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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - Cambio - capítulo 30

-Muy bien, Kain- dijo Hashirama tomando posición de combate y sujetando una guadaña en cada mano -mírame bien e imita mis movimientos-

-Sí, tío- respondió Kain, entonces se colocó a su lado sujetando guadañas al igual que Hashirama. Ambos miraban en la misma dirección y se veían concentrados. Vestían ropa de combate y estaban parados sobre el suelo con los pies descalzos. Eran las nueve de la mañana en un día de verano. Al mismo tiempo, Naori y Mito los miraban desde la distancia mientras Naoko les hacía compañía.

Entonces Hashirama levantó su mano derecha y dibujo un corte descendente en el aire, avanzando al mismo tiempo su pie derecho. Su movimiento era lento, preciso y lleno de control. Kain lo imitó a su lado, tratando de mover el arma en el mismo ángulo. Después de eso, Hashirama giro sobre su eje y levantó la rodilla derecha hasta la altura de sus costillas, después levantó el empeine del pie y lo movió como si estuviera golpeando a alguien en la cara. Todo en un movimiento lento y fluido, para al final, quedar con el pie elevado en el aire y sus brazos protegiendo su pecho.

Al mismo tiempo, Kain lo imitaba y seguía todo su movimiento con una concentración absoluta para quedar en la misma posición. La única diferencia era el tamaño, Kain solo medía un tercio de Hashirama.

Todo este entrenamiento nació como una respuesta a las preocupaciones de Hashirama. Había llegado hace un mes, solo. El resto de los shinobis que habían ido con él, volvieron en calidad de cadáver guardados en los sellos del enorme pergamino que llevaba en la espalda. Ese día su rostro se veía decaído, pero pese a como se veía, dijo que su misión tuvo éxito. Sin embargo, daba la impresión de que era todo lo contrario. Había perdido peso, la piel de sus pómulos estaba suelta y se veía envejecido. Si cuando se fue parecía estar en sus treinta y tantos años, ahora parecía haber alcanzado los cuarenta y tantos años.

Ese día descanso e ignoro a todos los que lo vinieron a ver, incluso al propio Tobirama. Al día siguiente salió temprano en la mañana y solo volvió hasta la madrugada del día siguiente. Según Mito, parecía aliviado.

Por otro lado, Hashirama guardo la mayor parte de los detalles, pero le dio la orden a todos que tuvieran cuidado en los próximos días, vendrían extranjeros. Sin embargo, nada es tan simple. Cuando Hashirama se refería a extranjeros, se refería a los Kages de todas las aldeas ocultas de las principales naciones. Venían en largas caravanas rodeadas por treinta shinobis, todos de un nivel de fuerza superior. El más débil era un jounin del país de la tierra. Debe haber tenido unos veinte años, de baja estatura y nariz prominente. Su nariz era tan roja y tosca que parecía tener cirrosis. Kain lo vio desde la cima del techo y se rio de buena gana. No obstante, nunca bajo la guardia, cada uno de ellos era una terrible fuerza.

En Konoha había un sistema de clasificación de fuerza; Genin, lo shinobis que habían obtenido la mínima destreza. Un escalafón por encima estaban los chunin y por encima de ellos los jounin. Sin embargo, para Kain era un sistema erróneo, ya que los niveles de clasificación no eran definitivos. Incluso un genin con la suficiente experiencia y preparación podía matar a un joven jounin. Todo dependía del nivel de energía y a donde estaba enfocada. También se unían a las variables el control y la densidad del aura. Kain sabia esto, ya que Hashirama tenía una biblioteca en donde estaban archivados los informes de las misiones de Konoha. Así que Kain tomo su extraña visión para ver las auras de las otras personas. Según la magnitud empezó a clasificarlos. Por ejemplo, una niña como Kaoru Hyuga que nunca había entrenado tenía 1 de fuerza. Una mujer adulta ciega como Naoko y que tampoco había sido entrenada tenía 5 de fuerza. Una mujer mayor como Naori tenía 1.350.000 de fuerza, su aura era densa, estable y concentrada casi siempre en su corazón. De ahí se distribuía a los ojos y a las otras extremidades repartida de forma uniforme. Hasta ahí todo parecía normal, ya que había otras personas con el mismo nivel de fuerza. Por ejemplo, el viejo Orochi o el patriarca Kazuto del clan Hyuga. Sin embargo, en base a esto, Kain pudo entender mucho mejor con quién estaba viviendo. Mito Uzumaki tenía 12 Millones de fuerza y Hashirama Senju 36 Millones de fuerza. Todo esto evaluado en la fluidez del aura y en como la controlaban alrededor de su cuerpo. Lo más terrorífico de todo esto fue que, si Mito pudiera tener una mente más racional, podría controlar mejor su poder y superaría a Hashirama.

Este dato a su vez, le dio Kain la seguridad de que nadie podría desafiar a Hashirama. Ya que, incluso entre los Kages de las diferentes aldeas, solo había uno que llegaba a una fuerza máxima de 4 millones (Nación del Trueno). Eso quiere decir que ni siquiera estaban en condiciones de enfrentarlo. Sin embargo, algo que preocupo a Kain fue que el aura de Hashirama se estaba debilitando día a día. Un punto por día para ser preciso y el tema era que desconocía que iba a pasar cuando esta cifra llegara a cero.

-Vamos, Kain- continuo diciendo Hashirama en medio del patio -sigue mis movimientos-

Kain lo vio lanzar una seguidilla de patadas altas con dirección a la coronilla del contrincante imaginario. Kain lo siguió lanzando la misma cantidad de patadas. Después Hashirama ataco dibujando cortes cruzados con las guadañas y dio un giro que termino con una patada.

-¡Ah!- grito Kain al lanzar la última patada y continuo entrenando con la misma intensidad. A medida que lanzaban golpes al aire, Hashirama aumentaba la velocidad de su movimiento, al punto que sus patadas y cortes zumbaban en el aire. Kain tuvo que activar su sharingan con el primer tomoe, pero al poco rato tuvo que activar el segundo y continuar hasta el tercero tomoe y esforzarse al máximo para poder seguirlo. Para ese momento su respiración era forzada y su cuerpo estaba traspirado. Como consecuencia de eso, sentía que la parte posterior de la polera estaba empapada de sudor. Sin embargo, Hashirama mostraba determinación y Kain dudaba que se fuera a detener en el corto plazo.

Por otro lado, Mito y Naori los miraban entrenar. Cada una sabia porque estaban entrenando con esta intensidad y les producía un nudo en la garganta. Por su parte, Naoko se mantenía en calma, pero podía sentir la desesperación en los gritos de combate. Ella a su modo sentía la angustia de la ignorancia y lo único que podía hacer, era sujetar su kimono con ambas manos.

La semana anterior fue la gran reunión de los kages en la aldea Konoha. Ese día, Hashirama desapareció durante todo el día y volvió por la noche. Parecía satisfecho y aliviado. Sin embargo, cuando llego paso de comer y fue directamente a ver a Kain. Mito lo acompaño y al acercarse a la habitación de las mujeres Uchiha, estas se preocuparon. Hashirama les dijo que todo estaba bien, solo tenía la pequeña necesidad de ver a Kain. Todas lo vieron acercarse al futon del niño y sentarse en posición de loto al lado de la cabecera. Él lo miró durante un largo rato, le peino el cabello en un gesto torpe, pero cariñoso, tratando de nunca despertarlo. Nadie sabía que estaba pensando, pero él se quedó así durante unos minutos y después asintió.

-Naori- dijo Hashirama con voz profunda. Las tres mujeres se pusieron atentas a sus palabras -por favor, levántalo temprano. Mi tiempo es limitado y tengo mucho que enseñarle-

-Como usted diga- respondió la anciana. En ese momento estaba sentada en seiza sobre el tatami y al escuchar su comando, se agacho tocando el suelo con la punta de los dedos de las manos y agacho su cabeza hasta tocar el suelo con la frente.

Hashirama solo asintió a sus palabras, sin darle la mayor importancia y después se levantó para ir a comer algo e irse a dormir.

Ahora ya llevaban una semana de entrenamiento y Hashirama planeaba trasmitir a Kain todo lo que sabía del combate con armas.

De esa manera pasaron lo meses entrenando, hasta llegar al invierno y uno de esos días, Mito llevo a Naori y Naoko a visitar a Aoi Hyuga. En ese momento solo se quedaron Hashirama y Kain, lo cual fue hecho a propósito. Ni Naori ni Naoko serían capaces de tolerar lo que hoy iba a pasar. Eran los primeros días del invierno y el aire estaba helado. Todo permanecía con un aire otoñal, pero faltaba poco para que los días permanecieran nublados y la nieve se amontonara.

En el patio trasero estaban Kain y Hashirama, ambos mirándose el uno al otro con rostros serios. Resaltaba el contraste de la altura entre ellos y la gran cantidad de armas clavadas en la tierra. Katanas, guadañas, lanzas, guadañas de mano, kunais, hachas, cuchillos, cadenas con bolas de hierro y otros artilugios. Todo un gran campo de tierra lleno de armas los separaba uno del otro. Ambos vestían ropas de combate y llevaban sandalias de madera.

Por dentro, Hashirama estaba bien, serio y seguro de lo que estaba haciendo, muy diferente de lo que sentía Kain. Aunque este último mostraba un rostro sin miedo, tragaba saliva pensando en lo que pasaría y estaba seguro que sería derrotado. Solo podía confiar en sus ojos y en su control del chakra.

-¿Listo?- pregunto Hashirama desde el otro lado del rio de armas

-Sí- respondió Kain con una voz nerviosa

-Empecemos- dijo Hashirama, poniéndose en posición de combate y las manos listas para tomar su primera arma. Kain en contra posición también se preparó y activo su sharingan hasta el tercer tomoe. Entonces se miraron el uno al otro y esperaron durante un momento. El silencio se extendió por todo el patio, al mismo tiempo que las nubes se empezaban a juntar en el cielo.

-¡Ahora!- grito Hashirama y Kain corrió pasando por al lado de dos kodachis y agarrándolas con las manos. Entonces avanzó en dirección de Hashirama y este último hizo lo mismo portando una katana. Kain dio un brinco y ataco de frente con ambas kodachi. Hashirama levantó la katana y las intercepto. Kain quedo durante un instante suspendido en el aire y al verse incapaz de presionar a Hashirama, dio una patada al codo de Hashirama y se impulsó hacia atrás dando una voltereta. Sin embargo, esto lo obligo a perderlo de vista por un momento y a su vez, le costó caro. Hashirama se movió a una velocidad fantasmagórica y antes de que Kain cayera en el suelo, lo apuñalo en el estómago.

-Lo siento, Kain- dijo Hashirama mientras lo veía caer de pie en el suelo y arrodillarse al sufrir la apuñalada -pero es necesario que te fortalezcas-

Entonces saco la katana del pequeño estómago de Kain y él cayó de espaldas al suelo. De repente se había quedado sin energía y lo único que sentía era frio. El cielo se estaba llenando de nueves y la brisa se volvía más fría a cada momento.

Hashirama se agacho y le puso la mano sobre la herida para que esta se sanara. Una vez que estuvo todo listo, le dijo en un tono frio -levántate, Kain, esto recién ha empezado-

Kain asintió y se levantó del suelo soltando un gruñido en un esfuerzo. Entonces camino de vuelta a donde había comenzado el combate. Una vez más estaban frente al rio de armas, uno de cada lado y separados por diez metros. Antes de haber vuelto su posición, Hashirama había devuelto las armas que habían sacado en su primer intercambio. Solo destacaba la katana con una mancha de sangre a lo largo de la hoja.