Capítulo 199: Una excelente adición

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Rayos poderosos caían estrepitosamente como si fueran el castigo divino del mismo Cielo.

De pie en el balcón, Lambard observaba caer el relámpago.

—Y así comienza...

Un hermoso domo dorado apareció alrededor de toda la ciudad, protegiéndola de la ira de la Santa Sacerdotisa del Relámpago, al menos por ahora.

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Después de ser atacada por Gabriel, Lira había abandonado el bosque cercano a la Ciudad de Lumen, donde se hospedaba, imaginando a Gabriel muerto por su maldición.

Aunque él estuviera muerto según ella, aún necesitaba encontrar el paradero del Bastón Ancestral de la Oscuridad, y la única persona que creía que podía ayudarla era Lambard.

Lamentablemente, la vista que tenía ante sí no era agradable. Podía ver cientos de magos a lo lejos. Más de la mitad de ellos pertenecían a la Iglesia del Rayo, mientras que el resto pertenecía a la Iglesia del Agua. También había aquí algunos sumos sacerdotes de la Iglesia de la Luz.