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Pisotear los Cielos

Actualizaciones todos los sábados, en caso de haber alguna modificación puntual en el horario avisaré antes. ----------- Esta es una historia sobre yo reencarnando en un universo de Harry Potter, sin embargo ¿hasta dónde llegan las similitudes con la historia original? ------------- Estoy escribiendo la misma historia en Wattpad, así que si la estáis leyendo allí, no la estoy robando xD

ParagonDaoOfBS · Book&Literature
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81 Chs

Capítulo 11

Pasé la semana siguiente cultivando. Obviamente solo podía hacerlo cuando no había clases, por lo tanto al final pasaba unas ocho horas al día en ello. Finalmente pude sentir que mi Segundo Pilar se formaba y, junto a esta sensación, también me di cuenta de que mi fuerza volvió a dar otro salto, sin embargo no era tan drástico como el anterior.

Mi conclusión fue que los incrementos de fuerza masivos solo ocurrían cuando se pasaba de un Reino a otro, las fases entre ellos aumentaban el poder pero de forma más moderada, luego esto daba a entender que una persona en un Reino inferior nunca podría derrotar a alguien en uno superior, sin embargo sabía que eso solo se aplicaba para aquellas personas que cultivan de forma ordinaria. Había leído algunas novelas de cultivo en mi anterior vida y el personaje principal siempre se hacía con algunos trucos para poder ignorar el sentido común.

Ese era mi objetivo, tenía claro que cuanto más poderoso fuera, mayor sería el número de individuos fuertes que se interesaran en mí, ya sea en el buen sentido o en el malo. Para poder estar seguro necesitaría más poder... Bueno eso sonaba como un villano de algún anime malo, pero a diferencia de ellos yo tenía claro dónde están mis límites morales, no los pisotearía debido a mis anisas de poder.

Dejando de lado los temas aburridos, me levanté de mi anterior posición meditativa y empecé a realizar ejercicios de control de magia, era fundamental que supiera hasta dónde podía mejorar con mi recién formado Segundo Pilar, además de que llevar al máximo mi control me permitiría mejorar más al avanzar en mi cultivo, esto era lo que me había dicho Dumbledore.

Según el director, mi control de magia era bastante anormal para el nivel en el que estaba, al parecer, cuando él estaba en el Reino de Recolección de Magia, su poder era solo un poco más grande que el que yo tenía. Sin embargo, el problema era que cuando hablaba de Recolección de Magia... ¡se refería al Quinto Pilar!

Si mi poder estando en el Primer Pilar era solo ligeramente inferior al de Dumbledore cuando llegó al Quinto, probablemente ya había alcanzado el nivel de la última etapa de Recolección de Magia ahora que estaba en el Segundo Pilar. El director teorizó que esto se debía a mi inusual talento por el control de magia, gracias a este podía saber cuál era el verdadero límite de cada etapa y no me abría paso tan pronto como me era posible.

Para entender esto mejor, podías compararlo con el concepto de Fundación. Alguien con una Fundación simplemente estable, sería más poderoso cuando llegara al siguiente nivel, sin embargo alguien con una Fundación Perfecta... ¡sería muy superior! Sin embargo también existía una desventaja, y era que para alcanzar la Fundación requerida llevaba mucho más tiempo, además cada nivel sería aún más difícil de alcanzar, si el cultivador deseaba una Fundación Perfecta en cada una de las etapas, requeriría una cantidad incontable de años.

Y aquí era donde entraba mi talento, gracias a él mi Fundación avanzaba a pasos agigantados, mucho más rápido que alguien común. Sin embargo aún tenía que trabajar, Voldemort atacaría tan pronto como le fuera posible y, si bien seguramente estaba severamente debilitado y no podría usar su magia al completo, aún sería un oponente formidable.

Al final lo único que podía hacer era cubrir siempre que pudiera al Trío Dorado con mi En, para estar seguro. Realmente no lo podía usar en Quirrell, Voldemort lo notaría incluso acercarse. Hablando del hombre, el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras me mandaba alguna mirada de vez en cuando durante sus lecciones. El pobre era realmente malo para disimular, me sentía mal por el bueno de Voldy, tener que confiar en alguien así para poder sobrevivir debía ser bastante frustrante.

Fue entonces que me di cuenta de algo. Ron, Hermione y Harry no estaban en la sala común. Eran las once de la noche, sí que el único lugar en el que podían estar era...

-Ya veo -murmuré con mi voz impregnada de cierto grado de emoción -. Así que ya es la hora.

Llegados a este punto, mi hechizo de invisibilidad ya ni siquiera requería algún esfuerzo para ser usado. Me moví a velocidades muy superiores a lo normal y pronto estaba frente a la puerta que contenía a Fluffy. Ahora que estaba más cerca, podía sentir a los tres Gryffindor unos metros debajo de mí.

Abrí la puerta y el enorme perro no pareció notarme, estaba dormido en una de las esquinas, por suerte no necesitaría moverlo, de otra forma me hubiera tenido que poner violento. Salté por la trampilla y caí encima del Lazo del Diablo. Ni siquiera me lo pensé antes de usar Lumos Solem y la planta se retorció un poco antes de dejarme caer.

Pasé a la siguiente habitación, innumerables llaves volaban por la sala. En condiciones normales, quizás hubiera seguido el juego, sin embargo en ese momento tenía un poco de prisa, así que simplemente golpeé con mi puño la puerta. Las bisagras se rompieron y la puerta fue tumbada. Así es, por supuesto que mi cuerpo también experimentaba un crecimiento al cultivarme.

Los profesores no habían pensado en ningún momento que alguien usara la fuerza física para pasar, así que solo pusieron protecciones contra hechizos. En la siguiente sala, vi a Ron estirado en el suelo, estaba inconsciente, así que no me preocupé.

Justo cuando estaba por pasar a la sala que contenía al troll asesinado, vi como Hermione volvía corriendo y recogía a su amigo, seguía siendo invisible así que no me vio. Continué mi trayecto, saltando directamente a la sala con las pócimas.

-Lógica, ¿eh? -pensé, viendo el fuego -. Podría ser un problema si fuera otra persona, sin embargo en este punto este fuego no puede detenerme.

Levante una mano y recordé un hechizo que usó Dumbledore en la cueva del guardapelo.

-¡Partis Temporus! -exclamé.

Parecía que alguna fuerza invisible dividió el fuego por la mitad, abriendo un camino seguro que no dudé en recorrer. No tardé en llegar a una sala muy espaciosa. Allí pude ver a Harry y Voldemort hablando. No pude evitar pensar que la cara que sobresalía del cráneo de Quirrell era realmente desagradable.

-Bien, debo hacer esto sin que Harry se dé cuenta de mí -reflexioné, preparándome para atacar.

Entonces Quirrell se lanzó hacia el chico y le agarró el cuello con una mano. A diferencia de la historia original, sin embargo, Harry no usó esa magia transmitida por su madre, pues el hombre calvo lo lanzó hacia una columna. Quedó inconsciente y supe que era mi momento para entrar en escena.

Quirrell se acercó a Harry con la intención de rematarlo, sin embargo saltó justo a tiempo para esquivar mi puño, que impactó con el suelo e hizo aparecer grietas en él.

-¿Otra vez tú, Liam Doyle? -preguntó, mirándome de forma cautelosa.

No le respondí, levanté la mano y reuní una gran cantidad de magia, seguidamente la expulsé en forma de una onda de choque. No era un hechizo, así que no necesitaba ningún canto. El hombre no vio la magia que se acercaba a él, pues no poseía el Ojo Mágico. Fue mandado a volar e incluso pude escuchar algunos huesos crujir.

A duras penas se levantó y me lanzó rayos de luz verde que probablemente eran Maldiciones Asesinas. ¿Pretendía ganarme con un hechizo tan patético? Sí, era poderoso, sin embargo solo si golpeaba, un hechizo así era imposible que me derrotara.

-Bakudou no 81: Danku -la barrera mágica apareció delante de mí y bloqueó los Avada Kedavra, sin embargo decidí terminar con esto -. Bakudou no 61: Rikujokoro.

Lo apunté con mi dedo índice y seis rayos de luz se dispararon, mientras viajaban se convirtieron en barras y se clavaron en Quirrell. Toda la batalla duró menos de quince segundos. Ahora que tenía aprisionado al hombre, pretendía hacerle algunas preguntas a Voldemort.

Me acerqué a ellos, Quirrell se retorcía e intentaba liberarse de las barras que lo inmovilizaban, sin embargo sus esfuerzos eran en vano.

-Es inútil que intentes liberarte, te aconsejo que lo olvides -le dije con voz tranquila -. Pensé que darías más pelea, pero supongo que Voldemort solo te eligió por ser su única opción.

Esa era la verdad, realmente había esperado una batalla que me dejara ver mis límites actuales, sin embargo había resultado ser una decepción, juzgando el nivel de magia de Quirrell, solo alcanzaba los Tres Pilares, y eso era probablemente debido a que la maldita serpiente estaba en él.

-Solo tengo unas preguntas, pero no para ti, sino para el que está en la parte posterior de tu cabeza -después de decir esto, me moví para ver la cara de Voldemort.

Parecía sorprendido y completamente furioso. Sus ojos rojos brillaban con una malicia aterradora y contenían un alto nivel de poder.

-¿Qué quieres, sangre sucia? -me escupió y yo levanté una ceja por el insulto.

-Me gustaría saber en qué Reino exacto estás -le dije de forma relajada.

Sus ojos parecieron volverse aún más rojos y apretó aún más los dientes.

-¿Y por qué debería contestarte algo, mocoso? -dijo.

-Bien, ¿y dónde está tu cuerpo real? -le volví a hacer una pregunta.

Esta vez ni siquiera habló, solo me escupió, pero yo lo esquivé. Bueno, de todas formas solo le hacía estas preguntas porque el profesor me lo había pedido, tenía bastante claro que no me respondería nada.

-Bueno, al menos lo he intentado -suspiré mientras levantaba una mano -. ¿Alguna última palabra, Quirrell?

-Por favor, perdóname chico, juro que no lo volveré a hacer -el tipo parecía increíblemente asustado y lágrimas cayeron por sus mejillas.

Cerré los ojos y los volví a abrir.

-Lo siento, pero tu vida acabó en el momento en que pisaste Hogwarts con un señor oscuro en tu cabeza -le comenté mientras negaba con la cabeza.

Concentré tanta magia como me fue posible en mi mano y esta empezó a ser visible. Entonces la disparé contra el hombre, que se retorcía casi como si estuviera poseído, aunque quizás se podría decir que lo estaba.

Cuando mi magia lo golpeó, se creó una explosión que hizo temblar todo y levantó una gran cortina de humo. Sí, es probable que me excediera, pero más vale prevenir que curar. Obviamente no quedaba ni rastro de Quirrell.

-¡Genial! Por fin podré descansar un tiempo, me duele la cabeza -exclamé contento.

La última parte del plan era borrarle los recuerdos de la batalla a Harry, haciéndole recordad solo hasta que Quirrell lo agarró del cuello, luego con algunas palabras se le podría convencer de que él fue quien lo derrotó.

-Te ves cansado, Liam -escuché una voz familiar detrás de mí.

Me giré y vi a mi maestro sonriéndome.

-Bueno, ha sido un año agotador después de todo, ahora mismo solo quiero irme a la sala común y darme una ducha con agua muy caliente -me quejé, masajeándome los hombros -. Sí, eso suena como un buen plan.

Dumbledore soltó una carcajada y me palmeó la espalda con energía que alguien de su edad no debería tener.

-Te lo has ganado, yo me encargaré de lo que falta -dijo, mientras recogía a Harry.

Luego me llevó mediante aparición hasta la sala común de Ravenclaw y se fue para llevar al pelinegro a la enfermería.

Bueno, gracias a Dios los exámenes serían cancelados, así que hasta final del curso estaría bastante tranquilo, debería disfrutar del descanso tanto como pudiera.