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Capítulo 22: Wei Lan Feng, entidad espiritual

Tang Yuri estaba sentada en un carruaje que viajaba de regreso a la mansión Jian, estaba ocupada devorando un trozo de pastel mientras sonreía como una niña, a su lado Yang Qian Yuan solo le miraba fijamente con extrañas emociones parpadeando en sus ojos color miel.

- ¿Por qué me miras así? - Tang Yuri se detuvo de repente y miró tímidamente a Yang Qian Yuan, no se sentía capaz de mantenerle la mirada al joven, no con su corazón latiendo desbocado en su pecho, incluso hasta ese momento todavía le era difícil controlar el enrojecimiento de sus mejillas.

- ¿Acaso no puedo contemplar a mi prometida? - Yang Qian Yuan se encogió de hombros y siguió contemplando el devastadoramente hermoso rostro de la niña sentada junto a él.

- ¡¿Qué mierd...?! ¿Quién es tu prometida? - el rostro de Tang Yuri se enrojeció y ella desvió la cabeza hacia la ventana para ocultarlo.

Yang Qian Yuan contuvo su risa al ver el adorable rostro enrojecido de la niña, sus ojos normalmente indiferentes y fríos ahora transmitían calidez y ternura al ver el perfil de su prometida.

¡Fiss!

Con su agudo sentido del oído, Tang Yuri distinguió a lo lejos el sonido del metal siendo golpeado... pero no era lo único que escuchaba, escuchaba otro sonido que hizo que sus pupilas se contrajeron.

- ¡Detén el carruaje! - Tang Yuri ordenó con la mirada contraída y de su cuerpo emanó una frialdad tan grande que era antinatural.

El cochero no se atrevió a desobedecerla e incluso Yang Qian Yuan entrecerró sus ojos con intriga.

Antes que el carruaje se detuviera por completo, Tang Yuri ya estaba bajando de él, se paró a unos metros de la linde del bosque mientras agudizaba su oído para rastrear la fuente del sonido.

¡Fiss!

Tang Yuri empezó a caminar a grandes zancadas seguida de cerca por la mirada de Yang Qian Yuan y sus guardias, ella se giró levemente para mirar de reojo a Yang Qian Yuan y después me sonrió levemente antes de extender lentamente su mano frente a ella, al hacer esto un inestable agujero negro se formó y Tang Yuri dio un paso dentro de él, dejando a los guardias espantados y a Yang Qian Yuan sonriendo irónicamente antes de desaparecer en una densa niebla verde oscuro para seguirle el rastro.

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Tang Yuri reapareció más profundo en el bosque, se apoyó contra un árbol para controlar el leve mareo que le provocó el viaje, su rostro estaba levemente pálido y sus labios estaban secos. Esta era la consecuencia de su poder de agujeros negros, si no era suficientemente fuerte para ellos podía debilitar enormemente su cuerpo, esto solo ocurriría hasta que rompiera en el reino Dadi de refinamiento espiritual o hasta que se contratara con una entidad espiritual de su mismo atributo.

¡Fiss!

El ruido ahora era más cercano que nunca, esto hizo que Tang Yuri levantará su rostro pálido para encontrarse cara a cara con una jaula en cuyo interior había un ave... una magestuosas ave de plumaje rojo y amarillo en el cual se encendían llamas furiosas y brillantes, su cola era larga y también ardía en llamas, sus pequeños ojos eran negros y brillantes pero contenían un brillo de desesperación y angustia... era un fénix, varía sus alas en llamas para intentar escapar de la jaula, pero sin importar cuanto lo intentará siempre sería un intento fallido.

La mirada de Tang Yuri se contrajo al observar el irreal paisaje frente a ella, sus ojos contenían rastros de sorpresa y un ápice de ira al ver como la magestuosa criatura trataba desesperadamente de escapar. Apretó sus dientes con ira y camino tambaleante en dirección a la jaula, sintiendo leves mareos que casi la hacen tropezar si no fuera porque un par de brazos le rodearon la cintura para estabilizarse, estaba a punto de soltarse de ese agarre cuando escuchó la voz que le dejo sobre su coronilla:

- Eres muy escurridiza mi querida Ri'er...

- Tú... cómo... - Tang Yuri no supo que decir al reconocer que quién la sostenía era nada más y nada menos que Yang Qian Yuan.

- ¿Crees que puedes huir de mi?

- No eres normal... - la mirada de Tang Yuri se volvió sombría al levantar levemente su cabeza para fijar sus iris color azúl marino en los brillantes ojos color miel de él.

Yang Qian Yuan solo sonrió mientras una de sus manos acariciaba la mejilla de la niña con suavidad.

¡Fiss!

Tang Yuri respiró hondo para calmar sus emociones, después volvió su atención a la jaula que se sacudía continuamente por los intentos de escape del fénix. Tang Yuri estiró su mano derecha en dirección a uno de los barrotes de la jaula, un fuerte viento que provocaba silbidos se escuchó por unos minutos antes de que un rotundo sonido de metal roto se escuchara, los barrotes de la jaula uno a uno se tornaron de color negro y al siguiente segundo la mitad de ellos cayó en pedazos al suelo lleno de hojas secas del bosque, el fénix soltó un chillido magestuoso antes de convertirse en cenizas al insinerarse en llamas. Una figura femenina apareció de repente al ser las cenizas transportadas por el viento, era una mujer de unos 18 años de edad que tenía el cabello de color negro con las puntas rojas como si se estuviera quemando, su piel era pálida y delicada como la porcelana, sus cejas curvadas y delgadas con pestañas largas y negras, su rostro de forma ovalada poseía un par de delgados labios color cereza que formaban una sonrisa inocente.

La mujer se arrodillo frente a Tang Yuri mientras que con su voz levemente ronca decía:

- Está humilde criatura espiritual, Wei Lan Feng, agradece la gracia de la Joven Señorita al haberla liberado.

- ¿Wei Lan Feng? Levántate - Tang Yuri se soltó del abrazo de Yang Qian Yuan para ayudar a la chica a levantarse - ¿Cómo te sucedió esto, Wei Lan Feng?

Los estrellados ojos negros de Wei Lan Feng se llenaron de lágrimas al sumirse en sus recuerdos, pero se negó a dejar que una sola lagrima resbalara de sus ojos.

- Está humilde criatura espiritual estaba protegiendo a su maestro, pero fui engañada y apartada de mi maestro...

Tang Yuri frunció sus cejas y apretó su puño.

- Si es así debes ir de inmediato en su búsqueda - Tang Yuri palmeó el hombro de Wei Lan Feng con una sonrisa amable.

- ¿Cómo podre agradecer la gracia de la Joven Señorita?

- No me debes nada. Pero si quieres agradecerme... una vez que salves a tu maestro debes hacer que lo conozca, ¿esta bien?

- Es mi promesa a la Joven Señorita que me ha salvado la vida - Wei Lan Feng se arrodillo una vez más antes de darse la vuelta y prenderse en llamas de nuevo para desaparecer en una nube de ceniza y reaparecer como fénix en el siguiente segundo para batir sus grandes alas y levantar vuelo con una rapidez inhumana para desaparecer en el horizonte en un destello de luz roja.