capitulo 1. Recuerdos y… ¿Una simple historia?

Los pasos y la suave risa de una niña pequeña (no más de 7 años) resonaban en los lujosos pasillos de una mansión. La pequeña, de pelo negro con ojos violetas; cubiertos por unas pequeñas gafas de montura roja y vestida con una pijama azul de dos piezas hecha de seda. Corría con cuidado, mientras evadía a las maids, en dirección a una habitación en específico.

Su recorrido por los extensos pasillos duró alrededor de 2 minutos; pero al final logró llegar a su destino sin ser descubierta. Frente a ella una elegante puerta de abeto de color blanco, con un grabado parecido a múltiples remolinos en su superficie que le daban un aspecto fino y lujoso a la puerta.

Toc…toc…

La niña golpeó la puerta, esperando que la persona que buscaba se encontrará despierta.

—¿Eh, Sona? ¿Qué haces despierta tan tarde, pequeña?

La pequeña (ahora llamada Sona), que había estado sentada al lado de la puerta esperando, se levantó en un parpadeo exaltada por la pregunta repentina. ¡Ni siquiera había escuchado la puerta abrirse!

Un poco nerviosa, la niña tartamudeo: —Yo…no puedo dormir. —Miro sus pies avergonzada antes de seguir hablando—. Me preguntaba si podría pasar tiempo contigo, ya sabes, charlar un rato hasta que me de sueño.

La joven mujer en la puerta; una rubia alta (de 1.77 m) con cabello largo y liso atado en una coleta alta. Con ojos azules de pupila afilada y tres pares de marcas en sus mejillas que asimilaba bigotes como de un gato. Cruzó los brazos bajo su busto, mirando a la niña pensando en qué hacer.

—Sabes que si tus padres se enteran de esto te van a regañar ¿No? —dijo la rubia viendo como Sona asentía. Dando un suspiro puso una pequeña sonrisa y se hizo a un lado—. Entra rápido.

—Eres la mejor hermana, Naruko-onee-sama.

La nombrada solo dio una suave risa mientras entraba tras la niña, vigilando que ninguna maid las hubiera visto.

—Lo sé, pero no dejes que Serafall-sama se entere. —dijo Naruko, viendo como la niña llena de curiosidad revoloteaba por su habitación como una abeja en un jardín de flores inexploradas.

—Y bien, ¿Qué quieres hacer?

La pregunta de la rubia fue ignorada de manera ejemplar por la niña que seguía viendo y toqueteando todo en la habitación. No era su culpa, su (como ella le llamaba) hermana mayor tenía cosas muy geniales, como ese uniforme de gabardina blanca en una vitrina de vidrio, o la hermosa katana sobre la estantería, o ese baúl misterioso cerrado con candado en la esquina.

Espera, ¿Baúl misterioso? Oh, eso sí le interesaba.

—¿Qué es esto, onee-sama? — preguntó Sona, intentando (inútilmente) quitar el candado con sus manitos.

—Oh, eso es mi baúl de recuerdos. —Miro a la niña y de nuevo al baúl antes de decidir que no había daño en mostrarle lo que había allí—. ¿Quieres ver qué hay?

—¡Si! —grito Sona de la emoción, antes de cubrir su boca dándose cuenta de su error y susurrar:—Digo, si

—Ven. —Rio Naruko, usando un hechizo simple de levitación para atraer el baúl y a Sona, que cayó junto a ella en la cama—. Bueno, veamos que hay aquí.

Naruko, metió su mano en el aire donde se formó un pequeño círculo mágico naranja y sacó una llave de oro con la cual abrió el baúl, y al instante la habitación fue inundada por un olor suave, parecido al aroma de la rosas pero más dulce. Ignorando eso, la rubia iba a mirar dentro (había olvidado que guardaba ahí, después de todo no lo abría hace siglos) pero fue empujada por un pequeño borrón oscuro, siendo nada más que una pequeña Sona emocionada.

—onee-sama, ¿Qué es esto? —preguntó la niña, después de rebuscar por unos minutos lanzando varias cosas que no le llamaban la atención.

Naruko vio lo que Sona sostenía, era un manto con cuello, hecho de seda blanca y con un diseño de flor de loto en dorado, con el cuello actuando como centro. El manto era relativamente pequeño, diseñado solo para cubrir sus hombros y un poco más.

«oh, hace tiempo que no veía esa cosa vieja. Supongo que podría dárselo a ella, me ayudará a futuro», pensó Naruko, antes de contestarle a Sona:—Bueno, ese es un viejo regaló de alguien muy especial para mí. Se llama "manto del desinterés".

—¡Guau! —Sona miró con estrellas en sus ojos la capa en sus manos, fascinada por el nombre y preguntó:—¿Hace algo?

—Oh, sí que lo hace. Como sabes fuí parte de la iglesia durante varios años. —Vio como la niña asintió—. Bueno, este manto lo usé bastante poco. Está encantado para potenciar los hechizos de curación y almacenar energía —dijo acariciando la tela—, esto para que quién la use no gaste sus reservas en curarse. Lástima que no lo usé mucho.

—¿Por qué?

—¿Eh? —Naruko la vio desconcertada por la pregunta, se había perdido en viejos recuerdos mientras acariciaba el manto.

—¿Por qué no lo usaste mucho? —Sona le observó curiosa y ansiando una respuesta.

—No lo necesitaba. —La pequeña la miró confundida—. Mira pequeña, yo soy poseedora de una gran regeneración (gracias a mi familia) así que no me servía de mucho el manto, y a pesar de ser bueno este no podía igualar ni mejorar mi regeneración natural.

—Oh…

—¿No entendiste mucho verdad?

—No. Digo si. ¡Ah! Es que me confundí.

Naruko se rio del actuar de la pequeña, la cual hizo un puchero.

—Ya, ya —dijo la rubia acariciando a la niña, que sólo infló más sus mejillas y refunfuño dándole la espalda (enojada por la burla)—. Que lástima, te enojaste conmigo. Y yo que estaba pensando en regalártelo. —Naruko puso su mano en su frente mientras con la otra le quitaba el manto a la pequeña pelinegra.

—¿En serio? —dijo Sona olvidando su enojo—. ¿De verdad, me lo regalaras? —La pequeña saltó sobre Naruko quedando sentada en su estómago.

—Mmm tendría que pensármelo.

—Oh, vamos onee-sama, regalamelo. Lo cuidare muy bien.

Naruto rio suavemente para sentarse con Sona en su regazo y ponerle el manto sobre sus hombros.

—Creo que me queda un poco grande.

—¿Tú crees?

—No te burles de mí.

—¿Yo, burlarme de mi querida imouto? Jamás

—¿Eso fue sarcasmo?

—Claro que no. —Naruko rio en su mente al ver que Sona la miraba con sospecha—. En fin, eso no es problema, solo debemos hacer esto y… —La rubia tiró un poco de los lazos que tenía el manto en el cuello y este se fue encogiendo poco a poco—. Listo.

—Increíble.

—lo sé —dijo Naruko—. ¿Qué te parece si vemos que más hay dentro?

Sona no respondió con palabras, simplemente se acomodó mientras Naruko atraía el baúl nuevamente.

Durante las siguiente hora estuvieron revisando el baúl, con una Sona curiosa preguntando por todo lo que llamará su atención.

—¿Y este libro?

La niña sostenía un grueso libro con tapas de cuero azul oscuro, que tenía una gran R dibujada junto a tres cabezas de perros o lobos, no sabía qué eran en realidad.

—Ese es el diario de una de mis mejores amigas —dijo Naruko, agarrando el libro—. Me lo dio para que expandiera mi arsenal mientras estábamos con la iglesia.

—¿Puedo?

«¿Qué hacer? ¿Qué hacer? Supongo que no habría nada de malo, además tengo el presentimiento de que las cosas se pondrán interesantes en el futuro», pensó la rubia antes de ver a la pelinegra. «Ella necesita hacerse más fuerte, pero aún es pequeña. Espero que puedas llenar las expectativas que tendría Ranni con alguien que aprende sus hechizos»

—Si, pero no ahora. —Vio como Sona hizo un puchero—. No te quejes, te lo regalaré en tu siguiente cumpleaños cuando empieces tu entrenamiento ¿Ok?

—Está bien. —Sona bajo su mirada para seguir rebuscando en el baúl—. ¿Quién es el onee-sama?

—El… —Naruko se detuvo, mirando el dibujo/retrato hecho a carboncillo que mostraba a un niño de rasgos parecidos a ella—. Es mi hermano menor —dijo viendo el retrato con melancolía.

—¿Tu…hermano?

—Si, es o bueno, era mi gemelo menor.

—¿Qué le pasó?

—No lo sé. —Naruko volteo su rostro para que Sona no viera la pequeña lágrima que bajaba por su mejilla derecha.

—¿Puedes hablarme de él?

—Mmm. —Naruko vio el reloj en su mesa de noche, aún era temprano (las 9:30 pm) aunque era tarde considerando que Sona se dormía habitualmente a las 8 pm—. Está bien, pero después te vas a dormir ¿Ok?

—Me cuentas un cuento para dormir y es un trato —Sona le dio una sonrisa victoriosa que solo la hacía ver más tierna.

—Está bien, pequeña. —Vio como Sona se acomodó en su cama—. Presta atención.

»Mi hermano se llama Naruto. —La rubia dio un pequeño suspiro—. Él tenía lo que yo quería tener, nació con unas peculiares marcas que le permitían ver a través de las personas, y eso le daba poder. —Acarició las marcas en sus mejillas—. Y yo también quería ser como él. 500 años atrás, yo no paraba de entrenar. Era la sucesora de mi familia y debía ser perfecta. —Desvió su mirada al retrato donde se veía el rostro de Naruto con sus ojos inexpresivos pero con una suave sonrisa inocente.

»Y aunque él no entrenaba nada en comparación a mí, como si nada me logró superar. —Sona solo veía como su onee-sama acariciaba la hoja del retrato, con los ojos bien abiertos y prestando total atención—. Ese día conocí lo que es sentir envidia, no supe cómo lidiar con mis emociones, pensé que la derrota era mala y me hundí en la frustración. Él era increíble, me superó en todo lo que aspiraba e incluso a nuestra madre él trato mejor —dijo con una sonrisa triste—. Durante un tiempo lo odié y pensé que ese odio era por mi envidia, me repetía siempre la misma pregunta "¿Qué debo hacer para ser como él?" —dijo antes de mirar a Sona, que aún seguía observando y escuchando todo con asombro—. No fue hasta años después que me di cuenta de la respuesta y mi odio por él desapareció, aunque aún así no fui consciente de la respuesta hasta mucho después ¿Quieres saber cuál era esa respuesta? —la pequeña Sona asintió tontamente, aún absorta en lo que relataba Naruko—. Fue cuando nos reencontramos en la iglesia que mi odio se esfumó, y 100 años después me hice consciente de que no quería ser como él por envidia sino que quería cumplir mi rol como la mayor, anhelaba su fuerza para ser yo quien lo proteja a él. —Naruko vio el reloj notando que eran las 9:52 pm, así que decidió dejarlo hasta ahí para pensar en que cuento contarle a Sona para que se duerma—. Incluso fue por él que me abandones mi humanidad, cre… No, sé que él está vivo, sólo es que yo no sé dónde, así como tampoco sé dónde están mis compañeras, pero sé que llegaremos a reencontrarnos.

— ¿Y qué más, onee-sama? —preguntó la niña ansiosa por escuchar más.

La rubia se rio de su ansiedad y le dijo:— me temo que se hace tarde, y voy a dejar hasta ahí la historia de mi hermano. Quién sabe, tal vez tú te encuentres con él incluso antes que yo. —Naruko hizo dos rápidos movimientos con su muñeca y todo en la habitación volvió a ordenarse, las cosas del baúl volvieron a él (excepto el manto que ahora pertenecía a Sona) y se volvió a cerrar con el candado—. Es hora de dormir.

—Fuu está bien —dijo Sona—. Pero aún falta mi cuenta para dormir.

«Carajo, esperaba que se le olvidará. Pero supongo que eso simplemente no está en los Sitri», pensó la rubia escuchando la risa de la niña que al parecer se dio cuenta de sus pensamientos—. Ok, déjame pensar en que contarte. A ver…

Naruko puso un dedo en su barbilla y miró

al techo, ahora habiéndose acostado junto a Sona que se acurrucaba en su costado derecho.

—Ya sé. ¿Lista para la mejor leyenda que escucharás? —Miro a la niña que asintió emocionada—. Escucha con cuidado e impresionate. —se acomodó y cerró sus ojos para concentrarse en contar la historia y de paso intentar dormir.

»hace siglos, en el auge de la gran guerra bíblica. —Sin que Naruko se diera cuenta las sombras y la luz dentro de la habitación (producto de la luna artificial del inframundo) se fundieron en el techo sobre ellas, con Sona viendo todo asombrada pensando que era un truco de su onee-sama—. De entre las filas del cielo y la iglesia surgieron seis seres de inmenso poder, capaces de hacerle frente incluso a los demonios a la par de los maous originales. —La bruma en el techo se agitaba, mostrando sombras cambiantes que resumían la guerra. Mostrando peleas entre siluetas aladas que usaban armas de luz y oscuridad, como siluetas humanoides sin alas y siluetas bestiales y amorfas combatían fieramente en busca de la supremacía. Todo ante la brillante mirada de una fascinada pelinegra.

»De entre la élite del cielo, sin importar si eran humanos o ángeles, se levantaron como los más fuertes. La élite de la élite. —La bruma en el techo se agitó, cambiando de forma nuevamente, mostrando cómo mientras muchas siluetas se arrodillaban ante un trono de luz, cinco humanoides siguieron de pie (cuatro féminas y un varón) junto a una bestial con parecida a un ¿Tiburón?

»Seres que por derecho propio tocaron y saborearon el terreno de los dioses. —el techo se "borro" quedando todo en negro como si la iluminación de la habitación hubiera decaído—. Una humana rota que anhelaba y envidiaba la eternidad, que con nada más qué voluntad domó el rayo. —La bruma se aclaró un poco, dejando una silueta femenina en gabardina con los ojos brillando en una luz violeta sin ningún iris, con más rayos púrpura serpenteando la silueta.

»Una semidiosa que busco entender la muerte y domó el agua para que la guiará. —la bruma mostró ahora otra silueta femenina sentada sobre sus rodillas, al lado derecho de la primera. Con sus ojos llenos de luz azul rodeada por tres perros de luz azul que parecían desprender burbujas.

»Una jovencita con un talento para el arte inigualable, que aprendió a pintar la realidad. —una silueta un poco más pequeña que las anteriores, al parecer sentada sobre algún tipo de taburete, sus ojos brillando en los colores del arcoiris mirando, a diferencia de las demás, solo de reojo a la pequeña Sona que veía todo con ojos brillantes. Frente a ella, un lienzo brillando en múltiples colores junto a un pincel manchado de luz (distraídamente la pequeña pelinegra noto como está silueta parecía haber dejado un espacio entre la segunda y ella, como su alguien más fuera allí).

»Una princesa que envidio al sol y se convirtió en la luna para eclipsarla… o tal vez ¿Protegerla?... Qué domó el fuego buscando entender el Sol. —Apareció una nueva silueta, al igual que las otras vestida con una gabardina (o eso mostraba la silueta) con sus ojos brillando en un intenso rojo junto a sus manos y la hoja de la katana que parecía desenvainar.

»Una criatura que rechazó su propio salvajismo y se volvió contra su especie. Logrando superar a muchos humanos al dominarse a sí mismo. —la bruma se abrió paso en el espacio que dejaron la segunda y la tercera, parecía un tiburón con cuatro patas, cuyos dientes y garras brillaban intensamente en plateado al igual que sus ojos (está fascinó y aterrorizó a Sona, quien la imaginó como una bestia temible).

»Y por último, el más fuerte de los seis, al que llamaron "el humano perfecto". Quién se alzó y equiparo el brillo del sol al iluminarse y domó al viento para ser libre. —La bruma mostró cómo, en posición de loto, sobre el espacio arriba de la silueta de tiburón se formaba una silueta masculina. Sona vio curiosa cómo parecía más apagada que las demás, pero eso cambió a asombro cuando vio que ráfagas de luz blanquecina bailaron a su alrededor y abrió sus ojos brillando en el mismo tono de blanco. Mientras detrás suyo nacía un sol dorado que iluminaba el resto de la bruma dejando ver a las siluetas rodeadas de espadas, lanzas y estandartes.

»Fueron bendecidos por la madre tierra, y bautizados por todos como… ¡Los seis paladines del cielo! —Del sol dorado nacieron rayos de luz que bañaron las otras siluetas antes de que el techo quedará en blanco y una vez la luz bajo, una somnolienta Sona vio por última vez las seis siluetas antes de que se dispersaran y ella cayera dormida.

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N/A: Ey, que tal? sí, estuve perdido un buen rato (no sé a quién escribo esto, si a los que leían mi otra historia o a mis seguidores, ¿tengo seguidores?).

Ok, como decía, vengo con un nuevo fic que por el momento es "exclusivo" se está plataforma, estaré tratando de actualizar una vez cada dos semanas, aunque no prometo nada.

Para los que seguían mi anterior historia, «Naruto Gremory» les pido una disculpa por no actualizar, pero cambié el formato de escritura dejando de dar descripciones buenas y optando por imágenes, así que sería confuso para el que lo leyera sin las imágenes. Quién quiera continuar con ese fic puede ir a mi perfil en Wattpad, aparezco con el mismo usuario o pueden buscar la historia que igual aparece con el mismo título y la misma portada.

Espero disfruten el capítulo y me dejen sus comentarios sobre sugerencias para la historia, como sabréis es harem y este ya está cerrado con 9 integrantes.

Sin más que decir, me despido.