DE VUELTA A CASA 1

Mientras Anna y Noah se preparaban para volver a la familia de ella, en la casa de la familia Yong, Nari revisaba su teléfono. Una dulce sonrisa se dibujaba en sus labios.

Tan solo había pedido a su equipo que publicara una noticia inofensiva que jamás pensó que se intensificaría de este modo.

Diferentes cuentas de odio masivas habían sido creadas en contra de Anna. Era como si todos hubieran estado esperando el momento oportuno para atacarla. Para recibir tanto odio, Anna debió haber molestado a alguien de la alta jerarquía. Nari sonrió.

Ella no necesita hacer mucho más, últimamente todo ha estado funcionando a su favor. Verá cómo Anna podrá siquiera pensar en mejorar su situación después de esto.

—¿Por qué no me contaste sobre el incidente en el centro comercial? —Mack entró al salón donde Nari estaba sentada con Verónica caminando a su lado.

—Porque no era importante —Nari declaró.

—Ella los humilló a ambos.

—Quería darle una lección pero Nari ya tenía algo en mente —Verónica encontró su camino al sofá y se sentó.

—Madre, sabes que Anna siempre ha sido así conmigo, alardeando de su riqueza porque tiene suerte. Esa es una de las razones por las que trabajé tan duro —Sonrió.

—Oh mi Nari, y tu duro trabajo ha dado sus frutos —Verónica dijo y Nari sonrió echando un vistazo a Mack, quien solamente la observaba en silencio. Estaba enojado porque Anna había humillado a su futura esposa y madre.

Esa niña mimada... —Insultó internamente apretando los dientes—. Haría que pagara por todo lo que le había hecho a Nari.

—La primera vez que intenté destruir su imagen, la noticia fue retirada de Internet en un instante —dijo Mack—. No solo desapareció la noticia, después de ese día su compañía nunca volvió a ser la misma. Estaba seguro de que tenía algo que ver con los Sui, pero ¿desde cuándo tenían tanto poder para destruirlos si casi estaban a la par en riqueza?

¿Y qué está sucediendo ahora? ¿Por qué su nombre está siendo mancillado y no se hace nada? ¿Hay algo mal con ellos?

Mack sacó su teléfono y envió un mensaje a alguien. Una vez que terminó de enviar el mensaje, sus ojos se encontraron con Nari, quien observaba atentamente con una sonrisa.

... Siempre supe que no era una buena persona al pensar que pretendió durante años —Verónica chasqueó la lengua.

—Se lo dije, pero nunca escuchó —dijo Nari con calma.

—Eres inteligente Nari. Recuerdo que ella solía ser tu mejor amiga, ¿qué hizo otra vez? —Verónica preguntó a su nuera.

Nari apretó los puños, frustración grabada en su rostro inocente mientras recordaba el pasado. —Ella es buena desprestigiando a todos. Quiere ser la única que triunfa —murmuró, su voz llevaba la amargura de celos que solo ella podía sentir.

Anna, ajena a los planes de Nari, continuó tratándola con amabilidad, un hecho que solo alimentaba la ira de Nari. —Nunca en un cuento los ricos son amables y humildes —pensó Nari, su mente luchando con sus pensamientos.

En su narrativa deformada, Nari se considera a sí misma como la inocente, destinada al éxito, mientras que Anna desempeña el papel de la enemiga celosa, destinada al fracaso. Pero Anna destrozó ese guion sin saberlo. No era amargada en lo absoluto, era tan humilde como el polvo y amaba a todos los que cruzaban su camino.

Nari reflexionaba amargamente sobre el pasado, recordando cómo Anna la había sacado de los barrios bajos y le había brindado nuevas oportunidades. Solo ella sabía quiénes eran los padres de Nari y por eso Nari lo utilizó en su contra. Por eso hizo esa publicación con la ayuda de Mack.

Determinada a reescribir la narrativa para que encajara con sus nociones irracionales, Nari manipuló a todos. Sembró semillas de duda entre sus amigos, retratando a Anna como una amiga falsa.

Ha manipulado exitosamente a todos para que piensen que Anna es una mala persona —Mary sonrió ante sus pensamientos—. Ahora que pensaba en todo lo que le había hecho a Anna, no se arrepiente ni un poco. Si le dieran una segunda oportunidad, lo haría todo de nuevo.

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—Qué demonio sin corazón. Esa chica es mala, es bueno que Mack no terminara con ella —Verónica escupió. No podía creer que alguna vez había querido que su hijo se casara con Anna.

—¿Cómo fue tu reunión, Mack? —preguntó Nari y Mack, que se sentó a su lado, se encogió de hombros.

—Fue genial. Parece que el señor Declan quiere cerrar toda la empresa y reconstruirla. Pero sea lo que construya aún tendré mis acciones en ella —Mack sonrió. Aunque había vendido la compañía de su padre, no la vendió completamente ya que exigió un 2% de las acciones en la empresa.

Fuera lo que fuera que el señor Declan quisiera construir allí, él sería parte de ello. Para él, este es el movimiento empresarial más grande que ha hecho.

—¿Cómo fue tu chequeo? —Mack usó sus manos para quitar unos cuantos mechones de pelo que entraban en los ojos de Nari mientras le hablaba. Verónica no pudo evitar sonreír ante su acción. Estaba feliz de que su hijo hubiera encontrado a la mujer adecuada.

Al recordarle sobre el embarazo, Nari se puso un poco triste pero sonrió. Desde que se enteró de que había alguien más en este país más rico que Mack Yong, de repente ya no quería estar con él.

Quería el pez más grande del mar. Aquel que había asistido a la subasta. Según lo que había investigado, le dijeron que era nada más y nada menos que Noah Declan. El hombre oscuro estaba allí en carne y hueso pero ella no pudo ver su rostro. Ninguna persona ordinaria lo ha hecho.

Estuvo allí con una mujer. Una vez que descubra quién es esa mujer afortunada, estará un paso más cerca de él.

Esa era una de las razones por las que había visitado a Mack en la oficina más temprano. Pensó que vería a Noah Declan, pero lamentablemente llegó su asistente.

—El doctor dijo que he estado muy estresada últimamente y que necesito descanso... —ella se detuvo recordando la vergüenza que había recibido hoy de otras madres lactantes. Todas murmureaban y la miraban como si fuera la pecadora más grande del mundo.

Nari frunció el ceño ante su pensamiento y luego se volvió hacia Mack, —Sé que el doctor Austin ha sido el médico de la familia Yong durante años, ¿puedo visitar a alguien más?

—¡No! —Verónica dijo rápidamente—. Austine fue quien me ayudó cuando estaba embarazada de Mack y le prometí que mi familia y generación nunca visitarían a otro médico excepto él —Verónica frunció el ceño a su nuera.

Estaba cansada de contarle a Nari esta historia una y otra vez sobre por qué no podía cambiar al doctor Austine. Era como si Nari hubiera decidido hacerse la sorda a sus palabras.

Ella miró a Nari con sospecha.

—Lo siento, olvidé eso, madre. Entonces, ¿puedo organizar una reunión privada con él solo? —Verónica rió.

—Estás tan acostumbrada a los tratos VIP que ya no sabes qué es una vida normal, mi querida. Cuando te mezclas con otras mujeres embarazadas, consigues escuchar sus experiencias y aprender algo de ellas —Verónica explicó—. No quiero eso. Aprender de ti es suficiente —Ella no sabía cómo decirle a su madre política sobre el maltrato que recibe de esas mujeres.

—Buscaré un buen lugar adonde podamos ir de vacaciones para descansar por un tiempo. Necesitarás mantenerte alejada de internet por algún tiempo también. Probablemente hasta que hayas dado a luz con éxito —No puedo —Anna negó con la cabeza. ¿Qué tal si decide tomarse un descanso y Anna regresa? No podría correr ese riesgo.

—¿Qué quieres decir con que no puedes? Necesitas las vacaciones, Nari.

—Puedo manejarlo. Descansaré aquí tal vez dos veces por semana —Eso era mejor que dejar su trabajo por meses. Preferiría perder al niño que perder su trabajo.

Justo mientras hablaban, el teléfono de Mack sonó.

—Señor, acabamos de descubrir que el general Sui está gravemente enfermo —Sonrió ante la información...```