas con sus ocho ojos en la parte superior de la cabeza y las tenazas a los lados de lo que parecía una boca. Ella se armó de valor y pensó durante un momento. Después se acercó a una de las arañas y acaricio la superficie de la cabeza. A pesar de que estaba la protuberancia como si fueran ojos reales, se sentía liso y frio, como la piedra —sensei nunca nos haría daño, solo es una pequeña broma—

—¿Broma? ¡Broma!— protesto Tsunade —esto es asqueroso, no sé cómo sensei le dio nuestro equipo a este tipo—

Kain avanzó hasta detenerse delante de Tsunade y mirarla a la cara. Solo estaban a unos centímetros el uno del otro. Tsunade se ruborizo mirando hacia otro lado, pero Kain la miró con indiferencia.

—Tsunade, mírame— dijo Kain en un tono de voz serio y frio

Tsunade tirito y lo miró hacia adelante. Entonces vio los ojos de Kain que por lo usual tenían un color azul. No sabía si era por la sombra de los árboles o la inclinación de la luz del sol que pasaba por las hojas de los árboles, pero se veían de un gris intimidante.

—Sí— dijo Tsunade con cierto miedo

—No soy un tipo, no soy un Uchiha, no soy un tonto, soy tu sensei— dijo Kain en un tono serio —Hiruzen me paso su equipo porque confía en mí. Así que hasta que se termine esta misión, me vas a respetar y llamar como corresponde. Dilo—

Tsunade agacho la mirada con una expresión de molesta —sí, sensei— dijo

Kain le palmeo el hombro y sonrió —ves, eso está bien— dijo

Tsunade levantó su rostro y vio que los ojos de Kain volvían a ser de un azul intenso mientras su sonrisa volvía a ser la misma de siempre. Un tipo tonto, bromista y amigable. Ella volteó su rostro hacia la derecha y bufo con un claro rubor en sus mejillas.

Kain no se molestó en Tsunade y miró al resto —ok, creo que después de un par de horas de viaje he podido apreciar cómo se comporta cada uno. Lo cual no me gusta—

Kain miró a Nagisa y le dijo —primero, estás en una misión. Te guste o no, tienes que hacer a un lado tus sentimientos y mantenerte enfocada. Segundo— miró a Kiyomi y Tsunade —no me gusta que tomen esto como un viaje de placer. Estamos en una misión, concéntrense, nadie les dice que tiene que ser aburrido, pero una cosa es divertirse y la otra es actuar como tontos— después miró a los muchachos. Jiraiya todavía se acariciaba la mano por el golpeo que le dio a la araña de piedra. Mitsuo, Orochimaru y Kenji se mantenían al margen y tranquilos. Kain soltó un suspiro pensando por dentro que ellos eran muy tranquilos.

—Yo no estoy de acuerdo— dijo Jiraiya acercándose a Kain, este último lo miró ladeando su rostro con una expresión de confusión —no te reconozco como sensei, a lo sumo un senpai—

Kain soltó un suspiro, podría golpearlo y hacerle entender las cosas de mala manera, pero considerando la personalidad del muchacho, solo tendría el efecto contrario. Así que Kain manifestó su chakra como un aura roja y al instante siguiente las aves en los árboles salieron volando. Kain desato su chakra como una energía que estremeció la tierra y los árboles. Asusto a los animales de los alrededores. Mantuvo el aura por unos escasos diez segundos, pero fue tiempo suficiente para dejarlos helados a todos.

—Soy tu sensei— dijo Kain avanzando hasta detenerse delante de Jiraiya quien estaba congelado —Hiruzen me confió su equipo, y si fueras la mitad de listo de lo que crees que eres, me estarías preguntando como hacerte más fuerte en lugar de buscar una pelea conmigo solo para presumir delante de Tsunade y Kiyomi—

Jiraiya agacho la cabeza y frunció el ceño, asintió en un estado molesto, pero de repente sintió que alguien le acariciaba el cabello.

—No soy tu enemigo, Jiraiya— dijo Kain, después aparto su mano, le dio la espalda y miró con dirección Noroeste —vamos, esta misión parece simple, pero no lo es. Una vez que lleguemos a nuestro destino, lo entenderán—

Nagisa quedó mirando a Kain, él avanzó a paso lento mientras los otros lo miraban. Que ella recuerde, Kain nunca menciono que tuvieran que hacer algo más que recolectar las hierbas para los experimentos de Orochimaru.