Después del desayuno, Kain volvió a su habitación y toco un kunai con forma de tridente, ubicado entre libros, en una pequeña estantería. Canalizo su chakra, su cuerpo parpadeo y al instante siguiente, se encontró en una gran habitación subterránea. Asintió satisfecho con el resultado de sus esfuerzos, había tomado bastantes horas moldear el metal de chakra, pero con un par de kunais basto para crear dos puntos de percepción que se comunican entre sí. El metal de chakra es un buen conductor del chakra y un maravilloso receptor. Esto incremento en varias decenas de metros el nivel de percepción de Kain he hizo posible trasladarse bajo tierra, en donde Hashirama le había construido una habitación de prácticas. El lugar solo tenía una pequeña luz al lado del kunai receptor. Antes había una larga escalinata que descendía más de cincuenta metros bajo tierra hasta llegar a la habitación, pero ahora estaba sellada. La única forma de llegar a este lugar sería que alguien imbuya el chakra de Kain en el kunai de su habitación.
Kain tomo el kunai de la habitación de prácticas y esta vez lo imbuyo en chakra de elemento fuego. Gracias a eso, la hoja se volvió de un rojo carmesí. Kain se volteó y miró la larga oscuridad de la habitación. Calculó donde estarían los candelabros en el techo. Deberían estar en el centro, separados por treinta metros, uno de otro. Lanzó el kunai y este viajo por el aire, pasando por la mecha de los dos candelabros del lado derecho de la habitación. Estos a su vez se encendieron aplacando la oscuridad y dejaron ver la silueta de grandes botellones colgando de argollas.
Kain estuvo atento al vuelo de kunai y una vez que este estuvo a punto de chocar con la pared del fondo, Kain se concentró en el kunai y percibió su presencia. Acto seguido, se auto invoco donde iba volando el kunai y lo trato de atrapar en el aire. Sin embargo, su reacción fue muy lenta y el kunai paso de largo, clavándose en la pared del fondo y prendiendo fuego a los sellos de papel que estaban como medida de protección.
Kain cayó al suelo y después corrió a sacar el kunai de la pared. Gracias al kunai, los sellos de papel se estaban quemando. Así que apunto con su dedo indicé y levantó su pulgar mirando al techo, como si fuera una ballesta y lanzó un chorro de agua.
-Genial- dijo Kain enfadado, soltó un suspiro -ahora tengo que reponer todos esos sellos-
Los sellos en un principio estaban hechos por Mito, pero Kain práctico con tanta fuerza sus técnicas de fuego que tuvo que remplazarlos por unos más resistentes y que pudieran absorber más fuego. Este circuito de sello fue hecho especialmente para absorber fuego como tal, así que el calor térmico del metal de chakra quedaba fuera de sus posibilidades. Por eso se quemó y ahora Kain tenía que trabajar en nuevos sellos de papel.
Kain noto que el metal de chakra perdía el chakra elemental, como un globo que se desinfla poco a poco y la hoja que era tan vivida y roja como una llama, ahora volvió a ser de color gris. Kain imbuyo chakra de elemento fuego en la hoja y esta volvió a retomar el vibrante color rojo. Entonces lo lanzó a uno de los candelabros al lado izquierdo de la habitación y golpeo la mecha para que esta se prendiera. Una vez más se auto invoco en el aire, por donde iba volando el kunai y esta vez lo pudo atajar. Entonces, antes de caer al suelo, lo lanzó una vez más al último candelabro y lo prendió. Una vez más se auto invoco y logro atajar el kunai de manera satisfactoria. Cayó al suelo, esgrimiendo una sonrisa cargada de satisfacción en sus labios y miró la habitación: cien metros de largo por cincuenta de ancho para que pudiera entrenar con todas sus fuerzas. El lugar había sido reforzado para que resistiera los poderosos ataques de Kain sin fastidiar a nadie. A Mito en especial.
Kain hizo una sonrisa intrépida, comenzó a realizar sellos con sus manos. Si iba a comenzar a entrenar, había que empezar con algo genial. Aquí estaba solo y nadie le diría que estaba siendo demasiado violento.
-Katon- grito Kain a vivida voz -Goka Messhitsu-
Entonces tomo aire con todas sus fuerzas hasta que sus pulmones no pudieron soportar más aire y soplo con todas sus fuerzas. Desde sus labios salió una virulenta llamarada azul que rugió como un furioso dragón. Dicha flama se transformó en un torrente de fuego que viajo a lo largo de la habitación y se estrelló contra los sellos en la pared.
Al mismo tiempo, Mito, Naori, Naoko y Biwako estaban hablando. Sin embargo, la conversación se detuvo cuando un fuerte temblor meció toda la casa de lado a lado. El temblor perduro por unos segundos y después se detuvo. Tanto Biwako como Naoko estaban aferradas a Naori. La anciana fruncía el ceño, pero más o menos calculaba la razón de ese temblor.
-De nuevo se olvidó de cambiar los sellos- dijeron al unísono Mito y Naori. Ambas se miraron y asintieron.
-Biwako-chan- dijo Naori -¿puedes preparar algunas cosas para salir? Creo que es un bonito día para ir a visitar a Aoi-chan-
-Sí, señora- dijo la joven Biwako, aun asustada por el temblor.
-Yo hablaré con Hashirama-sama para que lo regañe- dijo Mito, se levantó y camino hasta la puerta corredera. Estaba molesta, así que abrió la puerta con brusquedad y camino como si fuera un gigante, dando fuerte pisotones sobre el piso de madera.
-Lo siento, okaa-sama- dijo Naoko -hablaré con Kain cuando vuelva de sus entrenamientos-
-No tienes nada de que disculparte, es mi nieto, no se le puede hacer nada si es demasiado fuerte-
Naori hizo una sonrisa cargada de satisfacción. Para Mito eran una molestia estos temblores, pero para Naori era como música para sus oídos. Su nieto estaba creciendo como un gran guerrero, más fuerte y poderoso que su padre ¿Por qué debería estar enojada? ¡Ja! Los ancestros deben estar de fiesta en el otro mundo, pensó, un Uchiha los ha superado a todos ellos. Ahora, y, por otro lado, iba a visitar a Aoi por dos motivos. Primero, era para que esa mujer Uzumaki este tranquila. Y lo segundo, porque los constantes temblores le producen dolores de cabeza.
Por la tarde, cuando a Kain sintió hambre, salió de su habitación de prácticas y volvió a su habitación a través del kunai. Después camino por todo el pasillo sin darse cuenta de que estaba hediondo a transpiración. Fue hasta la cocina con la intención de revisar si quedaba comida en las ollas, pero fue innecesario, Mito le había dejado una bandeja con pocillos ya preparados. Había una nota y una advertencia para cuando volviera. Kain sonrió, porque había dibujado al lado de las palabras, un pequeño monigote con las cejas fruncidas y la boca curvada hacia abajo, como si estuviera de mal humor.
Kain tomo la bandeja y la llevo al patio, en donde encontró a su tío sentado en el pasillo que pasaba por fuera de los dormitorios. Hashirama miró a Kain, cargando la bandeja y negó.
Kain se quedó congelado al verlo e hizo una sonrisa incomoda -tío, esto, bueno, no hay nadie- dijo
-¿Qué te han dicho de comer en el patio?- preguntó Hashirama con una sonrisa
-Bueno, la tía y la abuela dicen que a menos que sea un caso especial, siempre debo comer en la mesa. Para algo está en el comedor-
-Así es- dijo Hashirama con una pequeña sonrisa, soltó una risita y le dijo -ven, coloca la bandeja acá- palmeo la madera del pasillo, a su lado derecho y continuo -por mí no hay problema, pero que no te llegue a ver tu tía o tu abuela, te meterás en problemas-
-Yo sabía que el tío es el mejor-
Kain coloco la bandeja en el pasillo. En ese momento el cielo estaba despejado, de un celeste esperanzador. Hacia un poco de calor, pero corría una suave brisa. Kain se sentó en el pasillo, con los pies colgando y casi rosando la tierra. Tomo un cuenco y unos palillos para ponerse a comer. Primero empezó con la carne y el arroz.
-¿Qué pasa con tus verduras?- preguntó Hashirama
-Bueno, eso, las dejo para después-
-Nada de eso, comete las verduras. Si no le diré a tu tía que las andas dejando o que las botas-
-Esa es una calumnia- replico Kain
-Bueno, tu merecido por ser un niño consentido-
Kain hizo un puchero y dijo -el tío es malo-
-¿Pensé que era el mejor?-
Kain agacho la cabeza y, de todos modos, tomo el cuenco con verduras. Había muchas formas de preparar verduras, pero por alguna razón, le desagradaba en la sopa. Hashirama lo miró comer, complacido a pesar de que Kain arrugaba la nariz, bebiendo la sopa y comiendo las verduras. Le peino el cabello con sus ásperas manos y miró con dirección al bosque. Sin embargo, de repente se puso tensó, sintió como si algo anduviera moviéndose entre los matorrales y los árboles. De repente vio que algo resplandeció, hizo circular su chakra por efecto reflejo y levantó su mano izquierda para cubrirse el rostro. Un metal le atravesó a la mitad de la palma y quedó incrustado. Por el reverso de la mano se veía una punta filosa, a solo unos centímetros del ojo derecho de Hashirama. Escucho como un cuenco de greda cayó al suelo y se hizo añicos. Para después escuchar un grito furioso.
-¡Maldito!- grito Kain furioso, el cual reacciono en cuanto noto que Hashirama tenía la mano atravesada por un kunai y la punta a solo unos centímetros de su ojo derecho. Al instante siguiente saltó y corrió hacia el bosque. Iba descalzo, pero con el refuerzo del chakra la aspereza y dureza de la tierra y las piedras no fue problema.
-Ven acá, hijo de puta- grito Kain colérico, totalmente perdido en su furia. Entro a la arboleda y siguió corriendo con todas sus fuerzas. Pudo percibir que había alguien veinte metros por delante de él, aumentaba su velocidad para poder huir, pero Kain también aumento su velocidad para impedirle escapar. Kain metió las manos a las mangas de su kimono y saco una docena de kunais. Espero que se generara una apertura entre las ramas de los árboles y lanzó los kunais con fuerza y precisión. Estos volaron por entre medio de las ramas, generando una parábola y alcanzando al asesino. Este último giro su rostro mientras continuaba corriendo y notó como las cuchillas volaban en su dirección. Se dio media vuelta, saco un kunai de su bolsa con cada mano y trato de interceptarlos todos. Sus movimientos fueron rápidos y precisos, pero al final, dos un kunai le hirió una pierna y otro un brazo. Esto lo incomodo, pero siguió corriendo, sudando a mares. ¡Se supone que el niño con suerte tenía la destreza de un jounin! Al mismo tiempo, dejo un rastro de sangre.
Kain corrió, impulsándose con más fuerza y saltó hacia las ramas de los árboles. Después saltó de rama en rama hasta que el bosque termino y pudo ver al asesino. Corría por encima de los techos de las casas de los civiles. Estos a su vez salieron corriendo, aterrorizados por la súbita aparición de un shinobi ajeno a la aldea. Por lo general, todos los shinobis que andaban a la luz pública ocupaban nobles ropas como kimonos y otras finas prendas. De lo contrario, llevaban la chaqueta verde con el espiral rojo en la espalda.
Kain salió de la arboleda y continuó persiguiendo al asesino vestido con ropa negra. Saltó de techo en techo, imprimiendo más velocidad a sus pasos y tratando de alcanzar al shinobi. Una vez que estuvo a cinco metros, el shinobi pudo percibir que lo estaban alcanzando y comenzó a lanzar kunais a medida que seguía corriendo. Sin embargo, dicha estrategia fue inútil. Kain calculaba la trayectoria de los kunais y los tomaba con su mano derecha. Después los pasaba a la izquierda y los lanzaba de regreso. De esta manera, el shinobi asesino se vio cortado en sus brazos y piernas en numerosas veces, hasta que entendió que era una mala idea ocupar kunais.
-Veamos si te gusta esto- dijo el shinobi con una voz torpe y ahogada por el pañuelo que le cubría la boca. Lanzó kunais con sellos explosivos y estos explotaron en una casa, por delante de Kain, cortándole el paso. No obstante, esto aseguro que Kain lo perseguiría hasta la muerte.
-¡Hijo de puta ¿Como te atreves a dañar mi aldea?! Te arrancaré los brazos y piernas- grito Kain furioso
Esta vez, Kain puso ojo en los kunais explosivos y a medida que el shinobi los iba arrojando, Kain lanzaba kunais para que estos se desviaran y cayeran en lugares donde hicieran el menor daño posible.
Al final, el shinobi dejo de lanzar kunais y puso todas sus fuerzas en salir de Konoha. Una vez que llego a la gran muralla que marcaba el fin de la aldea, corrió ascendiendo por la muralla y al llegar a la cima dio un salto hacia afuera. Sin embargo, fuera de todos sus cálculos, Kain lo continúo persiguiendo y salió por primera vez de la aldea.