Habían pasado un par de meses desde el encuentro de Kain y Orsted. Durante ese lapsus, la boda de Elinalise se concretó. Fue entregada en el altar por Kain Jr como lo habían acordado y toda su familia la acompaño. Tanto de parte de Shylphiette como de Kain.
Por otro lado, Kain podía ir a ver de nuevo a Sylphiette. Esto lo hizo muy feliz, ya que pudo deleitarse viendo a Lucy dar sus primeros pasos. Sintió casi la misma alegría que cuando vio caminar por primera vez a sus hijos o a Sylphiette. Todos fueron preciosos para él y Lucy no sería menos.
Entre medio de todo ese deleite y alegría, Kain se enteró de que Orsted empezaría a moverse por su propia cuenta y a moldear el futuro. Su ayudante por el momento sería el muchacho Greyrat. Kain le dijo a Orsted que podían unir fuerzas con la familia Tsuki, pero el Dios Dragon se negó. Según él, era mejor que avanzaran por caminos diferentes. De esa manera si fallaba uno, quedaría el otro. Kain no insistió más y siguió dedicándose a los suyo.
Ahora, después de que el otro día Lucy tuviera su primer cumpleaños. Los tres grandes le informaron a Kain que se estarían moviendo con dirección a Asura. Sin embargo, no serían los únicos, Rudeus, Sylphiette y la muchacha pelirroja que ahora era otra de las esposas, los seguirían. Al parecer, Ariel tuvo una conversación con Perugius y con la ayuda de Ars, obtuvieron su respaldo. Ahora irían a tomar el trono antes de que el hermano mayor de Ariel fuera coronado. Esto dentro de todo no le importo mucho a Kain, sus hijos habían desarrollado su touki al nivel de un emperador. Así que no sería problema llegar a Asura, incluso si tuvieran que forzar su camino.
Lo que sí le importo a Kain, fue que le encargaron a Lucy. Kain se volvió loco mientras tomaba a la pequeña y la lanzaba por el aire riéndose como un loco. En realidad se la habían encargado a Elinalise, pero Kain se adelanto y le dijo que la podía cuidar.
Así que mientras sus padres andaban en una misión, Lucy fue a recorrer el desierto de Lapan, viajo a Millis y se subió a la nave de Perugius.
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Una vez que Ars y Ariel se coronaron como rey y reina, el tiempo pareció volar para Kain. No sabe cuándo fue, pero sus hijos comenzaron a tener sus propios hijos. La ciudad de Lapan paso de tener trecientos a seiscientos habitantes. Elías comenzó a dirigir la ciudad y Kain se dedicó a estudiar numerosos mecanismos. A los pocos años, todos los hijos y esposas de Kain se trasladaron a Lapan y crearon otra mansión. La única que no estuvo conforme con este cambió definitivo fue Victoria, ya que encontraba un enorme derroche de dinero haber construido la mansión en la playa.
Por otro lado, Kain Jr fue nombrado caballero de Asura por su propio hermano y el título del Dios del Agua, bajo la sugerencia de Isolte, fue eliminado de los altos cargos. Para Isolte en su momento fue un motivo de preocupación y no quería que sus descendientes se sintieran agobiados por algo que no retribuía tanto como lo que pedía. Así que ella también paso a ser un caballero.
A los pocos años después, la princesa del Castillo Triturador del Caos, Silvia, contrajo nupcias con Elías. De igual manera, María también contrajo nupcias ese mismo año. Aunque ya llevaban una vida marital con Elías, María había pospuesto este tema para complacer a Silvia que en aquella época todavía era joven. Así que después de eso, la familia Dragonroad tuvo una parejita alada el siguiente año. Entre Kain y Perugius, se dividieron en diferentes bandos ya que cada quien tenía un nieto favorito. No obstante, solo fue la riña de dos abuelos cariñosos.
Después de eso, los años siguieron volando sin freno y dentro de todo ese trajín, algo que marco a la familia, fue los descensos de Barbara y Reida. Kain cayó en una gran depresión en ese momento, así que dejo de trabajar por varios años en Lapan. Pero no importo cuanto tiempo paso Kain divirtiéndose y compartiendo con sus esposas, el tiempo es algo que no perdona. Veinte años más tarde, falleció Catalina y diez años después, Victoria, Lilia y Cristina. Un año más tarde fue Therese y a Kain solo le quedo Maaya para hacerle compañía. Kain pensó que como la abuela Mamiko tuvo una gran longevidad, Maaya también duraría por bastante tiempo. No obstante, murió dos años después.
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A las afueras del gran cementerio de Lapan, había un hombre de cabellos blanco sentado sobre una banca mientras miraba como transitaba la gente por las veredas y los carruajes mágicos por las calles. Este último era un artilugio que todavía conservaba muchos aspectos del antiguo modelo, pero la tecnología que lo soportaba hoy en día, era de lo más avanzada. Para empezar, los creadores le instalaron un sistema de propulsión alimentado por mana. El convertidor ocupa muy poca potencia, que hasta un niño lo podía hacer funcionar. Cosa de por si buena, pero los mismo creadores tuvieron que colocarle un identificador, por problemas que tuvieron durante los pasados años. Los niños son curiosos y gracias al sistema de soporte vital, esos incidentes nunca llegaron a mayores, pero obligaron a los creadores a innovar en sistemas de identificación.
Pero dejando de lado todo el sistema que respalda el carruaje mágico, el hombre de cabello blanco llevaba una hora sentado en la banca. Saco su pipa, la lleno de tabaco y se puso a fumar reclinado sobre la banca, con la pierna izquierda cruzada sobre la derecha. Gesto que dentro de todo fue notado por los transeúntes y le dieron miradas de pena. En la ciudad tecnológica de Lapan se seguía permitiendo fumar, pero hoy en día se le consideraba una enfermedad mental, similar al alcoholismo o a la drogadicción. No obstante, la gente no es que te mire con desagrado, es solo que ellos piensan que eres una pobre alma que naciste en un mal país. En donde todavía no hay un sistema avanzado que maneja la información de los censos y el producto interno bruto.
Por otro lado, Kain desde la banca, sonreía al mirar a la gente y sus expresiones. Lapan se había convertido en todo lo que el soñó en su momento. No había discriminación, ni nobleza, ni excesiva desigualdad en los escalafones sociales. No es perfecto, pero por lo menos, nadie puede venir y forzarte a hacer algo que no quieres. El sistema de leyes está fuertemente blindado, Kain no cree ni por asomo que sea infalible, pero es cien veces mejores que en los otros países. No obstante, todavía existe pobreza, pero es tan poca, que se le ve como un asunto más en la agenda de la nación. Así que dentro de todo, Kain está conforme hasta a donde ha llegado.
Después de terminar de fumar, Kain guardo su pipa y se levantó de la banca. Camino hasta la enorme reja de entrada del cementerio y se acercó al lado derecha de la entrada. En ese lugar había una anciana florista. Kain compro ramo de flores de diferentes tipos y después de pagar, entro al cementerio. El lugar tenía trescientas lapidas alineadas en un gran campo, las cuales pertenecían a las trecientas personas que comenzaron con la ciudad tecnológica de Lapan. A los lados estaban las pocas lapidas de los que les precedieron y algunos que por asares del destino murieron. Mas atrás de la grupo de trescientas lapidas, a unos cincuenta metros más allá, había un mausoleo majestuoso. Parecía una casa hecha de mármol con pilares romanos a la entrada.
Kain camino surcando el caminillo hecho de adoquines mientras sentía una suave brisa que le rosaba las mejillas. Kain llego al mausoleo y abrió el cerrojo con una llave. Después entro y se encontró con una hilera de ocho tumbas. A los lados había espacio para más tumbas, pero gracias a la suerte, pensó Kain, nunca han sido ocupadas. Por otro lado, las ocho tumbas pertenecen a las esposas de Kain y como la familia Tsuki sabe cómo funcionaba el dios humano. Kain le pidió al viejo Xiao que tome las almas y las envié directo al origen. De esa manera, no tendrían que ver al dios de este mundo.
Kain por su parte limpió el tierra que había sobre las tumbas y deposito una flor en cada tumba. Rosa roja para Lilia, Rosa blanca para Victoria, girasol para Catalina, una flor de loto para Maaya y así sucesivamente, una flor diferente para cada esposa. Mientras Kain miraba las ocho tumbas, soltó un suspiro. Ellas no estaban aquí, de forma literal se habían ido a otro mundo, pero estar en presencia de sus cenizas, le producía cierto confort. Kain se quedó contemplando las tumbas hasta que la puerta del mausoleo chirrió. Miró de soslayo y vio a tres personas. Elías, que ya era un elfo maduro. La joven alada Silvia, que junto con Elías no había envejecido y María, que ahora era una mujer de edad avanzada.
-Padre, podrías habernos dicho que ibas a venir- dijo Elías con una voz profunda
-No era necesario, de todas maneras iría a la tarde a verte. Vengo a despedirme, iré de viaje por un tiempo y volveré en unos cuantos años- respondió Kain sin apartar la mirada de las tumbas.
-¿Adonde vas?-
-Iré; iré a un lugar lejano. No te preocupes, cuando me necesiten, ahí estaré. Es solo que necesito estudiar otras cosas y este mundo no es el lugar propició para eso-
-Espero que se cuide suegro- dijo Silvia con una voz cristalina
-Lo haré niña, lo mismo ustedes, cuídense y permanezcan unidos, lo necesitaran-
Kain pensó que con suerte, María viviría una decena de años y después partiría. En ese momento, Elías probaría el mismo dolor que él. La tristeza de persistir en el tiempo mientras vez a tu familia desaparecer.
Después de compartir unas palabras, Elías, Silvia y María presentaron sus respetos a los fallecidos. Esto se le consideraba fuera del marco de Lapan, una ciudad regida por la lógica de la ciencia y el conocimiento, pero como una regla no escrita, nadie nunca critico el hecho de ir a visitar tumbas. Si les quitaban ese lado ilógico del ser humano, dejarían de ser personas y se volverían maquinas.
Después de compartir media hora de silencio, Kain, su hijo y sus nueras salieron del cementerio. Se subieron a un carruaje mágico y se fueron a la mansión Dragonroad. Lugar que dentro de todo, ha dejado de ser tan vivido. Kain no es el único que se a alejado de sus hijos. A todos sus hijos les a pasado lo mismo y así sucesivamente.
Ars sigue estando en Asura, lidera a los posibles candidatos a rey y trata de mantener un ojo sobre los nobles. Hace muchos años que dejo de ser rey, pero aun se le considera como una prominente figura en Asura.
Por otro lado, después de que muriera Isolte, Kain Jr dejo Asura y se fue a vagabundear por el mundo. A conocer cada centímetro de tierra. A visitar cada ruina arqueológica y mazmorra encontrada. Siempre fue su sueño, pero lo pospuso todo este tiempo por su familia.
Por su parte, Elías se dedica a desarrollar tecnología y Silvia se preocupa de dirigir la ciudad. Ella recibe mucha ayuda de sus hijos, pero comento que no cree que pueda dejar el cargo por los próximos doscientos años. Según Silvia, Lapan y el continente Bergarito son demasiado frágiles aun para ser gobernados por personas que morirán al corto plazo.
Después de pasar el día con ellos, Kain dejo la casa y salió a conversar con Elías. Caminaron por las nocturnas calles de Lapan. Las cuales eran iluminadas por un sistema de luces que en el día absorbían la energía del sol y de noche iluminaban.
Mientras bordeaban la ciudad, fueron una vez más al antiguo laberinto de Lapan. Algo que dentro de la comunidad, se le consideraba una joya arqueológica de otra era. Avanzaron por la escalinata que había a un costado de la entrada y subieron hasta lo más alto de la montaña que estaba sobre el laberinto. La ciudad de Lapan se veía hermosa, como un gran circulo de luces perfectamente coordinadas y alineadas. Kain recordó aquella época cuando comenzó y en lo comparo con lo que se convirtió ahora. Estaba satisfecho con este resultado. Aquí podían vivir tanto elfos como demonios y nadie les diría nada. Nadie les pondría la etiqueta de semi humano.
-Muchacho- dijo Kain sin apartar la mirada del circulo de luces, una brisa le levanto el cabello y ondeo en la oscuridad.
-Sí, padre- respondió Elías
-Toma- dijo Kain estirando su mano.
Elías puso sus manos debajo de la de Kain y recibió una pelotita de color naranja.
-¿Qué es padre?- pregunto Elías
-Medicina, muchacho- respondió Kain -alargara tu vida unos cien años, pero no le digas a nadie-
Elías se quedo congelado por un instante y después le dijo -Con esto podrías…-
Pero Kain no lo dejo terminar -podría haber extendido la vida de tus madres, pero eso no sería bueno. Los seres humanos tiene un ciclo natural e interrumpirlo no es la mejor de las ideas-
-Pero-
-Ya te lo dije, no es bueno. Solo te doy esto porque esa niña vivirá por lo menos de forma natural, cien años mas que tu. Al menos cumple tu labor como un buen marido y acompáñala hasta el final de sus días-
Elías pensando en María y que pronto lo dejaría, soltó un lagrima y le dijo -gracias padre-
-Solo por si acaso, no se te ocurra ocuparla en María. Esta pastilla solo devuelve la vitalidad al cuerpo, pero de ningún modo, repara la vejes-
-Lo entiendo padre, recién lo dijiste-
Kain sonrió y dejo de mirar al circulo de luces. Se acerco a Elías y lo abrazo. Kain dijo -sé que lo entiendes, pero el corazón a veces no entiende de lógicas. Será doloroso pero todo el mundo tiene que pasar por esto, forma parte de vivir-
-Gracias padre-
-Soy tu viejo, es natural que me preocupe por ti. Recuerda que todavía queda Silvia, no la dejes sola, ella te necesitara y tu a ella-
-Mmm- pronunció Elías mientras sollozaba como un niño en los brazos de su padre.