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Pisotear los Cielos

Actualizaciones todos los sábados, en caso de haber alguna modificación puntual en el horario avisaré antes. ----------- Esta es una historia sobre yo reencarnando en un universo de Harry Potter, sin embargo ¿hasta dónde llegan las similitudes con la historia original? ------------- Estoy escribiendo la misma historia en Wattpad, así que si la estáis leyendo allí, no la estoy robando xD

ParagonDaoOfBS · Book&Literature
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81 Chs

Capítulo 10

Observé el gran lago desde la orilla. Parecía simplemente estar sentado pero en realidad estaba constantemente absorbiendo magia.

El invierno se estaba acabando, la nieve se había fundido prácticamente en su totalidad y el lago ya no estaba congelado. Más importante, las hojas de los árboles habían empezado a aparecer. No pude evitar reflexionar acerca de cuánto había mejorado en un solo año. Ya no era solo un estudiante común, ahora mis reservas mágicas superaban con creces a la gran mayoría de brujos adultos y, aunque aún me faltaba desarrollar mi conocimiento respecto a la magia y aprender más hechizos, estaba seguro de que, en Hogwarts, no había un solo alumno que me pudiera derrotar.

Mis entrenamientos con Dumbledore no eran muy frecuentes debido a que ninguno de los dos tenía el tiempo suficiente, él con sus deberes de director y yo con los míos de estudiante. Sin embargo, lo poco que me había enseñado hasta ese momento era increíblemente útil. Me dio consejos sobre como controlar mi magia y, bajo su guía, mi En ahora alcanzaba los ochenta metros.

Las tutorías con el director no consistían en aprender más hechizos, sino en ayudarme a comprender mejor la magia pues, citándolo, "No sirve de nada que te enseñe hechizos si más tarde puedes simplemente crearlos tú". Y ciertamente le tenía que dar la razón, juntando el conocimiento que había adquirido más mis conocimientos básicos sobre la ciencia podía lograr bastantes cosas.

Además esto me dio un enfoque sobre cómo mejorar y no quedarme estancado. Aprender y estudiar, la mente era mucho más importante que el cuerpo a la hora de usar magia, no solo el conocimiento sobre esta en sí, también era necesario saber que provocaba cada vez que moldeaba su magia de cierta forma.

Ahora que estaba en el Reino de la Recolección de Magia también se había fortalecido su cuerpo y, cuando no estaba en la biblioteca estudiando, hacía un poco de ejercicio. No era nada excesivo pero era necesario, Mente sana in corpore sano, decían en mi anterior mundo.

-No debería faltar mucho... -me dije a mí mismo -. Creo que hoy es el día en el que esos tres traerán al dragón para que el amigo de Charlie lo lleve hasta Rumanía.

Después de eso, sabía que McGonagall los atraparía debido a que Malfoy era un entrometido y luego los castigarían a ayudar a Hagrid en el bosque prohibido. En realidad estaba un poco preocupado, si Dumbledore era tan fuerte en este mundo, seguro que Voldemort también lo sería.

Incluso me preguntaba si el tipo le enseñaría el cultivo a sus subordinados, no dudaba que él mismo lo conocía. Al final, lo único que podía hacer era teorizar, seguramente solo le explicaría el secreto a sus subordinados de más confianza.

-Snape no es un cultivador -afirmé para mí mismo. Severus no había lograrse la confianza de Voldemort completamente hasta que mató al viejo -. Supongo que con esto podría confirmar que no se lo explicó a todos los Mortífagos.

Las clases habían terminado hacía ya tres horas, el sol ya estaba cayendo, se ocultaba tras las innumerables montañas del horizonte. El toque de queda para los estudiantes era al cabo de media hora y, sin embargo, él no iba a cumplirlo. Ya estaba demostrado que la trama no seguía su curso original, Harry no tenía su 'armadura de la trama', pues esto era la vida real. Mi obligación como discípulo de Dumbledore era cuidar al Chico que Vivió y asegurarme que no le sucediera nada malo.

Levantándome de mi posición de meditación, le di una última mirada al lago antes de volverme completamente invisible.

-Es hora de hacer de ángel de la guarda -murmuré con humor.

Mi velocidad, después de ingresar al Reino de la Recolección de Magia, había aumentado a un nivel inhumano. Si me esforzaba al máximo, podía llegar hasta los sesenta quilómetros por hora. Sabiendo esto, está claro que mi trayecto hasta la cabaña del guardabosques no fue muy duradero.

Me detuve a una distancia prudente y observé cómo salían Harry y Hermione con una jaula. Los seguí, realmente nunca supe cómo lograron llevar al dragón, que de vez en cuando sacaba un poco de fuego de su boca, hasta la torre. Al final del camino, aparecieron en escena Malfoy y McGongall.

-¡Castigo! -gritaba-. ¡Y veinte puntos menos para Slytherin! Vagandoen medio de la noche... ¿Cómo te atreves...?

-Usted no lo entiende, profesora, Harry Potter vendrá. ¡Y con un dragón!

-¡Qué absurda tontería! ¿Cómo te atreves a decir esas mentiras? Vamos,hablaré de ti con el profesor Snape... ¡Vamos, Malfoy!

Casi me sentí mal por la oreja de Malfoy, casi... Al final llegamos a lo alto de la torre y ambos parecían estar a punto de empezar a bailar.

-¡Malfoy está castigado! ¡Podría ponerme a cantar! -dijo Hermione.

-No lo hagas -la previno Harry.

Riéndose de Malfoy, esperaron, con Norberto moviéndose en su jaula.Diez minutos más tarde, cuatro escobas aterrizaron en la oscuridad. Vi cómo entregaban la jaula. Luego, estaban tan contentos de por fin librarse de Norberta, que bajaron corriendo las escleras, olvidándose la capa de invisibilidad.

Suspirando porque todo había salido correctamente, apunté mi varita a la capa y se la introduje en el bolsillo de la túnica de Harry, que no notó nada. Luego, me marché a la Sala Común de Ravenclaw tranquilamente.

Al día siguiente, de ser una de las personas más populares y admiradas del colegio, Harrysúbitamente era el más detestado. Hasta los de Ravenclaw y Hufflepuff legiraban la cara, porque todos habían deseado ver a Slytherin perdiendo lacopa.

La copa no podía importarme menos, incluso diría que me importaba más si para almorzar debía tomar albóndigas con o sin salsa de tomate. Dejando las bromas a parte, lo que sí que le preocupaba era esa misma noche. Harry se encontraría con Quirrell y, si su hipótesis no era incorrecta, esta vez el tipo sería mucho más fuerte.

Esperaba no ser forzado a pelear contra él, sin embargo, en caso de no haber otra opción, lucharía, después de todo tenía algo bajo la manga.

Así que, esa noche, me adentré al Bosque Prohibido junto con Hagrid, Neville, Hermione, Malfoy y Harry, claro que ellos no tenían ni idea de que había un sexto integrante en el grupo.

Como en la historia original, se separaron. Seguí a Potter y Malfoy, que a su vez seguían a Fang. No tardamos en llegar a la misma escena que recordaba, una figura encapuchada estaba bebiendo sangre de un unicornio. El rubio de Slytherin soltó un grito y se fue corriendo, dejando atrás a Harry, que se sostenía con dolor la cicatriz. De repente, la figura miró al chico y soltó una gran cantidad de presión mágica.

-1r Pilar de Magia -pensé con gravedad.

El pobre Potter no resistió la suma de la presión mágica junto con el dolor en su cicatriz y se desmayó. Quirrell pareció abalanzarse contra el chico, pero una fuerza lo mandó a volar.

Deshaciendo mi hechizo de invisibilidad lo encaré. Pude sentir su sorpresa aunque se cubría el rostro. Decidiendo que dejar respirar a mi oponente no era la mejor de las opciones, levanté mi mano y no me lo pensé antes de lanzar uno de mis hechizos más poderosos.

Con la ayuda de mi control casi perfecto, junté una gran cantidad de magia en la palma de mi mano. Una cadena mágica apareció, dirigiéndose hacia Quirrell, a mitad de camino lancé un segundo hechizo y la cadena soltó una gran cantidad de chispas.

Haciendo gala de una gran agilidad, mi enemigo se movió a un lado, evitando efectivamente mi ataque. Luego levantó el brazo con una varita en él y salió una luz verde. Entendí qué hechizo era. Lamentándome por tener que mostrar una de mis cartas de triunfo tan rápidamente, murmuré mi propio hechizo.

-"Bakudou no 81: Danku" -dije con voz grave.

Tan pronto como murmuré las palabras, una barrera translúcida apareció delante de mí. La Maldición Asesina chocó contra la barrera e hizo un sonido de explosión antes de desaparecer.

Nos paramos el uno frente al otro y, aunque la capa negra tapaba su rostro, capté como me enviaba una mirada profunda antes de desvanecerse entre las sombras. No lo perseguí, pues sabía que él tenía la ventaja, no podría derrotarlo sin usar mis hechizos más fuertes y eso alertaría a los profesores.

Mi En captó a los centauros acercándose ya, probablemente pensando que alguien estaba intentando invadir su territorio. Me hice invisible nuevamente y salí lo más rápido que pude del lugar. Estaba agotado, el primer hechizo que usé fue uno de combinación y, por separado, ya consumían bastante magia, eso sin hablar de Danku, que usaba más que los dos anteriores juntos.

-Al menos he probado que puedo detener el Avada Kedavra -me dije, mientras algunas gotas de sudor resbalaban por mi rostro -. Mi corazón se aceleró bastante cuando escuché ese ruido de explosión.

Me había arriesgado mucho, si Danku no hubiera sido lo suficientemente poderoso hubiera muerto. Pero, al fin y al cabo, no ganaría nada si no estaba dispuesto a arriesgar. Solté un suspiro largo y me estiré en mi cama, había sido un día agotador.

Por la mañana, sabiendo que no tenía clases, pues era sábado, me dirigí al despacho del director.

-Ratones helados -anuncié, divertido por las contraseñas que Dumbledore se inventaba.

Llamé a la puerta y recibí una rápida respuesta del interior. Mi maestro me miró curioso.

-Profesor, iré al grano, anoche seguí al grupo que se adentró al bosque -le informé, captando su atención -. Me encontré con una figura encapuchada que atacó a Harry.

Entonces le expliqué que habíamos tenido una batalla que al final no resultó en nada porque la figura escapó.

-Director, esa figura tenía la misma magia que el profesor Quirrell -aunque le revelé esto, él no se sorprendió, por supuesto -. Sospecho que puede tener también algo que ver con Voldemort, pues Harry se desmayó debido al dolor en su cicatriz.

Dumbledore asintió.

-Estoy al corriente de Quirrell -dijo -. No he hecho nada aún debido a que debe ser Harry quien acabe con él. Aún así, muchas gracias por haber protegido al chico, le pedí a los centauros que lo vigilaran pero parece que no me hicieron mucho caso.

-No hay problema, profesor -le quité importancia al asunto -. Ya te prometí que lo ayudaría. Pero debemos tener cuidado, un paso en falso y podrían haber consecuencias nefastas.

Dumbledore estuvo de acuerdo conmigo.

-De todas formas, no creo que falte mucho para que intente robar la piedra -me informó, a lo que yo asentí -. Cuento contigo, Liam.

-No se preocupe, maestro, puede confiar en mí -dije -. Entonces me voy, Fawkes.

Me despedí tanto del director como del fénix y salí del despacho. Moví mis hombros con energía.

-Ahora, esto se va a poner realmente interesante -.