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Capítulo 21: ¿Me estás regañando?

Huo Zhao apretó sus dientes con fuerza y señaló a un joven cerca de él con enojo, el joven asintió vigorosamente antes de acercarse amenazante hacia Tang Yuri.

Tang Yuri curvó sus labios en una cruel sonrisa, su elegante figura no retrocedió ni un paso, ella observó cómo el joven levantaba la mano para abofetearla, sus ojos brillaron con crueldad y extendió su mano hacia la derecha tomando con su poder mental la daga larga de acero de damasco de las manos de Mo Qing, cuando la tuvo firmemente agarrada la blandió en un rápido movimiento hacia la mano del joven que empezaba a descender sobre ella. Todo esto tarda mucho en explicarse pero en realidad paso en el espacio para cinco respiraciones.

- ¡AH!

El agudo gritó del joven se escuchó recorrer por toda la tienda y hasta llegó a oídos de las personas en la calle cercana. La mano cortada del joven cayó al suelo en un charco de sangre y el joven sostenía su brazo sin mano mientras gritaba de dolor, Tang Yuri frunció el ceño con desagrado al mirar al joven que gritaba frente a ella, dio una palmada al aire y una fuerte corriente de aire se levantó para mandar a volar al joven que cayó pesadamente en el centro de la calle ante las atónitas miradas de la multitud.

- Me disculpó por el escándalo, señora - Tang Yuri sonrió avergonzada a la tendera mientras se inclinaba en una leve reverencia.

La mujer hermosa estaba congelada por un segundo antes de que su semblante volviera a ser cordial y sonriente, más su corazón temblaba vigorosamente.

- No se preocupe, estimada cliente - respondió ocultando los destellos de temor en sus ojos bajo sus largas pestañas.

- Tú... - Huo Zhao tenía el rostro pálido mientras retrocedía un pasó, un terror ilimitado pareció ahogar su corazón.

Tang Yuri recordó la razón de todo el escándalo y miró con frialdad al joven de túnicas naranjas, dio un paso para acercarse mientras Huo Zhao daba otro hacia atrás.

- ¡Tang Yuri! - de repente de la multitud salió un joven de cabello rubio y ojos color miel vestido con una fina túnica color verde y un colgante de jade escrito con el nombre 'Yang' colgando de su cuello.

- ¡Saludos a su Alteza, el Príncipe An!

La multitud inmediatamente se arrodillo al reconocer a la persona que había llegado.

Yang Qian Yuan hizo un ademán con su mano para que pararan, luego camino con indiferencia hasta pararse frente a Tang Yuri y analizarla con su mirada indiferente pero profunda.

- ¿Qué ha pasado? ¿estás herida? - le preguntó Yang Qian Yuan con una voz mucho más suave que de costumbre, sorprendiendo y asustando a la multitud.

Tang Yuri bajó la espada en su mano que todavía goteaba sangre y retiro su aura de frialdad para reemplazarla por una de indiferencia, después se encogió de hombros y dijo con su voz como la brisa de primavera:

- No mucho. Solo defiendo mi integridad.

Yang Qian Yuan sonrió mientras sus ojos destellaban con diversión:

- Eres despiadada. No puedo creer que le hayas caído bien a mí Hermano mayor y a mi Hermana menor. Son un par de ciegos ingenuos.

- ¿Me estás regañando? - de repente los ojos de Tang Yuri se llenaron de lágrimas, sorprendiendo a la multitud e incluso a Yang Qian Yuan - ¿Por qué me regañas? Ese hombre quería tocarme y como me negué ordenó a su lacayo que me golpeara... solo me defendí, pero tú me estás regañando...

Tang Yuri dejó que una lagrima cayera por su delicada y blanca mejilla mientras bajaba la cabeza, en su corazón una sonrisa divertida se formó aunque sabía que el joven frente a ella no le creía al menos sabía que le iba a seguir el juego que acababa de armar.

En efecto, Yang Qian Yuan no creía en la actuación de Tang Yuri, pero era suficientemente inteligente para saber que su pequeña prometida quería jugar un rato con la multitud, no tuvo corazón para negarse por lo que simplemente se acercó y limpió las lágrimas de Tang Yuri con extrema suavidad.

- ¿Quién ha sido el que pretendía tocarte? ¡¿Quién es tan valiente para imaginar a la prometida de este Príncipe?! - después de limpiar el rostro de Tang Yuri, Yang Qian Yuan habló con frialdad extrema en su voz.

Tang Yuri sollozo suavemente antes de apuntar a Huo Zhao con su mano, su rostro estaba lleno de agravios mientras decía con su voz un poco más fuerte:

- ¡Fue él!

Huo Zhao palideció varios tonos más al encontrarse con la helada mirada del príncipe, estaba espantado porque no sabía que esa chica de apariencia celestial era en realidad la prometida del Segundo Príncipe, el Príncipe An. Estaba extremadamente arrepentido porque sabía que el futuro que le esperaba era una vida peor que la muerte.

Yang Qian Yuan resopló con frialdad y ordenó:

- Guardias, atrapen a ese hombre que se ha atrevido a imaginar a la prometida de este Príncipe - en ningún momento Yang Qian Yuan levantó la voz, pero su orden fue imponente y demostraba que quien se atreviera a oponerse la pasaría mal.

Un par de hombres de mediana edad vestidos de azul oscuro se acercaron rápidamente y tomaron a Huo Zhao y el joven que pretendió golpear a Tang Yuri, el silencio era sepulcral en los alrededores ya que nadie se atrevió a hablar por el miedo.

Tang Yuri vio toda esta escena y una suave sonrisa apareció en sus labios color cereza, fue un gesto que Yang Qian Yuan pudo distinguir con su aguda mirada e inesperadamente una suave sonrisa se formó en sus delgados labios.

- ¿Esta bien así, Ri'er? - Yang Qian Yuan tomó la mano libre de Tang Yuri y entrelazó sus largos dedos con los delicados y pálidos dedos de ella.

Tang Yuri parpadeó un par de veces ya que el apodo cariñoso extrañamente había acelerado su corazón hasta saltarse un par de latidos. No supo que hacer y simplemente asintió y agachó su cabeza para ocultar la cálida luz en sus pupilas debajo de sus largas y rizadas pestañas.

Yang Qian Yuan no notó la extraña mirada de la niña frente a él y simplemente sonrió mientras acariciaba suavemente su mano.

- ¿Querías comprar algo? - Yang Qian Yuan le pregunto sin dejar de acariciar su mano.

- Sólo algo para matar el tiempo - Tang Yuri permaneció con su cabeza baja ya que aún no se había recuperado completamente, aunque se dio cuenta que su voz era extremadamente suave y llevaba tintes de cariño en ella, esto la espantó haciendo que se mordiera el labio inferior. Esta simple acción hizo que la mirada de cierto joven de túnicas verdes ardiera de repente sin poder ocultarlo.

- Vamos, te llevo a casa - Yang Qian Yuan se dio un par de golpes mentales para recuperarse de su extraña ensoñación viendo los colorados y, apostaba, suaves labios de la niña.

- Su Alteza, Princesa An, espere... permita que le empaque sus cosas - la tendera era una mujer inteligente, sentía que había sinceros sentimientos fluyendo entre estos dos jóvenes, no quería ofender al despiadado Príncipe An y mucho menos ofender a su cruel prometida que en un segundo era despiadada y al siguiente actuaba como una niña frágil frente al príncipe, de hecho si tuviera que describirla sería que era una rosa blanca y silvestre, extremadamente hermosa pero rebelde y peligrosa. Aunque jamás ni una pizca de temor apareció en el rostro de la mujer, ella era pura sonrisas y cordialidad mientras le hacía señales a Mo Qing para que empacaran la espada y la daga que había elegido Tang Yuri e incluso tuvo la amabilidad de regalar dos fundas de color blanco en un suave y resistente cuero hecho de piel de bestia espiritual.

Tang Yuri sonrió levemente a la mujer agradeciéndole en su corazón por desviar la atención, recibió las dos armas y se las entrego con reticencia a uno de los guardias de Yang Qian Yuan.

- Ri'er la próxima vez no salgas sola, has que una sirvienta te acompañe o pídele a tu guardia personal que lo haga - Yang Qian Yuan le aconsejo como si estuviera reprendiendo a un niño, luego la guió fuera de la tienda sosteniendo firmemente su delgada mano.

Tang Yuri solo asintió mientras le seguía por detrás para calmar sus emociones, ese apodo cariñoso para ella sonó ilimitadamente mejor viniendo de él pero no sabía por qué, ella solo quería escucharlo una y otra vez llamarla Ri'er, para ella incluso había sonado más bonito que el Yu'er de su madre.